Nota del blog: Sección semanal dedicada al Ballet y la Danza, a cargo de la la ballerina, coreógrafa y profesora Florencia Guglielmotti.
La obra “El joven y la muerte” (tal su traducción al español del original en francés) fue estrenada el 25 de junio de 1946 en el Théâtre des Champs Élysées, París. Fue coreografiada por Roland Petit para su recientemente formado Ballets des Champs Élysées. El argumento y los vestuarios fueron creados por Jean Cocteau y la escenografía por Georges Wakhevich. La música es de J. S. Bach (Passacaglia en do menor, BWV 582, orquestado por Respighi) y los intérpretes en la ocasión fueron Nathalie Philipart y Jean Babilée.
Este ballet en un acto, está organizado en dos escenas. En la primera vemos una habitación, a la derecha un Joven descansa en una cama maltrecha. En clara actitud de espera, mira su reloj mientras fuma un cigarrillo. Se incorpora y por la puerta de la derecha aparece una Mujer. Él, confiado, va a su encuentro y ella lo rechaza. El Joven insiste pero la Mujer se burla de él y lo rechaza de forma cada vez más violenta. Finalmente, la Mujer le señala una soga anudada colgando de un poste, en el centro del escenario, y se va.
En la segunda y última escena vemos nuevamente al Joven, solo, que frente al abandono se desespera y ve en la soga su única salida. Se sube a un taburete, pasa la soga alrededor de su cuello y se ahorca. La escenografía muta, estamos ahora en los tejados de París. Aparece nuevamente la Mujer con una máscara de la muerte. El Joven desciende, ella le coloca la máscara mortuoria y lo guía hacia los tejados, perdiéndose ambos en la noche de la ciudad.
La obra causó gran impacto en su estreno y en las posteriores representaciones que se llevaron adelante en Londres (1946), Nueva York (1951) y Madrid (1958). El éxito llevó a que la obra fuera repuesta varias veces para diferentes compañías y, en consecuencia, se realizaron adaptaciones coreográficas en concordancia con las características del intérprete. Entre todas las versiones que se realizaron se destacan la que Rudolf Nureyev realizó en 1966 junto a Zizi Jeamarie, esposa de Petit, y la que Mijail Barishnikov realizó, primero con el American Ballet Theatre en 1975 y, luego, en el comienzo del film "White Nights" (1985). “El joven y la muerte” es considerada una de las obras emblemáticas de Roland Petit, junto a “Carmen”, y sigue aún vigente en los repertorios de diversas compañías.
Dos curiosidades sobre este ballet. La primera es que el autor del argumento y diseñador del vestuario, Jean Cocteau, también realizó sugerencias en la coreografía, como la inclusión de gestos cotidianos, por ejemplo mirar la hora o prender un cigarrillo, pero maximizados y exagerados para generar mayor impacto y dramatismo a la interpretación. La otra es que la coreografía se armó sobre músicas diversas, como improvisaciones de jazz, a sabiendas de que no serían las que se utilizarían; luego de creada toda la obra se decidió utilizar a Bach para la versión final. Ambas cosas podían resultar usuales en las creaciones de danza contemporánea pero representan una novedad en una obra con base en la danza académica, aunque sea en su versión neoclásica.
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Florencia Guglielmotti reside en la Ciudad de Buenos Aires (Argentina). Es Profesora de Danza (titulada en la Escuela Nacional de Danzas "María Ruanova"), Licenciada y Profesora de Artes (recibida en la Universidad de Buenos Aires). Cursó estudios en la Escuela Nacional de Ballet de Cuba. Es Miembro de International Dance Council CID (UNESCO).
Actualmente se desempeña como Profesora de Danza Clásica y como Profesora Titular de Historia de la Danza en la Escuela Superior de Enseñanza Artística "Aída V. Mastrazzi". florenciagu@gmail.com
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