Oración ante la Virgen de la Caridad, de Mons. Dionisio García, al finalizar la eucaristía del domingo 31 de octubre de 2021 en la Basílica Santuario de Nuestra Señora de la Caridad en El Cobre.
Dios te salve María, llena eres de gracia,
el Señor está contigo.
Bendita tú eres entre todas las mujeres,
y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios,
ruega por nosotros, pecadores,
ahora y en la hora de nuestra muerte.
Amén
Hermanos continuemos nuestra oración mirando todos a la Virgen
Virgen Madre, los cubanos siempre tenemos una mirada hacia el Santuario del Cobre, porque venimos como hemos dicho siempre, en cada domingo, y en algunos momentos de manera especial; siempre ponemos todas nuestras intenciones, buenos deseos en tus manos.
Estamos viviendo momentos difíciles, en la homilía del día de la Virgen de la Caridad dije que nuestro pueblo estaba triste, estaba confundido, y desesperanzado. Vuelvo a repetirte eso Madre hoy. La pandemia con toda su secuela de dolor, de incertidumbre, de miedos nos ha tocado fuerte. La situación de nuestras familias por la economía, por la supervivencia, nos está afectando mucho; a muchas familias no les alcanza, no tienen lo suficiente para vivir, por los salarios, por las escaseces, por las reformas económicas que no han dado los resultados que los que la programaron esperaban.
Nuestro pueblo sufre, sufre. Cada día tiene que gastar más en las cosas esenciales de la vida y el dinero no alcanza. El dinero no lo hace todo, pero el dinero, la producción de una sociedad es necesaria para poder vivir bien. Por eso Madre te pedimos por todos aquellos responsables, la mente, la inteligencia, el ansia de progreso que tiene todo nuestro pueblo, no se vea limitada, sino al contrario, que se abran todas las posibilidades posibles para que todos podamos enriquecernos mutuamente, con nuestro trabajo decente y que todos tengamos un salario digno, para que los padres puedan vivir tranquillos cuando ven a su familia que tienen que sostener.
También te pedimos Madre porque todos los cubanos nos sintamos iguales en todos los sentidos. Nos sintamos iguales porque ante los ojos de Dios somos iguales, hijos de Dios. Como cubanos que nacimos en esta tierra, todos tenemos dignidad y derechos. Tú simbolizas las mejores intenciones y deseos, pero tú eres la Madre de Dios, tu imagencita representa a María la Madre de Dios, no eres una diosa, pero fuiste esa mujer que dijiste Sí, eres la Madre de Jesús y estás cercana a Él. Nosotros, como han hecho nuestros antepasados por más de cuatrocientos años, venimos a pedirte como dice el texto del evangelio que nos amemos unos a otros y que no le deseemos nada malo a nadie, como no lo deseamos para nosotros. Que no hagamos ningún mal a otro, mal que no deseamos para nosotros.
Como dije, al ser iguales todos tenemos que respetarnos. Que nunca entre nosotros haya un llamado a la violencia, que nunca un vecino se ponga contra otro vecino, ni un joven contra otro joven, así no se construye la Patria. Has que, al mirar al otro, sin ingenuidades, pero sí con mucho respeto, miremos a otra persona igual a mí, y que lo que deseo para mí lo tengo que desear para él, y que él tiene tanto derecho como yo a participar en la solución de los problemas que nos conciernen a todos. Que nadie tenga miedo, ni nadie sienta el temor de que se vea impedido a ejercer lo que es natural para cada persona dentro del orden, dentro del respeto al otro. Para eso están las leyes, las leyes están para que todos seamos respetados.
Te pedimos también por los cambios necesarios para que los cubanos vivamos en paz, en prosperidad en alegría, en seguridad, para que se nos quite la tristeza, se nos quite la confusión, se nos quite la desesperanza. No tengamos miedo en hacer los cambios, son necesarios. La vida necesita eso, nosotros cambiamos nuestra vida, y podemos cambiar para mejor. Virgen ayúdanos a eso. Inspira al Espíritu Santo a aquellos que determinan nuestro futuro, para que todos nos sintamos hermanos, hermanos de verdad, no hermanos como frase hecha, que todos sepamos respetarnos.
Todo esto te lo pedimos a ti por tu cercanía con Jesús, sabemos que tu Hijo que tienes en tus brazos nos mira, vela por nosotros. Al igual que durante toda nuestra historia, venimos aquí para decirte esto con lo mejor que tenemos en nuestro corazón, sabiendo y me atrevo a decirlo, que es el anhelo y el deseo de nuestro pueblo.
¡Ayúdanos Madre!
Bajo tu amparo nos acogemos Santa Madre de Dios
No deseches las súplicas que te dirigimos en nuestras necesidades
Antes bien, líbranos de todos los peligros
Oh Virgen gloriosa y bendita.
Nuestra Señora de la Caridad / Ruega por nosotros
Nuestra Señora de la Caridad/Ruega por nosotros
Nuestra Señora de la Caridad / Ruega por nosotros.
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Texto tomado del website de la arquidiócesis de Santiago de Cuba.
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