Fotos: Cortesía de Raffaele Cardona,
Miami Lyric Opera.
---------------
Según Wikipedia, El elíxir de amor (título original en italiano: L'elisir d'amore) es un melodramma giocoso operístico en dos actos, con música de Gaetano Donizetti y libreto en italiano de Felice Romani, basado en el libreto Le philtre (1831) de Eugène Scribe para la ópera de Daniel-François Auber. El elixir de amor es una de las óperas más frecuentemente interpretadas de todas las de Donizetti”.
La ópera se estrenó en el Teatro della Canobbiana de Milán, el 12 de mayo de 1832, o sea, que estamos hablando de una ópera que tiene ya casi 190 años, pero que no por ello ha perdido frescura ni efectividad, sobre todo en manos de ese mago apasionado por la buena ópera que es el Maestro Raffaele Cardone, fundador y director de la Miami Lyric Opera (MLO).
Lo primero que quiero resaltar en esta reseña que tan gustosamente escribo es que, sin grandes recursos, Cardone logra siempre un elevado nivel artístico en cada una de sus puestas, y esta de El elíxir de amor no es la excepción, sino otra excelente muestra de ello, precedida por otras que –no me mido para decirlo– no han tenido nada que envidiarle a las de las mejores casas de ópera europeas, y hablo de las puestas de Tosca, Lucia de Lammemour y La Boheme.
Una de las cosas que más me agradó de esta puesta de la Miami Lyric Opera –a la que asistí el sábado 19 de febrero de 2022– fueron los hermosos telones pintados y el vestuario, que, si bien convencionales, se adecuaron a la época en que se desarrolla esta simpática ópera bufa; detalle que, cuando no se logra, puede hasta afectar el desempeño de los cantantes/actores, y aquí me permito citar a la prima donna assoluta Maria Callas. mi máximo paradigma en el mundo de la ópera:
Es cierto que soy exigente hasta con el decorado. Una vez canté una Traviata y vi el decorado poco antes de abrirse el telón. No es posible interpretar a Violeta si no he visto antes los elementos de escena. Otras lo hacen, yo no. Soy una mujer y una artista seria y así me gustaría ser recordada.
Maria Callas en Traviata
----------------
Afortunadamente, Callas se hubiera sentido complacida si hubiera sido la Adina de esta función, rol que la soprano Gina Galati asumió a la perfección, tanto en lo vocal como en lo actoral, secundada por un Nemorino de lujo: el tenor Nicholas Huff, cuya bellísima y afinada voz “bordó” la esperada aria Una furtiva lágrima sin que extrañáramos a ninguno de los Tres Tenores –si tenemos en cuanta su juventud y su carrera in crescendo, a la que auguro Radamés y Alfredos memorables.
Gabriel Menéndez –a quien recuerdo con sumo agrado por su delicioso criado Dandini, suplantador de su señor, en La cenicienta de la MLO– se corporizó esta vez como Belcore y volvió a ostentar su gran vis cómica, amén de tener una hermosa voz de barítono, a la que también auguro grandes triunfos verdianos y puccinianos.
Al frente: El tenor Nicholas Huff,
el barítono Gabriel Menéndez
y la soprano Gina Galati.
------------------
El barítono Oscar Martínez estuvo sobresaliente como el embaucador y farsante Dulcamara, rol que, si no hay un adecuado dominio escénico y vocal, deja mal amparados a los protagonistas, pero Oscar los “arropó” con su inobjetable desempeño histriónico y simpatía.
El barítono Oscar Martínez (al centro)
como Dulcamara
---------------------
No puedo dejar de mencionar a Paola Elorza como Gianneta, la mejor amiga de Adina, que sumó este su debut operístico a su muy profesional trabajo como presentadora de televisión –y lo hizo muy bien, que conste– , al igual que un muy merecido reconocimiento para el coro, dirigido por Pablo Hernández; las luces de Kristina Villaverde y la dirección orquestal de la Maestra Beverly Coulter, y por supuesto, para el principal artífice de toda esta hermosa magia: el Maestro Raffaele Cardone.
Hialeah, 8 de marzo de 2022.
“Día Internacional de la Mujer
No comments:
Post a Comment