Señor Jesucristo, que sois mi resurrección y mi vida, en este gran día -nombrado por excelencia el día que ha hecho el Señor- permitidme tomar parte, aunque tan indigno, en el júbilo de toda la Iglesia, adorándoos y recibiéndoos como á primogénito de entre los muertos, ó primer resucitado para no mas morir.
Hacedme entrar - según se lo ruego á vuestra bondad infinita - en el espíritu de tan augusto misterio, disponiéndome á la santa Comunión que deseo hacer; a fin de que vuestro cuerpo glorioso saliendo del tabernáculo para venir á mi alma -como salió del sepulcro traspasando la piedra por soberana virtud - penetre en ella al traves de sus miserias, disipando cuanto pueda servir de obstáculo a la nueva vida de la gracia.
Oh vencedor de la muerte dignaos escuchar mis humildes súplicas, y haced que incorporado á vos por el Sacramento de la Eucaristía, resucite de tal modo mi alma, que la muerte del pecado no vuelva jamás á tener dominio sobre ella, sino que - celebrando esta Pascua con los ázymos de la sinceridad y la verdad de un corazón verdaderamente convertido - alcance la eterna vida de felicidad, que por vos nos fué conquistada y merecida . - Amén
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