Uno de los documentos más fascinantes de la historia de la cultura santiaguera es la carta de Emilio Bacardi a su amigo José Bofill en la que narra los avatares de la momia que compró en Egipto para el museo de Santiago de Cuba. La misma esta fechada: Edén Palace Hotel, Cairo (Egipto) 9 de agosto de 1912 y dirigida a Sr. José Bofill, Director del Museo de Santiago de Cuba.
Bacardi comienza su misiva diciendo:
Nuestro deseo de dirigirnos a la tierra de los Faraones era con objeto de conseguir una momia. Por fin, di con ella en Luxor, antigua Thebas, en la casa de un anticuario musulmán que tiene preciosidades. Y se la compre. Es joven, es decir, de una mujer joven, fue bella ¿Por qué no? Esta bien conservada y en su tapa interior donde se puede leer el nombre y unas cuantas cosas mas, en los jeroglíficos.
Luego Bacardi le cuenta Bofill minuciosamente la abrumadora cantidad de obstáculos que ha tenido que vencer para embarcar la momia, “dando dinero a cada paso” a los funcionarios egipcios.
En algún momento Bacardi sospecha que pudiera estar enfrentando algunas fuerzas sobrenaturales, pero como el es un libre pensador, se lo comenta en tono humorístico a Bofill:
Voy cogiendo miedo de se me escape en vista de tantas contrariedades ¿Será que la joven que fue no querrá abandonar su tierra atravesando una inmensidad de aguas para vivir en un país del cual jamás oyó hablar (…) ¿ Será menor de edad o tendrá miedo de ir en ferrocarril, vehiculo que le es completamente desconocido?
Finalmente la momia es embarcada y seguirá el siguiente itinerario: Del Cairo a Port Said, y luego por ferrocarril hasta la ciudad alemana de Hamburgo y luego en barco hasta Nueva York, para de allí finalmente viajar a Santiago de Cuba. Sobre este viaje digno de Las mil y una noches comenta Bacardi:
!No podrá quejarse quien murió dos mil años antes que Jesucristo! Al cabo de cuatro mil años recorrerá Europa y América, arrastrada por ferrocarril y surcando el mar bajo bandera del Imperio Alemán…
Al llegar la momia al puerto de Santiago de Cuba se suscitó una discusión casi surrealista con respecto a la partida por la cual se debía aforar la momia; unos opinaban que era un objeto de arte y otros sostenían enfáticamente que debía aforarse como carne curada.
Este debió ser el primer debate sobre arte en la historia de la cultura santiaguera y como en 1912 aun no existía la Universidad de Oriente, la discusión no fue en tono académico, si no en el rudo lenguaje de aduaneros que poco sabían del mundo de los faraones egipcios.
Finalmente a su regreso de Egipto con su esposa Elvira Cape, Bacardi y su amigo Bofill colocaron la momia en el museo, la cual inmediatamente se convirtió en la principal atracción del mismo y no hubo santiaguero que no fuera a conocerla.
Han transcurrido 110 años de la llegada de la momia a Santiago y la misma ya no es tan popular, pero aun esta allí como testimonio del amor de Bacardi y Bofill por el que seria el primer museo de Cuba.
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Rafael Duharte Jiménez (Santiago de Cuba, 1947). Profesor, Historiador Ensayista y Guionista de radio y televisión. Ha publicado 12 libros, numerosos artículos y ensayos en revistas en Cuba y el extranjero y una Historia Audiovisual de Santiago de Cuba que consta de 355 audiovisuales de 12 minutos cada uno; conferencista en 28 universidades y centros de investigación en El Caribe, América Latina, Europa y Los Estados Unidos. Es miembro de la UNIHC y la UNEAC. Actualmente labora como especialista de la Oficina de la Historiadora de la Ciudad de Santiago de Cuba.
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