Durante el recién terminado mes de Mayo se ha estado presentando cada sábado, en el no convencional escenario de una galería de arte, el Doral Contemporary Art Museo (DORCAM), desde esa ciudad del Oeste de Miami, la obra “El huevo”, un texto de la uruguaya Nuria Angles, interpretado por la argentina Constanza Espejo y el brasileño Naue Souto, bajo la dirección del argentino Ezequiel Tronconi.
Este trabajo fue concebido originalmente para el formato de MicroTeatro, por lo que su duración no se extendía más allá de los quince minutos, habiendo sido estrenado en Buenos Aires, pasando después por Madrid, Barcelona y llegando a nuestra propia ciudad de Miami, donde se presentó durante el pasado mes de Febrero en los contenedores del Centro Cultural Español
La autora.
La infancia de Nuria Angles transcurrió entre Brasil, Chile, España y Francia, obteniendo un título en Ciencias de la Comunicación y Sicología, en el Boston College de Massachussets, Estados Unidos. Posteriormente se instala en Buenos Aires, donde establece su residencia y familia, contrayendo matrimonio con el teatrista Ezequiel Tronconi, abandonando más tarde su empleo en el área de la banca para dedicarse a escribir teatro desde el año 2017. Desde entonces se ha desempeñado también como guionista y coach tanto en español como en inglés. Es autora además de la obra para MicroTeatro “Hijos a la carta”, el musical para niños “Rescate en Ha Ho Ho” (bilingüe), del unipersonal “El premio”, así como del radioteatro “De Buenos Aires a Alaska”. Aparte del español y el inglés, se desenvuelve entre el francés, el portugués y el catalán.
El director.
Ezequien Tronconi es actor, director y dramaturgo argentino cuya formación a ido de las manos de destacados formadores teatrales de su país. Ha participado en el elenco de numerosas puestas de teatro y cine. Siendo co-guionista de los filmes ‘El encanto’, ‘Congreso’ y ‘Veredas’, teniendo en su haber la dirección de varias puestas teatrales. Ha formado parte de los elencos de materiales para la televisión, así como en algunos videoclips de destacadas figuras de la música argentina. Como representante de su país, ha participado en importantes festivales cinematográficos internacionales, siendo merecedor de reconocimientos por su trabajo actoral.
Los actores.
La argentina Constanza Espejo, originaria de la provincia de Tucumán, ha venido desarrollando una constante carrera como actriz, directora y docente del teatro, tanto a nivel nacional como internacional, habiendo participado en numerosas producciones de telenovelas y series para la televisión. La radio ha sido otro de sus campos de trabajo llevando a cabo varias propuestas como conductora en programas de ese medio. Durante su estancia en Barcelona se desempeñó como modelo de reconocidas marcas comerciales. Su carrera como docente la desarrolla en el área del teatro físico, a la vez que ejerce la dirección teatral, la de coach actoral y entrenamiento individual para músicos, cantantes y actores. Ha formado parte del espectáculo “Camino Popular” de la compañía italiana de Virgilio Sieni dentro de un elenco internacional, así como de otras puestas de teatro en su país natal.
Naue Souto, bailarín, actor y director brasileño, ha venido trabajando sobre los escenarios desde su adolescencia en espectáculos en su país de origen y Argentina, donde ha residido y tomado clases bajo la conducción de Guillermo Parodi, Luis Agustini, Julio Chávez y otros reconocidos profesores. Se ha desempeñado como presentador en programas del Canal Disney Brasil, habiendo protagonizado varios cortometrajes, entre ellos “Trauma”, premiado en el Festival de Cine de Venecia. En teatro ha participado en las puestas de “Molin Rouge’, “Arlequines”, “El Escorial”, “La vuelta a casa”, entre otras, mientras en MicroTeatro Miami participó en “La bella is not sleeping in Miami”, “El Huevo” (en su versión original), “Stranger Jeans” y “San ValentinTinder”. En la actualidad se encuentra en proceso de montaje de varias obras, en carácter de director, que verán los escenarios próximamente.
El texto y la puesta.
La acción de esta obra se desarrolla en una galería de arte alrededor de una obra de las allí expuestas, la cual consta de un reloj despertador, un pequeño martillo de madera de color rosado y un huevo -de verdad- la cual produce la admiración de una asistente a dicha exposición al punto de hacerla llorar, lo cual causa asombro a un hombre que también se encuentra observando la misma obra, por lo que comienza de esta manera a producirse un acercamiento y diálogo entre ambos, donde la mujer explica su emoción ante una obra que según su perspectiva “solo puede haber sido creada por una mujer’, lo que el hombre comienza a cuestionar. La acción dramática sufre un primer cambio cuando después de hacer una apuesta entre ambos para averiguar de quien en realidad es esa obra de arte, el hombre se descubre como el autor de la misma; pero nos es hasta que el artista explica que motivación tuvo para realizar la misma, que se alcanza el punto de giro en el texto dramático. Este se producirá al no aceptar la mujer la explicación del autor, encolerizarse, ofenderle, tratándolo de misógeno, machista y algunos improperios más, llegando a romper de un golpe el ‘huevo’ que formaba parte de la obra de artística.
No seguiré contando el argumento, algo que no acostumbro a hacer, pero que consideré necesario para analizar este interesante texto dramático y puesta en escena.
En este trabajo, la autora nos ofrece la oportunidad para que meditemos sobre varios aspectos que nos están afectando a todos como sociedad actualmente, no hablo solo a nivel local sino mundial, por lo que lo primero que estamos obligados a destacar es el alcance general de este texto, lo que le ofrece a dicho trabajo un enorme valor al no dejar su mensaje encerrado en un espacio determinado. Lo segundo que se desprende de lo anterior es que estamos en presencia de planteamientos que bien pueden catalogarse de alcance tanto filosóficos como sociológicos, dada la importancia de los mismos para nuestra humanidad aquí y ahora.
Otro aspecto a destacar es que tomando el muy lamentable enfrentamiento, que algunas partes de la sociedad contemporánea se ha empeñado en establecer, mujer-hombre, la dramaturga lo trata de frente, de manera visceral, para demostrar lo absurdo del mismo, la ignorancia y ‘mala leche’ -como dirían los españoles- de tales insostenibles argumentos. Vemos también el buen hilo con que la autora va inclinando la balanza de un lado a otro de la acción para darle oportunidad al público de ir tomando parte de lo que está sucediendo en el escenario e ir analizando los argumentos que cada parte expone, lo que convierte a la obra, tal vez sin quererlo, en un excelente ejercicio de teatro sociológico.
Considero, que de manera muy inteligente y acertada, la escritora va tomando partido por cada uno de los personajes en dependencia del momento en que se va desarrollando la trama, lo que podría crear sobre el espectador no avispado la duda de hacia dónde va el verdadero apoyo de la misma. Si en los primeros momentos de la obra se sublima lo femenino a partir de los conceptos expresados por la mujer sobre los motivos que tuvo para ella la supuesta ‘autora’ para realizar dicha obra de arte, a continuación, al enfrentar ella las motivaciones personales del ‘hombre artista’, dicha estado de éxtasis dará paso a un enfrentamiento brutal en contra de lo ‘masculino’. De aquí se desprende una diatriba de doble moral, cargada de estereotipos y discursos ideologizantes muy reiterativos por nuestros días.
Otro punto, de mucho interés al que apunta el texto es el relacionado con la variabilidad que de los conceptos y discursos se apropia el ser humano según se deje llevar por sentimientos propios o ajenos, espontáneos o preconcebidos, que al final pueden resultar en estados llevados más por la exaltación que por el raciocinio y la utilización de una lógica comprensión de los acontecimientos a los que nos enfrentamos a diario.
Al final, la dramaturga nos deja ver su posición ante este enfrentamiento de ideas, de manera sutil, como a través de la rendija de una puerta semi abierta, pero que puede ser percibido, donde el personaje de la mujer no queda muy bien parado, algo que tal vez como acabo de señalar no desea mostrar muy a las claras por el lógico temor a ser marcada como anti-feminista, riesgo al que se abocaría sin duda alguna con estos vientos que nos acechan.
Con respecto a la puesta en escena de Ezequiel Tronconi, es de una concepción sencilla, casi minimalista, donde se realizan solamente un mínimo de movimientos por parte de los actores que siempre lo harán entorno a la pretendida obra expuesta y que constituye el centro del desarrollo argumenta, pero quedando perfectamente engarzado al realizarse en el espacio de una galería de arte real, rodeada de obras en exhibición.
Espejo y Souto, enfrentan su trabajo con espontaneidad, riqueza de matices y credibilidad. Ambos se dejan llevar a la piel de sus personajes con la sencillez de quienes están viviendo y no dando vida a los mismos. El buen decir de ambos se agradece, aunque en el caso de él sorprende como adopta la manera hablar tan marcada y fuerte del argentino con total naturalidad que tal parece que lo es en realidad. Lo anterior muestra el trabajo que debe hacer todo actor al asumir su trabajo, que no solo queda en aprenderse un texto y un movimiento escénico o construirse una caracterización externa, sino trabajar arduamente en lo interior y aunque pudiera parecer que al hablar de un modo en específico estamos en presencia de un rasgo externo, debemos recordar que este trabajo se encuentra estrechamente ligado al cerebro.
La obra es recibida excelentemente por el público que ha llenado el improvisado lunetario de la galería DORCAM los pasados cuatro sábados del mes de Mayo y que esperamos lo siga haciendo estos dos primeros domingos de Junio a las 6:00 de la tarde.
Realmente valió la pena el viaje hasta la ciudad del Doral para disfrutar esta propuesta teatral que gracias a la producción de Norberto Spangaro y a Primer Acto Florida Fundation (PAFF), entre otros colaboradores, se ha hecho realidad, esperando moverla hacia otras galerías como forma de llevar el teatro a lugares donde no los haya, a la vez motivar a este núcleo urbano en constante crecimiento del Oeste de Miami a que se sensibilicen en construir también salas teatrales, en lugares donde solamente se interesan por abrir negocios, restaurantes, bares, grandes y lujosas torres habitacionales, porque de cultura, del arte también se alimenta el ser humano.
Texto y fotos: Lic. Wilfredo A. Ramos
Miami, Junio 2, 2022.
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