Monday, July 25, 2022

Las penas que no matan y saben nadar. (por Wilfredo A. Ramos)



Para el año 1989 iba a subir a la escena de la segunda edición del Festival del Monólogo de la Habana, evento que tenía como escenario el Café-Teatro Brecht, un espectáculo que conmocionaría la escena teatral cubana. Abelardo Estorino, dramaturgo de apreciable trayectoria dentro de las tablas nacionales seria el causante de tal revuelo al poner sobre las tablas en dicho evento “Las penas saben nadar”, trabajo que según sus propias palabras escribió para la actriz Adria Santana.

Con dicho monólogo, tanto el dramaturgo-director como la actriz se alzaron con varios premios, además de la unánime ovación de público y crítica, siendo calificado dicho trabajo por los especialistas como el de mayor relevancia de su autor hasta el momento, algo que podría dar que pensar conociendo la destacada trayectoria artística del mismo.

Sin tiempo al descanso, el espectáculo visitó los teatros de todo el país, para prontamente comenzar su andar internacional. Escenarios de Panamá, Costa Rica, República Dominicana, Colombia, Venezuela, México, España, Estados Unidos, entre otros, subirían a sus tablas dicha obra, tanto con su intérprete original como con otras actrices que encarnarían la angustia y frustración del personaje.

Estorino hace, tal vez sin proponérselo, un homenaje al dolor del actor, al sacrificio de una carrera que puede por momentos ser ingrata y cruel, aunque en otros momentos resulte estar llena de satisfacciones y gloria. El autor juega a hacer teatro dentro del teatro, con lo que hace que el drama del quehacer teatral pueda ser apreciado en toda su magnitud. Quien hablará en escena será una actriz que irrumpe en un festival, por demás de monólogos, al cual no ha sido invitada, para que le permitan hacerse escuchar con la presentación de “La Voz Humana” de Jean Cocteau, al que ella define como ‘el monologo por excelencia’, pero donde la actriz comenzará a a hacer catarsis de toda la frustración y amargura que ha sido su vida tanto en el plano personal como en el profesional.

El que el autor mencione en su texto a grandes personajes de la dramaturgia mundial como Julieta, Ofelia, Fedra, Bernarda, Adela, Martirio, Nora o la mujer del monólogo de Cocteau, no hace más que reafirmar el carácter sumamente trascendente de este juego conceptual. Parlamentos de algunas de dichas heroínas en boca de la actriz hacen que el texto se sumerja en la esencia de lo que representa hacer teatro, así como en su significante para el actor.


Con tales antecedentes, el reconocido actor y director Marcos Casanova y la actriz Marilyn Romero, junto al apoyo de la productora Gigi González, se lanzaron a la aventura de retomar dicho texto, trabajándolo, para ofrecer una nueva propuesta del mismo, sin alterar de manera importante lo escrito por su autor, pero desechando algún que otro elemento localista, dándole de esta manera un carácter más universal al mismo.

Un elemento que enriqueció este trabajo, fue sin duda la adición hacia los momentos finales de la obra, de un fragmento algo más extenso del propio monólogo de Cocteau que el que aparece en el original, obligando a que la actriz tenga que, entregándose al referido juego del teatro dentro del teatro, incorporar otro personaje de características distintas, dando un giro actoral a su trabajo, para finalmente volver a su posicionarse de su personaje original, abandonando el escenario con su carga de pesadumbre y anhelos.


Marilyn Romero, asume el reto de este trabajo, de tan fuerte carga melodramática, consciente de la responsabilidad que conlleva la soledad en un escenario y en su empeño sale exitosa. La actriz con una larga trayectoria en cine y teatro, se enfrenta además a un espectáculo conocido ya por una parte del público, fundamentalmente de origen cubano, tanto por haberlo disfrutado en la isla, como cuando se presentó en nuestra ciudad durante la realización del I Festival Internacional del Monólogo que reunió por primera vez trabajos realizados pos artistas cubanos de ambas orillas, así también por haber sido presentado en el año 2010, en la ya desaparecida Casa del Te-atro, donde tuviera como intérprete en aquel entonces a un conocido actor y perssonaje de nuestra ciudad.

A pesar de estos antecedentes, la Romero entrega un trabajo haciendo gala de sus magníficas condiciones histriónicas. Su poderosa voz, su mejor arma al momento de subir al escenario, la acompaña de una excelente dicción y articulación de cada palabra. La actriz maneja su cuerpo con desenvolvimiento y organicidad, con desparpajo y atrevimiento, construyendo un personaje real que nos hace transitar entre la risa y la pena, llevándonos a compartir su frustración y deseos de poder encontrar el tan ansiado y escurridizo éxito por el que clama su personaje a través de toda la obra.

Un aspecto que la actriz enfrenta y del cual sale también airosa, es la variedad de heroínas teatrales, que aunque de manera breve su personaje asume en sus sueños de poder representarlas sobre las tablas, lo cual lleva a cabo con total conciencia de cada uno de ellos.

El trabajo de puesta en escena a cargo de Marcos Casanova, respetando el texto original, no deja de estar enriquecido por su consumada mirada de certero director, dejando sobre el escenario un producto revitalizado.


La concepción escenográfica a cargo de los conocidos Pedro Balmaseda y Jorge Noa, apoya de manera notable la historia contada, reafirmando el ya mencionado juego del teatro dentro del teatro que transciende en la obra, lo que permite crear la atmósfera perfecta que envolverá a la actriz, dando mayor credibilidad a la acción dramática.

El que para esta puesta en escena se haya logrado convertir el escenario del teatro Manuel Artimes en un Black Box, es una idea que debiera ser tenida en cuenta por la administración del lugar, para tratar de mantenerla de manera permanente. El lleno total de ambos días de presentación así lo amerita. Esperemos que se entre en contacto con las autoridades citadinas, al final los que manejan dicha instalación, para que asuman dicha necesaria proposición, que en esta oportunidad estuvo en manos de la propia institución MarGi Happening, productora de este espectáculo.






Lic. Wilfredo A. Ramos
Miami, Julio 23, 2022

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