Durante dos semanas, entre el 28 de Julio y el 7 de Agosto, el One-Stage Black Box del Miami Dade County Auditorium, nos brindó la oportunidad de disfrutar nuevamente de un texto del laureado dramaturgo cubano-americano Nilo Cruz, que sube a este escenario. Dicho trabajo le fue comisionado a su autor, especialmente por Arca Images, institución que ha estado muy ligada al mismo, presentando muchas de sus obras tanto en nuestra ciudad como en otras del país.
“Kisses through the Glass”, texto nacido desde el corazón de las angustias provocadas en medio del alarmismo pandémico, ha sido el que durante ocho días mantuvo lleno el lunetario con un público seguidor de la obra de Cruz.
Una vez más el autor asumió la dirección de una de sus obras, en esta oportunidad hablada en ingles, la cual puso en manos de los actores Hannia Guillén y Leo Oliva para su defensa. La actriz nacida en Cuba, quien partiendo de su formación inicial dentro del programa de preparación actoral del lamentablemente desaparecido grupo de teatro Prometeo, perteneciente al Miami Dade College, ha venido realizando una magnífica carrera tanto en el teatro, la televisión como en el cine de habla inglesa de este país. Por su parte Oliva, nacido en Miami pero de ascendencia cubana, abandonó su carrera de enfermería por la de la actuación, participando en producciones teatrales, de televisión y cine, asumiendo además la realización de los guiones de algunos de ellos. Ambos actores a su vez se han convertido en exitosos productores de espectáculos.
Lo primero que llama la atención al enfrentarnos a este texto dramático es su complejidad con respecto a la utilización del lenguaje metafórico y a los distintos niveles con que se estructura la dramaturgia del mismo, convirtiéndolo en un muy elaborado trabajo de escritura teatral, el cual necesita de una cuidadosa atención por parte del espectador. Dicho texto, escrito desde una profunda oscuridad anímica, tratará de conjugar mediante lacerantes conceptos y un uso retórico de las ideas, una realidad, determinada por la posición victimaria del ser humano ante el contexto que lo rodea y el hecho artístico en si mismo.
Al avezado espectador le resultarán obvios los diferentes niveles comunicativos mediante los cuales serán dichos los textos. Es por ello que podremos encontrarnos frente al tradicional diálogo, al siempre profundo soliloquio, al uso del teatro dentro del teatro y a la utilización de lo metateatral como instrumento de confrontación de la acción Todos estos estratos de comunicación convierten la puesta en escena en un espectáculo de compleja asimilación, donde el disfrute del mismo se ofrece no solo desde un punto de vista sensorial, sino desde un muy profundo plano intelectual.
La complejidad dramatúrgica del texto se trasladará hacia las tablas, en un coherente entrelazado de ideas y conceptos, proponiendo un montaje que parte de una algo difusa realidad que se proyecta hacia un ambiente evocador, donde lo alegórico encontrado en dicho texto pasará a formar parte de la imagen física teatral, yuxtaponiéndose un elemento al otro de forma orgánica y brutal. Si la acción va a correr de manera lineal hacia un final sin duda alguna predecible, ella nos obligará a transitar otros caminos de la imaginación donde lo real y lo ficticio se entrecruzan.
El desempeño de los actores en escena asume a la perfección los retos impuestos por el autor-director. Los dos poseen una excelente dicción y proyección de voz, aunque con acentos marcadamente diferentes -elemento que contribuye a distanciarlos a uno del otro- lo que les otorga, desde el primer momento una caracterización imaginaria propia. Ambos construyen sus respectivos personajes cargando el reto de la asimilación de fuertes y complejos conflictos existenciales, diferentes, pero con un punto de comunión, que va a aumentar su intensidad con el transcurso de la trama, colocando a cada uno de los personajes en unas insalvables antípodas.
El autor construye sus personajes a partir de un marcado componente humanista, donde la carga de lo filosófico se hace presente desde los primeros diálogos, algo que marcará todo el texto.
Si por una parte vemos con el personaje masculino, cierto interés en ofrecer un retrato más apegado a la realidad cotidiana del ser humano común, dado incluso por su propia profesión de camionero, vamos a ver que con el femenino, del cual se nos hace saber que es actriz, nos enfrentaremos a un personaje envuelto en un halo de misticismo y misterio, características que vendrán acentuadas por un vestuario totalmente negro y un singular color verde oscuro en sus labios, lo que nos pone en alerta frente a un ser que va más allá de un mero marco realista, transitando hacia lo alegórico.
Es en dicho personaje femenino, donde la acción se apropia de los elementos hiperbólicos, simbólicos y metafóricos con los que ha sido construido el texto. La oscuridad del mismo se traslada a la acción y es mediante su presencia, como la trama se eleva por senderos metafísicos y espirituales, pero a la vez con una acentuada carga de pesimismo existencial. Sin duda alguna la muerte se hará presente en la trama a través de la figura de este personaje femenino, encontrando aquí otra de las complejidades en las ideas que conforman el texto, debido a que el autor nos pondrá en contacto con un tipo de muerte ‘humana y misericorde’, lo que ofrecerá un rasgo de otredad al significante de la misma.
Un fuerte acento de pesimismo, demasiado, marcado por los anteriores elementos, recorre la obra y alcanza al espectador, el cual por momentos puede sentir cierto rechazo hacia lo que está sucediendo frente a sus ojos, pero que con cierto instinto masoquista enfrenta la imposibilidad de no sentirse fuertemente atraído por esas mismas situaciones. En esto podríamos encontrar una fuerte paradoja teatral a la que nos obliga dicho trabajo.
La relación entre ambos personajes podría ser definida desde la ambigüedad de lo que aparentan ser y lo que son en realidad, algo que es un gran acierto del texto, debido a que la realista proyección entre ambos en escena, se puede ser superada por la concepción simbólica de los mismos.
Es posible frente a un texto como al que nos estamos refiriendo, poder entrar en una gran variedad y complejidad de análisis, lo que pone de manifiesto la riqueza del mismo.
A través de dicha puesta en escena encontraremos otro aspecto que es primordial al momento de reforzar el carácter conceptual de la misma, nos referimos directamente al escenográfico, el que es concebido con suma sencillez, sentido práctico y alto referente estético-simbólico. Ese importante aspecto a tener en cuenta está concebido para reforzar el carácter alegórico de la puesta en escena, convirtiéndose en el adecuado cómplice del trabajo entre ambos actores, a la vez que ofrece al público un marco idóneo para el desarrollo de esta nada sencilla trama.
Vale señalar que esta puesta en escena haya sido hablada en inglés con la posibilidad de ser escuchada en traducción simultanea al español mediante el servicio de audífonos, lo cual ampliaba el rango de espectadores e incluso el poderla disfrutar en ambos idiomas.
Con esta nueva obra dramática, el talento de Cruz se ha visto enfrentado a una gran prueba, considerando que es el resultado, más que de una firme inspiración, de un estado de angustia, melancolía, duda e inseguridad, aspectos que podrían causar un caos, pero que sin embargo provocaron uno de los textos de más profundidad conceptual y espiritual del autor.
Nuevamente debemos agradecerle a Arca Images, hacer posible que sobre nuestras tablas aumenten las oportunidades de disfrutar de espectáculos de tan alto nivel estético y artístico.
Lic. Wilfredo A. Ramos
Miami, Agosto 8, 2022
Fotos/Julio de la Nuez
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