Según Wikipedia, “Carmen es una ópera dramática en cuatro actos, con música de George Bizet y libreto en francés de Ludovic Halévy y Henri Meilhac, basado en la novela Carmen de Prosper Mérimée, publicada por vez primera en 1845, la cual a su vez posiblemente estuviera influida por el poema narrativo Los gitanos (1824) de Aleksandr Pushkin. Mérimée había leído el poema en ruso en 1840 y lo tradujo al francés en 1852. "
“La ópera se estrenó en la Opéra-Comique de París el 3 de marzo de 1875, recibiendo valoraciones negativas de la mayoría de los críticos. Estuvo a punto de retirarse casi después de su cuarta o quinta representación, y aunque esto se evitó y al final llegó a las 48 representaciones en su primera temporada, hizo poco para subir los decaídos ingresos de la Opéra-Comique. Cerca del final de su temporada, el teatro regalaba entradas para incrementar la audiencia."
“Bizet murió de un ataque al corazón, a los 36 años de edad, el 3 de junio de 1875, sin llegar a saber nunca cuán popular iba a ser su Carmen, pues en octubre de 1875 fue producida en Viena, con éxito de público y crítica, lo que marcó el inicio de su popularidad mundial”.
O sea, que estamos hablando de una ópera que tiene ya más de 147 años de estrenada, pero que no por ello ha perdido vigencia ni impacto, sobre todo en manos de ese artista apasionado por la ópera que es el Maestro Raffaele Cardone, fundador y director de la Miami Lyric Opera (MLO).
Foto de conjunto del segundo acto.
Taberna de Lillas Pastia.
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Lo primero que quiero elogiar en esta reseña es que, sin contar con grandes recursos, Cardone logra siempre un elevado nivel artístico en cada una de sus puestas, y esta de Carmen lo confirma como regla y nunca como excepción.
Una de las tantas cosas que me agradaron de esta puesta de la Miami Lyric Opera –a la que asistí el sábado 10 de septiembre de 2022–, fueron los telones pintados que, si bien convencionales, se adecuaron a los escenarios donde se desarrolla la ópera, desde el exterior de la fábrica de tabacos donde comienza la acción, luego la taberna de Lillas Pastia y el refugio de los contrabandistas en la montaña, hasta la Plaza de Toros de Sevilla en la que tiene lugar el trágico final.
Ante de pasar a glosar las actuaciones de los cantantes protagonistas, quiero destacar la acertada manera de ir contando la historia, que no por conocida dejó de impresionarnos.
Don José y Carmen. Primer acto.
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Ya en el terreno de las actuaciones, comenzaré por el rol titular: la “Carmen” de Francesca Aguado, quien “cumplió”, tanto vocal como actoralmente, con su papel, pero sin llenarlo completamente, sobre todo como actriz, a pesar de haber estado secundada por un Don José de lujo: el tenor Philip Alongi, cuya afinada y hermosa voz “bordó” todas las arias y dúos, sobre todo el aria La fleur que tu m'avais jetée /La canción de la flor, que cantó de forma exquisita.
Con el barítono Oscar Martínez como “Escamillo”, ocurrió algo parecido que con Francesca, pues también “cumplió”, muy por debajo de su sobresaliente embaucador y farsante Dulcamara, que tanto le elogié cuando El elíxir de amor. En el aria Canción del toreador –su momento cumbre vocal– no logró el impacto que de dicha aria se espera, y para colmo, con un traje de luces de torero bastante deslucido.
La “Micaela” de Nathalie Ávila, sin embargo, fue un excelente ejemplo de que no basta con cantar bien, sino que debe ser en plena posesión del personaje, y a mí no me quedó dudas de que Nathalie venía de una remota y humilde –tal y como ella se vió aquí– aldea, y su aria Je dis que rien ne m'épouvante/ Yo digo que nada me asusta la cantó de forma sentida e impecable, siempre Micaela y no Nathalie.
Pero Nathalie no fue la única a la que se le encarnó su Micaela, pues Samantha Riling- López, como “Frasquita”, y Elizabeth DiFronzo, como “Mercedes”, estuvieron sobresalientes, tanto vocal como actoralmente, como si fueran de verdad las dos jóvenes españolas amigas de Carmen.
Foto de conjunto del tercer acto.
Entrada de la Plaza de Toros.
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Del resto del elenco: Mikhail Smigelski como “Zúñiga”; Enrique Estrada como “Morales”; Gabriel Menéndez como “Dancaire” y Rolando Valdés como “Remendado”, solo puedo decir que contribuyeron sin objeción alguna al gran éxito de esta digna y decorosa puesta de la inmortal ópera de Bizet por el Maestro Cardone, así como un muy merecido reconocimiento para la orquesta MLO, dirigida por Jeffrey Eckstein, que le sacó brillo a la maravillosa partitura de Bizet como si fuera una orquesta más grande; para el coro, dirigido por Pablo Hernández; las luces de Kristina Villaverde, y por supuesto, para el principal artífice de toda esta hermosa magia: el Maestro Raffaele Cardone.
Miami, 20 de octubre de 2022, “Día de la Cultura Cubana”.
Fotos: Cortesía de Raffaele Cardone, Miami Lyric Opera.
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