Foto tomada durante la primera visita de Martí a Cayo Hueso, en diciembre de 1891, y en la que aparece con los miembros del Comité Organizador: presidente Ángel Peláez del Pozo, secretario Gualterio García, tesorero Frank E. Bolio y vocales Aurelio C. Rodríguez, José G. Pompez y Genaro Hernández. Foto de Internet.
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La primera visita que hizo José Martí a Cayo Hueso, el 26 de diciembre de 1891, tuvo una gran trascendencia en la historia de Cuba ya que fue en esa oportunidad cuando Martí organizó y dio a conocer el Partido Revolucionario Cubano. Aunque llegaba enfermo, “envuelto en un abrigo y al descubierto la cabeza’. […] rechazó el carruaje que le tenían preparado para conducirlo al hotel Duval, y acompañó a pie a los que lo habían ido a recibir al muelle. El pueblo pidió que Martí hablara, y el los complació dirigiéndoles unas palabras, pero enfermo de la garganta y con fiebre, solo pronunció una “breve y fulgurante oración” según relata Gerardo Castellanos. Ya estando hospedado en el hotel, recibió visitas de sus compatriotas. Les estrechaba en brazos, les daba apretones de manos; ofrecía frases de afecto y de fervor patriótico…, y “a muchos pequeñuelos los besó en la frente”.
En el banquete de la noche, de 33 cubiertos, hubo brindis y recitaciones. El público invadía la calle, y Martí se vio obligado a pronunciar esa noche tres discursos. A la mañana siguiente no pudo levantarse del lecho, víctima de una aguda laringotraqueobronquitis, ordenándole el doctor Eligio Palma reposo absoluto. A pesar de que sabían que no lo volverían a ver hasta el primero de enero, el pueblo iba en masa, a todas horas, a interesarse por su salud.
Teatro del Club San Carlos en 1886.
Foto Florida Memory ©
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El día 3 de enero de 1892, en el Club San Carlos, José Martí dio a conocer a José Francisco Lamadrid, José Dolores Poyo Estenoz y al coronel Fernando Figueredo Socarrás, su idea de fundar el Partido Revolucionario Cubano (PRC). Pocos días más tarde, el 6 de enero de 1892, quedó constituido el PRC y aprobadas sus Bases, y a partir del 4 de enero de 1892 se inició un proceso de estudio y aprobación de las Bases y Estatutos Secretos por parte de la emigración de Cayo Hueso, Tampa y Nueva York. Cada agrupación existente en la emigración, o cada grupo de cubanos que quisiese formar un Club, analizó el documento, sugirió lo que estimó conveniente, y una vez, aprobados, se comunicó la aceptación al órgano supremo en Nueva York.
Una vez finalizado el proceso, se llevaron a cabo las elecciones de los cargos de delegado, tesorero, secretario y presidentes de los cuerpos de consejo en Estados Unidos (Cayo Hueso, Tampa, Nueva York, Filadelfia, Martí City en Ocala), Jamaica y Veracruz, resultandos elegidos:
Delegado: José Martí
Tesorero: Benjamín Guerra
Secretario: Gonzalo de Quesada
Objetivos:
En el preámbulo del acta se expresaba que: "El Partido Revolucionario Cubano (PRC) no se proponía perpetuar en la República Cubana, que aspiraba a fundar, el espíritu autoritario y la composición burocrática de la Colonia, sino fundar un pueblo nuevo, capaz de vencer por el orden del trabajo real y el equilibrio de las fuerzas sociales los peligros de la libertad repentina en una sociedad compuesta para la esclavitud".
Y se acordaba, entre otros lineamientos:
Se utilizará la bandera de Cuba creada por el venezolano Narciso López en 1849 y adoptada por la Asamblea de Guáimaro en 1869.
Que la bandera de Puerto Rico fuera la creada por Antonio Vélez Alvarado el 11 de junio de 1892 y aceptada por José Martí. La misma fue adoptada por la Sección de Puerto Rico del Partido Revolucionario Cubano en el 1895.
El acta además indicaba, entre otras cosas, que el Partido se fundaba:
Para lograr con el esfuerzo reunido de todos los hombres de buena voluntad la independencia absoluta de Cuba y fomentar y auxiliar la de Puerto Rico.
Que no tenía como fin precipitar la guerra, ni lanzar al país a un movimiento mal dispuesto, sino ordenar la guerra generosa y breve que asegurara en la paz y el trabajo la felicidad de todos los habitantes de Cuba.
Que no tenía por objeto llevar a Cuba a un grupo victorioso, sino preparar la guerra para el decoro y bien de los cubanos.
Que, con la finalidad de organizar y llevar la guerra a Cuba, allegaría los fondos necesarios para ello.
Que el Partido Revolucionario Cubano aspiraba a establecer relaciones con los pueblos amigos que le permitieran acelerar la guerra.
Los "estatutos secretos" establecieron una organización muy sencilla, ya que podían fundarse todos los clubes que se estimaran convenientes, con independencia los unos de los otros, siendo su labor principal la recaudación de fondos, para lo que existía una contribución voluntaria de un tanto por ciento de los sueldos o jornales de los miembros. Los presidentes de los clubes de cada localidad constituían un Cuerpo de Consejo y las elecciones se celebraban anualmente, cubriéndose los cargos de los clubes y designándose igualmente el delegado, el secretario y el tesorero, que eran la máxima representación del Partido. El delegado tenía plenos poderes, aunque Martí periódicamente realizaría visitas a los clubes e informaría de la parte de labor que podía darse a conocer.
Martí nombró a Juan Gualberto Gómez como Delegado Nacional en Cuba del Partido Revolucionario Cubano, quien a su vez se le subordinaban subdelegados provinciales:
Subdelegado: José Azcuy de Pinar del Río.
Delegado: Juan Gualberto Gómez de la Habana.
Subdelegado: Emilio Domínguez de Matanzas.
Subdelegado: Francisco Martínez Pupo de Santa Clara.
Subdelegado: Antonio Pequera de Cienfuegos.
Subdelegado: Salvador Cisneros Betancourt de Camagüey.
Subdelegado: Rafael Portuondo Tamayo de Oriente.
El principal medio de difusión del PRC fue su órgano oficial, el periódico Patria, creado por Martí en marzo de 1892 con el fin de exponer sus ideas sobre Cuba y la guerra, así como dar a conocer las actividades del exilio cubano.
Pero Martí chocó con el obstáculo de atraer y unir a los veteranos, pues muchos firmantes del pacto del Zanjón proyectaban su derrotismo sobre la emigración, otros recelaban de las actividades de Martí y de los emigrados que no habían combatido con las armas en las manos en los campos de Cuba Libre. Martí logró atraer a jefes veteranos de gran prestigio como los Mayores Generales Máximo Gómez, Antonio Maceo, Carlos Roloff y Julio Sanguily. Organizar un ejército era para Martí un objetivo primordial, pero necesitaba que un jefe veterano del 68 que ocupara el cargo de General en Jefe. Propuso a Máximo Gómez. Este aceptó, y fue aprobado por votación de los veteranos del 68. Gómez se encargó de la organización militar con los recursos del PRC. Más adelante, Antonio Maceo aceptó ser el Lugarteniente General. Así, los veteranos se organizaron militarmente según los grados adquiridos en las anteriores contiendas, y conformaron el futuro ejército libertador.
Martí confió en que, con la unión y el trabajo, el PRC lograría su objetivo, y el 17 de febrero de 1892 en Hardman Hall en Nueva York lo comunicó con optimismo: “dicen que hemos juntado a tiempo nuestras fuerzas, que en Tampa aletea el águila, y en Cayo Hueso brilla el sol, y en New York da luz la nieve, y que la Historia no nos ha de declarar culpables!”
Y así fue como, luego de este paso trascendental en aquel frío invierno de 1891, de siete largos años de trabajos, y tres de cruenta guerra, en agosto de 1898 la Guerra de Independencia terminaba con la paz y la libertad para el pueblo de Cuba. Pero había que seguir esperando: aún faltaba la independencia que no llegaría hasta 1902.
Club San Carlos, Key West.
Foto Internet.
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Teresa Fernández Soneira (La Habana 1947), es una historiadora y escritora cubana radicada en Miami desde 1961. Ha hecho importantes aportes a la historia de Cuba con escritos y libros de temática cubana, entre ellos, CUBA: Historia de la educación católica 1582-1961, Ediciones Universal, Miami, 1997, Con la Estrella y la Cruz: Historia de las Juventudes de Acción Católica Cubana, Ediciones Universal, Miami, 2002. En los últimos años ha estado enfrascada en su obra Mujeres de la Patria, contribución de la mujer a la independencia de Cuba, (Ediciones Universal, Miami 2014 y 2018). El volumen I dedicado a la mujer en las conspiraciones y la Guerra de los Diez Años, y el volumen 2, de reciente publicación, trata sobre la mujer en la Guerra de Independencia. En estos dos volúmenes la autora ha rescatado la historia de más de 1,300 mujeres cubanas y su quehacer durante nuestras luchas independentistas. En el verano del 2022 publicó La Bella Cubana, rostros de mujeres en la Cuba del siglo XIX (Alexandria Library Pub. House, Miami) que recoge 150 daguerrotipos del siglo XIX de mujeres cubanas de todas las edades y razas, acompañados de poemas de la época. Es un homenaje a la mujer cubana de todos los tiempos.
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