Wednesday, January 18, 2023

"El Papa se queda en Camagüey". Memorias de un cuarto de siglo después. (por Carlos A. Peón-Casas)


La experiencia la vivimos muchos católicos y no  católicos, en aquella fecha de hace ya dos décadas y media.

Era el 23 de Enero de 1998, y Juan Pablo II, el Vicario de Cristo en la Tierra, visitaba la diócesis camagüeyana, y celebraba una Misa Campal en la Plaza Ignacio Agramonte de la ciudad de las iglesias.

Entre citadinos y visitantes se calcularon, según reportes de prensa extranjera, unos 200.000 asistentes.

La ciudad de entonces rondaba los 300.000 habitantes. La tasa de edad media de la ciudad camagüeyana era entonces de unos 35 años.

La Misa de Camagüey fue dedicada a los jóvenes a quienes el Papa, hoy San Juan Pablo II, les recordaba en su Homilía con profético signo que:
Cuando un joven vive a su forma, idealiza lo extranjero, se deja seducir por el materialismo desenfrenado, pierde las propias raíces y anhela la evasión (...)
y habló con igual pesar del:
anhelo de evasión y de la emigración, huyendo del compromiso y las responsabilidad para refugiarse en un mundo falso cuya base es la alienación y el desarraigo.
Pero la ovación más cerrada de su discurso la merecieron otras encendidas y también proféticas palabras:
Que Cuba eduque a sus jóvenes en la virtud y la libertad,  para que pueda tener un futuro de auténtico desarrollo humano integral, en un ambiente de paz duradera.
Y recalcaba a los miles de jóvenes presentes una verdad como un templo: "... el único camino es Jesús..."
De corazón me dirijo a ustedes queridos jóvenes cubanos, esperanza de la Iglesia y de la Patria, presentándoles a Cristo, para que lo reconozcan y lo sigan con total decisión. El les da la vida, les enseña el camino, los introduce en la verdad (...)
Los reportes de prensa que nos sirven de respaldo de dos importantes agencia españolas ABC y El Mundo, seguían relatando el magno suceso de hace ya un cuarto de siglo:

la explosión llegó cuando Juan Pablo II apareció dentro de su papamovil... Cuando el Papa es divisado por la marea humana... las escenas se vuelven indescriptibles. La gente salta, grita, llora... Es la euforia. Es la exaltación... Y es que el que se encuentra por fin en Camagüey, el que está después de tanta espera, en Cuba, es el Vicario de Cristo... es además de todo eso, el premio soñado durante tanto años... También el Papa está emocionado... hizo el esfuerzo de ponerse de pie en el coche para que la gente lo viera mejor. Se le ve emocionado atrapado por el ambiente que lo rodea.
Una anécdota de aquel día muy recordada, y que nos sirve de cierre la recoge una de las crónicas citadas, cuando el Papa con inusitado gesto, se saldría momentaneamente del texto de su predicación para bromear con los miles de asistentes, entre ellos una nutrida delegación de jóvenes mexicanos:
Son cubanos y parecen mexicanos. O son mexicanos y parecen cubanos.



-----------------
Con notas de las crónicas de Santiago Martín de ABC y Alfonso Rojo de El Mundo. en Juan Pablo II en Cuba. 21-25 de enero de 1989. Documentos y Recortes de Prensa. Compilado por Nicolás Tello y José Miguel Capape. Misioneros Claretianos. Madrid.

No comments:

Post a Comment