Thursday, March 16, 2023

El Puente... teatro venezolano testimonial (por Wilfredo A. Ramos)


Para nadie es un secreto, solo para aquellos que por razones ideológicas se niegan a reconocerlo, que las tierras latinoamericanas han estado sufriendo las consecuencias de nefastos gobiernos, de todos los espectros políticos, que han llevado al continente a ser uno donde las condiciones de vida resultan extremadamente difíciles de sobrellevar, produciendo uno de las mayores éxodos de su población hacia otras naciones en busca de esa estabilidad que sus lugares de origen les ha negado. Cuba ha marcado la pauta, iniciando ese constante y desmesurado desplazamiento de sus ciudadanos desde la década de los sesenta del pasado siglo, pero hoy, en este nuevo siglo hay otro lugar en este continente que se ha visto forzado a ver a sus hijos huir cada día en cantidades que van creciendo día a día y de manera descontrolada para dejar atrás tanta miseria y represión. Ese lugar se llama Venezuela.

Precisamente, José Eduardo Pardo, dramaturgo y director teatral venezolano, ha sido el encargado de subir a la escena de Miami, una obra de su autoría, que de manera sobria, pero interesante, nos va a poner en contacto con la realidad que vive su suelo natal.

En los salones del Miami Hispanic Cultural Arts Center, de la Pequeña Habana, lugar escogido por este artista, para presentar su ciclo teatral, que tan bien ha sido recibido por el público, y que ya ha sido testigo de otras puestas suyas recientemente, es donde todos los sábados del presente mes de Marzo, se puede disfrutar de “El Puente”, obra donde como un grito sordo, se denuncia el ahogo y desesperación que padece ese pueblo.

Pardo, maestro en saber adaptar sus trabajos a los espacios, por más anti-teatrales que estos sean, logrando su inserción en ellos de manera práctica, orgánica, sacándoles el mejor provecho a los mismos, nos entrega una puesta en escena con un carácter extremadamente íntimo, mesurada, con casi absoluta necesidad de movimiento por parte de las actrices -Lina Echeverri y Ariadna González- quienes son las encargadas de dar vida a esas dos mujeres, que desde el medio de la marea humana que ansiosa trata de escapar de una tierra arrasada, llena un puente fronterizo.

Este texto fue escrito alrededor del año 2018, durante los lamentables sucesos acaecidos en la turbulentas y masivas avalanchas de venezolanos tratando de escapar hacia la vecina Colombia huyendo de la miseria y la violencia chavista, por lo que está escrito desde las mismas entrañas del dolor, la rabia y la prepotencia de ver a un pueblo huir de su tierra, dejando todo detrás.

El trabajo de Pardo, nos ofrece una manera muy interesante de comunicación entre las intérpretes, las cuales dependen de una llamada telefónica para interactuar entre ellas. Aquí no podemos hablar de movimiento en escena, de cadena de acciones preestablecidas, ni de relaciones directas entre las actrices. Todo sucederá a través de sus respectivos teléfonos celulares, porque a pesar de estar tan posiblemente cercas, dentro del mismo sitio -el puente- debido a la gran cantidad de personas congregadas a sus alrededores no habrá oportunidad para su encuentro físico.

La imposibilidad de movimiento y la amenaza de que se les termine la carga a sus celulares, marcará la dramaturgia en dicho trabajo.

Las actrices se ven impedidas de buscar apoyo en elementos extraverbales para proyectar sus emociones. Estamos en presencia de un trabajo actoral que depende completamente de las intenciones, la intensidad y la fuerza expresiva de cada una de ellas. Esta característica provee al espectáculo de una baja intensidad en el ritmo y de cierta monotonía visual, que atenta contra el mismo.

A las intérpretes se les hace una tarea difícil poder salvar dicha dificultad a pesar de sus esfuerzos por tratar de mostrar sus emociones, incluso por momentos los diálogos entre ambas se hacen poco inteligibles, al reducir el tono de la voz en sus intentos por ser naturales. De las dos actrices es la Echeverri quien mejor dicción y proyección de voz muestra. Es necesario tener en cuenta también que el espacio donde se representan estas obras no tiene las condiciones acústicas requeridas tampoco, lo que debe obligar a los actores a tenerlo en cuenta y preocuparse más por dicha situación.


El director ha concebido su puesta en el mínimo espacio de dos andamios metálicos que nos ofrecerán la imagen de aquel puente, lugar donde se desenvuelve la acción, del cual las actrices no se moverán en ningún momento, lo que ayuda a crear el ambiente de asfixia, angustia e inmovilidad que permea la puesta. Otro elemento que aporta credibilidad al hecho de que todo en el escenario se reduce a una llamada telefónica, serán las proyecciones de las caras de ambas actrices en el techo y por encima de las cabezas de los espectadores, de igual modo que se verían las mismas a través de las cámaras de sus respectivos celulares.


Un aspecto que no se puede dejar de mencionar es la excelente banda sonora realizada tanto mediante grabaciones como de efectos en vivo, realizada por el destacado percusionista venezolano Gerardo Ubieda, quien fuera uno de los integrantes de la famosa banda de rock venezolana ‘Témpano’, fundada en 1977, cultivador además de otros estilos musicales, como la electrónica experimental, el avant garde jazz y la ambiental, siendo precisamente esta última la que interprete a todo lo largo de la obra, por medio de aquellos instrumentos conocidos como étnicos, tales como el ‘palo de agua’ y los ‘crótalos’, entre otros. El minucioso trabajo del artista ayuda a crear la atmósfera adecuada al desarrollo de la trama

Ante esta nueva entrega de José Eduardo Pardo, nos vemos en la obligación de agregar que estamos en presencia de un dramaturgo-director empeñado en trabajar a pesar de las dificultades cotidianas persistentes, sobreponiéndose a ellas, para ofrecerle a la escena miamense una variedad de temas que tienen que ver directamente con esta plurinacional comunidad, todo ello sin dejar de dar rienda suelta a su imaginación artística de profundo conocedor del teatro, adaptable a las magras circunstancias de trabajo.

Enhorabuena a este proyecto teatral de Creation Arts Center, bajo la dirección de Eriberto Jiménez y Red Umbrella, de Pardo, para continuar cobijándonos bajo su buena sombra.




Texto y fotos: Lic. Wilfredo A. Ramos.
Miami, Marzo 15, 2023.

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