Tuesday, March 7, 2023

Memorias de la celebración del “Día del Estudiante Católico”. Santiago de Cuba, 7 de marzo de 1961 (por María C. Campistrous)



Aquella noche, -memorable y fundante para mí-, celebrábamos en la Catedral Primada el “Día del Estudiante Católico”; Mons. Pérez Serantes, el Arzobispo, presidía la Eucaristía. Al finalizar, una pareja de jóvenes leía la Oración-Compromiso de los estudiantes allí reunidos… De repente todo fue confusión…

Había entrado un grupo que gritando alborotaba diciendo consignas; de mi lado decíamos: “¡Viva Cristo Rey!”, “Uno, dos, tres, cuatro: hay curas para rato”, y quizá otras cosas que no recuerdo.

Cuando se pudo salir del templo fuimos hacia el Colegio “La Salle”, allí esperaban los dulces y refrescos de la fiesta.

Mientras tanto, el Espíritu aleteaba sobre las aguas revueltas del desorden cobijando nuestros miedos.

Horas más tarde, cuando fue posible, salimos de La Salle por una calleja de paredes humanas que gritaban y escupían. Más allá esperaban impacientes las familias, la escena dantesca amedrentaba…

Al día siguiente la Universidad estaba tensa, por decir de alguna forma. Palabras que he olvidado, insultos, tirones –así me sacaron del aula al pasillo–… Dos días después comenzaron las depuraciones. Alumnos y profesores de la Universidad de Oriente, la Escuela Normal y otros centros, sintieron este flagelo en sus vidas que de una u otra forma cambió en lo adelante de forma radical. Para algunos fue el trampolín que les lanzó al exilio.

Hoy escribo en memoria de los que vieron su futuro truncado, y en la de los que decidieron mantener su fidelidad a Cristo sin importar el precio. De manera especial, escribo para los que ya no están.

En el patio lasallista oíamos los gritos de la calle mientras cantábamos Clarinada, la llamada al ideal que profesábamos, confiados en que, algún día, sobre el cielo de la Patria proyectarían nuestros brazos el estandarte de la Cruz.

Muchas, muchas veces, repetimos el Himno:
Juventud porvenir de la Patria,
Juventud porvenir de la fe,
el futuro descansa en tus brazos
tus espaldas serán su sostén…
Con la Estrella y la Cruz como emblema
ha de ser nuestra marcha triunfal
¡Viva Cuba creyente y dichosa!
¡Viva Cristo monarca ideal!...
Al salir, no exenta de temor, repetía en mis adentros: ¡Cristo y yo: mayoría aplastante!

Esa noche sentó pautas en mi vida.

No comments:

Post a Comment