Mons. Carlos Baladrón Valdés, Obispo Auxiliar de La Habana (1991-1998) y primer obispo de la diócesis de Guantánamo-Baracoa (1998-2006), falleció el pasado 10 de mayo en la ciudad de Miami.
Sus exequias se celebraron el lunes 15 de mayo, en la parroquia de Nuestra Señora de Guadalupe, en el Doral. La misa de despedida estuvo presidida por Mons. Dionisio García, arzobispo de la arquidiócesis de Santiago de Cuba, concelebrada por Mons. Wilfredo Pino, arzobispo de Camagüey y quien fuera el segundo obipo de Guantánamo-Baracoa (2007-2016), Mons. Felipe Estévez, obispo emérito de St. Augustine FL, Mons. Héctor Peña, obispo emérito de Holguín y 22 sacerdotes.
Comparto con los lectores la homilía pronunciada por Mons. Felipe Estévez. (JEM)
Parroquia de Nuestra Señora de Guadalupe.
Doral. Miami)-15 de Mayo 15, 2023.
Fotos/Angel Andrés González y José Luis Ramos.
Tomadas de Holguín Católico
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Este es un tiempo en que la Iglesia celebra con gran júbilo universal el misterio pascual -la pasión, muerte, resurrección y ascensión de Jesucristo el Señor, el Hombre Nuevo-, el único en la historia que es vencedor de la muerte y por ende es esperanza de vida eterna para cada uno de nosotros y especialmente para su discípulo Obispo, Carlos Baladrón Valdés.
Las palabras del Evangelio de hoy ( Juan 14:1-7) son realmente consoladoras. Nos dice el Cristo Resucitado: “No se inquieten… en la Casa de mi Padre hay muchas habitaciones, sino fuera así lo habría dicho porque voy a prepararles un lugar”. Como nos lo enseña el prólogo del Evangelio de San Juan, desde toda la eternidad el Verbo divino “estaba junto a Dios. En el Verbo estaba la Vida y la vida era la luz de los hombres”. El Resucitado promete ir a la Casa del Padre para preparar una morada para cada uno de nosotros allí donde la vida es eterna y el amor siempre está vivo.
Mons. Carlos Baladrón fue agraciado por el amor personal del Señor Jesús quien le mostró su cercanía. Allá en la Provincia de Oriente, Cuba, él fue agraciado por el don de la fe y el bautismo.
Allá acogió la vocación sacerdotal recibiendo de Mons. Pedro Meurice la ordenación sacerdotal y catorce años después la ordenación episcopal de manos de Mons.Jaime Ortega el 5 de Enero del 1992 en Manzanillo, para servir como Obispo Auxiliar de la Habana junto a Mons.Alfredo Petit.
Escogió el lema “He venido a servir” (Mt 20, 28) y así fue su episcopado pues sirvió con valentía en circunstancias muy difíciles. En su pectoral tenia una perla… la perla preciosa que es Jesús.
Hay un día especialísimo en su itinerario de fe, ese inolvidable día fue el 24 de enero de 1998 cuando su Santidad Juan Pablo II, en la misa que celebraba en Santiago de Cuba, anunciara personalmente en territorio nacional la creación de la nueva Diócesis de Guantánamo y el nombramiento de Mons. Baladrón como su primer obispo fundador. Durante ocho años, Mons. Baladrón, a pesar de pocos recursos, impulsó el crecimiento de los agentes de pastoral, de tres al inicio a 13 sacerdotes años después, de tres parroquias a 13, contando además con más de 30 capillas extendidas a través del territorio para la celebración de la Palabra de Dios y la Catequesis haciendo a la Iglesia presente en lugares remotos. También impulsó el apostolado del laicado a través de las Convivencias Interdiocesanas, la preparación de las Asambleas Nacionales de Pastoral Juvenil, Encuentros Regionales, Continentales, dando total apoyo a las Jornadas Mundiales de la Juventud. Bendijo muchos matrimonios que hoy perduran y son testimonio hoy de la familia cristiana. Y mucho más se podría decir, pero el recuerdo de su entrega pastoral ha quedado para siempre en el corazón de los Guantanameros en Cuba y fuera de Cuba.
En el libro clásico de la Imitación de Cristo se encuentra el capitulo 12 que trata del Camino Real de la Cruz. Reflexionando sobre Jesús, el autor nos recuerda los sufrimientos que Jesús mismo compartía con sus discípulos: “No tenía que padecer eso el Mesías para entrar en su gloria?” (Lucas 24:26) También el misterio de la cruz se hizo particularmente presente en la vida de Mons. Carlos Baladrón afectando su salud. El mal espíritu puso frenos y sembró confusión. Manos maléficas le hicieron daño y en Julio de 2006 el Papa Juan Pablo II aceptó su renuncia como Obispo de Guantánamo. Ahí empieza una nueva y difícil etapa para él: la del exilio. Cerca de su familia y de tantos feligreses conocidos de sus años como Vicario General de la Arquidiócesis de la Habana y tantos años como sacerdote y Obispo en Oriente, Monseñor Baladrón fue acogido en la Arquidiócesis de Miami, esta Diócesis que ha sido, a través de mas de seis décadas, magna en la caridad hacia los inmigrantes y exiliados, especialmente los cubanos.
Aquí ahondó Carlos en el amor de Cristo, la aceptación de su cruz y el importante apostolado de la oración. Aquí todos nosotros presentes conocimos su testimonio de cordial amistad, de gran cercanía fraterna y sencillez de vida y no pocos fueron guiados espiritualmente gracias a sus dones pastorales.
Vivió en Cuba no lejos del Santuario Nacional de la Virgen de la Caridad. Y en Ella se sentía unido a la Iglesia y a la patria y a su sufrido pueblo.
Esta mañana confiamos en el don de la esperanza teologal, pues esperamos que Jesús el buen pastor… camino, verdad y vida lleve, gracias a su infinita misericordia, a su amado hijo Carlos - Chachi para los íntimos- a contemplar cara a cara para toda la eternidad al Dios uno y trino.Ahora le toca desde el cielo nuevo y tierra nueva que el Señor nos ha prometido una nueva etapa llena de paz y felicidad. Y nosotros desde aquí deseamos que siga acompañando y velando por nosotros peregrinos. Amén . Alleluia, Alleluia.
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Texto tomado de Holguín Católico
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