El ballet Coppélia o la Muchacha de los ojos color de esmalte, con coreografía de Arthur Saint Léon y música de Leo Delibes, fue estrenado el 25 de mayo de 1870 en la Ópera de París, y 153 años después sigue sin perder el encanto y la magia de cuando se estrenó.
Su argumento está basado en el cuento El espíritu del sueño, de Hoffmann. La celosa Swanilda ha descubierto a Frank, su novio, lanzándole besos a una joven que aparece sentada tras la ventana de la casa del misterioso Doctor Coppélius, y al encontrar la llave que providencialmente el doctor ha perdido al sacar su pañuelo en la plaza, convence a sus amigas para penetrar en la vivienda, donde encuentran varios simpáticos muñecos de cuerda a los que ponen en movimiento. Coppélius las sorprende, y todas, menos Swanilda, logran escapar. Entonces irrumpe Frank por una ventana, tras subir por una escalera de mano, y el anciano doctor lo emborracha y lo duerme, con planes siniestros: robarle su aliento vital para insuflárselo a la “niña de sus ojos”, que resulta ser otra muñeca. Como Swanilda la ha suplantado en su asiento, cuando Coppélius la trae de su habitación y trata de sacarle la sangre a Frank, simula cobrar vida, para alegría del anciano, y logra impedirlo. Mientras baila, consigue despertar a Frank, y juntos huyen de la juguetería, donde su dueño queda desconsolado. El ballet finaliza con la boda de los enamorados.
Hay que agradecer –y mucho– entonces a la prima ballerina forever y maestra Alihaydée Carreño que haya escogido montar y presentar este bello ballet para la función de fin de curso de su Escuela de Ballet, en el Seminole Theatre de la ciudad de Homestead, el domingo 11 de mayo de 2023.
Coppélia es un ballet que comienza en grande, con ese famoso Vals donde tantas primeras bailarinas cubanas han dejado su impronta –comenzando por Alicia Alonso, las Cuatro Joyas y la propia maestra Alihaydée– y Natalie Martínez, la jovencísima Swanilda de los dos primeros actos, se calzó las zapatillas de la protagonista como toda una consagrada, lo cual considero una verdadera hazaña, tanto suya como de su ensayadora, la maestra y directora de la escuela, la inolvidable Aly Carreño.
El también muy joven bailarín Shadian Aquia se lució desde el inicio como el casquivano, enamoradizo y coqueto Frank, tanto en sus variaciones como acompañando a Natalie en los pas de deux, así como en la parte actoral y las graciosas pantomimas que este ballet cómico demanda.
Shadian Aquia (Franz)
y Natalie Martínez (Swanilda)
en el pas de deux del primer acto
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Catherine Balladares y Shadian Aquia (Franz) en las Czardas del primer acto.
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Regresando a Natalie, en el segundo acto logró el apogeo de su actuación, pues aquí Swanilda tiene que simular que es la muñeca mecánica creada por Coppélius, y su conversión en mujer fue un momento sublime, a la altura de la también sublime música de Leo Delibes. Luego, ya “pletórica de vida”, brindó una danza española exquisita y una danza escocesa impecable.
Natalie Martínez (Swanilda)
en la “Danza española” del segundo acto
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El cuerpo de baile, tanto juvenil como el infantil –tan lleno de ingenuidad y frescura–, cumplió eficazmente su cometido, y las cuatro amigas de Swanilda: Mia García, Mia Gauhiac, Amanda Moreno y Jessica Aparicio –sus “cómplices” desde el inicio–, bailaron toda la coreografía con gran simpatía, acople y musicalidad.
A Catherine Seda le tocó la difícil tarea de como mujer encarnar al Dr. Coppélius, un rol tradicionalmente a cargo de un hombre –y específicamente, un consumado bailarín de carácter– y considero que cumplió su cometido sin deslucir la puesta, algo muy de agradecer, aunque en los saludos finales debió mantenerse en situación y no bailar como si fuera una más del cuerpo de baile.
Shadian Aquia (Franz)
y Catherine Balladares (Swanilda)
en el pas de deux del tercer acto
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Regresando al tercer acto –en el que hubo un cambio de la bailarina protagonista de los dos primeros actos por la también muy joven bailarina Catherine Valladares–, el Vals de las Horas, otro momento cumbre de la obra, fue otro logro más de la esforzada función, y después de todo un simpático desfile dancístico con las alumnas –y un alumno– de la Escuela de Ballet de Alihaydée, aparecieron los felices novios para su boda, donde la sonriente Catherine Valladares y el solícito y atento Shadian ofrecieron el pas de deux completo, con un notable acento en sus variaciones y en la coda final, arropados luego por toda la troupé en escena, con hasta la propia Aly bailando con énfasis en el estilo característico de este ballet de aire eslavo, cuidado especialmente por sus protagonistas, lo cual remarco como otro gran acierto de esta puesta, amén del hermoso vestuario, que sin dudas contribuyó a realzarla aún más, y no puedo concluir sin mencionar a Rita Paula Sarubbi- Harvey, que como la alcaldesa de ese pintoresco pueblo de la Europa Central, le dio a su personaje la prestancia y la elegancia ideal que se debe esperar de una autoridad tan importante.
Natalie Martínez (Swanilda, 1er y 2do acto),
Shadian Aquia (Franz) y Catherine Balladares (Swanilda, 3er acto),
con parte del cuerpo de baile infantil y
juvenil en los saludos al final del tercer acto.
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Baltasar Santiago Martín
Hialeah, 12 de mayo de 2023.
Fotos/Gerardo Torres
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