Queridos hijos e hijas del siempre legendario Camagüey:
Además de saludar a cada uno quiero, por medio de estas líneas, apelar nuevamente a su preocupación de ustedes por Ia Iglesia que peregrina en Cuba y, especialmente, por el Hogar de Ancianos Monseñor Adolfo que ha recibido su apoyo desde el mismo momento en que se colocó la primera piedra. Esta obra de misericordia (tan elogiada por muchos hoy día) no solo ha sido una labor de los que estamos aquí sino de ustedes, los que están allá.
Las religiosas que administran este Hogar pertenecen a la Congregación de las Hijas de San Camilo de Lelis, por eso les llaman "Hermanas Camilianas". Ellas son tres, y nacidas todas en Perú. Su trabajo lo hacen atendiendo a los 95 ancianos residentes y otro grupo que pasa el día. Yo he querido que la superiora, la Hna. Beatriz Chune. vaya a visitarlos a ustedes para que conozcan de primera mano la labor que realizan. EI viaje no ha podido ser porque ella necesitaría tener la visa de Estados Unidos y, en este momento, se ha vuelto difícil poder conseguirla. Pero espero que algún día podrá lograrse esta visita.
La gran dificultad que tenemos ahora es que los elevadores de este Hogar de tres pisos han dejado de funcionar y los técnicos dicen que no queda otro remedio que reemplazarlos. Y todos estamos preocupados con la posibilidad de que ocurran accidentes subiendo y bajando las escaleras.
Les comparto que los elevadores los podemos comprar en una firma en España con la que ya hemos hecho contacto, pero hay que reunir los fondos necesarios. Y es en este punto donde les pido su contribución. ¿Cómo ayudar?
Camagüeyanos Católicos, Inc., es una organización sin fines de lucro y formada por un grupo de voluntarios camagüeyanos en la diáspora, en los que confío plenamente y está a cargo de la recaudación. Pueden enviarles su contribución, por pequeña que sea, por Zelle o cheque a Camagüeyanos Católicos, Inc., 8558 SW 114 Place, Miami Fl 33173, o por Pay Pal: https://tinyurl.com/mvtevcn7 .
A la Virgen de la Candelaria, Patrona del Camagüey, le pido que consiga muchas bendiciones de Dios para cada uno de sus hijos camagüeyanos, los de aquí y los de allá.
Me despido dándoles la bendición: ¡Que Jesucristo, el Señor, esté siempre a su lado para defenderlos ¡Que Él vaya delante de ustedes para guiarlos y detrás de ustedes para protegerlos! ¡Que El vele por ustedes y los sostenga! Y que la bendición de Dios todopoderoso: Padre, Hijo y Espíritu Santo descienda sobre ustedes y los acompañe hoy y siempre.
Amén.
Mons. Wilfredo Pino Estévez.
Arzobispo de Camagüey
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