Wednesday, October 18, 2023

Una interesante referencia sobre la habilitación de sellos postales españoles en Puerto Príncipe en el invierno 1898 - 1899. (por Carlos A. Peón-Casas)



El hecho inició en diciembre de 1898 en el minuto en que las tropas norteamericanas se habían hecho fuerte en la ciudad en plan de ocupación tras las salida de las tropas españolas en el mes de noviembre.



Se nos refiere al respecto en Puerto PríncipeUn interesante asunto sobre sellos en Cuba, publicado por The Blue Sky Press, Chicago 1904, y firmado por J. M. Andreini.

La habilitación de aquellos sellos, con valores de 1, 2, 3 y 5 centavos, constituían una novedad en la ciudad del Príncipe. Se acometió la empresa en una imprenta local, en tinta negra. Hasta ese minuto los sellos al uso eran los emitidos por el Gobierno Español en las series correspondientes a 1896 y 1898-1899. Sobre aquellas denominaciones se acometió el correspondiente recargo.


Los detalles del hecho nos llegan través de una comunicación citada por el autor del libro, del Administrador Principal del entonces Departamento de Comunicaciones, al responsable del Taller Tipográfico Las Dos Repúblicas, que acometió el empeño:
En cumplimiento de de órdenes recibidas por este Departamento… del Comandante General de la Provincia, sírvase disponer se sobretimbren, en el taller y bajo su dirección los siguientes sellos de milésimas, habilitándoles, en las cantidad y valores siguientes de acuerdo con el diseño aprobado:

3000 de una Milésima, con un centavo.

3900 de dos Milésimas, con tres centavos

1000 de cinco Milésimas, con cinco centavos.
La susodicha comunicación firmada por el General Lope Recio, apareció publicada originalmente en el Periodico “Las Dos Repúblicas” con fecha del 21 de diciembre de 1898.

Al parecer aquella no fue la única vez que se acometieron tales labores de sobre timbrado.

El autor del libro, interesado en el asunto ya desde un punto de vista más filatélico, retomaría sus propias averiguaciones. Al parecer se sucedieron otras tres sobreimpresiones.


Como dato curioso el autor alude al hecho de que aquellos sellos se usaron principalmente en la ciudad de Puerto Príncipe, y en el poblado de Minas, a medio camino rumbo a Nuevitas, y en aquella misma ciudad portuaria. Por ser muy particulares y raras, aquellas cancelaciones, conservan las marcas de una antigua máquina donde se lee “Correo de Puerto Príncipe, Ysla de Cuba” y “Minas de Príncipe, Ysla de Cuba”.

Sin dudas, el correo local en Puerto Príncipe, ciudad y capital de la provincia de antaño, suministró los sellos a los destinos ya mentados de Minas y Nuevitas, y también presumiblemente a Santa Cruz del Sur.

El autor en sus indagaciones visitó la ciudad de Puerto Príncipe. Allí pudo conocer al linotipista de la imprenta Las Dos Rosas, Enrique Terradas Escobar, quien le ilustró sobre el particular y le aseguraba de la originalidad de aquella labor de sobreimpresión por el acometida, y de la imposibilidad de poder duplicar, con lo que quedaba zanjado el tema de que tal emisión hubiera podido ser re-imitada de algún modo.

De aquel periplo en plan de indagación para su libro, nos dejaba sus especiales referencias que traslado al lector desde el original en Inglés a mi vista:
Cuando estuve en Cuba, hace dos inviernos atrás, tuve el placer de conocer al general Lope Recio… El General Lope Recio que es un genial caballero, es ahora el Gobernador Civil de la provincia de Puerto Príncipe. Y me confirmó que había recibido misivas indagando sobre el asunto de los sellos de diferentes partes del mundo.
Sin dudas, la indagación del autor sobre el tema fue una muy reveladora, sobre un tema del que poco o nada hemos oído. Los sellos pasaron, según sus pesquisas, a manos de reconocidos coleccionistas en la capital entre ellos Truffin, Margarit, y los Drs.Weiss y Tremols.

Un estudio sobre el particular lo emprendería el Sr. Barreras de la Sociedad Filatélica de Cuba, y que publicara en la misma época en la Revista Cubana de Filatelia.


El autor finalmente daba las gracias de modo encarecido al ya mentado General Lope Recio, a su secretario de entonces el Sr. Ramón Silva, y a su corresponsal en la ciudad el Sr. Francisco Parras. En otras menciones de agradecimiento dejaba constancia de otros nombres de amigos en la ciudad del Príncipe: Arostegui, Castro-Palomino, Pérez del Castillo y Zayas Bazán.

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