Fotos/ Luis F. Bastián Cadalzo.
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Para cualquier camagüeyano no muy bien enterado, la alusión del título pudiera parecerle extraña. Pero si es curioso, entenderá con lo que sigue.
La muy antigua iglesia conventual de La Merced en lo más céntrico de la ciudad de tinajones ancestrales y ríos de poco calado que nunca llegaron al mar, fue en varios momentos de su historia, emplazamiento militar, cambiabdo su antiguo propósito salvífico y de paz y amor, por el ingente traqueteo de las armas y la presencia de soldados.
El espacio conventual con su espléndido patio anexo a la Iglesia, que tiene existencia desde el primitivo siglo XVII, luego ya edificada en 1747 con su majestuosa impronta tal y como la admiramos hoy, nos muestra en un ángulo propicio una muestra de aquellos momentos en que el espacio fuera acomodo para un cuartel.
Se trata de unos cañones, de una antigua dotación, que las tropas españolas tuvieron destacados en otro sitio no precisado de la ciudad.
Los susodichos artilugios en bastante buen estado de conservación aparecieron en tiempos recientes enterrados en los terrenos de otra casa eclesial, ubicada en las proximidades del antiguo camino de Palomino, hoy área conexa con la Carreteta Central en su salida occidental.
Después de ser encontrados en una excavación el entonces Rector de la Casa Diocesana de la Merced y actual arzobispo de la Diócesis, Monseñor Wilfredo Pino, los destinó como oportuno recordatorio, a su actual emplazamiento.
Junto a ellos se recogen algunas precisiones históricas que recuerdan la otrora función militar que tuvo ese egregio y emblemático sitio de la ciudad agramontina.
Para cerrar estos apuntes, y como beneficio del lector, incluyo algunas referencias para que ilustren mejor sobre el particular:
No existiendo en esta ciudad otra clase de fuerza armada que la de milicias, cuya guardia de prevención ocupaba una casa particular alquilada al efecto, carecíase en absoluto de cuarteles por considerarse innecesarios; así fué, que cuando a fines de 1821 vino de guarnición a esta plaza el batallón de León al mando del Coronel D. Miguel Balbuena, hubo que alojarlo en el convento de S. Francisco, como lo fué en el de la Merced la compañía del 1° Provisional que vino en 1826 á reforzar el escaso contingente de León (1)
De 1820 a 24 sirvió el Convento de cuartel a la Milicia Nacional. Desde 1824 a 1827 estuvo alojada en los claustros del Convento una compañía del extinguido Regimiento de Valencey, llamado después de Morales.(2)
[1849] Se construyeron obras de fortificación en la plaza de la Merced y frente al cuartel de Caballería, y se levantó un muro aspillerado sobre la azotea del templo cuya plaza se habia fortificado. En dichas obras se gastaron gruesas sumas inútilmente, pues fueron derribadas más adelante sin haberse obtenido con ellas otro resultado, que obstruir el tránsito público.(3)
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1. Colección de Datos Históricos, Geográficos y Estadísticos de Puerto Príncipe y su Jurisdicción. Juan Torres Lasqueti. Habana. 1888. pag. 129
2. Ibid. Nota 7 a.
3. Ibid. pag 263
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