El sábado 22 de agosto de 2023 asistí al Teatro Goodlet, de la ciudad de Hialeah, para disfrutar de la puesta en escena de la obra El gato con botas, una muy bien lograda adaptación y versión musicalizada del cuento homónimo, incluido por Charles Perrault en su libro Cuentos de antaño, publicado en 1697 a partir de un cuento popular europeo, y recogido a su vez por Giovanni Francesco Straparola –no vaya a ser que este nos “atrape” y nos acuse de no respetar sus derechos de autor medievales desde “el más allá”, porque, además de autor de esta reseña, tengo vínculos afectivos con El Ingenio Teatro y, por supuesto, con Lilliam Vega, su directora, quien también adaptó –junto a Raquel Carrió– y dirigió la obra –a dúo con su madre, Flora Lauten–; Ivanesa Cabrera como coach de actuación para los niños, y Loipa Alonso como productora.
Lilliam ha vencido el reto de actualizar y renovar –en este caso, “desempolvar”– un texto de 326 años de antigüedad para convertirlo en una deliciosa y dinámica comedia musical, en total complicidad con su equipo creativo, sus actores y actrices “de plantilla” y los estudiantes del Innovative Musical Theater Summer Camp 2023, sin desdorar –como se decía también antaño– los diseños de ese artistazo que es Armando Tejuca –sobre todo de las caras picassianas de los muñecones.
Los muñecones picassianos
de Armando Tejuca
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Como ya he dicho en otras ocasiones, escoger a los actores –porque no puede ser tampoco “cualquier” actor– es primordial en cualquier obra de teatro pero, si la misma está dirigida a un público mayoritariamente infantil, entonces la selección se vuelve mucho más delicada, porque no todo actor es capaz de asumir un personaje protagónico –en este caso, un gato parlanchín y simpático– de la forma más “felina” posible, para no ser grotesco ni ridículo, y Luis Naleiro logró una caracterización tan creíble, como el gato marrullero y habilidoso que centraliza la puesta, que hizo que el tiempo volara y volviéramos a sentirnos niños grandes otra vez, gracias a su ductilidad, su vis cómica y, por supuesto, a la precisa y eficaz dirección del binomio Vega- Lauten, hija y madre “por la gracia de Dios –y de Pastor Vega.
Luis Naleiro como El Gato
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Al igual que en toda compañía de ballet, no basta que las primeras figuras sean de primera si el cuerpo de baile que las acompaña y secunda es desastroso, y este Gato de Naleiro estuvo arropado por un elenco de actores de primera, sin ningún altibajo, tanto el Hijo del Molinero, el Ogro, el Rey y la Princesa, como el Pulpo y la Gata, a cargo, respectivamente, de Hosny García, José Raúl Acosta, Mauricio Rentería, Kirenia Vega, Fanny Tachín y Ángela Moreno.
Hosny García como
El Hijo del Molinero
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Estudiantes del Innovative
Musical Theater Summer Camp 2023
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Luis Naleiro como El Gato
y estudiantes del Innovative
Musical Theater Summer Camp 2023
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Mauricio Rentería como El Rey,
Hosny García como El Hijo del Molinero
y Kirenia Vega como La Princesa
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Hosny García como El Hijo del Molinero
y Kirenia Vega como La Princesa
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Una de las peores cosas que se pueden decir de una representación teatral es que sea aburrida y que los espectadores se pregunten “cuándo se va a terminar esto” – máxime cuando tienes a niños sentados en el auditorio–, pero, créanme, este Gato con botas de El Ingenio Teatro estuvo totalmente libre de ese pecado, y soy yo el que, en vez de ellos, lo “confiesa” gozosamente, “a quien pueda interesar”, deseando que, al recibo de esta elogiosa reseña, se encuentren todos bien, en unión de sus familiares y amigos, como se decía antaño, pero no tan lejano como en 1697.
Fotos: Baltasar Santiago Martín y El Ingenio Teatro
Baltasar Santiago Martín
Fundación APOGEO para el arte público
Asociación de Cronistas de Espectáculos de Miami (ACEM)
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