Sunday, May 26, 2024

Epitafio para un amigo. En Memoria de Nelson Dorr. (por Wilfredo A. Ramos)


El amanecer del día de hoy, 26 de mayo, nos ha traído la lamentable noticia del fallecimiento del director teatral cubano Nelson César Dorremocea Udaeta, conocido por todos por su nombre artístico Nelson Dorr, quien el próximo 31 de julio arribaría a los 85 años de edad.


Miembro de una familia donde los tres hermanos se dedicaron al teatro -Nicolás dramaturgo y Daisy actriz- llegó a esta manifestación de mano de la casualidad, obligado por su hermano a dirigir esa primera obra -“Las Pericas”- que convulsionó al teatro nacional en la década de los sesenta.


A su amplia trayectoria en las tablas, dirigiendo textos de dramaturgos cubanos e internacionales, se suma su atrevida incursión en todos los géneros escénicos -unipersonal, drama, comedia, farsa, teatro para niños, galas, ópera, ballet, musicales- siendo el máximo exponente de ese último género en Cuba.


Su labor pedagógica siempre anduvo de la mano con la creativa, impartido talleres y cursos tanto de superación como de formación para assistants de dirección, actores y directores.


Su constante presencia como presidente de las llamadas comisiones de evaluaciones -invento burocrático para ‘medir’ los conocimientos artísticos- lo llevó a cada rincón del país donde un teatrista necesitara de su consideración y opinión para poder desempeñar su trabajo.


Llevó su labor de director más allá de las fronteras cubanas, dirigió elencos en Nicaragua, El Salvador, Costa Rica, Brasil, Ecuador, México, Libia, Francia, URSS y España.

El año 2011 vio cómo se le concedía el Premio Nacional de Teatro -bastante tardío por cierto- gracias a la firme posición de los integrantes del jurado -premiados con anterioridad todos ellos- que casi exigieron que se enmendara tal inaceptable olvido.

Director de fuerte carácter, trabajó con igual celo con grandes figuras de las tablas como con recién graduados de las escuelas teatrales. Trabajar a su lado fue siempre una escuela, no dudando en detener un ensayo para ofrecer información sobre una época determinada, un estilo de trabajo o una técnica. En muchas de sus obras hasta llegaba a montar las coreografías y hacer los diseños de escenografías y vestuario, esto último gracias a sus conocimientos por ser graduado de la Academia de Artes Plásticas de San Alejandro.


Fue responsable de la vuelta triunfal a los escenarios de grandes y admiradas figuras como María de los Ángeles Santana y Rosa Fornés, haciéndolas sumar más triunfos a sus ya exitosas carreras.

Podríamos continuar escribiendo del artista, del maestro, del amigo, pero en este momento los sentimientos me traicionan y el dolor ante su partida me nubla la vista.

Atreviéndome a parafrasear una oración católica, tal y como una vez él lo hiciera, al referirse a la Santana con el Ave María, ahora digo:

“Director nuestro que estás ya en los cielos, continúese haciéndose tu voluntad teatral aquí sobre los escenarios. Amén"



Wilfredo A. Ramos
Miami, mayo 26, 2024.

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