Brújula rusa que trajo mi tío
de Cuba en 1978. Foto de la autora.
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“No somos prisioneros de nuestra historia, sino arquitectos de nuestro destino”. Hermann Hesse
Fue una noticia que nos conmovió a todos y que sucedió ya hace años: después de una larga travesía de 5 días, un joven refugiado cubano de 15 años moría deshidratado antes de llegar a tierra sin haber podido estrenar su libertad. Pensé mucho aquellos días en mi tío.
Un día de octubre de 1978, mi madre recibió una inesperada llamada telefónica. “¿Es usted …?” “Sí, contestó ella”. “¿Conoce usted a …?” “Sí, es mi hermano, ¿ha pasado algo?”, le dijo ella angustiada. “Señora, el acaba de llegar a los cayos de la Florida en un bote”, le dijo el agente de inmigración. “En unas cuatro horas podrá verlo”. Fue algo sorpresivo, insospechado, y en aquel momento pensamos que hasta había sido una insensatez y un disparate por parte de mi tío pues no lo esperábamos de un hombre que ya contaba 54 años. Había tramado un riesgoso plan para escapar de su patria en un bote con la idea de luego traer a su familia que había quedado en La Habana. Esto ocurrió ya hace muchísimos años - pronto se cumplirán 46 - cuando aún no estaban de moda los “balseros”. Con solo una vieja brújula, un poco de agua, algunas latas de sardinas y sus conocimientos del mar, había hecho el viaje a tierras de libertad junto a tres amigos, saliendo de la costa norte de La Habana hacia los cayos de La Florida. Dios había sido misericordioso con ellos pues habían vencido obstáculos y habían llegado a su destino.
Durante los últimos 50 años la Guardia Costera de los Estados Unidos ha recogido a miles de refugiados en las costas de la Florida, aunque también ha encontrado muchas balsas vacías y que nunca se ha sabido quien o quienes viajaban en ellas. No solo han sido los cubanos sino también los haitianos los que se han aventurado a la travesía. Y más recientemente son los refugiados de América Latina que salen, ya no por mar sino por tierra, buscando unos la libertad y otros una mejor vida para ellos y su familia. Es un tema candente en la actualidad. Sus países de origen no les ofrecen el bienestar básico para vivir, y muchos se lanzan a la odisea. ¿Cuántos habrán muerto en el intento? Nunca lo sabremos. Esto demuestra el inmenso rechazo del hombre a la opresión, a la pobreza, y al deseo de libertad siendo capaces de arriesgar su propia vida para obtenerla.
En busca de libertad se han realizado profundos cambios en algunos países en las últimas décadas. Vimos pasmados el derrumbe del muro de Berlín en noviembre de 1989, que con una longitud de 155 km estuvo en pie 28 años rodeando literalmente al Berlín occidental y aislando completamente al Berlín oriental, subyugados estos por una ideología comunista. Nos conmocionaron también las revueltas de la juventud en la plaza de Tiananmen en China; el derrocamiento de gobiernos en Hungría, Polonia, Rumania, y recientemente estamos viendo la cruenta lucha de Ucrania para no dejarse esclavizar por Rusia.
Pero todavía quedan pueblos sometidos por el comunismo o por regímenes dictatoriales. Sin ir muy lejos tenemos a Venezuela y a Nicaragua. Estos pueblos quieren la democratización, la libertad de culto, la libre empresa, el derecho a la propiedad privada y a expresarse sin censura; el derecho a una vida digna. En Cuba, por ejemplo, los cubanos han vivido seis décadas bajo el totalitarismo, y han sido bombardeados con ideas materialistas y ateas. Y luego está la intolerancia religiosa. En muchos países la práctica de la religión sea esta cristiana, hebrea, hindú, musulmana, mahometana, budista o de otro credo religioso, es considerada “enemiga del progreso o del estado”, y se discrimina a muchos por su manera de pensar o vivir.
Hay que inyectarle a la humanidad conceptos como hermandad, honestidad, amor, verdad, tolerancia, perdón. “No solo de pan vive el hombre” dijo Jesucristo durante sus años en la tierra, por lo que con la prosperidad material solamente no se puede ser feliz. Es más importante cultivar el espíritu que fomentar el materialismo para que crezca el bolsillo. Mahatma Gandhi, el líder espiritual y político hinduista indio, abogó incansablemente por la paz y la justicia, sin importar las convicciones religiosas de las personas. Su mensaje de no violencia y respeto mutuo trascendió las barreras de la religión, uniendo a personas de todas las creencias en la lucha por la paz.
En 1980 en El Salvador, Monseñor Oscar Romero se desplomó mortalmente herido ante el altar de la capilla del hospital de la Divina Providencia mientras oficiaba una misa. Como arzobispo, Romero había denunciado en sus homilías dominicales numerosas violaciones de los derechos humanos y manifestó en público su solidaridad hacia las víctimas de la violencia política de su país. "El profeta tiene que ser molesto a la sociedad, cuando la sociedad no está con Dios", dijo durante una homilía en agosto de 1977. Su asesinato provocó la protesta internacional.
Otro ejemplo de opresión y de falta de libertad fue la toma de la Embajada del Perú en La Habana, el 4 de abril de 1980. Este suceso resultó en el mayor fenómeno de asilo y refugio bajo protección diplomática que recuerde la historia. Alrededor de 10,800 cubanos entraron a la sede oficial luego de que el Gobierno de la isla retirara la guardia que lo impedía, lo que supuso más tarde el éxodo de Mariel que llevó a las costas de Florida a más de 120.000 cubanos. En aquellos momentos Cuba era una isla aislada totalmente. Eran pocos los que lograban obtener un pasaporte o visa a cualquier parte y a cualquier coste para huir del país y lograr la libertad. Hoy el país está en peores condiciones que hace 40 años, y los cubanos siguen aspirando a ser libres.
En estos momentos, en muchos lugares del planeta se violan los derechos humanos; no hay libertades civiles ni tampoco hay democracia para miles de hombres. Muchos buscan la igualdad racial, otros la autonomía y la independencia política. La mujer desea tener los mismos derechos que el hombre y que se le respete y valore. En resumen, todos aspiran a una vida mejor; quieren vivir en una sociedad más justa, más solidaria, donde puedan labrarse un destino digno.
El hombre necesita una brújula que, como la de mi tío, los lleve a puerto seguro y los haga libres.
“Mirada Inédita”, Florencia, Italia.
Foto cortesía Margarita Fresco ©
Prohibida la reproducción.
Todos losderechos reservados
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24 de octubre, 2024
Nota: Agradezco a la fotógrafa cubana Margarita Fresco residente en España, su colaboración.
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Teresa Fernández Soneira (La Habana 1947), es una historiadora y escritora cubana radicada en Miami desde 1961. Ha hecho importantes aportes a la historia de Cuba con escritos y libros de temática cubana, entre ellos, CUBA: Historia de la educación católica 1582-1961, Ediciones Universal, Miami, 1997, Con la Estrella y la Cruz: Historia de las Juventudes de Acción Católica Cubana, Ediciones Universal, Miami, 2002. En los últimos años ha estado enfrascada en su obra Mujeres de la Patria, contribución de la mujer a la independencia de Cuba, (Ediciones Universal, Miami 2014 y 2018). El volumen I dedicado a la mujer en las conspiraciones y la Guerra de los Diez Años, y el volumen 2, de reciente publicación, trata sobre la mujer en la Guerra de Independencia. En estos dos volúmenes la autora ha rescatado la historia de más de 1,300 mujeres cubanas y su quehacer durante nuestras luchas independentistas. En el verano del 2022 publicó La Bella Cubana, rostros de mujeres en la Cuba del siglo XIX (Alexandria Library Pub. House, Miami) que recoge 150 daguerrotipos del siglo XIX de mujeres cubanas de todas las edades y razas, acompañados de poemas de la época. Es un homenaje a la mujer cubana de todos los tiempos. Relatos y Evocaciones. Antología 1986-2023.
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