Tuesday, December 17, 2024

“Los pájaros tirándole a la escopeta”, una comedia en viaje del cine a los escenarios. (por Wilfredo A. Ramos)


Este pasado 6 de diciembre el Teatro Trail, de Miami, ha sido el escenario donde se produjo el estreno mundial de la versión teatral de un guión concebido originalmente para la gran pantalla por parte de Rolando Díaz, figura indispensable del cine cubano, quien ha sido guionista y director de una de las comedias cinematográficas de mayor éxito y popularidad dentro del cine de su país: Los pájaros tirándole a la escopeta.


Desde el mismo momento de su estreno en el año 1984, dicho filme gozó de la simpatía tanto del público como de la crítica nacional, por abordar de manera relajada, fresca y envuelta sobre todo de mucho amor, de situaciones cotidianas dentro de la vida del cubano del momento, mostrando a través de imágenes una Cuba donde aún se construían edificaciones, habían fábricas que producían algo, existían hospitales en condiciones higiénicas aceptables, los trabajadores tenían todavía la posibilidad de disfrutar de vacaciones en lugares turísticos, tener leche y huevos para el consumo humano dentro del refrigerador, entre otras muchas realidades inexistentes en dicho país desde hace ya demasiado tiempo.

De igual modo, el filme se hacía eco del discurso político del régimen imperante, mostrando de manera directa esa realidad socio-política, sirviendo más de promoción que de crítica al mismo, aunque de igual manera nos dejase ver casi por demasiado evidente, los descalabros de la “siempre en construcción sociedad socialista”.

La obra cinematográfica está construida a un ritmo interesante, donde la banda sonora, a cargo de la icónica orquesta de música popular cubana Los VanVan se convierte en un personaje más que va contribuyendo a narrar el desarrollo de la acción, sirviendo de perfecto fondo a muy buenas y logradas escenas mudas, donde las acciones encuentran sus palabras en las letras de las propias canciones. Cabe destacar que la dramaturgia del filme estuvo a cargo de la destacada directora teatral, ya fallecida, Miriam Lezcano.

El argumento, de carácter popular y enmarcado con total cubanía, va a girar entorno al machismo como concepto fuertemente arraigado en la sociedad, poniendo de relieve como a pesar de los cambios políticos, ideológicos, educaciones y de valores de la nueva sociedad socialista que supuestamente se estaba creando, continúa siendo parte integral de la misma. El tratamiento de dicho tema se lleva a cabo de manera directa, pero sin discursos adoctrinantes e ideologizantes, llevándolo a buen puerto con los ingredientes propios de la comedia, perfectamente manejados en este guión.


El filme contó con un elenco de muy conocidas y populares figuras del ámbito artístico nacional, integrado por los consagrados Consuelo Vidal y Reynaldo Miravalles, encabezando el reparto, además de la gran Silvia Planas, así como los jóvenes Beatriz Valdés, Alberto Pujol y Néstor Jiménez, sumándole a estos la participación Filiberto Romero -longevo actor este quien tuvo sus inicios en el mundo del espectáculo como el payaso Tilin dentro del programa Circo en TV- en los personajes de Hilda, Felo, la abuela, Magdalena, Emilio, Braulio y el enamorado de la abuela, respectivamente.

Demás está hablar sobre la excelente recepción que desde su estreno ha acompañado a este filme, convirtiéndose en uno de los trabajos más populares del cine cubano, llegando a obtener varios galardones en festivales como Tercer Premio Coral en el Festival Internacional de Nuevo Cine Latinoamericano de la Habana, Premio Catalina de Oro en el Festival de Cartagena de Indias, ambos en 1984, Premio al mejor filme de habla hispana en la Semana de Cine de Benalmádena, España, en 1986 y Tercer Premio del Festival de Cine de Harare, Zimbabwe, 1987. De igual manera la actriz Consuelo Vidal fue reconocida con el Premio a la mejor actuación femenina en el Festival Internacional de Cine de Bogotá, Colombia, de 1986.

Con tan exitoso recorrido, para el año 2015 el propio autor del guión del filme, Rolando Díaz, concibió la idea de llevar el mismo a las tablas, para lo cual escribió la adaptación del texto original, pero lamentablemente en aquel momento, tal proyecto no llegaría a ver la luz.

No obstante ese primer fracasado intento, gracias al interés del actor Alberto Pujol, aquella primera adaptación teatral llega a las manos de Yusnel Suárez, quien toma “al toro por los cuernos”, decidiendo sacar adelante el proyecto con la venia de su autor, quien le ofrecería toda la libertad para llevarlo a buen término.


Para esta propuesta escénica, se ha llamado a un elenco en el que no podían faltar Beatriz Valdés y Alberto Pujol, quienes en la versión cinematográfica asumieron el rol de la pareja de jóvenes enamorados, para en esta oportunidad incorporar a sus padres, marcando con ello un hermoso recorrido dentro de las respectivas carreras de ambos conocidos actores y dejando constancia sobre el escenario del por qué de los continuos éxitos en todas sus participaciones tanto en producciones de cine, televisión o teatro.


Como parte del elenco, la reconocida actriz Susana Pérez, se pone en la piel del muy ocurrente personaje de la abuela, el cual para este trabajo toma mayor preponderancia, siendo el encargado de exponer determinadas planteamientos de carácter político que marcan al pueblo cubano de hoy en día: la crítica a la actual sociedad cubana y la necesaria emigración como única forma de salida posible a la misma. La actriz regala un delicioso personaje de anciana -primero en su larga carrera-, el cual incorpora con precisión durante todo el tiempo de la representación, teniendo su momento cumbre cuando, rompiendo la cuarta pared y dirigiéndose al público, asume una caricatura de arenga política al estilo del régimen castrocomunista.


El veterano Carlos Cruz, actor de larga y exitosa carrera, poseedor de una excelente vis cómica, asume un personaje nuevo en la historia, pero que va ofreciendo la oportunidad de ir matizando las situaciones que se van presentando en el transcurso de la acción, trabajo que logra con el acierto a que tiene acostumbrado a su público.


Jennifer Rodríguez y Jeffry Batista, quienes han sido los encargados de incorporar a la joven pareja que desata el conflicto de la obra, lo hacen teniendo en cuenta la responsabilidad de tal proyecto, al cargar sobre sus espaldas la mirada de los actores que en el pasado crearon dichos personajes, pero lo enfrentan saliendo airosos de tal difícil encomienda, otorgándoles propios aires a sus respectivos trabajos.


Por último, Yusnel Suárez, en su doble función de autor y director de esta nueva adaptación, además sube al escenario en carácter de actor, tomando el relevo de Néstor Jiménez en el filme, asumiendo al amigo del joven protagonista, pero de igual manera reelaborando dicho personaje, ofreciéndole mayor participación e incidencia dentro de la historia.

Varios elementos convergen para que esta puesta llegue como un trabajo de buena factura, como lo es la muy acertada participación de extras para ambientar y darle vida a las escenas, así como para llevar a cabo movimientos escenográficos y de utilería durante el transcurso de la obra, con lo que le proporciona al puesta dinamismo y modernidad. Igualmente hacer que algunos actores expresen sus ideas en momentos determinados por medio de canciones, le da ese excelente toque de teatro musical muy bien logrado y recibido. Tanto los dúos de Jennifer y Jeffry, como el de Beatriz y Alberto, se adaptan encomiablemente a la acción dramática y son defendidos con toda profesionalidad por parte de estos cuatro actores.


De la misma forma el concepto utilizado para presentar la escenografía aporta armonía a la idea de mostrar la cubanidad sobre el escenario, con unas gigantescas y hermosas fotografías de reconocibles calles, barriadas y lugares de la Ciudad de la Habana cubriendo todo el ciclorama del fondo del escenario, así como ya mencionamos anteriormente, la acertada utilización de elementos de ambientación sencillos pero efectivos, en forma de paredes que se desplazan, entrando y saliendo de escena, para crear los variados espacios donde se realizan las diversas escenas y que son movidas por los actores-extras utilizados, como ya señalamos.

En la obra, mucho más que en el filme, debido a la utilización de las nuevos temas musicales interpretados en vivo sobre el escenario, la música, amén de la excelente banda sonora creada por la famosa orquesta Los VanVan, forma parte integral del espectáculo, pasando a integrar el entramado actoral con voz propia dentro de la historia.


Resumiendo, podríamos llegar a la conclusión que con la llegada a los escenarios de Miami, en su versión teatral, de un filme de tanta popularidad dentro de la comunidad cubana y que ahora puede ser disfrutado por parte de una comunidad internacional más amplia, marca un nuevo hito dentro del persistente quehacer teatral en la lengua de Cervantes dentro del panorama artístico de esta ciudad.

Aunque sin dudas estamos hablando de una comedia -género que siempre cuenta con la preferencia por parte del público que acostumbra a ir al teatro en nuestro entorno- con esta puesta en escena, tanto su director Yusnel Suárez como el escenario del Teatro Trail han demostrado que con dicho género también se puede hacer arte.



Lic. Wilfredo A. Ramos.
Miami, diciembre 17, 2024.

Fotos cortesía Teatro Trail.

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Los pájaros tirándole a la escopeta, 1984. 

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