Para nadie que se interese por la actividad teatral realizada en la lengua de Cervantes, dentro de los Estados Unidos, puede quedar la menor duda, que la ciudad de Miami, es el centro de la misma, tanto por su diversidad como por la calidad y cantidad de sus propuestas, a lo que contribuye además el que esta ciudad sea la sede del Festival Internacional de Teatro Hispano de Miami -único de su tipo en el país- el cual arriba ya a su treinta y ocho edición, habiendo traído a nuestros escenarios a destacadas agrupaciones del quehacer teatral de América Latina y España, aunque en ocasiones también ha brindado la oportunidad de disfrutar de producciones teatrales de algunos otros países de habla no hispana.
De igual manera los escenarios de esta ciudad -últimamente con mayor asiduidad- presentan breves temporadas de obras llegadas desde distintas latitudes en giras comerciales, permitiendo al público y profesionales del medio en la ciudad confrontar la labor de artistas con maneras de hacer, escrituras y lenguajes artísticos diversos. Por supuesto, que esta presencia foránea en el circuito comercial, no tiene tampoco la constancia, ni en muchos de los casos, la calidad deseada, centrándose en comedias donde la risa fácil y forzada es la premisa principal.
Por otra parte, el intercambio que debería producirse de manera lógica entre el teatro hecho en español en Miami con el del resto de los Estados Unidos es casi inexistente, a no ser por aquellas aisladas ocasiones en que alguna de la obras producidas en nuestro medio, logra ser invitada a presentarse en algún evento a realizarse en otra ciudad de país -fundamentalmente en la ciudad de New York- pero, sin recibir en cambio nosotros ninguna propuesta de las agrupaciones teatrales existentes en otras partes de la nación. Dicha falta de comunicación existente entre este grupo de artistas no contribuye en lo absoluto al desarrollo de este teatro ni a que dicha manifestación alcance un mayor nivel de calidad, promoción y atención.
La actividad teatral a través de los siglos ha sufrido siempre de extremas calamidades debido a ser un arte colectivo, necesitado de diversas personas y factores para su realización, pero a pesar del tiempo transcurrido y los contratiempos, hoy en día continúa su azaroso deambular. Es cierto que en la actualidad el teatro encuentra ciertos apoyos económicos gubernamentales en algunos países, mientras que en otros depende de beneficios privados como donaciones de fundaciones y asignaciones salidas de partidas presupuestales otorgadas por algunas ciudades, para su realización, todo a expensas siempre de giros políticos, pero de igual forma su existencia continua siendo realmente angustiosa, dependiendo continuamente de una débil y delgada cuerda siempre dispuesta a romperse.
Otro aspecto que con frecuencia asalta al teatro es la posibilidad de ser censurado, ya que como un medio que expresa las ideas de modo directo -tanto auditivas como visuales- resulta ser un medio propagador de conceptos, los cuales en muchas ocasiones se convierten en blanco de puntuales discursos políticos e ideológicos de cualquier dirección. De este lamentable peso no se libra el teatro en ningún escenario y en el caso de la ciudad de Miami, hemos sido testigo en algún momento de uno que otro lamentable ejemplo, sin contar los textos que no resultan ser bienvenidos por los temas o las formas en que son tratados, no estando en consonancia con determinadas posturas impuestas por líneas de pensamiento contemporáneas y que resultan desechados por los propios directores ante el temor de entrar en algún tipo de conflicto, dando lugar a la autocensura.
Resulta de interés apuntar en el caso de los teatristas cubanos en nuestros escenarios, que sus puestas cada día con mayor frecuencia, se encuentran más en manos de la dramaturgia escrita lo mismo por autores de otras latitudes, como por la de escritores cubanos con residencia marcada dentro de isla o que viviendo incluso fuera de ella mantienen su lealtad con las instituciones culturales de aquel país, olvidando por completo la obra de una gran cantidad de escritores teatrales cubanos que desde hace más de seis décadas se convirtieron en exiliados políticos -viendo sus obras prohibidas de ser representadas en la isla- los cuales han continuado escribiendo teatro, aunque en el caso de no pocos de ellos hayan abandonado su escritura, redirigiendo la misma hacia otros géneros literarios ante la imposibilidad de ver sus obras sobre las tablas. El desprecio o ignorancia por parte de la gran mayoría de los directores teatrales cubanos que dirigen en Miami -podríamos agregar que en otros países también- en cuanto a tener en cuenta las obras de dichos dramaturgos, es un tema que requiere de un espacio de análisis más detallado, sólo que consideramos necesario anotarlo en este trabajo, ya que el mismo influye de forma sustancial una parte del teatro presentado en esta ciudad.
Por otra parte Miami -tierra multicultural- desde ya algunos años ha visto un aumento considerable en el número de obras de teatro llevadas a escena principalmente tanto por artistas venezolanos como sobre todo argentinos, las cuales sobre todo en el caso de los segundos, han contribuido a enriquecer el panorama teatral de la ciudad con su fructífera tradición escénica. Llama la atención que ambos grupos de teatristas, en sus propuestas, dan prioridad casi absoluta a la dramaturgia de sus respectivos países, ayudando de tal forma a la proyección internacional de sus autores, algo imprescindible para todo teatro nacional.
Algo que marca negativamente lo que podríamos llamar “ambiente teatral” en Miami, es la separación en “guetos artísticos” del mismo. Es demasiado evidente que los grupos de artistas del teatro que se esfuerzan por mantener a esta manifestación con vida -cubanos, argentinos, venezolanos, a los que habría que agregar españoles desde años recientes- lleven a cabo su trabajo dentro de un enorme sectarismo nacionalista. Este aspecto se puede observar perfectamente desde dos direcciones distintas, la primera teniendo en cuenta a los equipos que conforman sus respectivos montajes y la segunda con respecto a quienes acuden a disfrutar de las mismas. En ambos casos tanto una como otra están marcados por la nacionalidad: teatro hecho por argentinos, casi totalmente actores y públicos argentino, lo mismo por venezolanos, españoles y cubanos, aunque en el caso de estos últimos tenemos que aclarar que en algunas de sus producciones participan con cierta regularidad actores de otras nacionalidades que no conforman ninguno de esos grandes grupos nacionales de artistas en la ciudad, tales como peruanos, mexicanos, puertorriqueños, lo que no quiere decir que también el teatro hecho por los artistas cubanos no sea coto principalmente de la numerosa población cubana de la ciudad.
La anterior situación, a nuestro entender, retiene el desarrollo teatral de la ciudad, evitando en primer lugar el intercambio y crecimiento de experiencias entre los profesionales y en segundo término limita a los espectadores el poder disfrutar de manera más amplia de dramaturgias, así como directores y actores con diferentes formaciones y estilos de trabajo.
Después de este breve análisis de ciertos problemas que inciden en el camino teatral que se recorre en la ciudad de Miami, nos gustaría ofrecer algunos datos a manera estadística de lo presentado en nuestros escenarios en el recién ha terminado 2024.
Nuestro trabajo ha consistido en llevar el control de una por una de las puestas en escenas atendiendo a los siguientes datos: título, género, autor, director, elenco, agrupación, locación y fecha de presentación. De igual manera señalamos la ciudad o país de origen de las puestas llegadas desde fuera de nuestras fronteras, así como además la ciudad y el país hacia donde se movieron algunas de las obras realizadas por nuestros teatristas. Dicha relación de obras, por lo extenso de la misma -23 páginas- es obvio que no acompañen a este artículo.
Respecto al número total de obras que subieron a nuestros escenarios en el transcurso del pasado año 2024, según lo que hemos podido contactar, estas llegan a las 166 puestas, de las cuales 117 fueron estrenos tanto absolutos realizados por artistas de nuestra ciudad, como puestas provenientes de fuera de la misma, mientras que 49 resultaron ser reposiciones, manteniéndose la casi totalidad de ellas por muy breve tiempo sobre las tablas, a no ser aquellas propuestas presentadas en Teatro 8 y Teatro Trail respectivamente, donde las mismas, aunque no de manera continuada, van alternándose con el correr de los meses. Hay que destacar que la única obra que sí mantuvo una programación de manera continua durante nueve meses en cartelera, todos los sábados y domingos fue “La Señora de la Habana”, de Luis Santeiro, bajo la dirección de Marcos Casanova, en la Sala Catarsis, del Teatro Trail.
Como podemos apreciar esta situación que presenta el teatro en Miami, con la poca permanencia sobre las tablas de sus espectáculos teatrales, los que que con tanto esfuerzo se logran realizar, contribuye a que no se pueda hablar de un nítido ‘ambiente teatral’, provocando que de igual manera profesionales de dicha manifestación como población en general, tengan, la equivocada apreciación de la no existencia de una programación teatral abundante en nuestra ciudad.
Continuando con las estadísticas, de las puestas estrenadas, 12 de las mismas viajaron fuera de nuestras fronteras, siendo por otra parte el mes de julio el de una mayor cantidad de obras llegadas desde el exterior, con 12, debido al Festival Internacional de Teatro Hispano de Miami.
Si detallamos por meses, el número de obras de las que se pudo disfrutar en nuestras tablas, dicha relación nos daría el siguiente resultado: Enero 10, febrero 21, marzo 20, abril 11, mayo 21, junio 11, julio 19, agosto 10, septiembre 10, octubre 11, noviembre 13, diciembre 9. Es necesario destacar que aquí no se han tenido en cuenta los numerosos espectáculos de los llamados en ingles Stand Up Comedy, los cuales por su fuerte contenido de improvisación, no deben ser considerados como ‘teatro’ en el sentido estricto de dicho concepto, sino performances, los cuales, tenemos que aclarar son bastante numerosos a través de la ciudad.
Continuando con estas estadísticas, encontramos que del conjunto de obras presentadas 79 corresponden a piezas dramáticas, 62 a comedias, 17 a teatro dirigido a niños y 7 que de una forma u otra pudieran considerarse propuestas de teatro musical, dentro de las cuales se encuentra incluida la opereta “La Viuda Alegre”, del austriaco Franz Lehar, dirigida por Manny Albelo, obra del repertorio lírico internacional.
Respecto a las nacionalidades de las obras que subieron a nuestras tablas podemos decir que 60 fueron producciones llevadas a cabo por directores cubanos, mientras que 75 estuvieron en manos de directores de otras nacionalidades -Argentina, Colombia, Ecuador, España, México, Perú, Puerto Rico, Uruguay, Venezuela- destacándose en número, dentro de este grupo las puestas en escena hechas por argentinos con 25.
En cuanto a la autoría de las mismas, tenemos que 36 correspondieron a dramaturgos cubanos del exilio, mientras que 10 pertenecen a autores cubanos de dentro de la isla. Por su parte, el resto -alrededor de 86- tienen la firma de autores de diferentes partes del mundo, fundamentalmente de Hispanoamérica, con una fuerte presencia de obras de la dramaturgia argentina, algunas procedentes del continente europeo, pero dejándose ver la notable ausencia de teatro norteamericano, así como también del africano y asiático.
Continuando con el tema de la escritura teatral en nuestros escenarios, se hace necesario destacar la ausencia de importantes textos de la dramaturgia hispanoamericana, creados por importantes autores de los siglos XIX y XX, los que han visto actualmente sus obras totalmente ignoradas por parte de los directores, quienes solo se interesan por textos de escritores contemporáneos, hecho no solo exclusivo de la escena de Miami, sino del resto de los países del continente hispanohablante.
Un factor que ayuda al desenvolvimiento del ámbito teatral en Miami, es la realización de diversos festivales, tales como el ya mencionado Festival Internacional de Teatro Hispano -que tiene como anfitrión a la compañía de Teatro Avante- Festival Latinoamericano del Monólogo -evento organizado por la agrupación Havanafama- Miami Open Arts Fest, Solo Theater Fest y Queer Showcase -todos a cargo de Artefactus Teatro- Festival Casandra, dedicado a la mujer -dirigido por El Ingenio Teatro y Festival Internacional de Teatro para Niños (primera edición el pasado 2024) -organizado por Conecta Miami Arts- eventos todos que contribuyen en gran medida a la promoción del quehacer teatral tanto a nivel local como internacional, debido a la participación en todos ellos de artistas provenientes de otras partes del mundo. Al respecto debemos añadir, que cada año aumentan las solicitudes de teatristas y agrupaciones que desde el extranjero solicitan participar en estos eventos, pero que debido a los escasos recursos económicos con que cuentan sus organizadores, se ven en la necesidad de limitar extraordinariamente la participación de dichos artistas interesados en hacerlo.
Una actividad importante, en especial para el teatro cubano de Miami, es la celebración del Día de la Dramaturgia y el Teatro Cubano del Exilio, el cual se lleva a cabo cada 30 de mayo, fecha escogida para honrar la memoria del catedrático e investigador de teatro cubano José E. Escarpanter, evento creado por Eddy Díaz Souza, director de Artefactus Cultural Project y el dramaturgo e investigador teatral Pedro Monge Rafuls, presidente de OLLANTAY Cultural Project, radicado en New York, y en el cual a través de paneles, presentaciones de textos teatrales, lecturas dramatizadas, conversatorios y reconocimientos a destacadas figuras del ámbito teatral cubano en el exilio, se rinde homenaje a los teatristas cubanos que se han visto obligados a continuar realizando su obra lejos de su tierra y que este pasado 2024 celebrara la extensa trayectoria de la reconocida actriz Daisy Fontao.
Este resumen teatral, ha sido el resultado de un paciente y metódico trabajo de búsqueda a través de las redes en ocasiones, del contacto directo con los creadores en otras, con el objetivo de mostrar el desenvolvimiento del teatro en nuestra ciudad. Con el mismo, de igual manera pretendemos llamar a la reflexión a aquellas voces -tanto de profesionales como de público- que de forma nada objetiva ni tampoco informada, se refieren a la vida teatral Miami con frases de menosprecio. Como siempre aclaro cuando hablamos sobre el tema, nunca podremos comparar el vida teatral en nuestra ciudad con la de importantes centros escénicos como Buenos Aires, París, Madrid, Ciudad México, Londres o New York,, pero si podemos estar orgullosos de haber logrado que un teatro hecho en una lengua diferente a la del país que lo ha acogido, haya podido sobrevivir y mostrar los resultados que actualmente muestra.
A modo de conclusión, solamente nos restaría felicitar los esfuerzos que a diario asumen todos los hacedores teatrales, en esta nada dócil ciudad de Miami, quienes como ha ocurrido desde la historia de los tiempos enfrentan su trabajo con sacrificio y amor. Como reafirmación de lo anterior, que mejor que darle la bienvenida a un nuevo espacio de representación teatral, inaugurado en las últimos días del recién finalizado año, Artemisa Studio, en la ciudad de Hialeah, bajo la dirección de la actriz colombiana Diana Restrepo. ¡Excelente noticia para comenzar el recorrido teatral del 2025!
Lic. Wilfredo A. Ramos
Miami, enero 12, 2025
No comments:
Post a Comment