La reciente novena edición del Festival Internacional de Teatro Casandra, realizado en la ciudad de Miami, entre el 14 y el 23 de marzo, evento dedicado a la mujer, el cual se convierte en una fiesta de todas las artes donde la presencia femenina cobra total relevancia, contó entre sus invitados con participación de la actriz española Begoña Caparrós, quien se presentó con el espectáculo unipersonal “Archipielago”, trabajo que además fuera concebido y dirigido por la propia actriz.
Esta teatrista ha sido una constante impulsora de proyectos artísticos en diversos países de Latinoamérica, en Uganda, dentro del continente africano y en la ciudad norteamericana de California. Su formación se encuentra amparada por un Máster de Creación Teatral cursado en la Universidad Carlos III de Madrid, el cual fue dirigido por el destacado dramaturgo español, Juan Mayorga. Además es graduada del centro de formación actoral Meisner, en Barcelona, en el 2010, también cursó estudios dentro del sistema Laban Movement Analysis, que ofrece el Feldenkrais Movement Institute en Berkeley, California, en el año 2011.
La trayectoria de esta actriz radicada en Madrid, abarca igualmente, el cine, la publicidad y la televisión, habiéndose movido con su trabajo a través de todo el territorio español y presentado en festivales internacionales como Festival Temporada Alta de Montevideo, Uruguay y el FITA en Beja, Portugal. En su estancia africana, en Uganda fundó y mantuvo por varios años el proyecto de cooperación artística In Movement: Art for Social Change, en el cual trabajó con artistas locales y jóvenes en situaciones desfavorables.
Begoña Caparrós, se presentó en las tablas de Miami con un espectáculo de profundo contenido social y humano, donde el tema del hábitat adquiere frontal protagonismo, mostrando como los intereses de las grandes compañías inmobiliarias se desentienden de una de las necesidades básicas de todo ser humano; tener derecho a obtener una vivienda digna. Este delicado asunto, que se ha convertido en un mal de alcance mundial, que no mira las consecuencias de su desmedida voracidad, porque solo vela por obtener dividendos cada vez mayores, es tomado en esta pieza, de manera visceral, dando pie al desarrollo de diversas historias, donde diferentes personajes, a pesar de sus propias individualidades, terminan estando atados por la misma soga.
En su concepción, la dramaturga-directora-actriz propone una escenografía, donde pequeñas cajas pendiendo de cuerdas toman el significado de algunos de los apartamentos del viejo inmueble a derrumbar y desde donde cada uno de ellos irá proyectándose sobre la escena la tragedia de sus inquilinos. Con dichos elementos la actriz comenzará poco a poco -mientras cuenta sus historias- a levantar ante los ojos de los espectadores la imagen física del añejo edificio. A través de algunas piezas de vestuario o transformando el mismo, la actriz va dando vida a cada personaje, pero será por medio de sus respectivos zapatos que esos inquilinos van a lograr trascender y dejar su huella en el escenario. El trabajo técnico de la puesta -luces y sonido- cuenta con el eficaz apoyo de Jaime Mirraño, quien cuenta con una larga y sólida trayectoria en este campo.
La actriz, a partir de un personaje -una limpiabotas- asume la responsabilidad de ir contándonos la historia de estos seres, quienes conforman dicho pequeño y dramático universo. Es a partir de ahí, como desfilan ante nuestros ojos un inmigrante indocumentado, una mujer que vende su cuerpo y una anciana al borde de la demencia y que evoca a su esposo-amante que ya no está. Tal vez, a dicho desfile de personajes le falte la presencia de un trabajador, una madre con hijos, para encontrar una variedad de vidas no todas tan al borde del precipicio y traerla demás hacia nuestro entorno.
En su desempeño, la intérprete, que ya viene con este trabajo a cuestas desde algún tiempo, muestra una clara identificación con el mismo y con las historias narradas, incorporando a sus acciones una suave naturalidad que recorre la obra en todo momento. A pesar de encontrarse resfriada y afectada algo de la voz, producto de la humedad propia de esta ciudad de Miami, hablando con un tono algo bajo de voz y no pudiendo contener alguna que otra tos, la actriz, supo vencer dichos escollos, para sobreponiéndose a tal contratiempo ofrecer una actuación marcada por tono íntimo y coloquial.
Un aspecto a señalar al montaje, es el que siempre sale a la luz cuando un trabajo es producto de la autodirección: la necesidad de la mirada directriz externa, imprescindible en todo proyecto escénico. Esto se puede apreciar en los extensos momentos de silencio reiterativo, en donde la actriz va de un personaje a otro, cambiando o adaptando su vestuario y de igual modo en instantes mientras manipula elementos en escena. Con dichas situaciones, aparentemente, se trata de extender la duración de un texto que de igual forma resulta breve y más necesitado de desarrollar su contenido.
No obstante, el tema escogido muestra una importante doble intención que no puede escapar a la atenta mirada del espectador, primeramente dar un grito de denuncia hacia los vergonzosos desalojos motivados por fines de desarrollos inmobiliarios, como ya señalamos anteriormente, pero de igual manera el texto invita a pensar en el ‘desahaucio’ personal que sufren tantos individuos, provocados no solamente por razones económicas, sino también sociales, familiares y humanas. El teatro, además de entretener, es un medio donde se comunican ideas, se procura despertar conciencias, se lanzan denuncias, se invita a pensar, mostrando los comportamientos humanos con sus caras positivas y negativas, de ahí la importancia de no escatimar en temática alguna que nos provoque dialogar, pero recordando siempre que estamos en presencia de un medio artístico y no de un discurso.
Esta primera visita a Miami, ha servido para conocer el trabajo de una actriz, interesada en hablar de su tiempo y sus circunstancias, por lo que ha sido de gran interés su presencia, esperando el pronto regreso a nuestros escenarios.
Texto y fotos: Wilfredo A. Ramos.
Miami, abril 3, 2025.