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Sunday, November 17, 2024

El apogeo de APOGEO en España (por Baltasar Santiago Martín)


Del 8 al 17 de octubre de 2024 estuve de visita en España, invitado para presentar dos libros de nuestra Editorial APOGEO: La lluvia es una lágrima. Poesía absoluta de Carilda Oliver Labra y Poemas matanceros, de mi autoría, primeramente en Béjar, en el marco de los festejos por el Día de la Hispanidad; y luego en Madrid, en la Librería del Centro.


La oportunidad de presentar mis libros en Béjar se la debo agradecer al alcalde de esa hermosa ciudad: el señor Luis Francisco Martín; y al señor Javier Hernández Carrión, teniente alcalde y concejal de Interior y Gobernación, Festejos, Juventud e Igualdad de dicha localidad española.

Para que dicha invitación se pudiera materializar exitosamente, conté con el invaluable apoyo de mi gran amiga, la reconocida soprano Alina Sánchez Rodríguez, autora también del prólogo de Poemas matanceros –y a cuyo cargo estuvo la presentación en Béjar y Madrid– y de mis amigos y coterráneos Pablo Suárez, esposo de Alina, y Teresa Guerra Sánchez, quien nos brindó su hospitalidad en Béjar, donde hace un trabajo maravilloso como directora y profesora de canto, coro de adultos y conjunto coral infantil, de la Escuela Municipal de Música y Danza José Lidón, en el Centro Municipal de Cultura Convento de San Francisco, hermoso sitio en el que impartí mi conferencia sobre Alicia Alonso y Martha Graham, el lunes 14 de octubre, sobre lo cual abundo más adelante.

La presentación de los libros en el Casino Obrero de Béjar –gracias a la amable disposición de su presidente, el señor Francisco García Mesonero– tuvo lugar el viernes 11 de octubre; iniciada con las palabras de la soprano Alina Sánchez, quien me acompañó además con la lectura magistral de varios de los poemas de ambos libros y al final cantó con gran emoción Flor de Yumurí, de Jorge Anckerman –por ser un tema muy gustado por su abuelo matancero, Rafael Sánchez Lalebret Martínez–, acompañada al piano por Kari Argente, profesora de piano y repertorio de la Escuela José Lidón.

1-Con la soprano Alina Sánchez. 
Foto: Pablo Suárez.
2- Asistentes a la presentación 
en el Casino Obrero de Béjar.
Foto: Pablo Suárez.
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El lunes 14 de octubre impartí mi conferencia Alicia Alonso y Martha Graham: una historia de mutua admiración y respeto, en el Salón de actos del Convento de San Francisco, que contó con la presencia y colaboración de Lola Lozano, profesora de danza de la Escuela Municipal de Música y Danza José Lidón; de Miguel Martínez Hernández, profesor de guitarra, armonía y combo de rock de dicha escuela –quien nos ayudó con la proyección de las imágenes incluidas en dicha conferencia; y de la soprano Alina Sánchez, quien dijo las palabras de presentación.

Con Lola Lozano y Alina Sánchez, antes de la impartición de mi conferencia sobre Alicia y Martha Graham. Foto: Pablo Suárez.
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Durante la impartición de la conferencia,
 Foto: Pablo Suárez.
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Al finalizar mi conferencia, los alumnos de danza bailaron tres coreografías grupales, con la música de Carmen, Giselle y un homenaje también a Martha Graham respectivamente; hermoso detalle que me conmovió y que agradeceré de por vida.

Al centro: Javier Hernández Carrión, yo, Alina Sanchez, Miguel Martínez Hernández y Lola Lozano, con los alumnos* de danza a ambos lados (* porque en el grupo de la izquierda hay un varón). Fotos: Pablo Suárez.
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Selfie con Alina Sánchez, Lola Lozano,
 Pablo Suárez y Miguel Martínez.
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Y el miércoles 16 de octubre de 2024, en la Librería del Centro, en Madrid, se hizo otra presentación de mis libros La lluvia es una lágrima y Poemas matanceros, de nuevo con la presencia de la gran soprano Alina Sánchez Rodríguez, quien como ya dije, también organizó e hizo la presentación en Béjar, así como de mi conferencia sobre la amistad, respeto y admiración que existió entre Alicia Alonso y Martha Graham; y con la reconocida periodista, escritora y editora Mayda Bustamante, a quien debo la organización de la presentación en dicha librería.

No puedo dejar de mencionar que la arquitecta Antonia Pérez, mi gran amiga desde los tiempos en que ambos coincidíamos en las actividades y eventos de la Unión de Arquitectos e Ingenieros de la Construcción de Cuba (UNAICC), en su sede de Humbolt e Infanta, fue quien me reservó el hostal en el que me alojé los dos últimos días en Madrid, y que también me acompañó en la presentación de mis libros en la Librería del Centro.

Foto: Pablo Suárez.
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Con Mayda Bustamante y Alina Sánchez.
 Foto: Pablo Suárez.
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Con Alina Sánchez, en la Librería del Centro, Madrid, 
durante la lectura de  poemas de los libros.
 Foto: Pablo Suárez.
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La arquitecta Antonia Pérez, la soprano
 Alina Sánchez y el tenor Mario Jiménez,
 al final de la presentación en Madrid.
 Foto: Pablo Suárez.
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Y la noche del jueves 17 de octubre, quinto aniversario del paso a la inmortaIidad de nuestra prima ballerina assoluta forever Alicia Alonso, mi despedida de Madrid.

¡Hasta la próxima, querida capital de nuestra Madre Patria!

"Fables for our time" (por Florencia Guglielmotti)

Nota del blog: Sección semanal dedicada al Ballet y la Danza, a cargo de la la ballerina, coreógrafa y profesora Florencia Guglielmotti.

Los textos anteriores, se pueden leer en este enlace.



La obra “Fables for our time”, basada en cuatro fábulas cómicas de James Thurber, fue estrenada el 11 de julio de 1947, en el Jacob’s Pillow Dance Festival. La coreografía fue realizada por Charles Weidman y la música compuesta por Freda Miller. La interpretación estuvo a cargo de integrantes de la Charles Weidman Dance Theatre Company.


Si bien la estructura de esta obra no era fija, en ocasión del estreno, las fábulas presentadas fueron “The Unicorn in the Garden”, con la participación de Saida Gerrard, Karl Moris y Robert Herget, “The Shrike and the Chipmunks”, con Betty Osgood, “The Little Girl and the Wolf” y “The Owl Who Was God”, con Boyd Seghers, Betts Lee, Felisa Conde, Peter Hamilton y los ya mencionados Morris, Osgood, Herget, Gerrard (en todos los cuadros participaba Charles Weidman, coreógrafo y director de la Compañía). La danza estaba acompañada por un narrador, en este caso fue Jack Ferris, que se desplazaba por el escenario, incluso entre los bailarines, contando las diversas fábulas. En las sucesivas funciones también fueron presentadas, alternando con las fábulas anteriores, “The Courtship of Arthur and Al” y “The Clothes Moth and the Luna Moth”.


“Fables for our time” fue una de las obras más representadas y exitosas de Weidman y, sin embargo, se dispone de muy poco material audiovisual al respecto. Fue estrenada en New York al año siguiente, el 18 de abril de 1948, en Mansfield Theatre. También ha sido producida en Broadway y para la televisión.






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Florencia Guglielmotti reside en la Ciudad de Buenos Aires (Argentina). Es Profesora de Danza (titulada en la Escuela Nacional de Danzas "María Ruanova"), Licenciada y Profesora de Artes (recibida en la Universidad de Buenos Aires). Cursó estudios en la Escuela Nacional de Ballet de Cuba. Es Miembro de International Dance Council CID (UNESCO).

Actualmente se desempeña como Profesora de Danza Clásica y como Profesora Titular de Historia de la Danza en la Escuela Superior de Enseñanza Artística "Aída V. Mastrazzi". Email: florenciagu@gmail.com

Sunday, November 10, 2024

Les Ballets Trockadero de Monte Carlo (por Florencia Guglielmotti)

Nota del blog: Sección semanal dedicada al Ballet y la Danza, a cargo de la la ballerina, coreógrafa y profesora Florencia Guglielmotti.



Les Ballets Trockadero de Monte Carlo fueron fundados en 1974 por Peter Anastos (quien asumiera como director), Natch Taylor y Anthony Bassae, pretendían ofrecer una mirada diferente sobre el ballet, más lúdica, paródica y accesible a todos los públicos, sin perder de vista en ningún momento la calidad técnica. Desde su mismo inicio la Compañía estuvo formada únicamente por hombres que realizaban la totalidad de los roles, los masculinos y los femeninos en travestie, demostrando que los hombres también pueden bailar utilizando zapatillas de puntas (tradicionalmente de uso exclusivo de las mujeres).


Las primeras presentaciones de la Compañía fueron en la trasnoche de pequeños teatros del Off Broadway que rápidamente llamaron la atención y les valieron las reseñas de los críticos de The New Yorker, The New York Times y The Village Voice, como así también diversas notas en revistas internacionales, como Variety, Oui, The London Daily Telegraph y Vogue. Toda esta difusión, casi inesperada, les dio visibilidad más allá del ámbito local e hizo que la temporada 1975/76 fuera de pleno crecimiento. La compañía amplió su plantel, tanto artístico como administrativo, contrató una maestra de ballet para guiar las clases y ensayos diarios, e ingresó al Programa de giras del National Endowment for the Arts, lo que les permitió realizar sus primeros tours por Estados Unidos y Canadá.


Desde ese momento, las giras nunca se detuvieron. Desde su creación, visitaron los cinco continentes con más de 600 funciones en 34 países. Además, han participado en múltiples festivales y aparecido en diversos shows televisivos. Durante sus más de 40 años de existencia fueron premiados en diferentes ocasiones, los últimos recibidos fueron el premio Theatrical Managers Award (2006), el premio al mejor repertorio clásico de los Critic's Circle National Dance Awards (2007), ambos de Reino Unido, y el premio Positano (Italia) a la excelencia en danza (también en 2007).


El éxito de la Compañía se basa en representar un repertorio que incluye los clásicos del ballet, como “El lago de los cisnes”, “Giselle”, “Don Quijote”, Paquita”, “Laurencia”, “La muerte del cisne”, y obras contemporáneas, con un alto nivel técnico en la ejecución, pero parodiando los gestos, modos y sutilezas habituales en la danza, generando con esta exageración un efecto comédico.

Les Ballets Trockadero tienen un antecedente, la Trockadero Gloxinia Ballet Company fundada en 1972, de la cual eran partícipes Anastos, Taylor y Bassae, fundadores de la nueva Compañía. Parece importante destacar que, entre 1960 y 1970, e intensificada por la Revuelta de Stonewall (1969), en Estados Unidos se estaba llevando a cabo una fuerte lucha por los derechos del colectivo LGBTQ, con el cuál muchos bailarines se identificaban. Con este punto de partida y hasta la actualidad, los Trocks (tal como se los denomina cariñosamente) están comprometidos en brindarle un espacio a aquellos bailarines que por su orientación sexual, identidad de género, contextura física, clase social u origen étnico, son excluidos de las compañías tradicionales de ballet.







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Florencia Guglielmotti reside en la Ciudad de Buenos Aires (Argentina). Es Profesora de Danza (titulada en la Escuela Nacional de Danzas "María Ruanova"), Licenciada y Profesora de Artes (recibida en la Universidad de Buenos Aires). Cursó estudios en la Escuela Nacional de Ballet de Cuba. Es Miembro de International Dance Council CID (UNESCO).

Actualmente se desempeña como Profesora de Danza Clásica y como Profesora Titular de Historia de la Danza en la Escuela Superior de Enseñanza Artística "Aída V. Mastrazzi". florenciagu@gmail.com

Sunday, November 3, 2024

“La pavana del moro” (por Florencia Guglielmotti)

Nota del blog: Sección semanal dedicada al Ballet y la Danza, a cargo de la ballerina, coreógrafa y profesora Florencia Guglielmotti.

Los textos anteriores, se pueden leer en este enlace.



“The Moor's Pavane”, tal su nombre original, es la obra más conocida del coreógrafo mexicano-estadounidense José Limon. Fue estrenada el 17 de agosto de 1949 en el Connecticut College por la José Limon Dance Company, con música de Henry Purcell y vestuario de Pauline Lawrence. Esta obra, de 20 minutos de duración, está inspirada en la tragedia “Otelo” de William Shakespeare y posee solo cuatro personajes: el Moro (Otelo), Desdémona, Yago y Emilia, que el día del estreno fueron interpretados por José Limón, Betty Jones, Lucas Hoving y Pauline Koner, respectivamente.



Estructuralmente la obra se organiza en tres partes. En la primera parte vemos a los cuatro personajes, cada uno con su pareja, danzando en estilo cortesano (la pavana es una danza de corte europea), con movimientos al unísono. El Moro le entrega a Desdémona un pañuelo como prueba de su amor. Cuando el Moro y Yago se encuentran se abandona la danza de corte, los movimientos se vuelven más densos y se perfila el conflicto: Yago le sugiere al Moro que su esposa le es infiel.


En la segunda parte, donde se hacen más visibles los movimientos pertenecientes a la técnica Limon, reaparece el pañuelo, objeto del deseo de Emilia y Yago. Con la danza, Desdémona se distrae y deja caer el pañuelo que es rápidamente recogido y escondido por Emilia. Yago le insiste al Moro con la traición de Desdémona. Emilia y Yago se regodean con la posesión del pañuelo, al tiempo que el Moro rechaza a Desdémona y cualquier explicación que ella quiera darle.


En la tercera y última parte, Yago le muestra al Moro que posee el pañuelo, pelean. La danza de corte se torna más violenta, con movimientos más bruscos y rápidos. El Moro está destrozado por la supuesta traición de Desdémona y, finalmente, la mata.


Así, en esta obra vemos el contraste entre la majestuosidad de las danzas de corte y la pasión trágica de los personajes. Desde lo técnico, es evidente la influencia de Doris Humphrey, maestra formadora de Limon y directora artística de la Compañía. “La pavana del moro” ha sido incorporada al repertorio de las compañías más importantes del mundo, como el American Ballet Theatre, el Ballet de la Ópera de París y el Royal Danish Ballet, entre otros, marcando un límite difuso entre la danza contemporánea y el ballet.





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Ver en el blog 

Doris Humphrey (por Florencia Guglielmotti)




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Florencia Guglielmotti reside en la Ciudad de Buenos Aires (Argentina). Es Profesora de Danza (titulada en la Escuela Nacional de Danzas "María Ruanova"), Licenciada y Profesora de Artes (recibida en la Universidad de Buenos Aires). Cursó estudios en la Escuela Nacional de Ballet de Cuba. Es Miembro de International Dance Council CID (UNESCO)

Actualmente se desempeña como Profesora de Danza Clásica y como Profesora Titular de Historia de la Danza en la Escuela Superior de Enseñanza Artística "Aída V. Mastrazzi". florenciagu@gmail.com

Sunday, October 27, 2024

"Passacaglia" (por Florencia Guglielmotti)

Nota del blog: Sección semanal dedicada al Ballet y la Danza, a cargo de la la ballerina, coreógrafa y profesora Florencia Guglielmotti.



Creada por Doris Humphrey, “Passacaglia” (también conocida como “Passacaglia en Do Menor” o “Passacaglia y Fuga en Do Menor”) fue estrenada el 5 de agosto de 1938 en el Bennington Dance Festival, realizado en el Bennington College (Vermont, EEUU), donde Humphrey se desempeñaba como profesora. La música es de Johann Sebastian Bach, “Passacaglia and fugue in C minor”, el diseño de escenografía es de Arch Lauterer y el vestuario de Pauline Lawrece. El elenco en la premiere estuvo a cargo de la Humphrey – Weidman Dance Company y entre los bailarines se encontraba José Limón, quien tendría una destacada carrera como bailarín y coreógrafo.


Es una obra coral, de unos 14 minutos de duración, espacialmente bien organizada, donde se van desprendiendo del conjunto solos, dúos, tríos y pequeños grupos que desarrollan su danza de forma autónoma o en consonancia con el resto. “Passacaglia”, al igual que la mayoría de las obras de la danza moderna de la época, carece de argumento pero tiene un tema dominante, según palabras de la propia coreógrafa, la obra es “una abstracción con tintes dramáticos (...) inspirado por la necesidad de amor, tolerancia y nobleza”. También podría entenderse como una muestra de la dinámica en las relaciones sociales e individuales de la sociedad de la época.


Entre 1938, año de su estreno, y 1943 “Passacaglia” se mantuvo como parte del repertorio de la Humphrey-Weidman Dance Company (en 1945 la Compañía se desarticula). La obra quedó casi olvidada hasta que, en 1955, Doris Humphrey la repone para su clase de Repertorio en la Juilliard School, momento en que Lucy Venable y Joan Gainer la transcribieron en el sistema de notación de danza creado por R. Laban, conocido como Labanotation. A partir de allí, ha sido representada por diversas compañías profesionales y universitarias, fundamentalmente de EEUU.






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Florencia Guglielmotti reside en la Ciudad de Buenos Aires (Argentina). Es Profesora de Danza (titulada en la Escuela Nacional de Danzas "María Ruanova"), Licenciada y Profesora de Artes (recibida en la Universidad de Buenos Aires). Cursó estudios en la Escuela Nacional de Ballet de Cuba. Es Miembro de International Dance Council CID (UNESCO).

Actualmente se desempeña como Profesora de Danza Clásica y como Profesora Titular de Historia de la Danza en la Escuela Superior de Enseñanza Artística "Aída V. Mastrazzi". Email: florenciagu@gmail.com

Sunday, October 20, 2024

Ballet Excelsior (por Florencia Guglielmotti)

Nota del blog: Sección semanal dedicada al Ballet y la Danza, a cargo de la la ballerina, coreógrafa y profesora Florencia Guglielmotti.

Los textos anteriores, se pueden leer en este enlace.



El ballet “Excelsior” fue estrenado en la Scalla de Milán, el 11 de enero de 1881. La coreografía fue realizada por Luigi Manzotti (1835/1905), la música fue compuesta por Romualdo Marenco (1841/1907) y la escenografía y el vestuario estuvieron a cargo de Alfredo Edel. Los papeles principales fueron interpretados por Bice Vergani (La Luz), Carlo Montanara (El Oscurantismo) y Rosina Viale (La Civilización). La dupla coreógrafo-compositor compartió diversos trabajos en la Italia del último tercio del 1800 e inicios del 1900.


Este ballet forma parte de una trilogía compuesta por la propia “Excelsior” (1881), “Amor” (1886) y “Sport” (1897), todas con inspiración wagneriana, pomposa y grandilocuente, de corte alegórico y moralista. El ballet se organiza once cuadros e intenta mostrar la idea de la oposición entre la ciencia y la oscuridad. El ballet funciona como una alegoría del triunfo del iluminismo y el saber sobre el oscurantismo. En los cuadros se suceden muestras del progreso generado por los grandes inventos y obras del siglo XIX: la máquina de vapor, el barco de vapor, la pila, el telégrafo, la bombita eléctrica, el Canal de Suez y el Túnel del Monte Cenis. Pero, a pesar de los grandes logros de la ciencia, la lucha entre la luz y el genio de la oscuridad continua. Sólo la civilización podrá liberar al esclavo de sus cadenas, en un apoteótico final.


Esta obra, a diferencia de las otras de la trilogía, trascendió en el tiempo y hoy es considerada como un documento que muestra los valores e intereses de la sociedad de su época.





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Florencia Guglielmotti reside en la Ciudad de Buenos Aires (Argentina). Es Profesora de Danza (titulada en la Escuela Nacional de Danzas "María Ruanova"), Licenciada y Profesora de Artes (recibida en la Universidad de Buenos Aires). Cursó estudios en la Escuela Nacional de Ballet de Cuba. Es Miembro de International Dance Council CID (UNESCO).

Actualmente se desempeña como Profesora de Danza Clásica y como Profesora Titular de Historia de la Danza en la Escuela Superior de Enseñanza Artística "Aída V. Mastrazzi". Email: florenciagu@gmail.com/div>

Sunday, October 13, 2024

“Nine Sinatra Song” (por Florencia Guglielmotti)

Nota del blog: Sección semanal dedicada al Ballet y la Danza, a cargo de la la ballerina, coreógrafa y profesora Florencia Guglielmotti.

Los textos anteriores, se pueden leer en este enlace.


La obra “Nine Sinatra Song” fue estrenada por la compañía Twyla Tharp Dance el 15 de octubre de 1982 en el Queen Elizabeth Theatre de Vancouver, Canadá. Su creadora, Twyla Tharp, coreografió nueve canciones emblemáticas de Frank Sinatra, incluyendo "Strangers in the night”, “Something stupid” y "My Way”. El vestuario estuvo a cargo del reconocido diseñador Oscar de la Renta y el diseño de luces fue de Jennifer Tipton.


La obra transita el amplio abanico de las relaciones amorosas, a través de siete parejas que en cada uno de los cuadros recorren diferentes estilos de danzas de salón, más allá de lo propuesto por la música, que abarcan desde un tango hasta un cha cha cha, pasando por el flamenco y la danza disco. En el cierre todas las parejas confluyen en un cuadro coral, cada una con su estilo, al son de “My way”.


Esta obra de Tharp, que rescata la mística del glamour de los salones de los años ‘50 pero con una mirada claramente ochentista, ha sido una de las más interpretadas por los compañías de danza, incluyendo el Ballet de Lorraine, el Joffrey Ballet y el American Ballet además, por supuesto, de la compañía de la coreógrafa.




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Florencia Guglielmotti reside en la Ciudad de Buenos Aires (Argentina). Es Profesora de Danza (titulada en la Escuela Nacional de Danzas "María Ruanova"), Licenciada y Profesora de Artes (recibida en la Universidad de Buenos Aires). Cursó estudios en la Escuela Nacional de Ballet de Cuba. Es Miembro de International Dance Council CID (UNESCO).

Actualmente se desempeña como Profesora de Danza Clásica y como Profesora Titular de Historia de la Danza en la Escuela Superior de Enseñanza Artística "Aída V. Mastrazzi". Email: florenciagu@gmail.com

Sunday, October 6, 2024

Ballet “Nápoli” (por Florencia Guglielmotti)

Nota del blog: Sección semanal dedicada al Ballet y la Danza, a cargo de la la ballerina, coreógrafa y profesora Florencia Guglielmotti.


El ballet Nápoli El pescador y su novia  fue creado por August Bournonville para el Royal Danish Ballet en 1842, con música de los compositores Edvard Helsted, Holger Simon Paulli, Niels Wilhelm Gade y Hans Christian Lumbye. En este ballet Bournonville trató de captar la vida sencilla de la gente de pueblo, su color, brillo y dinamismo, que tanto lo fascinaron de esa ciudad del sur de Italia cuando la visitó.

Es un ballet organizado en tres actos que cuenta la historia de amor de Teresina, una joven del pueblo, y Genaro, un humilde pescador. Toda la historia mediada por la técnica y el estilo de Bournonville, reconocible y vigente hasta nuestros días.

En el primer acto, dominado por la pantomima, la madre de Teresina, Verónica, no acepta a Genaro como pretendiente de su hija por ser humilde. Ella quiere que su hija se case con un rico comerciante: Peppo (un vendedor de limonada) o Giacomo (un vendedor de fideos), ambos bastante mayores que la joven. Sin embargo, los jóvenes enamorados insisten ante Verónica hasta que ella consiente la boda y se van juntos a navegar.

Mientras tanto, en el pueblo, se desarrolla una feria que se ve súbitamente interrumpida por una gran tormenta. Genaro se salva, pero Teresina no aparece y Verónica lo culpa por la muerte de su hija. Ante la consternación por lo sucedido, Genaro intenta suicidarse pero se detiene, el Fray Ambrosio le da una imagen de la Virgen y le dice que vaya a buscar a su amada, que la Virgen lo protegerá.


El segundo acto vira hacia lo sobrenatural, también con gran cantidad de pantomima. Genaro busca a Teresina en todos lados hasta que finalmente la encuentra en la Gruta Azul, un lugar mágico. El rey, Golfo, convirtió a Teresina en una Nereida, un hada del mar, ya que se había enamorado de ella. Durante la transformación Teresina perdió todos sus recuerdos. Sin embargo, al ver a Genaro, aunque no lo reconoce al principio, la fe le hace recobrar su forma humana y recuperar todos sus recuerdos. Los amantes emprenden el regreso a Napoli.

En el tercer acto los jóvenes llegan al pueblo y, ante la sorpresa de ver a Teresina viva, acusan a Genaro de brujería. Estos rumores rápidamente se pierden y comienzan los festejos de la boda. El ballet termina con una tradicional tarantela.


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Florencia Guglielmotti reside en la Ciudad de Buenos Aires (Argentina). Es Profesora de Danza (titulada en la Escuela Nacional de Danzas "María Ruanova"), Licenciada y Profesora de Artes (recibida en la Universidad de Buenos Aires). Cursó estudios en la Escuela Nacional de Ballet de Cuba. Es Miembro de International Dance Council CID (UNESCO).
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Sunday, September 29, 2024

Apollon musagète (por Florencia Guglielmotti)

Nota del blog: Sección semanal dedicada al Ballet y la Danza, a cargo de la la ballerina, coreógrafa y profesora Florencia Guglielmotti.

Los textos anteriores, se pueden leer en este enlace.


La obra Apollon musagète (o Apolo, el conductor de las musas, o simplemente Apollo, como se lo conoció internacionalmente), con música de Ígor Stravinsky, fue creada por George Balanchine en 1928, cuando sólo tenía 24 años, para Les Ballets Russes, donde se desempeñó como coreógrafo entre 1924 y 1929. De ese período son también El canto del ruiseñor (1925), La Pastoral (1926) y El hijo pródigo (1929). Pero fue en Apollon musagète donde Balanchine encuentra su propio lenguaje corporal, inaugurando el denominado estilo “neoclásico” o “clásico contemporáneo”.


El estreno fue el 12 de junio en el Teatro Sarah Bernhardt y la orquesta estuvo dirigida por el propio Stravinsky. La escenografía y el vestuario fueron realizados por el artista francés André Bauchant (el vestuario fue rediseñado por Coco Chanel al año siguiente). Los intérpretes el día del estreno fueron Serge Lifar como Apolo, Alice Nikitina como Terpsícore (luego alternaba con Alexandra Danilova), Lubov Tchernicheva en el rol de Calíope, Felia Doubrovska como Polimnia y Sophie Orlova como Leto, madre de Apolo.


La obra está organizada en un acto y dos escenas. Durante la primera escena se muestra el nacimiento de Apolo, hijo de Leto y Zeus. En la segunda escena se encuentra con las musas Calíope, Polimnia y Terpsícore. Apolo, considerado el dios de las artes, le concede un don a cada una de ellas, convirtiendo a Calíope en musa de la poesía épica y la elocuencia, a Polimnia en musa de la poesía lírica y a Terpsícore en musa de la danza. Ellas le realizan una demostración de su arte a Apolo (las tres variaciones femeninas), quien finalmente las conduce al monte Parnaso, donde vivirán eternamente.


El primer film que acompaña esta reseña fue creado por Irena Dodal en 1951. Esta obra cinematográfica busca ser un “poema visual”, según palabras del reconocido crítico argentino Fernando Emery. Esta película representa la primera obra consagrada (ya que participó en diferentes festivales internacionales y recibió varios premios) de una cineasta mujer en la República Argentina. Los intérpretes son Victor Ferrari (Apolo), María Ruanova (Terpsícore), Irina Borowski (Polimnia), Nélida García (Calíope), Josefina Serrano y Beatriz Ferrari (Diosas), e Isabel Admella (Leto), todos primeros bailarines y solistas del Ballet del Teatro Colón.


La segunda realización está protagonizada por Peter Martins (Apolo), Suzanne Farrell (Terpsícore), Marnee Morris (Polimnia), Karin Von Aroldingen (Calíope) y Linda Merrill (Leto). Es una filmación de la reversión que realizó el propio Balanchine, en 1968, para New York City Ballet donde se desempeñó como director, coreógrafo y maestro hasta su muerte, en 1983.




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Ver en el blog
Sobre los Ballet Russes... (por Florencia Guglielmotti)


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Florencia Guglielmotti reside en la Ciudad de Buenos Aires (Argentina). Es Profesora de Danza (titulada en la Escuela Nacional de Danzas "María Ruanova"), Licenciada y Profesora de Artes (recibida en la Universidad de Buenos Aires). Cursó estudios en la Escuela Nacional de Ballet de Cuba. Es Miembro de International Dance Council CID (UNESCO).
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Friday, September 27, 2024

Gala de clausura del XXIX Festival Internacional de Ballet de Miami. (por Baltasar Santiago Martín)


El domingo 11 de agosto de 2024, el Miami Dade County Auditorium descorrió sus cortinas para dar paso a la Gala de Clausura del XXIX Festival Internacional de Ballet de Miami, la cual se inició con la entrega del premio “Crítica y cultura del ballet”, de manos del Maestro Eriberto Jiménez, director del Festival, al Maestro Perfecto Uriel, director de la Casa de la Danza de Logroño, España, figura reconocida y respetada por su gran labor de promoción y difusión de la danza en España.

Eriberto Jiménez y Perfecto Uriel. 
Fotos: Ismael Requejo.
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El desfile dancístico comenzó con el pas de deux On the Sky, a cargo de Jessica Arechavaleta y Rafael Ruiz, quienes bailaron la coreografía neoclásica de Ryan Jolicouer, música de Max Richter, con ese sutil y sobrio desempeño, amén de muy bien entrenada técnica, a que nos tiene ya acostumbrados Dimensions Dance Theatre of Miami, con Jennifer Kronemberg y Carlos Guerra como sus directores artísticos.

Jessica Arechavaleta y Rafael Ruiz, 
en el pas de deux On the Sky
Foto: Simon Soong.
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A continuación, Katherine Rodríguez y Emmanuel Vázquez, del Ballet de Santiago (Chile), dirigido artísticamente por César Morales, protagonizaron el adagio del segundo acto de El lago de los cisnes, con música de Chaikosvki y coreografía de Marius Petipa, en el que ambos demostraron su cuidada técnica, siempre en función de sus personajes.

Katherine Rodríguez y Emmanuel Vázquez 
en el adagio del segundo acto de El lago de los cisnes.
 Foto: Ismael Requejo.
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Les siguieron los siempre brillantes Marizé Fumero y Arionel Vargas, del Milwaukee Ballet (Estados Unidos), dirigido artísticamente por Michael Pink, quienes escogieron el pas de deux del ballet Manon, coreografía de Keneth MacMillan y música de Jules Massenet, para su memorable actuación en esta Gala de Clausura, con su impecable técnica –¡esas arriesgadas agarradas con volteretas! – en función de la interpretación de sus personajes, como si estuvieran viviendo la historia y no existiera el público.

Marizé Fumero y Arionel Vargas, 
en el pas de deux del ballet Manon
 Fotos: Ismael Requejo.
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El pas de deux del ballet Le papillon fue la selección de Arts Ballet Theatre of Florida, dirigido artísticamente por Vladimir Issaev, para su participación en este festival, interpretado por Susuka Matsumoto y Remina Tanaka, con coreografía del propio Issaev y música de Jacques Offenbach, donde la pareja superó su desempeño de la noche anterior, con más soltura y lucimiento, tanto juntos como en sus respectivas variaciones.

Susuka Matsumoto y Remina Tanaka
 en Le papillon. Fotos: Simon Soong.
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Dimensions Dance Theatre of Miami regresó al ruedo, esta vez con If, coreografía de Yanis Eric Pikieris y música de Michael Nyman, interpretado por Emily Bromberg y Ariel Morilla, con gran dominio escénico y acople como pareja.

Emily Bromberg y Ariel Morilla en If.
 Foto: Simon Soong.
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El pas de deux del tercer acto de Coppélia, coreografía de Arthur Saint-Leon y música de Leo Delibes, fue el escogido por el Ballet del Teatro Municipal de Río de Janeiro (Brasil), dirigido artísticamente por Jorge Texeira, para su participación en este festival, interpretado por Manuela Vidal y Rodrigo Hermesmeyer, quienes recrearon con gracia, estilo y gran musicalidad el grato momento de la boda de Swanilda y Frank después de sus peripecias con el Doctor Coppelius.

Manuela Vidal y Rodrigo Hermesmeyer, 
en el pas de deux del tercer acto de Coppélia.
 Fotos: Ismael Requejo.
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De la plaza de la Europa Central donde se casaron Frank y Swanilda, Melissa Oliveira y Agustín Pereyra, del Ballet Nacional Sodre de Uruguay, con Maria Riccetto como su directora artística, nos trasladaron al París de la Revolución Francesa, con el efervescente pas de deux del ballet La llama de París, coreografía del soviético Vasili Vainonen y música de Boris Asáfiev, donde Rodrigo deslumbró con sus arriegados saltos, con volteretas en el aire incluidas, y luego raudos giros, mientras que Melissa lo secundó con una veloz diagonal de piqués intercalados con pirouettes, al igual que en sus fouettés, para concluir con una coda que también hubiera podido cerrar con broche de bravura el XXIX Festival.

Melissa Oliveira y Agustín Pereyra 
en el pas de deux de La llama de París.
 Fotos: Ismael Requejo.
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Agustín Pereyra en su deslumbrante variación.
 Fotos: Ismael Requejo.
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Después de un oportuno intermedio, la Compañía Colombiana de Ballet, con José Manuel Ghiso como director artístico, se apoderó del escenario, para ofrecer Nuestro valses, con coreografía de Vicente Nebrada y música de Teresa Carreño & Ramón Delgado Palacios, donde considero totalmente apropiado lo de “se apoderó”, porque Cindy Vanessa Herrera, Mariana Restrepo, Danna Valentina Sandoval, Andrés Felipe Agudelo, Andrés Felipe Vargas y Leonardo Ramírez nos regalaron un espectáculo espléndido, cual una cascada de virtuosismo, vida y emoción, que toda Colombia debe estar agradecida con estos chicos, su Compañía y su director, por enartecerla con su estelar desempeño en la danza clásica.

Compañía Colombiana de Ballet
 en Nuestros valses. Fotos; Simon Soong.
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A seguidas, correspondió a Dejana Dorcevski y Petar Dorcevski, del Teatro Nacional de Belgrado, Servia, con Ana Pavlovic como directora artística, presentar Roxen /Roksen, con coreografía de Milan Gromilic y como música, el tango De Roxanne, de Moulin Rouge /El Molino Rojo, que bailaron con gran fuerza y pasión

Dejana Dorcevski y Petar Dorcevski 
en Roxen. Fotos: Ismael Requejo.
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Hannah Carter y Lucius Kirst, del Ballet Teatro de Pittsburgh, con Adam W. McKinney como su director artístico, se decidieron por el pas de deux del ballet La cenicienta, coreografía de Jayne Smeulders y música de Serguéi Prokófiev para su actuación en este festival, cosa muy de agradecer pues se ve poco en escena, y ellos lo reivindicaron con su elegante desempeño.

Hannah Carter y Lucius Kirst 
en el pas de deux del ballet Cenicienta
Foto: Ismael Requejo.
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Natalie Álvarez y Ariel Morilla, del Ballet Clásico Cubano de Miami, cuyo director artístico es el Maestro Eriberto Jiménez, fueron los encargados entonces de ofrecer el pas de deux del ballet Raymonda, música de Alexander Glazunov y coreografía de Marius Petipa, en una feliz conjunción de técnica, estilo e interpretación, desde el adagio hasta la hermosa coda, amén de sus impecables variaciones.

Natalie Álvarez y Ariel Morilla
 en el pas de deux de Raymonda,
 Fotos: Ismael Requejo.
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Ariel Morilla en su muy lucida variación.
 Fotos Ismael Requejo.
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Del universo de cuento infantil con final feliz de Cenicienta, la Compañía Nacional de Danza de España, dirigida artísticamente por Joaquín de Luz, trajo su Carmen desde Sevilla, con coreografía de Sabrina Bosco, música del francés Bizet, y Elisabetta Formento como la gitana cigarrera, voluble, libre y pendenciera, y Yanier Gómez como el sufrido y despechado Don José, roles que ambos asumieron y vencieron, dominio técnico por medio, pero el “fantasma” de la insuperable coreografía del cubano Alberto Alonso y la Carmen assoluta de Alicia siempre conspira contra cualquier otro intento coreográfico diferente, lo cual no es culpa de esta esforzada pareja.

Elisabetta Formento y Yanier Gómez 
en Carmen. Fotos: Ismael Requejo.
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De la Sevilla de la gitana Carmen, María Luisa Márquez e Ihosvany Rodríguez, del Ballet Clásico Cubano de Miami, nos trasladaron al París de Víctor Hugo, con el pas de deux del ballet Esmeralda, coreografía de Jules Perrot y música de Cesare Pugni, en el que María Luisa hizo gala de unos sostenidos balances y Ihosvany de un acompañamiento muy cuidado, con unos lifts (cargadas) de Márquez “de premio”, para subir luego la parada en sus respectivas variaciones y cerrar con una coda también muy virtuosa y vistosa.

María Luisa Márquez e Ihosvany Rodríguez 
en el pas de deux de Esmeralda
Fotos: Ismael Requejo.
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Ihosvany Rodríguez
 en su variación de Esmeralda
Foto: Ismael Requejo.
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Y como colofón de este exitoso XXIX Festival Internacional de Ballet de Miami, la Compañía Nacional de Danza de México, con Elisa Carrillo y Cuauhtémoc Nájera como directores artisticos, presentó a Mariaud Rangel y Argenis Montalvo, en el socorrido y reiterativo pas de deux Diana y Acteón, con música de César Pugni y coreografía de Agripina Vagánova, al que sinceramente le sacaron brillo como si fuera inédito, por su bravura, tanto en el adagio como en sus relevantes variaciones.

Mariaud Rangel y Argenis Montalvo, 
en el pas de deux Diana y Acteón
 Foto: Ismael Requejo.
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Argenis Montalvo en su variación,
 también de gran bravura.
 Foto: Ismael Requejo.
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En resumen, una hermosa función, sin altibajos, que como también dije sobre la obra Alicia vive en Miami, de El Ingenio Teatro, ratificó que el ballet, al igual que el teatro, tiene sólida casa en Miami.

Gracias, maestro Eriberto Jiménez, por tanta entrega y devoción por el ballet y el arte en general, fiel continuador del legado del inolvidable Maestro Pedro Pablo Peña.



Baltasar Santiago Martín
Fundación APOGEO & ACE Miami
Hialeah, 25 de septiembre de 2024.
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