Feliz coronación.... de una jornada grandiosa y triunfal.
Allí está, a un lado del delicioso parque de "Gonzalo de Quesada", la casa club. Airosa, elegante y sencilla. Como legítimo blasón, para orgullo y gloria de las "girls" del Tennis y como gala para nuestra sociedad.
Una obra colectiva, cada muchacha "bien", hizo de la obra del Tennis, su obra, desplegando en aras del mayor éxito todas sus actividades, iniciativas y entusiasmo, demostrando de ese modo de todo cuanto es capaz la mujer, cuando pone su voluntad y su fe en una obra, que no deja de la mano hasta no llegar al pináculo de la gloria y entonces majestuosa y altiva goza de su triunfo, nimbada por la aureola del elogio y de la admiración, con la satisfacción que se goza cuando uno ve realizado un sueño, una esperanza....
Y allí está realizado el sueño y la esperanza. Como un destello, en nuestra sociedad, así fué como vi surgir ese club que venía a dar animación y alegría a nuestra alta clase social.
Aún recuerdo las juntas preliminares donde nació la primera directiva, que debía guiar y llevar a feliz término, los proyectos de la idea que iniciara una soberana de la belleza, la blonda Pilar Garcés, hoy gentilísima esposa del conocido joven José Ángel Ortega, hasta la Habana lugar de su residencia llegará mi felicitación.
Pertenece a las iniciadoras.
Feliz casualidad, cosas del destino pero cupido entró en el Club de una manera loca, después vi desfilar con la diadema de las desposadas a muchas otras de la naciente directiva, que seguían el ejemplo de su fundadora.
Entre ellas, la linda Vice-Tesorera, Sarita Sánchez, siempre tan celebrada, que contrajo nupcias con el correcto joven Raúl Ayala.
Para reponer las que se iban convirtiendo en señoras, que no eran pocas, venían otras animosas a contribuir, entre las cuales estaba la infortunada aquella, "que al mismo tiempo era estrella y era flor; que unía, al dulce nombre de Magdalena el sagrado de María", la señorita Martínez que luego fué señora de García, y que en las primicias de su luna de miel fué arrebtada cruelmente de esta sociedad donde brillaba, y como un ángel plegando sus alas se elevó a lo infinito para allí brillar eternamente. Siempre tendré para ella un recuerdo y una flor.
Las primeras vocales fueron, Margarita Recio, María L. Calaforra, Pilar Iraola, Ana M. Estrada, Luisa Tomeu, María Alvarez, Esperanza Sánchez, Aurelia y Lolita Garcés y Nena Recio. Y una ausente por Europa, la encantadora distinguida Mercy Calaforra.
Pero quedaba Zoila Sánchez, la culta y animosa presidenta. Y fué ella con sus inteligentes compañeras Isabelita Garcerán, Salomé Zayas Bazán, Célida Recio, Cuca Batista y otras damitas las que llevaron a término la magna empresa, auxiliadas por el Doctor Felipe Pichardo que llevó al Club su talento e iniciativa; por el joven Ventura Martínez, el brazo derecho de las girls y por Bernardo Junco, que de una manera tan digna de alabanza dirigió la obra.
A todos envío mi felicitación.
Precursora de la suntuosa fiesta de la noche fué la bendición del edificio en las horas últimas de la mañana. Mi buena amiga Zoila Sánchez, para la que son pocas las palabras de elogio por su labor. Ella que merecía como ninguna presenciar su triunfo no lo pudo hacer, retraída se encuentra de toda fiesta social, embargada está en hondo y santo dolor, con la muerte de su amantísimo padre, el caballeroso Lcdo. Félix Sánchez. Faltaba ella. Todos los sentimos. Pero un justo pesar la obligaba.
Allí estaba ocupando su lugar la vicepresidenta, Salomé Zayas Bazán. En cuya figura vislumbra la que en fecha próxima ocupará el más alto sitial en la directiva. Será esa su recompensa.
¿Qué mejor elogio?
Pasaré por alto muchos detalles, solo diré que la plática del ilustrísimo señor Obispo Dr. Pérez Serante, fué una filigrana, la sagrada misa se celebró ante la imagen del Sagrado Corazón que lucía en un altar bello y sencillo. Luego nos fuimos para volver horas más tarde. Serían las nueve cuando me dirigí al Tennis Club.
Y desde lejos su aspecto era indescriptible, refulgían los focos en medio de la obscuridad de la noche; parecía así como un ascua de oro. Allí estaba reunida la sociedad de Camagüey en selecta y escogidísima representación.
¿Sus nombres?
Imposible consignarlos todos. Como gala del conjunto la señora Xenes de Primelles, la elegante dama de la sociedad habanera. Josefina Betancourt de Connoly, suprema expresión de belleza. Y la joven señora Terina Guerra de Garcini, la amable Presidenta de la Asociación Femenina, la novel institución que surgiera a iniciativas de la ilustre poetisa Isabel E. Betancourt.
Entre las señoritas un nombre primero:
Graciella Primelles. Tuve el honor de conocerla, adorable chiqulila para quien tiene el cronista un elogio inspirado en sus múltiples encantos. Soberana de la gracia y de la distinción.
Rita Allie Betancourt, mi amiguita, que es "una belleza", una verdadera náyade, cuyas gracias posee; es algo como rosa y nieve, con cabellos de oro.
Angeles Larrauri graciosa joven acariciada por el alba de la vida y Raquel Crucet una jeunefille que tuve el gusto de saludar, la conocí en la Habana, es monísima.
Una gala de nuestra sociedad, Angélica Betancourt.
Ana María Estrada y Delia Gómez de Molina, encantadoras.
Zoila E. Camachoy Olga Lauda, inspiradoras.
Esther Sariol ese encanto, simpatiquísima y Laura Alaría Arango, mi primita que parece delicada figulina.
Graciella Don en cuyas manos se agitaba un abanico de púrpura como una gran mariposa. Lindísima.
La gentilísima Isabel María Pichardo y finalmente la que he dejado de exprofeso: Margot Bryon, no podía faltar quien es para mí una de mis mejores amigas. Esa flor de hermosura.
Será el Tennis un punto de reunión de nuestra buena sociedad. No se qué se desprende de ese lugar, que ambiente se respira, que todo allí es encantador.
Ya en sus postrimerías la fiesta, cuando los argentados rayos iluminaban el delicioso Tennis, yo lo abandonaba y me parecía oír hacia el cielo ascender confusamente múltiples alabanzas de todos los concurrentes.
¡Infatigables niñas, no dejaréis morir esa obra de tanto trabajo!
Comienza con el año su vida.
Que sea feliz....
G. Arango.
Texto tomado de la Revista de la Asociación Femenina de Camagüey. Febrero 1923.
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“Camagüey Tennis Club” Vals
Autor: Alberto Noriega Varona
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Aspecto actual de lo que fue la sede del
Camagüey Tennis Club.
Esta edificación es una construcción posterior
a la aquí reseñada.
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Ver:
Historia del Camagüey Tennis Club, por Felipe Pichardo Moya. Conferencia ofrecida en el año 1944,
en este enlace.