-Hay hambruna, llegó un nuevo período especial, pero no por los americanos sino por el bloqueo interno. Dijo el canoso.
-Sí, es verdad, si esto sigue así, ahora si se jode esto. Respondió el interlocutor, un poco más joven.
-Pero ahora no es como los noventa, todos tienen celulares y por el internet todo se sabe al momento. La gente se va a tirar para las calles. Añadió el más viejo.
-Vamos a ver qué pasa. Concluyó el juvenil.
Esta conversación en Cuba no tiene nada de particular salvo que la escuché el pasado 20 de mayo de 2019, entre dos oficiales del Ministerio del Interior, armados, de completo uniforme y en el interior de un vehículo del MININT cubano. Mientras este diálogo ocurría en la carretera, en el ciberespacio, el día 9 de mayo de 2019, el sitio oficialista Cubadebate publicaba un podcast con los invitados José Luís Rodríguez ex ministro de economía y planificación y Ariel Terrero, especialista en asuntos económicos y vicepresidente de la Unión de Periodistas de Cuba. El tema por supuesto era, si Cuba se encontraba nuevamente en Período Especial. La respuesta obviamente fue que Cuba no estaba en Período Especial y que no íbamos camino al mismo. Esta publicación fue hecha dos días antes del anuncio por la Ministra de Comercio Interior, Betsy Díaz Velázquez de medidas para ¨mayor equidad en la distribución¨. En la política cubana, no existen las casualidades. Como dice el refrán, verde con puntas, guanábana. Las autoridades gubernamentales cubanas se afanan inútilmente en exorcizar los fantasmas del Período Especial. Ese es su verdadero temor, la reacción de la población ante la realidad de la nueva crisis, porque a nivel social, el comentario es el mismo, desde los guardias hasta los jubilados, ¨un nuevo Período Especial no lo vamos a aguantar¨.
A estas alturas se impone un breve recuento sobre lo que fue el Período Especial en Cuba, sobre todo para los extranjeros y los cubanos más jóvenes que no lo vivieron. El concepto original de Período Especial se remonta a la década de 1980 con el ascenso al poder de los gobiernos republicanos contrarios a la dictadura castrista, por lo que se creó por el gobierno cubano la concepción estratégica de la guerra de todo el pueblo, que incluía la planificación de medidas de emergencia para la continuidad de la economía del país en condiciones de bloqueo total aeronaval. A estos planes se les denominó paradójicamente, período especial en tiempos de guerra. Y digo paradójicamente porque en el lenguaje común, algo especial, se entiende generalmente como bueno, distinto o superior a lo normal. Entonces con la caída del campo socialista de Europa del Este, el 31 de agosto de 1990, el gobierno revolucionario cubano declaró el Período Especial en tiempos de paz y tomo un conjunto de rigurosas medidas de racionamiento y austeridad. Esto de las fechas puede parecer un detalle intrascendente pero no lo es. En noviembre de 1989 se produjo la caída del muro de Berlín y en general la caída del campo socialista de Europa del Este y aunque se nos ha hecho creer que se produjo automáticamente con este hecho la debacle económica cubana, lo cierto es que el año 1990 transcurrió casi normalmente para la parasitaria economía cubana que según el investigador norteamericano Andrew Zimbalist, el Producto Social Global, indicador empleado por el antiguo Consejo de Ayuda Mutua Económica, CAME, se redujo para Cuba solamente un 5%, mientras que la entonces Unión Soviética honró sus compromisos comerciales con Cuba durante todo el año 1990, mientras que en el año 1991, año de su desintegración, cumplió en un 50% sus compromisos con Cuba. De lo que se concluye que el Período Especial se declara en Cuba el 31 de agosto de 1990, no por una afectación real de la economía, sino como medida preventiva de austeridad y generación de reservas de petróleo y otros recursos para resistir la probable desintegración de la URSS. En términos de administración de una finca la medida era oportuna e inteligente. Estabular, conservar el ganado y reducirle paulatinamente la alimentación para preservar la masa vacuna hasta que aparecieran nuevas fuentes de alimentos. Pero como política que afectaba la alimentación y la vida de los cubanos, fue una medida violatoria de los derechos humanos y afectó gravemente la salud y la vida sobre todo de los sectores más vulnerables, ancianos y niños. Según los conceptos académicos revolucionarios plasmados en la enciclopedia Ecured, y cito …¨el Período Especial fue la visión estratégica de la Revolución, el Partido Comunista y el Estado Cubano, en la cual se crearon las reservas imprescindibles para afrontar diferentes contingencias. Fue una política de ajuste para enfrentar la peculiar crisis económica y social y hallar alternativas eficaces de solución sin traicionar el socialismo por el que tanto se había luchado. ¨Fin de la cita. El concepto académico socialista es un eufemismo para denominar a la grave crisis económica, social, ideológica y moral que atravesó la sociedad cubana durante los años 90 del pasado siglo pero deja clara una cuestión, la esencia fue crear reservas aún a riesgo de hambruna generalizada para garantizar la continuidad política del régimen. Su duración es muy discutible, según José Luís Rodríguez, se extendió el Período Especial hasta el 2004, fecha en que a su juicio se alcanzaron los niveles de crecimiento del Producto Interno Bruto similares a 1989. Sin embargo según la enciclopedia Wikipedia citando a estadísticas de la CEPAL, estos niveles de crecimiento del PIB sólo se alcanzaron en el año 2007. Por lo cual desestimo el criterio del ex ministro Rodríguez y me afilio al criterio de la propia enciclopedia que consigna que el fin del período especial fue progresivo entre los años 1995 y 1997 a partir de los niveles de recuperación de la economía cubana, aún inferiores en aquel momento a la etapa de 1989 pero suficientes para llevar una vida con cierta ¨normalidad¨.
Los años más difíciles fueron el 1992, 93 y 94, llamados por la nomenclatura, ¨Fase aguda del Período Especial¨. El año 1993 fue el más duro del Período Especial. El Producto Interno Bruto se redujo en un 36% con relación a los niveles alcanzados en 1989. Concretamente se tomaron medidas de restricción drástica de combustible para el transporte y la agricultura, así como la generación de electricidad se afectó gravemente produciéndose los apagones o cortes de electricidad programados, que se fueron haciendo tan extensos que llegaron a ser alumbrones momentáneos. Recuerdo apagones de más de 20 horas, 22 y hasta 23, no recuerdo apagones de 24 horas pero pueden haber ocurrido puntualmente. Las fábricas se paralizaron por falta de insumos y los trabajadores se mandaron interruptos para sus casas. Los alimentos y el aseo personal se hicieron muy pero que muy difíciles de adquirir. Era frecuente el ¨baño angolano¨, es decir un poco de agua y mucha mano. La libra de arroz llegó a costar cincuenta y pico de pesos. El dinero perdió su valor y eran frecuentes los trueques, ropa por alimentos, etc. Yo sinceramente aunque viví todo eso por un mecanismo de auto conservación, borré de mi memoria casi todos los recuerdos, pero algunos no logré olvidarlos. Por ejemplo en el año 1993, me levantaba de madrugada para marcar en la cafetería donde compraba una hamburguesa por la libreta de abastecimiento luego de unas seis horas de angustiosa fila o cola como decimos en Cuba. Según estudios de Manuel Franco publicados en el Oxford Journals Medicine American, el aporte nutricional diario se redujo de 2 845 kilocalorías en 1989 a 1 863 kilocalorías en 1994, siendo el mínimo recomendado para el cuerpo humano adulto de 2100 a 2300 kilocalorías por día. Para Franco y colaboradores (2007) cada cubano perdió entre el 5% y el 25% de su masa corporal en el período comprendido entre 1990 y 1995. No es una metáfora, sino una triste realidad literal, se perdieron los gatos de los vecindarios. Yo personalmente vi hacer caldosas con gatos, me invitaron a degustarlos y rechacé la invitación. Me dijeron que sabía a conejo. En general la dieta se volvió vegetariana y no hablo más de alimentos porque me hace mucho daño recordar esa etapa. Surgieron enfermedades desconocidas en Cuba desde la reconcentración de Valeriano Weyler como fueron las neuropatías ópticas y periféricas, que obligó al Estado a distribuir miles de tabletas de vitaminas para paliar la epidemia. La vida se hizo un sufrimiento, un feroz castigo y los daños psicológicos fueron inconmensurables. En el año 1994 estalló el maleconazo que fue un intento frustrado de salida del país que derivó en un espontáneo estallido social y vandalización de hoteles y comercios. Como contramedida, el gobierno abrió la frontera y se echaron a la mar miles de cubanos en balsas rústicas y otros objetos flotantes pereciendo muchos de ellos en las aguas infectadas de tiburones del estrecho de la Florida. Fue la válvula de escape que encontró la dictadura para aliviar la presión social. El pueblo pensó en emigrar y no en cambiar el régimen. Así sobrevivió el despotismo con la complicidad de los gobiernos norteamericanos enfrascados en las guerras de Irak y Serbia, por lo que les interesaba un mar Caribe estable sin migraciones incontroladas en sus costas. La grave crisis obligó al dictador Castro a renunciar al menos temporalmente a sus grandes planes de dominación mundial. Así en febrero de 1992 fue sustituido el Comandante Manuel Piñeiro, Barbarroja, al frente del Departamento América del Comité Central del Partido Comunista de Cuba, marcando con ello el fin de la etapa de exportación de subversión y guerrillas por los países subdesarrollados, comenzando una etapa más refinada de exportación de ideología y el dominio encubierto de otros países como sucedió en Venezuela a partir de 1999. Fue abortado definitivamente el proyecto de construcción de la central electronuclear de Juraguá en Cienfuegos, de tecnología similar a la de Chernóbil. Otras consecuencias positivas del Período Especial fue la toma de medidas como la potenciación del trabajo por cuenta propia, la ley de la inversión extranjera en 1995, la descentralización parcial de la economía, el auge del turismo y de las remesas extranjeras, la reforma de la agricultura con la creación de las Unidades Básicas de Producción Cooperativas, la despenalización de la tenencia de divisas extranjeras y la creación del peso convertible, así como las casas de cambio de monedas, la creación de los mercados de productos agropecuarios y los mercados de productos artesanales, creación de zonas francas y modificaciones arancelarias, reorganización empresarial, de los órganos de la administración central del estado, del sistema bancario, la ley tributaria y a mi entender la principal medida por su impacto social e ideológico, la apertura de las tiendas recaudadoras de divisas, con lo cual se sepultó definitivamente el sueño del igualitarismo de los cubanos. Antes del período especial los cubanos no podían vender nada, todo era controlado por el estado, digamos que el período especial marco el inicio de una muy lenta transición de una economía cerrada, totalmente planificada a una economía mixta, parcialmente descentralizada con un mercado interno de consumo. Mientras esto ocurría en Cuba, en Corea del Norte se produjo una crisis idéntica de subproducción, que al no tomar los dictadores Kim, medidas emergentes de apertura económica, se produjo una gran hambruna en la cual pereció el 10% de la población coreana del norte, denominándose a esta crisis por el gobierno de Corea, la penosa marcha, todo lo cual corrobora la ineficiencia de las dictaduras socialistas cerradas. En resumen el resumen el período especial o ¨nuestra penosa marcha¨ duró ocho años, de los cuales tres fueron críticos. Este recuento es importante porque muchas personas irreflexivamente en Cuba dicen ¨no estamos en período especial porque no hay largos apagones¨. Los apagones existieron antes y después del período especial, pero sólo en la fase crítica del 1992 al 1994 fueron constantes y planificados. Durante los otros cinco años no sufrimos los prolongados apagones pero nos encontrábamos todavía en el Período Especial.
Volvamos a la pregunta central. Estamos o no en Período Especial y de ser afirmativa la respuesta queremos saber cuándo comenzó. Retomando los argumentos expuestos en Cubadebate por José Luís Rodríguez y Ariel Terrero, según ellos no estamos en Período Especial porque se mantienen las inversiones del desarrollo económico y la situación actual es similar a la del 2008 en la cual la economía creció sólo 0.5% pero no fue un Período Especial. Sin embargo si estudiamos atentamente el discurso del actual Ministro de Economía y Planificación, Alejandro Gil, el 13 de abril de 2019, ante los diputados de la Asamblea Nacional del Poder Popular, veremos cómo el Ministro al analizar el cumplimiento del Plan Nacional de Desarrollo Económico y Social hasta el 2030 enfatizó en la compleja situación nacional e internacional que impacta en la situación económica del país y precisó que si bien se continúa trabajando en el diseño del Plan de Desarrollo hasta el 2030, a partir de las condiciones actuales se decidió dividir el plan en tres etapas, 20019-2021, 2022-2026 y 2027-2030. Señaló el propio ministro que y cito ¨…en este momento la prioridad la focalizamos en la primera etapa, para ello se identificaron seis sectores estratégicos que generen un mayor impacto en la economía y en el cual se concentrarán los recursos, sin desatender otras actividades.¨ Estos sectores estratégicos serán el turismo, industria biotecnológica y farmacéutica, electroenergético, alimentos, servicios profesionales en el exterior y la construcción. Según el ministro el aumento de estos renglones de exportación representa el 90% de los aumentos totales previstos para el 2030. Estas medidas guardan extraordinario paralelismo con las tomadas en el 1990 cuando el país priorizó para su desarrollo el turismo y la industria biotecnológica y farmacéutica que casualmente son los dos primeros renglones de los sectores estratégicos para el plan de desarrollo hasta el 2012. Es decir que se repite la fórmula del 1990, resistir a como se pueda en el resto de la economía y crecer en los sectores estratégicos, Continuó el ministro indicando que para el período señalado hasta el 2021, el país enfrenta fuertes restricciones financieras con atrasos en el pago de algunas deudas que afectan los créditos. ¨Hay un alto nivel de importaciones en el plan de la economía que requiere cumplir esas deudas con los acreedores¨. En fin que le debemos a las once mil vírgenes y estamos en bancarrota. En este punto de la deuda externa de Cuba hacemos un alto y volvemos a la entrevista en Cubadebate con José Luís Rodríguez quien indicó que a partir de finales de 2017 con el establecimiento de relaciones con la administración Obama, el país asumió considerables créditos en la confianza que la economía y el turismo continuarían su ascenso a partir de esta mejoría de las relaciones con los Estados Unidos. Lo que José Luís denomina ¨efecto demostrado¨ que no es más que un optimismo injustificado que todo iba a ir bien, hasta que llegó Trump en lugar de la continuista Hilari Clinton y se desbarató el castillo de naipes.
En definitiva dejando a un lado el academicismo, la verdad es que a partir del 11 de mayo se tomaron las ¨medidas con el propósito de una distribución justa en el mercado interno¨ y se controlaron o racionaron un conjunto de productos alimenticios de primera necesidad, así como artículos de aseo personal. Otras medidas no se han dado aún a la publicidad pero están relacionadas con el racionamiento de combustible que incluye la drástica disminución del transporte público y una agresiva campaña contra el desvío o robo de combustible estatal. La realidad que en estos momentos al cubano le es muy difícil acceder a productos como el pollo, la carne de cerdo, otros tipos de carne ya habían desaparecido mucho antes. El detergente en polvo, líquido, colchas de trapear, huevos, arroz, pasta de dientes, jabón y muchos otros están desaparecidos y se requiere comprarlos en el mercado negro cuando aparecen a precios astronómicos. Para mí y para millones de cubanos que salen todos los días a la calle a ver que comen, ya estamos en Período Especial. Ahora solo falta por ver qué medidas de apertura económica se ve forzada la dirigencia cubana a tomar o si por el contrario tomamos el camino coreano de la penosa marcha a la intransigencia. De prevalecer el búnker o el sector inmovilista de la cúpula gobernante, que hasta el presente es la amplia mayoría en el Comité Central, entonces se producirán sucesivos maleconazos hasta que los países occidentales tomen cartas definitivas en la crisis humanitaria y fuercen una apertura democrática y económica definitiva en Cuba.