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Tuesday, February 6, 2024

La invención del forastero. (un poema de Rodrigo de la Luz)



Te ataste a otro destino sin quererlo.
Fabricaste los diques
que luego te separaron del rebaño.
Safaste el nudo que te ataba a la ventana.

Ahora irrumpes estrepitoso, petulante.
Te debates entre la sumisión y la violencia.

No es demasiado tarde, la trampa está activada;
juegan las voces indagatorias con tu nombre!

Retrocede un segundo, mira desde lo alto.
La estructura ideal se desmorona,
se está gestando el fín la osadía.

Regresa, no te espongas.
El entusiasmo termina en repulsión:
Todo deslumbramiento es una estafa.

Tuesday, January 23, 2024

Apología de la amistad (un poema de Rodrigo de la Luz)



Si al menos fueras como Rodolfo
valdría la pena argumentar contigo.
Si se advirtiera en ti un compañerismo
de esos que solo existen en el paraíso,
si fueras un buen rival, libra por libra,
si interactuaras con madurez
y acatamiento.
Pero no vales la pena camarada:
No habló por lo que dicen,
sino por lo que veo;
ya que has sabido manejar de maravilla
esa pelusa, que se exhibía
en el ojo de tu prójimo,
mientras la viga se ocultaba en tu mirada.
Si fueras como él, cómo Rodolfo.
Entonces no tendrías
ese mohín mezquino,
ese ademán arlequinesco.
Rodolfo tiene la mirada limpia;
sus movimientos son oportunos
y veraces,
es un discreto padre de familia
que toma precaución
y no calumnia a nadie.
Si fueras como él, yo te tratara
como lo traté
cuando aún me prometía ser mi amigo.
Lo que pasó entre él y yo
fue mi torpeza,
la torcedura de su entendimiento,
la cizaña de cierta persona
que aborrezco.
¡Pero a pesar de todo
lo recuerdo con afecto!
A ti no puedo ni siquiera tolerarte.
Eres propenso a la pusilanimidad,
al desprecio, al desaire,
a la falta de empatía.
De ti nace la envidia y brota la aversión.
En tu silla de alumno pulula la arrogancia.
Eres tan pequeño, tan escueto y mísero,
que no motivas ni a decir tu nombre;
aunque algunos te conocen
y saben bien quien eres.
En cambio todos mencionan a Rodolfo,
y lo hacen con orgullo, como yo.
¡Viva Rodolfo!
Que aunque ya no nos vemos
aún lo admiro.
Si fueras como él,
tal vez te hubiera escrito este poema...

Thursday, August 18, 2022

Diario del Circo (un poema de Rodrigo de la Luz)



Es una noche fría.
Alguien mató esta noche
la paloma de un mago.
La asfixió con un pañuelo,
la ocultó entre baúles
y luego se marchó.

En la mañana
amanecerán horrorizados;
conejos, loros, leones.

¡Otro crimen impune!
Otra señal de fuerza.

-Ya hace una semana
se había negado a comer.
Dijo la cobra.

Saturday, August 6, 2022

Haikus (de Rodrigo de la Luz)



Un vaso desbordado
Expuesto a la brisa leve
Espera sedienta boca.


Acostumbrate cordero
Entre las Águilas
A callar lo que piensas.


También me acerque al mar
Y vi unas aguas muertas
Reinaba la quietud.


Fija en la altura
Puede alumbrar la Luna
La encrucijada del poeta.


En el jardín, solo
Ahí te dejará la noche
Te encontrará la mañana.


Miro con desconsuelo
Una puesta de sol
Entre los muertos árboles.


Se ilumina el perfil
Y se vuelve a aburrir
Bajo los rayos.


Esta paloma muerta
Que tú mismo mataste
Te persigue, te espera.

Thursday, April 21, 2022

Del soldado equitativo (un poema de Rodrigo de la Luz)



A la guerra de Ucrania
27de febrero de 2022




Caerá la noche sobre las trincheras.
Atrás quedarán tus mártires suicidas,
tus héroes de bronce,
tus santos eruditos.

Delegarás tu poder a tu enemigo.
Asistirás a los heridos de ambos bandos.

Aún dándolo todo,
sentirás la sensación de que algo falta.

Como una lluvia ácida
caerá el sudor de los hombres
en tu rostro;
mezclado con la sangre de inocentes.

¡No habrá el más mínimo asomo
de ternura!
¡Inventarás siluetas en la tierra!

Creerán que estás loco,
que bailas por dinero, que no tienes bandera.

Dibujarás tu huella, valiéndote del polvo que al sol desaparece.
Dejarás claro tu rol en la jornada;
ni cazador, ni cazado, ni estéril carroñero
ni carroña.

Pero una mayor sorpresa
te tendrá deparada la alambrada:

El último soldado de la noche
se arrastrará para gritar tu nombre.

Entenderán que actuastes con ahínco,
con impetuosidad de voluntario.

Te abrazarás a los restos de un recluta.
Al fin te habrás ganado en este mundo,
tu puesto indelegable en las tinieblas.

Saturday, October 16, 2021

Cinco poemas de Rodrigo de la Luz




Un pomo


Un pomo
con abundantes luciérnagas;
similar a la diáspora almirante
en una esquina del escaparate.
Señala y premedita
una acción
contra el apócrifo farol.



Diario del Circo


Es una noche fría.
Alguien mató esta noche
la paloma de un mago.
La asfixió con un pañuelo,
la ocultó entre baúles
y luego se marchó.

En la mañana
amanecieron horrorizados;
conejos, loros, leones.

¡Otro crimen impune!
Otra señal de fuerza.

-Ya hace una semana
se había negado a comer.
Dijo la cobra.



Celebran


Un ruido estrepitoso
ha transformado a la bestia
en filete de primera.

No había vino ni pan.

Pero en un acto festivo
todos los buitres hambrientos
celebraban.



Hacia el final del espectáculo


Tarugo, ahora tu propio oficio
en decadencia
te mira y te despide;
como un cómplice antiguo,
como un apologeta
que decidió sumarse a las protestas
encabezadas por espectadores.



Cantaba


Cantaba tan cerca de la fuente
que la fuente murió;
murió de penas.

Después vino una lluvia larga
que malogro cuánta palabra dijo;
(para que no quedara ni el recuerdo)

Entonces mudo,
hizo una serie de gestos con las manos,
que fueron la consagración
de su gran obra.

Aquí les dejo una foto:
Uno de aquellos gestos.

Tuesday, October 12, 2021

Habaneras de Cádiz

...

Las olas de la Caleta, que es plata quieta,
rompían contra las rocas de aquel paseo
que al bamboleo de aquellas bocas
allí le llaman El Malecón
...

Thursday, September 30, 2021

La Jauría (un poema de Rodrigo de la Luz)



Eran jauría.
Desertaron
en medio de la noche transparente.

Anduvieron desplazándose
hacia otras latitudes,
hacia otras agónicas praderas.
Desenterrando hueso a hueso
la esperanza.

Cantaron y ladraron.
Muchos sentían un ímpetu sin límites,
otros una apatía desbordante.

Luego se fueron mofando de los zorros,
de la luna, de la lluvia, de las sombras;
esta vez
de las sombras de los dioses.

Tenían diferentes caracteres.
Entre ellos habían incluso literatos,
mendicos, harapientos, licenciados
y algún que otro opulento (can de lujo).

Buscaban libertinaje, emancipación,
autonomía.
Buscaban excentricismo, extravagancia
y "llagas que lamer"entre comillas.

Sí, eran jauría.
Útil y rencorosa, pacata y entusiasta,
con pulgas y sin ellas...

Me invitaron a unirme a la manda;
a ser línea en sus cuadros,
y número en sus tropas.

Como era de esperar,
yo me negué:
Sufrí el acoso, la persecución.
Sufrí el rastreo, el feroz asedio.

La acometida fue larga y espantosa.
(apenas me dejaban respirar)

Eran jauría.
Sí, ¡eran!.
Hoy todos son un pálido retrato,
un nudo gris que el tiempo no desata,
un ataúd que se hunde en lo profundo
repleto de colmillos, y de cólera inútil.

Thursday, August 26, 2021

Sombra (un poema de Rodrigo de la Luz)

Foto/Rodrigo de la Luz
-----------------


Ella cabalga sin gran preocupación.
Todo peso caerá sobre otro cuerpo,
el suyo es frágil,
no tiene fuerzas ni enemigos.

Su cuello jamás fue picoteado
por los cuervos
y nunca confesó bajo tortura.

No hay en ella nostalgias ni entusiasmo,
ni pecado, ni carne, ni hedor,
ni eco desfallecido en las columnas,
ni final, ni principio.

Ella le canta al jubileo de lo incierto.
Incrustada en un muro
se va cuando nos vamos.

Su mejor atributo
es traspasar paredes y peceras,
rejas y cavidades palpitantes.

Nunca aprendió un idioma.
Su mímica es innata.
No logra cavilar.

Se roe en el tapiz más carrasposo,
se afina en el urbano pasadizo,
se detiene en la puerta del panteón.

Ella transcurre en el contraste
de la umbría,
se hace hilo y oleada.

Baja por el manubrio que has subido,
sube por la escalera que has bajado.

Ella se pierde
y se reencuentra en el espejo,
se asesina a sí misma en su imprudencia,
se deplora y se admira en su arrogancia.

Ella tiembla en la urdimbre tempestuosa.
Desaparece rauda, involuntaria,
y aparece otra vez si tú regresas.

Tuesday, August 3, 2021

La luna en la ventana de los magos (un poema de Rodrigo de la Luz)

Foto/Rodrigo de la Luz
--------------


La Luna firma su propio recorrido.
Sólo ella pudo avizorar en los andenes
los enigmáticos trazos de la hormiga,
descifrar la huella insigne de los árboles,
escuchar la canción que deshabita
en las palabras.

La Luna se apresuró sobre los rieles
donde a veces se enrolla la esperanza,
enderezó el garabato feroz de la escritura
e iluminó al malabarista
que imitandola, giraba hacia
el recinto circular.

Gravitatoria sobre antiguas fábricas,
sobre solemnes edificaciones,
sobre vallas, pasquines, rótulos,
e inmensos epitafios.

Luna, de la inmoralidad y de la muerte,
de la mortaja y del orco;
donde estorbaban las palabras de poeta.

Luna, que en reflejo del espejo parpadeaba,
y cuál un ciego
cruzó el oscuro laberinto de la patria.

Luna, que iluminaba la avenida
tras el opaco acto del farol:
Previsora y suicida,
como una mancha rauda
que se repite en la línea de la mar.

Luna, que en la ventana de los magos
eras la fuerza sobrenatural.
La súbita quimera del viajero.

Friday, July 23, 2021

Mis dibujos (por Rodrigo de la Luz)


En mis dibujos hay una confrontación eterna, por cuanto a veces fueron hechos en una sala de lujo, otras, sobre un terreno pantanoso.

Mis manos delicadamente rotas, mis dedos de onicofago, resueltos al encuentro con la hoja, cada vez con más fuerzas trazan lo que parece, no una línea, sino una cuerda interminable (tal ves una cuerda de circo).

En ocasiones el dibujo aparece saturado de imprecisiones, de relámpagos ambiguos, en otras, lo creo en mi mente y cuando parece nítido, decidido al combate, entonces se oculta, aunque luego reaparesca en mi mesa de trabajo transformándose a cada instante. Me gusta reflejar en ellos, historias inconclusas, la angustia de los pájaros, el placer de lo efímero; tal vez en ese placer, en esa angustia, en esa historia inconclusa, está mi propio mundo.

Luego hay días en que se alejan cuál jirones, cuando la mano descansa, agónica de jaulas.

Noches después abarcan todo el espacio de la mente, y en la mañana son lanzados al latón, por miedo a lo que dicen, o porque no dicen nada.

Los dibujos te llevan a latitudes extraordinarias, te obligan a regresar en el tiempo, te reubican en las filas por la marcha de la vida.

Son parte de la polea y de la inmovilidad, de la memoria y del futuro inesperado.

Son como una ráfaga inocente, que procelosa esclarece las incidencias del tornasol.

Son como un gallo de peleas, que es comprado para no pelear.

Son-quizás porque no he aprendido a descifrarlos del todo-el misterio que más me preocupa, la incógnita que abunda secretamente en mi imaginación.

Wednesday, July 21, 2021

Retratos del tiempo (un poema de Rodrigo de la Luz)

Foto/Rodrigo de la Luz
-----------



Detrás del tiempo; lejanísimo, reteniendo
sobre un reloj imaginario,
danza la última bailarina
como una perdiz herida.

Un inquieto y fabuloso bufón
se convierte en teléfono
y ahora suena ocupado.

Tuerce el viento las hojas de los libros
y las escupe rotas a la luz.

Silba un perro enfundado,
luego calla
mientras la noche empieza
a descender.

A ratos da la idea
que alguien traerá una noticia,
algún pronóstico.

La negrura que invade
 - a pesar del sobresalto - 
es propicia para cerrar los ojos.

Un mágico conejo
regresa a su sombrero.

Poco a poco unas fieras hambrientas
renuncian a su empeño
de devorar las horas.

Alguien está voceando
del otro lado del mundo,
(como una pantomima).

El opúsculo es más breve, mas certero.
Reclinando mi hombro
sobre un muro lejano,
respiro este silencio necesario.




Del libro La luz que se prolonga. Editorial Ultramar. Miami 2012.

Tuesday, May 11, 2021

Zangarriana (un poema de Rodrigo de la Luz)


Cada barco de papel,
cada cohete que lancé por la ventana,
cada muro construido
para romper mis pantalones
sobre las rodillas;
fueron formando el carácter 
del hombre que soy hoy.

Sobreviví a la escoria de la escuela.
Mi madre acudía con un pollo rebosante
a mi castigo,
que era más su castigo que el mío.

Por momentos me convertían en culpable
de todo el abandono:
Me comía la rabia del ensañamiento
que aún hoy en día
arteran mi memoria estudiantil.

Cuando la humanidad se llama pueblo,
cuando el pueblo se llama manada,
cuando el maestro se llama dictador,
cuando la condición humana 
es una plasta,
que sólo sirve para aplastar 
la ingenuidad...

Anduve a solas.
Creciendo al azar, casi en lo oscuro.
Sin ningún tipo de compromiso moral
que no fueran mis propias convicciones.

Fui olvidando cada composición,
cada sinfonía, cada partitura;
hasta erigir mi propio repertorio.

Hoy sonrío al rigor de la barbarie,
me burlo de la vileza de la vida.
Sin zozobra, sin enfado, sin encono,
sin remordimiento.

Estaba tan quedamente en mi satélite,
que al cabo, me dio trabajo
en la pizarra
visualizar el signo de la luz.

Wednesday, March 24, 2021

Siete poemas contestatarios de Rodrigo de la Luz




DIARIO DEL CIRCO


Es una noche fría.
Alguien mató esta noche
la paloma de un mago.
La asfixió con un pañuelo,
la ocultó entre baúles
y luego se marchó.

En la mañana
amanecieron horrorizados;
conejos, loros, leones.

¡Otro crimen impune!
Otra señal de fuerza.

-Ya hace una semana
se había negado a comer.
Dijo la cobra.





EL SILENCIO


El silencio es un ruido embotellado,
es un menudo roto de alcancia,
es un eco torcido de utopías,
un perpetuo callarse inanimado.

El silencio es un grito fracasado,
una palabra dulce y clandestina,
un transparente libro de oficina,
un pensamiento en un rincón tirado.

El silencio es un gato en el tejado,
un lagrimear de obuses y fusiles,
una argamasa para los barriles,
el buitre y la Pantera enamorados.

El silencio es un tétrico pescado,
un anzuelo inmortal para la muerte.
El silencio es un pobre continente,
sumido,sumergido y olvidado.



MASACRE

Remolcador 13 de Marzo



¿Qué nos quedó?
Que no fuera el enjambre sobre el mar,
la voz del muerto aún irreconocible;
un ancla que se divisa en lo profundo.


¿Qué nos quedó?
Que no fueran aquellas manos en la aurora,
aquel trocito de sol en el muro,
estos ovillos, este farol que el polvo ha saturado.

¿Qué nos quedó?
Que no fuera esa pausa, ese susto,
esas alas salvajes que no saben volar;
el torniquete en cruz, que más que enumerarnos
nos dejaba una huella como un código.

¡Ahora preguntan por aquel entusiasmo!
¿Acaso no se enteraron de esa plaza infernal,
de este designio torpe, de esta gabarra cargada de cadáveres?
¿Acaso no se enteraron 
de aquel silencio que nos fue inundando
hasta callarnos también la mirada?

¿Acaso, nadie les dijo?
¿No les contaron que el peligro se asustó,
que la memoria se convertía a chorros en olvido,
que el asno fue ascendido hasta llegar a policía?

¡Tal parece que no oyeron las noticias!

¿Qué nos quedó?
Que no fuera el asombro, la soberbia,
el agua en los pulmones y la irá.

Y un puñado de ojos
que duermen desvelados
en el fondo del mar.



CADETE


Este muchacho se acerca sospechoso,
(Felicísimo)
ahora que se mueren las ballenas.

Transcurre entusiasmado,
se asoma a los jardines optimista.

Su atrevimiento es tal, que me impresiona.
Abarca mucho con sus brazos frágiles.

Quiere acercarse al final con heroísmo,
quiere parar las bombas con aplausos;
seguir riendo ante el puñal obtuso.

Su cuello almidonado, sus zapatos pulidos,
su mano esterilizada, lo delatan.

Este muchacho está infiltrado entre nosotros,
pero no es parte de nosotros...

No le duelen nuestras carencias,
no se le nubla el cielo entre las ráfagas,
no se alza compungido en las colinas,
la carabina se le cae muy a menudo.

Trae una joven campana entre las manos
y la alborota al primer encuentro
con su prójimo.

Es tan puntual, tan modesto;
que ma parece cínico.

La más dudosa estrella vive fija en su órbita,
el canto más explícito se percibe en su voz.

Este muchacho contradice al aguafiestas.
Al enemigo lo recibe con efusivos estrechones.

Tendremos que expulsarlo de la tropa.
Tendremos que encontrar tercas razones.
Tendremos que salvarlo de la ira.



NOTICIAS DE ALLÁ



Allá jugaba el trueno con la aurora,
un oso mordisquea la hojarasca,
y hay un número que ha sido enumerado.

Allá hay también un fruto comestible
que no ha sido prohibido por los dioses.

Hay un mendigo que recorre los suburbios;
que se para en el trono de la muerte,
y que dice: "Los amo".

Hay, como en otros lugares;
la palabra lírica y anhelante,
que ronda como un gato en el jardín.

Hay polvo cíclico,
y una tremenda empolladura de soldado.

Hay la muchacha, con el pelo soleado
de ir al río;
insubordinada y suspicaz.

Hay la osadía y el atrevimiento de vivir aún,
que son la misma cosa en conclusión.

Hay la noticia que estalla como un vértigo
pero a las dos semanas se ha olvidado.

Hay el triunfo fatídico de un perro
que ha batallado toda la noche por un pan.

¡Hay la melancolía visceral!

Hay el indómito espíritu,
que más que patear, bufea y relincha.

Allá,hay la ingenua tempestad llameante,
y el corazón llameante,
y la plebe llameante,
y el dinerito de la cortedad.

¡Allá, hay la furia guardada en los bolsillos!

Hay la estridencia estricta de una voz.
(Una sola voz).

Allá se ha puesto de moda la esperanza,
y la alegría es un huevo oscuro sin polluelo,
que no se sabe por fin de qué ave es.

Hay, - no siempre -, unas voces
que reclaman justicia,
y otras voces escasas que nos dicen: "Silencio,
dejen dormir en paz, no sigan por favor."

Allá, también hay un pequeño y viejo lago,
adonde viene un cisne algunas veces,
a ver si juega el trueno con la aurora.



CIUDAD CERCADA

A José A Felipe



Sitio lleno de hormigas;
cucarachas,arañas y ratones,
que dormían la siesta en las ventanas.

Pueblo de corazones exprimidos.
Pueblo herido.

Pueblo de seres,
que le han quitado su alma de alambique,
su alma de alma mía,
si alma de alma máter,
su alma de almanaque.

Sitio de estrella multisecular,
de primavera destemporalizada.
Sitio entre tantos, región, lugar que aún amo.

En aras del amor llego hasta ti;
-rincón de anhelos, calcáreo y arenoso-,
adonde un rey, ya demasiado viejo
se yergue sobre un trono putrefacto.

Adonde un hombre incoloro e insípido,
e insensible;
le da clases de honor
a una chica aprendiz de cortesana.

...Vierte tu rauda lágrima en mi copa,
que apenas se desborda de tristeza.

Tu vital transparencia,
tus pregones ausentes,
tu beso de mujeres pueblerinas
toca una parte de mí que no distingo.

Que alguien mitigue un beso renovado.
Que alguien traiga de vuelta tus pregones.
Que alguien le de color a tanta vida.

Refulgente una ráfaga el cielo,
pregunta por relojes impuntuales.

Una campana dobla entrecortada,
y hay un alambre que te transita
como un mapa.

Sitio de todos ellos.
Sitio mío.
No perdones -si quieres- mi tardanza,
pero si grito,ten piedad de mí.

Ciudad, llego hasta ti.
Brinco la cerca.
Muero mordiendo una palabra ajena.




A QUIEN MEREZCA ESTE CANTO



No hay nadie que presida 
esta barca, este muelle,
este paisaje huérfano de aves.

Los soleados contornos
de esta ciudad en forma de Caimán
son resecos e inhóspitos.

A cada paso te encuentras con grimorios,
donde las madres dejaron testimonios
de aquellos hijos que prometían ser pródigos.

Harpas tan silenciosas que parecen estatuas,
se exhiben en los salones y quincallas.

Un florilegio de espanto
se lee en algunos parques
y en solares pequeños, repletos de pasquines.

Nadie ha podido saber,
por qué el aburrimiento es un aliado;
un siervo que trabaja sin destajo.

Si el mar pudiera devorarlo todo,
lo hubiera devorado hace unos años
cuando inundó las calles tan resecas,
con la sal y la sangre de sus propios ahogados.

Tuesday, March 2, 2021

Ciudadano del primer mundo (un poema de Rodrigo de la Luz)



Una ciudad en orden
también es peligrosa;
una ciudad en demasiado orden.

Porque se ordenan crímenes quirúrgicos.
Se ordenan fraudes y melancolías.
Se ocultan muertos, manos vigilantes.

Se establecen guardianes cancerberos.
Se proporcionan voces que no suenan.
Se designan esbirros en cargos competentes.

Una ciudad en orden
es de sumo peligro,
porque en ella se duerme
la lengua de los dioses,
que antaño desafiaron al poder judicial:

Se cometen divinas terquedades.
Se difama, a la vez que se es impune.

Una ciudad en orden;
en demasiado orden,
tiene ojos que van al matadero
y apóstatas que reivindican sus partidos.

Una ciudad en orden
dicipa los presagios.
Convierte a los políticos en magos,
y al árbol más solemne 
lo destina a ser leña necesaria...

Allí hay fantasmas de la constitución
y camaleones de la ideología.

En ella surgen héroes matinales
que luego son estatuas que se duermen.

Surgen murallas que eran oficinas.
Surgen compuertas que eran aguaceros.
Nacen culpables por haber nacido.

Una ciudad en orden
sigue siendo una escusa,
para aplicar grilletes ingeniosos;
para adoptar un pose, una postura,
que transmita rigor, miedo, entusiasmo.

En la ciudad en orden
se descredita a todo el que no avance;
al que no siga, al que no rime 
o sea aspavientoso.
Al que haya decidido, 
no tener semejantes, marchar sólo.

En la ciudad en orden
estallan las tristes luces de edificios.
Desde sus materiales resistentes,
-hechos para la calumnia y el decoro-
se escuchan ecos de gritos fastidioso.

¡Nadie acude a esta urgencia!
¿Nadie escucha?
... Y las luces se apagan al unísono.

En la ciudad en orden
se anticipa la hora que transcurre.
El ritmo de los días
lo imponen la fatiga y el trabajo.
Se convierte en eunuco al mujeriego.

¡No logras deshacerte de tú número!
¡No logras evadir las tantas cámaras!

Se decretan las leyes y preceptos
que en tres meses serán dichos caducos.
Hay criminales con trajes de etiqueta;
payasos que dan ganas de llorar.

En la ciudad ordenada te esperamos.
Trae las manos ligeras,
buena disposición, mucha energía.

Por fin serás en tú hemisferio decoroso,
ilustre ciudadano de primera.



Thursday, February 25, 2021

Tres poemas de Rodrigo de la Luz



Transeúnte


Sujétese a este saco de sangre;
a este lapsus imprevisto.

Acurrúquese en esa esquina
de evidentes siluetas
donde hoy se amontonaron
los átomos del óxido.

Gástese en ese empeño,
como un beso sacado de una carta.

Cruje el azul almidonado de la isla, sujétese:
Antes que el rojo salpique con aplausos
su inocente semblante de muchacho.

Desconocidos, inagotables,
anduvieron flotando los cadáveres
que luego alguien fue enumerando
sobre la arena.

Pero sujétese.
Mencione el recuerdo fácil de ese nombre,
su púrpura, su máscara invencible.

Mírese de reojo
en el reflejo de algún charco,
donde la muerte ensaye su único futuro.

Es urgente, sujétese;
de esta ecuación que es casi un epitafio.

Como único término de la salvación,
sujétese a esta cuerda:
Sígame ahora por este laberinto.



Aguja


Enhebrar una aguja.
Contemplar ese estambre interminable.
Desplazarse desde su tope hasta su punta.

Pasar por el desierto de su único ojo.
Viajar en un avión por su canal.
Observar desde el asta los hilos que se ocultan.

Resucitar con ella entre las llamas.
Estacionarme justo en la ranura;
morada, entre el botón y el falso zipper.

Peinar las nuevas telas, como pelos.
Palpar esa flacura entre mis dedos.

Coser con ella cuando se deprime.
Ayudarla a zanjar grandes ojetes.
Zurcir aquella boca que difama.

Enrolarse una noche para
siempre
en una marcha ciega, martillante,
que sobrevive más allá del tiempo.



Tigre


El tigre entrará.
Destrozará de un tajo el corazón.
Cazará a los mandriles
como si fueran tiernos perezosos.

Un juego peligroso de establecerá
entre la indómita lengua y el zarpazo.

Este animal seducido y olvidado,
sacudirá todo el polvo
que ha caído en su lomo.

Entrará. Cundirá el pánico; las calamidades.
La esperanza andará flotante o muerta,
al final del reducto.

Será en extremo una bestia rencorosa;
con toda esa locura de la selva y del circo.

De seguro entrará.
Primero como un manojo de esplendor,
como un gatito dulce,
pero después atacará con saña.
Sus ojos fabricados de medallas,
nos llenarán de luto.
Nos teñirán de sangre.

Friday, January 8, 2021

Tinta sobre papel. Ocho dibujos de Rodrigo de la Luz

En mis inicios como dibujante hice una serie de retratos con poco éxito, incluyendo el mío propio. Todos éramos alumnos del grupo de teatro donde estudiaba actuación y dirección.

Luego encontré la mayor libertad, en el dibujo que algunos catalogan como Naif; aunque en ocasiones no es tan Naif que digamos:

Son historias que buscan denunciar algún suceso.

Una línea puede ser una obra maestra, si se ha trazado con originalidad. (por Rodrigo de la luz)











Tuesday, December 1, 2020

Sobre "Mujer de invierno" (por Rodrigo de la Luz)


Cuando el libro: Mujer de invierno se publicó yo tenía treinta y tres años; la edad de Cristo en el momento que fue crucificado por los romanos. El libro en su mayoría se había escrito en Cuba, más de diez años hantes.

Mi vida había transcurrido desde entonces, entre el dibujo, la actuación, algunos deportes, la cría de palomas y la lectura. Sin embargo sentía que había perdido mucho tiempo, que ya era demasiado viejo para publicar. Pero el peso de aquellos papeles en la gaveta, me atraía con más fuerzas que todo lo hecho anteriormente.

Cansado de corregirlos, decidí hacer una selección y organicé por segmentos un buen número de poemas que acaso no eran superiores. Sin embargo por alguna razón gozaron el privilegio de ser publicados con anterioridad a otros que tal ves eran mejores; y digo mejores, en cuanto a juicio, criterio, estética y cánones de la modernidad... porque en el corazón a veces no se exigen esos requisitos, esos parámetros.

El corazón dice: Me conmueve, o dice: No entiendo, no me habla a mí.

El corazón dice: Yo no determino, yo no juzgo, yo no sentencio, yo sólo puedo aceptar a quien me canta con honestidad.

Que critiquen los experimentados, los que saben de equilibrio, de moderación y de tendencias.

Con sus espacios de ocio y de poca sustancia, con sus cacofónicas combinaciones y su falta de imágenes, con todos sus adverbios y excesivos giros, con sus metáforas fabulescas, y sus finales imprevistos, con su neocriollismo rampante; los fui organizando para su publicación o su entierro.

Y así fue. En el dos mil dos, apareció el poemario. Supuse que sería un éxito, al menos en cuanto a regocijo se refiere...

Es cierto que me trajo disfrute y algo de paz; por cuanto ya veía publicado algo de mi trabajo.

Pero a su vez -no lo puedo ocultar- me trajo muchas dudas.

¿Que fórmula -si es que existe- nos conduce a la honestidad del poema?

¿Que define lo bueno de lo malo cuando el corazón impera? como ya dije antes.

Después de un tiempo me acostumbré a la idea. Me preparé para esgrimir cualquier tipo de críticas; de cualquier manera ya el poemario existía,y al menos no estaba plagado de faltas de ortografía, ni de erratas, ni de debilidades, ni de muletillas, ni del abrumador frío de los gabinetes; esto último muchas veces es lo peor, ya que contagia el alma del supuesto poeta: ¡fui felíz por un tiempo!

Entre Bécquer y Bukowski, entre Hesíodo y Vallejo, entre Safo y Sylvia Plath cantaba Homero enaltecido.

Luego me sometí a la violencia de las librerías.

Leí en casi todas, e incluso en muchas de las que ya hoy no existen. Leí vía Skype para otros países, y me presenté en múltiples programas de radio, llamé la atención de muchos y me busqué el odio de otros por destacarme; pagué mi propio precio, al igual que mi poesía.

La ingenuidad, la perseverancia, la osadía, a veces te hacen pagar muy caro -incluso con afrenta -por llegar más rápido al lugar que otros ambicionan.

Después de ese periodo devastador y prolífero, la magia y el disfrute los encontré en la soledad, y opté por escribir desde mi trinchera.

Entonces liberé a mi poesía de las palabras que gruñen y maldicen, que fustigan y recriminan.

Ahora es mi misionera: Algo me queda claro; ella evolucionó a lo largo de mis muchas lecturas. Desde entonces como un héroe anónimo, mis poemas fueron mi salvación, la penumbra en mi ciudad oscura, lo mejor y más  honesto que he podido hacer en este mundo.

Tuesday, November 10, 2020

Dos poemas de Rodrigo de la Luz



Pan

Pan de todas las bocas
ahora le perteneces a la memoria.
Eras la única forma nutricia de los niños.
Eras el agua y la harina
traídas de la gloria;
la levadura y el trigo
que durmió en los jardines.

Pan de mi encierro retirado del mundo.
Pan de mi desconsuelo y de
mi enunciación.
Pan de la virgen y la raíz sinuosa.

Sumergido en tu masa
de hidratos y carbonos,
me asomo lento a tu rápida
memoria,
De tus fibras dependen mi 
lámpara y mi silla;
el filamento y la textura del mantel.

Tu piel amarillenta
compite con el gris de la fachada.
Lo marrón de tu cáscara,
lo blanco de tu masa;
aún recuerda el sudor de blandas monos.

Pan de mi desespero y de mi paz,
pan de mi boca:
nutrido de la lágrima industrial,
del horno y el tesón;
quiero que no te olvides de mi voz,
de mi canto exilado,
de mi verbo crujiente de 
panera,
de mi rasqueta y mi báscula
de brazo.

Pandemónium, pan de ángel, pan de flauta.
Pan del pasado y de recientes días,
sonríele a la boca de los dioses.
Integral, germinado,
consistente, compacto.

Los días de la hambruna en la trinchera
vuelven a regresar a su heredero.



Fin del hambre

Deja que el pan se extienda
hasta otras puertas, hasta otras bocas.
Sin sangre que te azote, sin bravatas.

Trata que no te sorprenda la estampida
mirándote a ti mismo en tus
pupilas,
que reclaman y huyen caprichosas.

No recuerdes las calles, los silbatos,
los posibles insomnios, los faroles,
las antorchas más breves,
los recodos vacíos.

No implores, no mendigues
tras el paisaje estéril.
Todo será posible sobre cierta planicie;
(fértil, fecunda, prolífica).

Calla entonces tu queja.
Tu grito será en vano.
Tu amor desfallecido multiplica los peces.
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Gaspar, El Lugareño Headline Animator

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