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Tuesday, February 4, 2025

FUACATAPAM, Ivan Acosta y sus crónicas de vida. (por Wilfredo A. Ramos)


Hay personas que a donde quiera que se mueven llevan en su equipaje su tierra, sus raíces, sus recuerdos, cargan en su equipaje con amigos, conocidos, paisajes, lugares, hechos que han sido parte de sus historias personales y de vida. Hay artistas que inundan sus obras con esos recuerdos, los cuales las moldean y las definen, convirtiéndolas en testimonios imprescindibles que narran momentos y acontecimientos que no sólo están cargados de importancia para quien los ha vivido, sino para el conjunto de la sociedad. Hay seres humanos que integran cada recuerdo vivido a su ADN, haciendo imposible que cada acción de sus vidas esté marcada irremediablemente por ellos.


Iván Acosta, es una de esas personas que a pesar de haber escapado de manera ilegal en una lancha junto a su familia y algunas otras personas, rumbo a Jamaica, para de ahí continuar rumbo a la ciudad de New York, ha llevado constantemente consigo el peso del equipaje de sus recuerdos, los que ha ido acumulando a través de su andar por la vida, que va acercándose a los ochenta y dos años, de los cuales sesenta y uno han transcurrido en este país, en la misma ciudad de New York a la que arribara hace seis décadas atrás, ciudad que también ha visto transformarse ante sus inquieta mirada de escritor, de compositor, de dramaturgo, de cineasta. La emigración cubana en esta ciudad le debe a Acosta el ser parte de esa generación de artistas que hicieron todo lo posible porque la cultura de su país no fuera olvidada, muestra de ello es la creación en el año 1972 junto a otros intelectuales y artistas, de la creación del Centro Cultural Cubano de New York, institución que desde su inauguración ha tratado de mantener viva la cultura cubana en este país

Acosta, puede ser considerado un juglar de su tiempo, narrador de cada hecho y acontecimiento que ha visto desfilar ante sus ojos. De igual manera nos habla de su Cuba dejada atrás como de la ciudad y el país que lo acogió en necesaria adopción, pero haciéndolo con la mirada y el lenguaje del cubano “reyoyo” -al decir de nuestras abuelas- condición ‘sine qua non’ que va a caracterizar a este gran artista y sencillo ser humano. Es por eso que su obra creadora a pesar de haber sido desarrollada en otras tierras, es eminentemente cubana.

Es debido a esta determinante característica encontrada en la obra de Acosta, que la presentación de su libro FUACATAPAM, el pasado 23 de enero, en los salones del Cuban Heritage Collection (CHC) de la Universidad de Miami, texto que ha visto la luz gracias a la Colección Fugas, en alianza con Latin Jazz USA-Book, gracias al empeño del periodista y escritor Luis Leonel León,se convirtió no en una mera presentación de un libro, pero también en un encuentro con amigos y público entre los que se encontraban, filósofos, músicos, teatristas, periodistas escritores, no sólo interesados en obtener dicho texto, sino además en poder compartir con el estimado compatriota.


A las palabras de presentación por parte de Amanda T. Moreno, directora del CHC, siguieron las del editor del libro Luis Leonel León, quien como amigo personal además, introdujo a los presentes en la necesidad y valor de dicha obra. A continuación Rolando Perez, escritor y profesor emérito de filosofía y literatura española y latinoamericana del Hunter College de New York, el cual hizo un recorrido por las páginas de dicho texto, poniendo en contexto cada una de los escritos que en el mismo aparecen y de igual forma mostrando todo el camino transitado por Iván Acosta a través de las diferentes manifestaciones artísticas por las que ha transitado, superando obstáculos, venciendo añoranzas y enfrentando nuevos retos, en ocasiones tan dolorosos como la pérdida de un ser querido, un acto terrorista o una provocada epidemia mundial.


Después de dicha introducción, el propio Acosta leyó un pequeño fragmento del texto que da nombre al libro -FUACATAPAM- para seguidamente hablar sobre momentos de su vida y aspectos que provocaron la escritura de tan variados textos recogidos en la presente obra, la cual forma parte de sus ‘obras completas’, entrando posteriormente a dialogar con los presentes allí reunidos, quienes con sus preguntas hicieron al autor profundizar en algunos temas muy ligados -como no podía ser de otra manera- a su posición como exiliado político cubano.

Desde el propio título de este libro, FUACATAPAM, la imaginación de Acosta se nos muestra con una suerte de derroche de intrínsecamente ligado a sus raíces populares cubanas, creando sobre una posible expresión onomatopéyica, una acción cargada de magia, dirigida a hacer desaparecer aspectos negativos de la cotidianidad del pueblo cubano, que en visión del autor impiden el logro de la liberación de dicho pueblo del yugo castrocomunista que lo lleva oprimiendo por más de seis largas décadas.

Esa primera narración, la cual da nombre al libro como ya hemos señalado, en un desborde de imaginación y fantasía, logra su verdadero encaje dentro de ese extraordinario cauce por el que el realismo mágico recorre toda la literatura latinoamericana. La creación del personaje de la ‘India Agripina’, protagonista del mismo y acompañada de un dócil guajiro Liborio -identificador de la cubanía- da lugar a una especie de libertadora con dones sobre naturales, que por encima de próceres de nuestras pasadas luchas independentistas, de politiqueros de toda clase, de disidentes a los sistemas de gobiernos, de mujeres y de hombres de pueblo, al grito de guerra de FUACATAPAM y unos aéreos despojos con gajos del árbol de framboyán, haca una limpieza generacional, convirtiendo a todos los cubanos mayores de 15 años en diminutas luciérnagas que nublan momentáneamente los cielos de nubes de color rojo, azul y blanco, para desaparecer después en la infinitud del mismo, y así de tan dicha radical manera, posibilitar la creación de una nueva nación cubana, libre de vicios, de ideologías y de arrastres políticos alguno.

Si con la creación del personaje de la ‘India Agripina’, el autor se eleva hacia los márgenes de lo fantasioso llevándolo al terreno de lo político, con el de ‘Napoleoncito el deliverista’ baja hacia el terreno de lo humano, adentrando al lector por los terribles momentos de los ataques terroristas de septiembre 11 en la ciudad de New York. Por medio de dicho personaje y su pedaleo diario y constante llevando mercancías a las viviendas de los aterrados neoyorquinos encerrados entre sus paredes y golpeados en esta oportunidad por un terrorismo biológico, Acota habla de los inmigrantes que inundan esta ciudad formando parte integral de sus tejido poblacional, a la vez que va dejando constancia –como si fuera de fotos salidas de su propia cámara fotográfica- de las terribles escenas de destrucción, dolor, desolación de tales momentos, mezcladas con las cotidianas imágenes que retratan a dicha ciudad alejada de su centro cosmopolita y turístico, con sus cotidianos homeless, adictos de todo tipo y la variopinta mezcla de razas y ciudadanías, pero al mismo tiempo nos habla de amor y de humanidad, del cual su personaje protagonista es un símbolo de grandeza universal.

Entre el resto de los trabajos publicados en este volumen, que el autor ha decidido dividir en catorce partes, las cuales denomina ‘azacetadas’ aprovechándose del apellido del amigo y destacado artista de la plástica cubano-norteamericano Luis Cruz Azacetada, quien con sus obras ilustra cada una de las mismas, aparecen una veintena de otros escritos recorriendo un amplio espectro abarcador de vivencias personales, recuerdos de su natal Santiago de Cuba, de la Habana, ciudad a la que fuera más tarde a vivir con su familia, su recibimiento al escritor Reinaldo Arenas a su llegada a este país durante el éxodo del Mariel, reflexiones sobre las políticas de EEUU hacia la Cuba castrista, recreaciones de leyendas populares de la isla, recorridos sentimentales de su relación con la ciudad de New York vista desde su balcón del 42 piso de una de las torres del Manhattan Plaza, donde a manera de observatorio, desde el 1977, año de su inauguración y en que fue a vivir en el mismo, ha podido observar todo el acontecer de dicha ciudad, la misma que se ha convertido igualmente en parte de su identidad personal, y por la que igualmente ama y sufre.

Otro aspecto que recorre esta publicación desde el comienzo hasta el final de la misma, es la música cubana, manifestación artística nada ajena al autor, quien ha compuesto un buen número de canciones, incluso una dedicada a su esposa y con la que obtuvo un segundo lugar en el Festival de la Canción OTI celebrado en la ciudad de New York en 1981,defendida por el propio autor. A través de estas páginas la evocación a la música de la isla por medio de sus intérpretes, es una constante, Celia Cruz, Blanca Rosa Gil, Carlos Barbería, Arsenio Rodrigue, Chano Pozo, Xiomara Alfaro, Chapotín, La Lupe, José Antonio Méndez, Roberto Faz, Nino Borges, Mario Bauzá, Celina y Reutilio y hasta la famosa santiaguera comparsa del barrio de Los Hoyos, son nombres que aparecen en muchas de sus narraciones, dejando constancia de la inconmensurable relación de Acosta con la música y su criolla nacionalidad.

El lenguaje utilizado corresponde de igual manera con el profundo sentido de cubanidad que permea la propia personalidad del autor. Con el uso de un vocabulario llano, sencillo, coloquial, que utiliza palabras y frases del argot popular -sin vulgaridades- marcando unos muy precisos rasgos identitarios e igualmente acudiendo a elementos bien conocidos de las culturas y religiones afrocubanas, Acosta va recreando un ambiente colorido de dicha identidad que a pesar de la distancia y el tiempo transcurrido, no ha logrado ser borrado en él y con el cual se introduce en ese mundo mágico-fantástico que deambula dentro no sólo de la literatura cubana sino de toda su cultura, rasgo fundamental que tiene desde su nacimiento policultural mismo, donde mitos, leyendas y tradiciones de las diferentes culturas que han integrado dicho crisol de la nacionalidad cubana, consolidaron la misma.


El que Iván Acosta haya escogido la ciudad de Miami para la presentación de este nuevo libro, que va engrosando su amplia obra creativa, no es un hecho casual, ya que a pesar de haber siempre vivido en la fría ciudad de New York, desde su arribo a estas tierras, su corazón ha permanecido palpitando en la calidez de Miami, punto en el mapa más cerca de su añorada isla cautiva, a la que no ha dejado de amar ni por un momento y por la que sufre continuamente.

La presentación de este nuevo proyecto de Acosta, nos da la seguridad de que muchos otros salidos de su impulso creativo podrán ser pronto disfrutados, solamente habrá que esperar a que el artista sacuda el aire con un gajo de flamboyán en la mano al grito de: FUACATAPAM!



Wilfredo A. Ramos.
Miami, enero 31, 2024

Sunday, January 19, 2025

Premio "Editorial El Ateje": reconocimiento a escritores cubanos en el exilio (por Wilfredo A. Ramos)


Nuevamente el Miami Hispanic Cultural Arts Center, de la Pequeña Habana, fue el escenario este pasado 17 de enero, para la entrega de los premios Editorial El Ateje, los cuales se otorgan en las categorías de poesía, narrativa y teatro, que a pesar de su poco tiempo de instaurados, se han convertido en vehículos imprescindibles como vía de reconocimiento de la obra y trayectoria de aquellos escritores cubanos que desde hace más de seis décadas se han visto forzados a abandonar la tierra donde nacieron, enfrentando un exilio que no sólo ha influido en sus vidas sino de igual manera en la creación de su obra artística.


La persona detrás de la instauración de estos reconocimientos ha sido el periodista y escritor Luis de la Paz, llegado a este país en 1980 como parte del tristemente célebre éxodo del Mariel, activa figura del mundo cultural y literario de esta ciudad, quien además ha ocupado el puesto de Presidente del PEN Club de escritores cubanos del exilio entre los años 2020 al 2024, y que durante largo tiempo también ha escrito reseñas de espectáculos para El Nuevo Herald y Diario las Américas, siendo autor entre otros libros de Salir de casa, Reinaldo Arenas, aunque anochezca, Soltando Sorbos, Tiempo vencido, Teatro Cubano de Miami.

El nombre de la editorial, que hace entrega de dichos premios, la cual fue fundada en el año 2020 y que ya posee un catálogo de más de treinta volúmenes publicados, toma su nombre de la revista literaria creada por el propio Luis de la Paz, que saliera a la luz de manera online entre los años 2001 y el 2008.

Estos premios que iniciaron su entrega en el 2021, se han propuesto valorar la trayectoria y obra artística de sus autores en los géneros literarios de teatro, poesía y narrativa, nombrando a cada uno de ellos con el de tres importantes figuras, las cuales se destacaron en los mismos. Así el premio de teatro ha sido honrado con el nombre de José E. Escarpanter, en poesía con el de Angel Cuadra, mientras que en narrativa con el de Carlos Victoria, figuras todas de gran relevancia dentro del ámbito de la literatura cubana del exilio.

Tales reconocimientos recayeron, en su primera entrega del 2021 en Matías Monte Huidobro, teatro, Zoe Valdes, narrativa, Orlando Rosardi, poesía, mientras que para el 2022 fueron acreedores Rolando Moreno, teatro, Rolando Morelli, narrativa y Magali Alabau, poesía, siendo reconocidos en el 2023, Héctor Santiago, teatro, José Abreu Felipe, narrativa y Pio E. Serrano, poesía.

En esta cuarta oportunidad los galardonados fueron el dramaturgo Raul de Cárdenas, el narrador Mario C. Díaz y el poeta Orlando González Esteva, siendo este último el único de los homenajeados en poder estar presente debido a problemas personales de los dos otros escritores.

Los premiados


Raul de Cárdenas, comenzó su escritura dramática antes de su salida de Cuba rumbo a New York en 1961. En La Habana cursó dos años de la carrera de Derecho, trasladándose después para la de Periodismo, de la cual no pudo graduarse debido a su partida hacia los Estados Unidos. También en la Habana integró durante algún tiempo el Teatro Universitario, importante agrupación formadora de no pocos teatristas con una larga carrera después dentro de las tablas cubanas, donde fuera alumno de la destacada actriz Nena Acevedo. Tuvo la suerte de ver estrenadas algunas de sus primera obras en esta ciudad y para el año 1970, ya residiendo en la ciudad de Los Angeles, vió estrenar su obra La palangana, en la ciudad de New York bajo la dirección de otro importante dramaturgo y director cubano, Mario Martín, quien la llevó a las tablas con la agrupación Teatro DUO.

La dramaturgia de este autor ha recorrido siempre el camino del reconocido e histórico Teatro Bufo cubano, aprovechando el habla y las costumbres populares para introducir temas definitorios de la naturaleza del cubano, sus problemas, hábitos, alegrías y tragedias que nos han marcado como nación, incluido, por supuesto, el terrible hecho del exilio. La obra de De Cárdenas, es de naturaleza indiscutiblemente cubana aun siendo escrita desde una alejada ciudad de la costa Oeste de los Estados Unidos, no solamente por su contenido sino también por la manera en que se encuentra concebida su dramaturgia para la escena..

Entre sus obras encontramos Cuando los hombres lloran (su primera obra), La palangana (primera obra estrenada en Estados Unidos), Anécdotas de una Habana, Aquí no se baila el danzón, Las pepillas del Vedado/ de la Saguesera/ de la Calle 8, El barbero de Mantilla, Las Carbonell de la calle Obispo, La muerte de Rosendo, Recuerdos de familia (primera obra escrita en Estados Unidos y de la cual existe una versión en ingles), La edad de oro, La Ceci (monólogo), Un hombre al amanecer (Premio Letras de Oro, Universidad de Miami 1989), El pasatiempo nacional y UMAP, entre otras, siendo estas dos últimas textos donde se trata por vez primera en la dramaturgia cubana de manera abierta el tema de la homosexualidad, dentro del ámbito deportivo la primera y la segunda teniendo como escenario los campos de trabajo forzado instaurados por el régimen castrista en Cuba.


Manuel C. Díaz, fundador del PEN Club de escritores cubanos en este país, estudió en la escuela de Comercio de la Habana, llegando a estas tierra en 1979 después de haber sido excarcelado en la isla por un intento de salida ilegal junto a su familia. En esta ciudad se dedica a hacer reseñas de obras literarias, crónicas de viaje y arte en general, creando una magnífica obra narrativa que incluye novelas y cuentos de temática cubana, basados en sus experiencias en la isla.

Su obra incluye los libros El año del ras de mar, Subasta de sueños, La virgen del Malecón, novelas todas, Cuentos cubanos: isla y exilio (donde están incluidos sus excelentes piezas, La visita y El chorizo del Capitán Maldonado, en las cuales se denuncia con toda crudeza la represión del régimen), así como De Cádiz a Normandía (crónicas de viajes), entre otras obras.


Orlando González Esteve, llega a Miami en 1965, siendo aún muy joven, viéndose sometido a una vida desconocida que se le abría ante sus ojos y que lo obligaba a dejar atrás su tierra, amigos, lugares conocidos, familia. Según sus propias palabras es gracias al reconocido escritor mexicano Octavio Paz que despega su carrera literaria fundamentada en la poesía y en el ensayo. En esta ciudad ha sido una figura constante hasta el día de hoy en la radio, donde su inconfundible voz se ha escuchado en diversos programas al lado de destacadas personalidades del medio. Junto a su esposa Mara González Rauchmann, cantante lírica, formaron el muy aplaudido y reconocido duo de Mara y Orlando, interpretando números del repertorio de la cancionística cubana, lo que los llevara a presentarse en diversos escenarios, incluyendo un extenso contrato por varios años, con una línea de cruceros, lo que les permitió compartir su arte con diversos públicos a través del Caribe y el Mediterráneo

Dentro de su catálogo literario encontramos Mañas de la poesía, Casa de todos, El pájaro tras la flecha, Escrito para borrar, Fosa común, La noche y los suyos, todos estos de poesía, mientras que Elogio del garabato, Cuerpos en bandeja, Mi vida con los delfines, Amigo enigma, Los ojos de Adán, corresponden a su obra ensayista. Ha ofrecido lecturas de sus obras, charlas y talleres en diversas ciudades de Estados Unidos, así como en Japón, España, Francia, México y Brasil.


Como buen acompañamiento a la entrega de estos premios y estupendo regalo, la noche contó con la presencia del músico cubano Manuel Paneque Lahenz, virtuoso ejecutante del laud, quien interpretó obras breves del repertorio barroco español, así como algunas otras piezas danzarias de la época, de autoría anónima.

A modo de resumen sólo nos resta agregar que los galardones otorgados a estos tres escritores, quienes han mantenido además una firme postura por la libertad de Cuba, alzando sus voces en cuanta tribuna haya estado a su alcance, es el resultado de méritos suficientes, acumulados a través de sus trayectorias, por medio de sus enriquecedoras y determinantes obras literarias con las que han contribuido a engrandecer el patrimonio cultural cubano, demostrando que las mismas, aunque hayan sido creadas fuera de la isla, tienen igual sentido de pertenencia que las concebidas en aquellas tierras.

¡Enhorabuena por tan importante reconocimiento!





Lic. Wilfredo A. Ramos
Miami, enero 18, 2024.

Friday, January 17, 2025

Memoria cubana en la presentación del libro "Como el ave fénix", de William Navarrete. (por Wilfredo A. Ramos)


En la noche de ayer, jueves 16 de enero, hubo de realizarse en la ciudad de Miami la presentación del libro ‘Como el ave fénix’, del escritor cubano William Navarrete, quien desde hace más de tres décadas reside en Francia y poseedor de una contundente obra escrita recogida en diversos géneros literarios y traducida a diferentes idiomas.

Este copioso volumen resulta en una exhaustiva recopilación de cincuenta entrevistas, que lo largo de algún tiempo y bajo un extenso bregar, su autor realizó a diferentes cubanos dispersos -producto de la dictadura comunista- por el mundo.

El libro es un repaso por la vida de estos cubanos, con diferentes procedencias e historias, los cuales hablan de sus vidas dentro de Cuba y en el exilio, trayendo ante nosotros srecuerdos y anécdotas, unas simpáticas otras menos, pero que retratan el decursar de una época republicana que no se puede dejar perder ni que sea tergiversada.

A través de 792 páginas nos entregan desinteresadamente sus recuerdos, cubanos tales como Reinaldo García Ramos, José Azel, Juan Cueto Roig, Nina Menocal, Guy Cuevas, Flor de Loto La Rua, Uva de Aragón, Fulgencio Batista Fernández, Pio Serrano, Sonia Calero, Olga O’Conor, Waldo Balert, Carlos Gacio, Ángel de Fana, entre otros.

Incluso entre los entrevistados aparece la actriz española Yolanda Farr, muy ligada a la isla y quien iniciara su carrera profesional en ella, conociendo de la censura bajada de la Sierra Maestra.


La presentación efectuada en los salones del Miami Hispanic Cultural Arts Center, en la Pequeña Habana, contó con una nutrida presencia que abarrotó el espacio, entre los que se encontraron algunos de los propios entrevistados en el libro.

Una excelente noticia fue ofrecida también esta noche, la cual consistió en próximamente tendremos en las manos un segundo tomo con cincuenta entrevistas más, que ya están en “blanco y negro” esperando por salir a la luz.

Este volumen ha sido publicado por la Editorial Rialta, gracias al apoyo de Roberto Hechavarria Pilia y Hugo Landa, de la agencia de noticias Cubanet y al vital trabajo de recomendación y búsqueda de personas a entrevistar de Margarita Larrañaga y Juan Cueto, así como al entusiasmo de todos los que aparecen en sus páginas, quien con desinterés abrieron las puertas de sus vidas y recuerdos.



Lic. Wilfredo A. Ramos
Miami, enero 17, 2025

Wednesday, January 15, 2025

Un recorrido por la escena teatral hispana de Miami en el año 2024. (por Wilfredo A. Ramos)


Para nadie que se interese por la actividad teatral realizada en la lengua de Cervantes, dentro de los Estados Unidos, puede quedar la menor duda, que la ciudad de Miami, es el centro de la misma, tanto por su diversidad como por la calidad y cantidad de sus propuestas, a lo que contribuye además el que esta ciudad sea la sede del Festival Internacional de Teatro Hispano de Miami -único de su tipo en el país- el cual arriba ya a su treinta y ocho edición, habiendo traído a nuestros escenarios a destacadas agrupaciones del quehacer teatral de América Latina y España, aunque en ocasiones también ha brindado la oportunidad de disfrutar de producciones teatrales de algunos otros países de habla no hispana.

De igual manera los escenarios de esta ciudad -últimamente con mayor asiduidad- presentan breves temporadas de obras llegadas desde distintas latitudes en giras comerciales, permitiendo al público y profesionales del medio en la ciudad confrontar la labor de artistas con maneras de hacer, escrituras y lenguajes artísticos diversos. Por supuesto, que esta presencia foránea en el circuito comercial, no tiene tampoco la constancia, ni en muchos de los casos, la calidad deseada, centrándose en comedias donde la risa fácil y forzada es la premisa principal.


Por otra parte, el intercambio que debería producirse de manera lógica entre el teatro hecho en español en Miami con el del resto de los Estados Unidos es casi inexistente, a no ser por aquellas aisladas ocasiones en que alguna de la obras producidas en nuestro medio, logra ser invitada a presentarse en algún evento a realizarse en otra ciudad de país -fundamentalmente en la ciudad de New York- pero, sin recibir en cambio nosotros ninguna propuesta de las agrupaciones teatrales existentes en otras partes de la nación. Dicha falta de comunicación existente entre este grupo de artistas no contribuye en lo absoluto al desarrollo de este teatro ni a que dicha manifestación alcance un mayor nivel de calidad, promoción y atención.

La actividad teatral a través de los siglos ha sufrido siempre de extremas calamidades debido a ser un arte colectivo, necesitado de diversas personas y factores para su realización, pero a pesar del tiempo transcurrido y los contratiempos, hoy en día continúa su azaroso deambular. Es cierto que en la actualidad el teatro encuentra ciertos apoyos económicos gubernamentales en algunos países, mientras que en otros depende de beneficios privados como donaciones de fundaciones y asignaciones salidas de partidas presupuestales otorgadas por algunas ciudades, para su realización, todo a expensas siempre de giros políticos, pero de igual forma su existencia continua siendo realmente angustiosa, dependiendo continuamente de una débil y delgada cuerda siempre dispuesta a romperse.

Otro aspecto que con frecuencia asalta al teatro es la posibilidad de ser censurado, ya que como un medio que expresa las ideas de modo directo -tanto auditivas como visuales- resulta ser un medio propagador de conceptos, los cuales en muchas ocasiones se convierten en blanco de puntuales discursos políticos e ideológicos de cualquier dirección. De este lamentable peso no se libra el teatro en ningún escenario y en el caso de la ciudad de Miami, hemos sido testigo en algún momento de uno que otro lamentable ejemplo, sin contar los textos que no resultan ser bienvenidos por los temas o las formas en que son tratados, no estando en consonancia con determinadas posturas impuestas por líneas de pensamiento contemporáneas y que resultan desechados por los propios directores ante el temor de entrar en algún tipo de conflicto, dando lugar a la autocensura.

Resulta de interés apuntar en el caso de los teatristas cubanos en nuestros escenarios, que sus puestas cada día con mayor frecuencia, se encuentran más en manos de la dramaturgia escrita lo mismo por autores de otras latitudes, como por la de escritores cubanos con residencia marcada dentro de isla o que viviendo incluso fuera de ella mantienen su lealtad con las instituciones culturales de aquel país, olvidando por completo la obra de una gran cantidad de escritores teatrales cubanos que desde hace más de seis décadas se convirtieron en exiliados políticos -viendo sus obras prohibidas de ser representadas en la isla- los cuales han continuado escribiendo teatro, aunque en el caso de no pocos de ellos hayan abandonado su escritura, redirigiendo la misma hacia otros géneros literarios ante la imposibilidad de ver sus obras sobre las tablas. El desprecio o ignorancia por parte de la gran mayoría de los directores teatrales cubanos que dirigen en Miami -podríamos agregar que en otros países también- en cuanto a tener en cuenta las obras de dichos dramaturgos, es un tema que requiere de un espacio de análisis más detallado, sólo que consideramos necesario anotarlo en este trabajo, ya que el mismo influye de forma sustancial una parte del teatro presentado en esta ciudad.


Por otra parte Miami -tierra multicultural- desde ya algunos años ha visto un aumento considerable en el número de obras de teatro llevadas a escena principalmente tanto por artistas venezolanos como sobre todo argentinos, las cuales sobre todo en el caso de los segundos, han contribuido a enriquecer el panorama teatral de la ciudad con su fructífera tradición escénica. Llama la atención que ambos grupos de teatristas, en sus propuestas, dan prioridad casi absoluta a la dramaturgia de sus respectivos países, ayudando de tal forma a la proyección internacional de sus autores, algo imprescindible para todo teatro nacional.

Algo que marca negativamente lo que podríamos llamar “ambiente teatral” en Miami, es la separación en “guetos artísticos” del mismo. Es demasiado evidente que los grupos de artistas del teatro que se esfuerzan por mantener a esta manifestación con vida -cubanos, argentinos, venezolanos, a los que habría que agregar españoles desde años recientes- lleven a cabo su trabajo dentro de un enorme sectarismo nacionalista. Este aspecto se puede observar perfectamente desde dos direcciones distintas, la primera teniendo en cuenta a los equipos que conforman sus respectivos montajes y la segunda con respecto a quienes acuden a disfrutar de las mismas. En ambos casos tanto una como otra están marcados por la nacionalidad: teatro hecho por argentinos, casi totalmente actores y públicos argentino, lo mismo por venezolanos, españoles y cubanos, aunque en el caso de estos últimos tenemos que aclarar que en algunas de sus producciones participan con cierta regularidad actores de otras nacionalidades que no conforman ninguno de esos grandes grupos nacionales de artistas en la ciudad, tales como peruanos, mexicanos, puertorriqueños, lo que no quiere decir que también el teatro hecho por los artistas cubanos no sea coto principalmente de la numerosa población cubana de la ciudad.

La anterior situación, a nuestro entender, retiene el desarrollo teatral de la ciudad, evitando en primer lugar el intercambio y crecimiento de experiencias entre los profesionales y en segundo término limita a los espectadores el poder disfrutar de manera más amplia de dramaturgias, así como directores y actores con diferentes formaciones y estilos de trabajo.

Después de este breve análisis de ciertos problemas que inciden en el camino teatral que se recorre en la ciudad de Miami, nos gustaría ofrecer algunos datos a manera estadística de lo presentado en nuestros escenarios en el recién ha terminado 2024.


Nuestro trabajo ha consistido en llevar el control de una por una de las puestas en escenas atendiendo a los siguientes datos: título, género, autor, director, elenco, agrupación, locación y fecha de presentación. De igual manera señalamos la ciudad o país de origen de las puestas llegadas desde fuera de nuestras fronteras, así como además la ciudad y el país hacia donde se movieron algunas de las obras realizadas por nuestros teatristas. Dicha relación de obras, por lo extenso de la misma -23 páginas- es obvio que no acompañen a este artículo.

Respecto al número total de obras que subieron a nuestros escenarios en el transcurso del pasado año 2024, según lo que hemos podido contactar, estas llegan a las 166 puestas, de las cuales 117 fueron estrenos tanto absolutos realizados por artistas de nuestra ciudad, como puestas provenientes de fuera de la misma, mientras que 49 resultaron ser reposiciones, manteniéndose la casi totalidad de ellas por muy breve tiempo sobre las tablas, a no ser aquellas propuestas presentadas en Teatro 8 y Teatro Trail respectivamente, donde las mismas, aunque no de manera continuada, van alternándose con el correr de los meses. Hay que destacar que la única obra que sí mantuvo una programación de manera continua durante nueve meses en cartelera, todos los sábados y domingos fue “La Señora de la Habana”, de Luis Santeiro, bajo la dirección de Marcos Casanova, en la Sala Catarsis, del Teatro Trail.

Como podemos apreciar esta situación que presenta el teatro en Miami, con la poca permanencia sobre las tablas de sus espectáculos teatrales, los que que con tanto esfuerzo se logran realizar, contribuye a que no se pueda hablar de un nítido ‘ambiente teatral’, provocando que de igual manera profesionales de dicha manifestación como población en general, tengan, la equivocada apreciación de la no existencia de una programación teatral abundante en nuestra ciudad.

Continuando con las estadísticas, de las puestas estrenadas, 12 de las mismas viajaron fuera de nuestras fronteras, siendo por otra parte el mes de julio el de una mayor cantidad de obras llegadas desde el exterior, con 12, debido al Festival Internacional de Teatro Hispano de Miami.


Si detallamos por meses, el número de obras de las que se pudo disfrutar en nuestras tablas, dicha relación nos daría el siguiente resultado: Enero 10, febrero 21, marzo 20, abril 11, mayo 21, junio 11, julio 19, agosto 10, septiembre 10, octubre 11, noviembre 13, diciembre 9. Es necesario destacar que aquí no se han tenido en cuenta los numerosos espectáculos de los llamados en ingles Stand Up Comedy, los cuales por su fuerte contenido de improvisación, no deben ser considerados como ‘teatro’ en el sentido estricto de dicho concepto, sino performances, los cuales, tenemos que aclarar son bastante numerosos a través de la ciudad.

Continuando con estas estadísticas, encontramos que del conjunto de obras presentadas 79 corresponden a piezas dramáticas, 62 a comedias, 17 a teatro dirigido a niños y 7 que de una forma u otra pudieran considerarse propuestas de teatro musical, dentro de las cuales se encuentra incluida la opereta “La Viuda Alegre”, del austriaco Franz Lehar, dirigida por Manny Albelo, obra del repertorio lírico internacional.

Respecto a las nacionalidades de las obras que subieron a nuestras tablas podemos decir que 60 fueron producciones llevadas a cabo por directores cubanos, mientras que 75 estuvieron en manos de directores de otras nacionalidades -Argentina, Colombia, Ecuador, España, México, Perú, Puerto Rico, Uruguay, Venezuela- destacándose en número, dentro de este grupo las puestas en escena hechas por argentinos con 25.

En cuanto a la autoría de las mismas, tenemos que 36 correspondieron a dramaturgos cubanos del exilio, mientras que 10 pertenecen a autores cubanos de dentro de la isla. Por su parte, el resto -alrededor de 86- tienen la firma de autores de diferentes partes del mundo, fundamentalmente de Hispanoamérica, con una fuerte presencia de obras de la dramaturgia argentina, algunas procedentes del continente europeo, pero dejándose ver la notable ausencia de teatro norteamericano, así como también del africano y asiático.

Continuando con el tema de la escritura teatral en nuestros escenarios, se hace necesario destacar la ausencia de importantes textos de la dramaturgia hispanoamericana, creados por importantes autores de los siglos XIX y XX, los que han visto actualmente sus obras totalmente ignoradas por parte de los directores, quienes solo se interesan por textos de escritores contemporáneos, hecho no solo exclusivo de la escena de Miami, sino del resto de los países del continente hispanohablante.

Un factor que ayuda al desenvolvimiento del ámbito teatral en Miami, es la realización de diversos festivales, tales como el ya mencionado Festival Internacional de Teatro Hispano -que tiene como anfitrión a la compañía de Teatro Avante- Festival Latinoamericano del Monólogo -evento organizado por la agrupación Havanafama- Miami Open Arts Fest, Solo Theater Fest y Queer Showcase -todos a cargo de Artefactus Teatro- Festival Casandra, dedicado a la mujer -dirigido por El Ingenio Teatro y Festival Internacional de Teatro para Niños (primera edición el pasado 2024) -organizado por Conecta Miami Arts- eventos todos que contribuyen en gran medida a la promoción del quehacer teatral tanto a nivel local como internacional, debido a la participación en todos ellos de artistas provenientes de otras partes del mundo. Al respecto debemos añadir, que cada año aumentan las solicitudes de teatristas y agrupaciones que desde el extranjero solicitan participar en estos eventos, pero que debido a los escasos recursos económicos con que cuentan sus organizadores, se ven en la necesidad de limitar extraordinariamente la participación de dichos artistas interesados en hacerlo.

Una actividad importante, en especial para el teatro cubano de Miami, es la celebración del Día de la Dramaturgia y el Teatro Cubano del Exilio, el cual se lleva a cabo cada 30 de mayo, fecha escogida para honrar la memoria del catedrático e investigador de teatro cubano José E. Escarpanter, evento creado por Eddy Díaz Souza, director de Artefactus Cultural Project y el dramaturgo e investigador teatral Pedro Monge Rafuls, presidente de OLLANTAY Cultural Project, radicado en New York, y en el cual a través de paneles, presentaciones de textos teatrales, lecturas dramatizadas, conversatorios y reconocimientos a destacadas figuras del ámbito teatral cubano en el exilio, se rinde homenaje a los teatristas cubanos que se han visto obligados a continuar realizando su obra lejos de su tierra y que este pasado 2024 celebrara la extensa trayectoria de la reconocida actriz Daisy Fontao.

Este resumen teatral, ha sido el resultado de un paciente y metódico trabajo de búsqueda a través de las redes en ocasiones, del contacto directo con los creadores en otras, con el objetivo de mostrar el desenvolvimiento del teatro en nuestra ciudad. Con el mismo, de igual manera pretendemos llamar a la reflexión a aquellas voces -tanto de profesionales como de público- que de forma nada objetiva ni tampoco informada, se refieren a la vida teatral Miami con frases de menosprecio. Como siempre aclaro cuando hablamos sobre el tema, nunca podremos comparar el vida teatral en nuestra ciudad con la de importantes centros escénicos como Buenos Aires, París, Madrid, Ciudad México, Londres o New York,, pero si podemos estar orgullosos de haber logrado que un teatro hecho en una lengua diferente a la del país que lo ha acogido, haya podido sobrevivir y mostrar los resultados que actualmente muestra.


A modo de conclusión, solamente nos restaría felicitar los esfuerzos que a diario asumen todos los hacedores teatrales, en esta nada dócil ciudad de Miami, quienes como ha ocurrido desde la historia de los tiempos enfrentan su trabajo con sacrificio y amor. Como reafirmación de lo anterior, que mejor que darle la bienvenida a un nuevo espacio de representación teatral, inaugurado en las últimos días del recién finalizado año, Artemisa Studio, en la ciudad de Hialeah, bajo la dirección de la actriz colombiana Diana Restrepo. ¡Excelente noticia para comenzar el recorrido teatral del 2025!



Lic. Wilfredo A. Ramos
Miami, enero 12, 2025

Sunday, December 29, 2024

“El pacto”, el siempre robusto teatro argentino en Miami. (por Wilfredo A. Ramos)


Aunque hace ya algunas semanas atrás, precisamente los días 15, 16, 22 y 23 de noviembre, que la sala chica del complejo Tower Theater, ubicado en la céntrica calle 8 de la Pequeña Habana, en Miami, llevó a escena la reposición de una obra teatral, la cual tuviera su estreno el pasado mes de Abril en el Goodlet Theatre, en Hialeah, también de esta ciudad, no hemos querido dejar pasar la oportunidad para hablar de dicha puesta. La misma, que en su estreno contó con la posibilidad tan sólo de hacer tres representaciones, no es otra que “EL pacto”, un texto dramático del argentino Marcelo Maselli, y que tuvo como intérpretes a los actores Pablo Cunqueiro, Victoria Murtagh, Luciano Cortés y Carmen Tinoco

Como podemos observar con pena, el esfuerzo y amor con el que se trata de llevar a escena un espectáculo teatral en nuestra ciudad, se ve coronado constantemente con una muy pobre posibilidad de mantenerlos en cartelera, consecuencia ello tanto de problemas financieros como por el escaso público que acude a los teatros, a no ser que la propuesta consista en una superficial comedia que llame a la risa fácil y que no exija mucho que pensar al auditorio. Un mal que desde hace ya bastante tiempo azota a la escena teatral de esta ciudad, que a pesar de haber vivido en un pasado ya algo lejano, días de mayor entusiasmo, no impide que constantemente el gremio teatral de origen internacional arraigado en esta urbe, se mantenga trabajando y proponiendo una muy diversa programación para los escenarios.


Marcelo Maselli, autor y director de esta obra, ha hecho una sólida carrera además como productor creativo, guionista, escritor de noticias y deportes para la pequeña pantalla, interesándose en el medio artístico por influencia familiar, cuando en su niñez visitaba los set de televisión de su Argentina natal, acompañando a su padre -asistente de dirección- y su tío -director de programas- comenzando así a escribir lo que consideraba sus primeros guiones humorísticos para ese medio.

Más tarde limpiando el piso de los escenario, hace su entrada al teatro -Teatro Metropolitano, de la famosa calle Corrientes- iniciándose en los secretos de esta manifestación artística -la que de verdad forma y desarrolla al actor- donde llega a convertirse en asistente de dirección y después en luminotécnico, llegando a ser iluminador en jefe de los escenarios de los muy populares intérpretes del rock argentino del momento, con los que tuvo la oportunidad de viajar, llegando de esta manera a los Estados Unidos. Es ya en estas tierras que decide dejar dicha vida siempre en movimiento para comenzar su labor en la televisión hecha en español en este país. Una vez en este nuevo ámbito laboral comienza a escribir para shows como Premio lo Nuestro, el programa Despierta América y en la actualidad para el departamento de noticias nacionales de la cadena televisiva Univisión.

Trabajando para televisión es como surge en Maselli la necesidad de lanzarse a la escritura dramática, a partir de todo el conocimiento adquirido por el camino, siendo entonces que escribe obras teatrales como “La misma”, “Debut y despedida”, “Otra forma de quererte” y “El pacto’, entre otras- las cuales habían estado guardadas- no siendo a hasta el día de hoy que decide llevarlas a los escenarios, siendo la última de las antes mencionadas, la primera que por fin llega a las tablas para el disfrute del público.


“El pacto” es un texto, que aunque con mínimas pinceladas de humor en un inicio, rápidamente muestra el dramatismo que recorre al mismo, llevando la acción constantemente a un pasado marcado por situaciones dolorosas, difíciles, que se tornan escabrosas y que van a definir las relaciones entre los personajes de esta historia, tanto los presentes sobre el escenario como los que son inferidos a través de la trayectoria de la obra, personajes estos últimos que son decisivos en el transcurso de tomas de decisiones.


Una relación de amistad entre dos hombres en el pasado, que se transforma en una relación puntual de carácter homosexual, es el conflicto que conduce a los personajes al desencadenante de la trama, la cual afectará las relaciones y el camino de todos.

La manera en que es tratado este tema -el cual por cierto ya se ve desbordado en gran parte de los escenarios-, en cambio, aquí es tratado de manera inteligente e interesante, proyectándolo de forma creíble y humana, ajeno a cualquier tipo de discurso ideológico, lo que constituye un acierto por pare del escritor. Lo homosexual y heterosexual se mezclan en esta historia de manera casi casual, pero al mismo tiempo producto de una causalidad, que por supuesto va a tener sus consecuencias en el devenir del tiempo.


Con respecto al trabajo realizado por los actores que integran el elenco, debemos mencionar en primer lugar el magnífico desempeño mostrado por el actor argentino Pablo Cunqueiro -con trayectoria en cine, televisión y teatro en este país, el cual se mueve constantemente para sus trabajos entre la ciudad de Los Angeles y Miami- quien es el responsable de darle vida al personaje centro del conflicto y por tanto el conductor de la trama en la obra. Su entrega en el rol del anciano, que por momentos pierde el sentido de la realidad y vive por demás bajo la presión de los acontecimientos ocurridos en el pasado, es un muestra de excelencia en el trabajo actoral. Su caracterización llevada de manera natural impone la credibilidad imprescindible para la compenetración con su personaje. Cunqueiro le agrega a su labor el equipaje de su experiencia en otros personajes provenientes de mundos y conflictos dolorosos ya interpretados por él, creando uno nuevo, sobrio y a la vez enriquecido. Un aspecto a destacar es el de la simplicidad en la ejecución de sus acciones y la economía de recursos en la construcción de su personaje, dejando con ello al descubierto su experiencia y preparación.


Por su parte las actrices Victoria Murtagh y Carmen Tinoco -argentina y española, respectivamente- ambas con carreras en las tablas, cine y televisión, así como en la formación de actores por parte de la primera, asumen en la obra los roles de las hijas del anciano centro de la historia, representando dos caracteres diametralmente opuestos de sus personalidades, así como en la manera de enfrentar la vida y sus relaciones familiares. Ambas actrices marcan a sus personajes con naturalidad y una limpia ejecución sobre el escenario y buena dicción, aunque en el caso de Tinoco cierta dificultad en cuanto a la proyección de la voz, la llevaba por momentos a bajar el volumen de la misma, haciendo que algunos de sus parlamentos no pudieran ser escuchados con total precisión.


Completando el elenco nos encontramos con el también argentino Luciano Cortés, quien a su profesión como actor, suma la de bailarín, director y escritor. Este teatrista, quien posee una excelente preparación física, donde se puede apreciar su formación dentro de diversas técnicas como la danzaria y de pantomima, deja ver siempre en escena las ventajas que para un actor representan su dominio, hecho que se muestra en el fluido desenvolvimiento de sus movimientos, su expresividad, su gesticulación, a lo que se suma igualmente su clara dicción y proyección de la voz.

Por parte del director, la puesta se adaptó al no muy afortunado espacio de representación, logrando no obstante un resultado acorde con las necesidades requeridas para dicha propuesta.

En conjunto, sobre el escenario se nos regaló un trabajo que el público pudo disfrutar, dejando la agradable sensación de estar en presencia de teatro bien hecho, donde se advierte lo mismo de un buen texto, una buena puesta en escena -a pesar de las limitaciones que impone ese espacio- que sobre todo de un magnífico trabajo por parte de los actores involucrados en dicho proyecto.


Sin duda alguna, proposiciones teatrales como esta, debieran mantenerse mucho más tiempo sobre las tablas, ser disfrutadas por muchos más espectadores, para de esa manera no solo ser parte de un incentivo artístico, sino también económico que permita mantener una cartelera teatral robusta como merece nuestra cada vez más demandante ciudad de Miami.




Lic. Wilfredo A. Ramos
Miami, diciembre 28, 2024.

Fotos cortesía de Marcelo Maselli.

Tuesday, December 17, 2024

“Los pájaros tirándole a la escopeta”, una comedia en viaje del cine a los escenarios. (por Wilfredo A. Ramos)


Este pasado 6 de diciembre el Teatro Trail, de Miami, ha sido el escenario donde se produjo el estreno mundial de la versión teatral de un guión concebido originalmente para la gran pantalla por parte de Rolando Díaz, figura indispensable del cine cubano, quien ha sido guionista y director de una de las comedias cinematográficas de mayor éxito y popularidad dentro del cine de su país: Los pájaros tirándole a la escopeta.


Desde el mismo momento de su estreno en el año 1984, dicho filme gozó de la simpatía tanto del público como de la crítica nacional, por abordar de manera relajada, fresca y envuelta sobre todo de mucho amor, de situaciones cotidianas dentro de la vida del cubano del momento, mostrando a través de imágenes una Cuba donde aún se construían edificaciones, habían fábricas que producían algo, existían hospitales en condiciones higiénicas aceptables, los trabajadores tenían todavía la posibilidad de disfrutar de vacaciones en lugares turísticos, tener leche y huevos para el consumo humano dentro del refrigerador, entre otras muchas realidades inexistentes en dicho país desde hace ya demasiado tiempo.

De igual modo, el filme se hacía eco del discurso político del régimen imperante, mostrando de manera directa esa realidad socio-política, sirviendo más de promoción que de crítica al mismo, aunque de igual manera nos dejase ver casi por demasiado evidente, los descalabros de la “siempre en construcción sociedad socialista”.

La obra cinematográfica está construida a un ritmo interesante, donde la banda sonora, a cargo de la icónica orquesta de música popular cubana Los VanVan se convierte en un personaje más que va contribuyendo a narrar el desarrollo de la acción, sirviendo de perfecto fondo a muy buenas y logradas escenas mudas, donde las acciones encuentran sus palabras en las letras de las propias canciones. Cabe destacar que la dramaturgia del filme estuvo a cargo de la destacada directora teatral, ya fallecida, Miriam Lezcano.

El argumento, de carácter popular y enmarcado con total cubanía, va a girar entorno al machismo como concepto fuertemente arraigado en la sociedad, poniendo de relieve como a pesar de los cambios políticos, ideológicos, educaciones y de valores de la nueva sociedad socialista que supuestamente se estaba creando, continúa siendo parte integral de la misma. El tratamiento de dicho tema se lleva a cabo de manera directa, pero sin discursos adoctrinantes e ideologizantes, llevándolo a buen puerto con los ingredientes propios de la comedia, perfectamente manejados en este guión.


El filme contó con un elenco de muy conocidas y populares figuras del ámbito artístico nacional, integrado por los consagrados Consuelo Vidal y Reynaldo Miravalles, encabezando el reparto, además de la gran Silvia Planas, así como los jóvenes Beatriz Valdés, Alberto Pujol y Néstor Jiménez, sumándole a estos la participación Filiberto Romero -longevo actor este quien tuvo sus inicios en el mundo del espectáculo como el payaso Tilin dentro del programa Circo en TV- en los personajes de Hilda, Felo, la abuela, Magdalena, Emilio, Braulio y el enamorado de la abuela, respectivamente.

Demás está hablar sobre la excelente recepción que desde su estreno ha acompañado a este filme, convirtiéndose en uno de los trabajos más populares del cine cubano, llegando a obtener varios galardones en festivales como Tercer Premio Coral en el Festival Internacional de Nuevo Cine Latinoamericano de la Habana, Premio Catalina de Oro en el Festival de Cartagena de Indias, ambos en 1984, Premio al mejor filme de habla hispana en la Semana de Cine de Benalmádena, España, en 1986 y Tercer Premio del Festival de Cine de Harare, Zimbabwe, 1987. De igual manera la actriz Consuelo Vidal fue reconocida con el Premio a la mejor actuación femenina en el Festival Internacional de Cine de Bogotá, Colombia, de 1986.

Con tan exitoso recorrido, para el año 2015 el propio autor del guión del filme, Rolando Díaz, concibió la idea de llevar el mismo a las tablas, para lo cual escribió la adaptación del texto original, pero lamentablemente en aquel momento, tal proyecto no llegaría a ver la luz.

No obstante ese primer fracasado intento, gracias al interés del actor Alberto Pujol, aquella primera adaptación teatral llega a las manos de Yusnel Suárez, quien toma “al toro por los cuernos”, decidiendo sacar adelante el proyecto con la venia de su autor, quien le ofrecería toda la libertad para llevarlo a buen término.


Para esta propuesta escénica, se ha llamado a un elenco en el que no podían faltar Beatriz Valdés y Alberto Pujol, quienes en la versión cinematográfica asumieron el rol de la pareja de jóvenes enamorados, para en esta oportunidad incorporar a sus padres, marcando con ello un hermoso recorrido dentro de las respectivas carreras de ambos conocidos actores y dejando constancia sobre el escenario del por qué de los continuos éxitos en todas sus participaciones tanto en producciones de cine, televisión o teatro.


Como parte del elenco, la reconocida actriz Susana Pérez, se pone en la piel del muy ocurrente personaje de la abuela, el cual para este trabajo toma mayor preponderancia, siendo el encargado de exponer determinadas planteamientos de carácter político que marcan al pueblo cubano de hoy en día: la crítica a la actual sociedad cubana y la necesaria emigración como única forma de salida posible a la misma. La actriz regala un delicioso personaje de anciana -primero en su larga carrera-, el cual incorpora con precisión durante todo el tiempo de la representación, teniendo su momento cumbre cuando, rompiendo la cuarta pared y dirigiéndose al público, asume una caricatura de arenga política al estilo del régimen castrocomunista.


El veterano Carlos Cruz, actor de larga y exitosa carrera, poseedor de una excelente vis cómica, asume un personaje nuevo en la historia, pero que va ofreciendo la oportunidad de ir matizando las situaciones que se van presentando en el transcurso de la acción, trabajo que logra con el acierto a que tiene acostumbrado a su público.


Jennifer Rodríguez y Jeffry Batista, quienes han sido los encargados de incorporar a la joven pareja que desata el conflicto de la obra, lo hacen teniendo en cuenta la responsabilidad de tal proyecto, al cargar sobre sus espaldas la mirada de los actores que en el pasado crearon dichos personajes, pero lo enfrentan saliendo airosos de tal difícil encomienda, otorgándoles propios aires a sus respectivos trabajos.


Por último, Yusnel Suárez, en su doble función de autor y director de esta nueva adaptación, además sube al escenario en carácter de actor, tomando el relevo de Néstor Jiménez en el filme, asumiendo al amigo del joven protagonista, pero de igual manera reelaborando dicho personaje, ofreciéndole mayor participación e incidencia dentro de la historia.

Varios elementos convergen para que esta puesta llegue como un trabajo de buena factura, como lo es la muy acertada participación de extras para ambientar y darle vida a las escenas, así como para llevar a cabo movimientos escenográficos y de utilería durante el transcurso de la obra, con lo que le proporciona al puesta dinamismo y modernidad. Igualmente hacer que algunos actores expresen sus ideas en momentos determinados por medio de canciones, le da ese excelente toque de teatro musical muy bien logrado y recibido. Tanto los dúos de Jennifer y Jeffry, como el de Beatriz y Alberto, se adaptan encomiablemente a la acción dramática y son defendidos con toda profesionalidad por parte de estos cuatro actores.


De la misma forma el concepto utilizado para presentar la escenografía aporta armonía a la idea de mostrar la cubanidad sobre el escenario, con unas gigantescas y hermosas fotografías de reconocibles calles, barriadas y lugares de la Ciudad de la Habana cubriendo todo el ciclorama del fondo del escenario, así como ya mencionamos anteriormente, la acertada utilización de elementos de ambientación sencillos pero efectivos, en forma de paredes que se desplazan, entrando y saliendo de escena, para crear los variados espacios donde se realizan las diversas escenas y que son movidas por los actores-extras utilizados, como ya señalamos.

En la obra, mucho más que en el filme, debido a la utilización de las nuevos temas musicales interpretados en vivo sobre el escenario, la música, amén de la excelente banda sonora creada por la famosa orquesta Los VanVan, forma parte integral del espectáculo, pasando a integrar el entramado actoral con voz propia dentro de la historia.


Resumiendo, podríamos llegar a la conclusión que con la llegada a los escenarios de Miami, en su versión teatral, de un filme de tanta popularidad dentro de la comunidad cubana y que ahora puede ser disfrutado por parte de una comunidad internacional más amplia, marca un nuevo hito dentro del persistente quehacer teatral en la lengua de Cervantes dentro del panorama artístico de esta ciudad.

Aunque sin dudas estamos hablando de una comedia -género que siempre cuenta con la preferencia por parte del público que acostumbra a ir al teatro en nuestro entorno- con esta puesta en escena, tanto su director Yusnel Suárez como el escenario del Teatro Trail han demostrado que con dicho género también se puede hacer arte.



Lic. Wilfredo A. Ramos.
Miami, diciembre 17, 2024.

Fotos cortesía Teatro Trail.

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Los pájaros tirándole a la escopeta, 1984. 
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Gaspar, El Lugareño Headline Animator

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