¿Creen Uds. que nosotros vivimos en el año corriente de 1839, o sea la primera mitad del siglo XIX? No hay nada de eso. Yo he despejado la incógnita y mis cálculos exactísimos me dan para nuestros viejos el año de 1639 y para nuestros mozos el de 1739; el siglo XIX no ha entrado todavía en nosotros. El siglo XIX se pasea allende los mares en un famoso carro de vapor, llevando en la diestra la antorcha de la Religión y en la siniestra la de la Filosofía. En nuestra sociedad no se ven tales cosas: los viejos yacen atascados con la carreta del siglo XVII en el pontonconal de Nuevitas: los mozos llevan el siglo XVIII en los potros indómitos, desbocados en la sabanas de Bayatavo sin dirección ni punto conocido donde terminar su carrera. Sólo nuestros niños arrodillados en los altares del Cristo, levantan sus manitas al Cielo y piden el carro y las antorchas del siglo XIX
(...) la misión del siglo XIX, la alianza de la religión y la filosofía, de la libertad y el orden, del Cielo y de la Patria. Esta es la misión apostólica del siglo XIX, misión de la que están encargados los sacerdotes, los directores de la educación pública, los poetas, filósofos, los escritores morales y políticos. Dejémosles llenar su misión y sea la imprenta el vehículo de la inteligencia.
Gaspar Betancourt Cisneros, El Lugareño (1803-1866)