Tuesday, December 11, 2012

Homilía de Mons. Juan García en la Misa por los 100 años de la diócesis de Camagüey

Catedral de Camagüey
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Homilía de Monseñor Juan García Rodríguez, arzobispo de Camagüey
Misa por los 100 años de la diócesis de Camagüey


10 de diciembre de 2012, Plaza de la Caridad.



Queridos hijos e hijas:

Damos gracias a Dios Padre por habernos pensado y creado por el amor de nuestros padres para una gran misión.

Damos gracias a Dios Padre por regalarnos personas tan buenas a lo largo de estos 100 años de la diócesis de Camagüey. Cada comunidad está invitada, desde hace muchos años, a escribir la historia de su iglesia para alabar al Señor por tantas personas maravillosas y poder imitarlas.

Damos gracias al Hijo de Dios hecho hombre, Jesucristo, por enviarnos a los obispos Valentín Zubizarreta Unamunsaga, teólogo y maestro de la fe; a Enrique Pérez Serantes, misionero de innumerables bateyes, cuyo catecismo todavía se guarda en muchas casas; a Carlos Riu Anglés, constructor de templos en muchos pueblos pequeños y a Adolfo Rodríguez Herrera, Pastor, Profeta, Santificador, Puente, consolador, Orante, Poeta y en estos momentos Siervo de Dios.

Damos gracias al Espíritu Santo por haber inspirado a la Iglesia, sin contar la actual diócesis de Ciego de Ávila, la construcción de templos y capillas en número de 77, 25 escuelas religiosas, 2 hogares de ancianos y 2 de niños. Lamentablemente la Iglesia ha perdido en la actual diócesis de Camagüey unos 33 lugares de culto sin ley de expropiación, 25 escuelas religiosas y 4 hogares de amparo. En esta ciudad las iglesias han sido motivo importante para que Camagüey fuera declarada Patrimonio Cultural de la humanidad. Damos gracias a Dios por quienes construyeron estos templos, los reparan y los cuidan para no se destruyan ni pierdan su belleza.

Damos gracias al Espíritu Santo por haber ungido a los sacerdotes que nos bautizaron, nos confiesan, nos dieron la primera comunión, ungen a nuestros familiares y amigos enfermos, nos casaron por la iglesia y nos han acompañado en las alegrías y las penas a lo largo de la vida.

Damos gracias también por los sacerdotes que marcaron nuestra historia en la diócesis. Agradecemos al Beato Eusebio del Niño Jesús el haber escrito la vida del P. Valencia. Felicitamos a la Comunidad de Nuevitas por haber escrito la vida del P. Amaro y revivir su pasión pastoral. Lo mismo deben hacer las restantes comunidades con sus sacerdotes cuyo testimonio sacerdotal permanece presente. Roguemos al dueño de la mies que nuestros seminaristas de San Agustín y San Carlos imiten a tantos sacerdotes ejemplares de ayer y de hoy.

Damos gracias a Jesucristo por los diáconos que nos ayudan a vivir la liturgia, la misión y la caridad.

Damos gracias a la Virgen que se ha hecho presente como Madre de la Luz de Cristo desde hace casi 500 años y que también camina en esta Iglesia como Madre de la Caridad durante 400 años. Ella nos ha mostrado su amor materno a través de las monjas, quienes son las mujeres más bonitas que hay aquí, sin dudas porque Jesucristo se enamoró de ellas y las eligió como esposas. Ellas han marcado y marcan nuestra niñez, adolescencia, juventud y ancianidad.

En esta diócesis de Camagüey está viva y fresca la huella del P. Valencia cuya misión pastoral estaba sustentada por tres principios: construir un monumento a la fe, un templo; construir un monumento a la esperanza, una escuela; construir un monumento a la caridad, un hospital. Esto lo logró frente a la Plaza de El Carmen donde está la Iglesia de El Carmen, la antigua escuela de las monjas ursulinas y el Hospital de mujeres, del cual solo quedan muros exteriores. Por eso en su tumba hay tres imágenes que simbolizan la fe, la esperanza y la caridad.

Como expresión de memoria agradecida y deseo de continuar la obra de Jesucristo, que cumplieron tan santamente los que nos antecedieron, nosotros queremos construir monumentos a la fe, lugares de alabar a Dios y escucharlo en todos los asentamientos humanos de Camagüey. Ante las dificultades de construir nuevos templos, el Espíritu Santo nos ha sugerido las casas de misión, lugar donde se proclama la palabra de Dios, se enseña el catecismo y la práctica de la misericordia y en su momento se celebran los sacramentos. Agradecemos la generosidad de las personas que prestan sus casas y las convierten en casas de Dios.

Queremos construir un monumento a la esperanza, una escuela de la fe, una catequesis donde enseñar el evangelio. Si todos los pueblos de Camagüey conocieran y vivieran el evangelio, el catecismo, los 10 mandamientos ¡qué felicidad! ¡qué alegría! Imagínense todos los padres y madres, abuelos y abuelas respetados y tratados con cariño por sus familias. Imagínense que nadie mate a nadie, ni haya suicidios. Imagínense que todo padre y toda madre protejan al fruto bendito que vive en el seno materno como hicieron nuestros padres con nosotros. Porque de lo contrario si nuestra madre se hubiera hecho el aborto, primera violación de los derechos humanos, nosotros no estaríamos aquí. Imagínense que los novios, cumpliendo los mandamientos de la ley de Dios, vivan la virginidad y los esposos la fidelidad. Es la manera más segura de evitar las enfermedades de transmisión sexual, algunas incurables y otras mortales. Imagínense que no haya ladrones, ni mentirosos, ni personas envidiosas. Si enseñamos el catecismo en las iglesias, casas misión, escuelas religiosas para quienes lo deseen y a través de la radio y de la televisión, podríamos con creatividad y perseverancia, avanzar en este camino de esperanza. Gracias a todos los catequistas por sembrar semillas de esperanza.

Queremos construir monumentos a la caridad. Hoy en la actualidad, guiado por los Hermanos de San Juan de Dios, la Iglesia tiene el Hogar de Ancianos Beato Olallo Valdés que es al mismo tiempo sala de fisioterapia por donde han pasado desde hace doce años 307 904 pacientes a quienes se les han aplicado 1 065 207 tratamientos. La misma Iglesia está construyendo el Hogar de Ancianos Monseñor Adolfo, lamentablemente paralizado en este momento. Pero la caridad no puede detenerse en una iglesia y pueblo amparados por la Virgen de la Caridad que une en el amor a los que auxilian y padecen. El Beato José Olallo Valdés, beatificado en este templo cielo abierto, nos alienta a vivir las obras de misericordia con todas las personas que nos rodean, visitar y cuidar enfermos, dar de comer al hambriento, dar de beber al sediento, dar hospedaje al peregrino, vestir al desnudo, visitar y auxiliar al preso, rogar por los difuntos. Así vivió el Beato Olallo Valdés en medio de la guerra de los diez años y en las epidemias. Gracias a todos los que practican la caridad. Son felices y hacen felices a los demás e invitan a los que están en conflicto a vivir esta caridad entre ellos.

El artículo 8 de la Constitución de la República de Cuba afirma: “El Estado cubano reconoce, respeta y garantiza la libertad religiosa”. Y el artículo 18 de la declaración universal de los derechos humanos, cimentada en la naturaleza humana y en el evangelio de Cristo dice:

Toda persona tiene derecho a la libertad de pensamiento, de conciencia y de religión; este derecho incluye la libertad de tener o de adoptar la religión o las creencias de su elección, así como la libertad de manifestar su religión o sus creencias, individual o colectivamente, tanto en público como en privado, mediante el culto, la celebración de los ritos, las prácticas y la enseñanza.

Con la puesta en práctica de estos artículos por las instancias sociales y gubernamentales, nuestra Iglesia puede continuar más adecuadamente su misión evangelizadora, educativa y caritativa y hacer de esta tierra la más hermosa que ojos humanos han visto por la fe, la esperanza y la caridad.

San Antonio María Claret, Beatos José Olallo Valdés, José López Piteira, Ciriaco María Sancha, José María Celaya Badiola, Dionisio Ullivarri, José Calasanz, Eusebio del niño Jesús y Juan Pablo II, que bendijeron, con su presencia santa, la Iglesia y el pueblo camagüeyano, rueguen por nosotros, ahora, a lo largo de nuestra vida y en nuestro camino hacia la casa donde ustedes habitan con El Padre, El Hijo y El Espíritu Santo.

San Pío X, las diócesis de Camagüey y Matanzas, que instituiste por inspiración del Espíritu Santo, no las dejes sin tu intercesión desde el cielo.

Es esta ahora nuestra oración personal y silenciosa.

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Monday, December 10, 2012

La Patria es una Naranja (Félix Luis Viera)

Nota del blog: A partir de este lunes Félix Luis Viera publicará cada semana un poema de su libro "La Patria es una Naranja" ( (Ediciones Iduna, Miami, EE UU, 2010, Ediciones Il Flogio, Italia, 2011).  Además    ofreceremos  enlaces a  críticas o reseñas que se han escrito sobre el poemario.

 La patria es una naranja (Dos reseñas) por Heriberto Hernández Medina y Abel Germán en Otro Lunes
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1


Tan pobres hemos sido,
nunca hemos tenido, por ejemplo, una pecera.
Como tanta gente
nunca hemos tenido una pecera
para contemplar, absortos,
a los peces recorriéndola en su mundo silente.
Nunca
hemos tenido una pecera
para atenuar los nervios
luego de haber contado tanto dinero
o al menos
una cantidad que evite el sobresalto.
Tan pobres hemos sido,
aun hemos armado nuestra casa con los
desperdicios de otros pobres.

Pero sí tuvimos una bandera,
nos aseguraron que era el emblema de los pobres
y nosotros la untamos en el polvo del pobre camino
y el tanto sudor de las arduas jornadas.
Nosotros teníamos una bandera
que era el emblema de la riqueza por venir para todos:
nadie sería pobre ni nadie, tampoco, siquiera pernoctaría en la opulencia.

Pero nos quedamos pobres,
tan pobres
que la leche no alcanza para todos los dientes.

Cuando nació la niña
como un peregrino iba yo en busca de maderas viejas,
alambres desahuciados, que algún astro noble hubiese
olvidado en su caída,
era,
de nuevo,
el poeta cargando la cruz.

Cuando nació la niña
le construimos su cuarto con la utilidad de aquellas búsquedas
y como la niña era una niña recién nacida
no supo que el primer cuarto en que durmió
estaba fabricado casi con la humillación.

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Siamo stati così poveri,

non abbiamo mai avuto, per esempio, un acquario.

Come tanta gente

non abbiamo mai avuto un acquario

per contemplare, assorti,

i pesci che attraversano il loro mondo silenzioso.

Mai

abbiamo avuto un acquario

per rilassare la tensione

dopo aver contato tanto denaro

o almeno

una quantità che evitasse il sobbalzo.

Siamo stati così poveri,

anche se abbiamo messo insieme la nostra casa con gli

avanzi di altri poveri.


Ma abbiamo avuto una bandiera,

ci assicurarono che era l’emblema dei poveri

e noi la sporcammo nella polvere del povero cammino

e il copioso sudore delle ardue giornate.

Noi avevamo una bandiera

che era l’emblema di un avvenire di ricchezza per tutti:

nessuno sarebbe stato povero, nessuno avrebbe continuato a pernottare nell’opulenza.


Ma siamo rimasti poveri,

così poveri

che il latte non basta per tutti i denti.


Quando nacque la bambina

come un pellegrino andavo in cerca di legni vecchi,

di fili di ferro abbandonati, che qualche nobile stella avesse

dimenticato nella sua caduta,

era,

di nuovo,

il poeta a portare la croce.


Quando nacque la bambina

le costruimmo la sua camera con le cose trovate nell’affanno della ricerca

e siccome la bambina era una bambina appena nata

non seppe che la prima camera dove dormì

era stata preparata quasi con l’umiliazione.

(Traducción de Gordiano Lupi)

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Félix Luis Viera (Santa Clara, Cuba, 1945). Poeta, cuentista y novelista. Ha publicado los poemarios: Una melodía sin ton ni son bajo la lluvia (Premio David de Poesía de la Uneac*, 1976, Ediciones Unión, Cuba), Prefiero los que cantan (1988, Ediciones Unión, Cuba), Cada día muero 24 horas (1990, Editorial Letras Cubanas), Y me han dolido los cuchillos (1991, Editorial Capiro, Cuba), Poemas de amor y de olvido (1994, Editorial Capiro, Cuba) y La patria es una naranja (Ediciones Iduna, Miami, EE UU, 2010, Ediciones Il Flogio, Italia, 2011); los libros de cuento: Las llamas en el cielo (1983, Ediciones Unión, Cuba), En el nombre del hijo (Premio de la Crítica 1983. Editorial Letras Cubanas. Reedición 1986) y Precio del amor (1990, Editorial Letras Cubanas); las novelas Con tu vestido blanco (Premio Nacional de Novela de la UNEAC 1987 y Premio de la Crítica 1988. Ediciones Unión, Cuba), Serás comunista, pero te quiero (1995, Ediciones Unión, Cuba), Un ciervo herido (Editorial Plaza Mayor, Puerto Rico, 2002, Editorial L´ Ancora del Mediterraneo, Italia, 2005), la noveleta Inglaterra Hernández (Ediciones Universidad Veracruzana, 1997. Reediciones 2003 y 2005) y El corazón del Rey (2010, Editorial Lagares, México). Su libro de cuentos Las llamas en el cielo es considerado un clásico de la literatura de su país. Sus creaciones han sido traducidas a diversos idiomas y forman parte de antologías publicadas en Cuba y en el extranjero. En su país natal recibió varias distinciones por su labor en favor de la cultura. Fue director de la revista Signos, de proyección internacional y dedicada a las tradiciones de la cultura. En México, donde reside desde 1995, ha colaborado en distintos periódicos con artículos de crítica literaria, de contenido cultural en general y de opinión social y política. Asimismo, ha impartido talleres literarios y conferencias, y se ha desempeñado como asesor de variadas publicaciones.

Saturday, December 1, 2012

Invitación


"ART BASEL WYNWOOD" 2012 EXPOSICION COLECTIVA

DEC 5, DEC 6, DEC 7, DEC 8, DEC 9. 
SATURDAY CUBAN FOLKLORE PARTY 7 PM - 10 PM
200 NW 22 ND ST, MIAMI, FL 33127
 PH 3055730967

Oikos

 
 
Sección Oikos, con fotos de Juan Carlos Agüero. Dedicada a mostrar la
wildlife del Sur de la Florida, es el espacio green (cada semana) del blog
Gaspar, El Lugareño. Las fotos de Juan Carlos en el website Anhinga Wildlife

Monday, November 26, 2012

Fragmento de la novela "La sangre del tequila" (por Félix Luis Viera)

Nota del blog: Ultimo de los cuatro nuevos fragmentos, publicados en este mes de noviembre, de  "La sangre del tequila", novela en proceso de creación de Félix Luis Viera. En el mes de agosto Viera presentó, en este mismo espacio, cuatro fragmentos correspondientes al plano Verónica
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por Félix Luis Viera


Claro, no todo lo que sabía mi amiga farmacéutica Mercedes Giménez era por obra de su dar y recibir sexual. Ya insinué antes que ella resultaba una especie de investigadora de vocación innata, no inducida por algo o alguien. Ella, igual que Miguel de Cervantes Saavedra nació para escribir novelas y adelantarse en más de 400 años a lo que hoy sentencian los científicos literarios, nació para indagar en el sexo, sobre todo, como hecho recibido por las mujeres; algo que, desde su emancipación, olvidaron investigar las feministas, quienes de haberlo hecho, hubieran podido ofrecer soluciones y propuestas mucho más reveladoras a sus congéneres. 

Investigó Mercedes desde muy joven y aparte de sus ocho casamientos y no pocas aventuras —infiero por lo que me contaba, aunque nunca me dio detalles de estas relaciones—, investigó, digo, entre cientos de mujeres amigas y conocidas y entre hombres conocidos, y amigos, como yo. Como he apuntado antes, Mercedes siempre sintió que su misión en la tierra era beneficiar al prójimo —al prójimo varón—en cuanto a la felicidad amoroso-sexual y, en medida más baja pero no poca, a la prójima. Porque “el varón es la víctima, la mujer tiene el eje de todo en su Eje”, acostumbraba sentenciar.

Pero ahí tienen que mi amiga no acertó —a la distancia y por adelantado, aclaremos en su favor—en dos cuestiones primarias en cuanto a Verónica Illescas y el que suscribe.

La primera. Verónica no abusó o no explotó —al menos sobremanera—su condición de la culipronta que ha partido por el centro al blanco (es decir, yo). Hasta el final su comportamiento fue el mismo de los inicios: el ánimo de gozar, el de polvorizarse en el sexo, y el de guerrear porque un hombre no la abandonara; un hombre que en ese caso era yo, pero pudo ser otro; un hombre. Si algo me impuso Verónica o alguna tarea me ordenara, sería porque yo mismo, tomado por esa obediencia zonzo-lírica en que, contradictoriamente, se podría decir, caen los amantes y las amantes pasionales, me había prestado.

El otro aspecto en que no acertó Mercedes Giménez fue en lo del sexo oral. Todavía en Cuba, apliqué invariablemente el curso sobre el tema que ella me impartiera allí en una banca de aquel parque. Y me dio grandes ganancias. Pero más, mucho más, me dio utilidades en México, donde, al parecer —o quizás todo fue obra no más de eso que suele brindar estadísticas apócrifas, la casualidad— los varones no suministran, al menos con el rigor y tenacidad que la farmacéutica me aconsejara, ese componente del sexo, y del amor.

En fin... yo resulté más adicto a realizar la ofrenda a Verónica, que ella a recibirla... No reclamaba ella si yo no le administraba el sexo oral —lo que pocas veces, con voluntad suma, dejé de hacer— y en cambio yo, en la medida que me esmeraba para realizarlo con toda la maestría que Mercedes Giménez y la vida —el resto de la vida— me habían enseñado, fui haciéndome adicto a los labios interiores y exteriores, al clítoris, a los pliegues olorosos a sal ardida de la vulva de Verónica Illescas, y al efecto que causaba en ella el bregar de mis labios, mi lengua, mi nariz en su sexo. Al efecto..., recalco: me hice adicto a sus gemidos en levante, que interminables parecieran, a sus jugos escanciados en mi cara —mi cara toda— que interminables parecieran. Adicto a serpear mis manos por el arco de su espalda-nalgas a la vez que mis labios, mi lengua, mi cara toda —mi ser ido, mi alma vendida, mi humanidad derrotada, diría un novelista cursi—faenaban en su sexo mientras mis ojos quisieran tragarse la imagen, extendida por la cercanía, de su abdomen, sus senos penduleando a ritmo de segundero, sus manos pegadas contra la pared.

De este modo, lo que podríamos decir que era el arma que yo empleara convencido de que me daría el gane, la supremacía con Verónica Illescas, se convirtió en lo contrario. 

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Félix Luis Viera (Santa Clara, Cuba, 1945). Poeta, cuentista y novelista. Ha publicado los poemarios: Una melodía sin ton ni son bajo la lluvia (Premio David de Poesía de la Uneac*, 1976, Ediciones Unión, Cuba), Prefiero los que cantan (1988, Ediciones Unión, Cuba), Cada día muero 24 horas (1990, Editorial Letras Cubanas), Y me han dolido los cuchillos (1991, Editorial Capiro, Cuba), Poemas de amor y de olvido (1994, Editorial Capiro, Cuba) y La patria es una naranja (Ediciones Iduna, Miami, EE UU, 2010, Ediciones Il Flogio, Italia, 2011); los libros de cuento: Las llamas en el cielo (1983, Ediciones Unión, Cuba), En el nombre del hijo (Premio de la Crítica 1983. Editorial Letras Cubanas. Reedición 1986) y Precio del amor (1990, Editorial Letras Cubanas); las novelas Con tu vestido blanco (Premio Nacional de Novela de la UNEAC 1987 y Premio de la Crítica 1988. Ediciones Unión, Cuba), Serás comunista, pero te quiero (1995, Ediciones Unión, Cuba), Un ciervo herido (Editorial Plaza Mayor, Puerto Rico, 2002, Editorial L´ Ancora del Mediterraneo, Italia, 2005), la noveleta Inglaterra Hernández (Ediciones Universidad Veracruzana, 1997. Reediciones 2003 y 2005) y El corazón del Rey (2010, Editorial Lagares, México). Su libro de cuentos Las llamas en el cielo es considerado un clásico de la literatura de su país. Sus creaciones han sido traducidas a diversos idiomas y forman parte de antologías publicadas en Cuba y en el extranjero. En su país natal recibió varias distinciones por su labor en favor de la cultura. Fue director de la revista Signos, de proyección internacional y dedicada a las tradiciones de la cultura. En México, donde reside desde 1995, ha colaborado en distintos periódicos con artículos de crítica literaria, de contenido cultural en general y de opinión social y política. Asimismo, ha impartido talleres literarios y conferencias, y se ha desempeñado como asesor de variadas publicaciones.

Saturday, November 24, 2012

del Camagüey ...

 Ballet de Camagüey celebra sus 45 años

 

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Primer Festival Nacional de Estudiantes de Medios Audiovisuales


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Camagüey se acerca a su medio milenio de fundada

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Consulta de Homeopatía

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Béisbol

Oikos

 
 
 
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Tú estás colaborando


Tuesday, November 20, 2012

(Archdiocese of Miami) Sandy relief headed for Cuba

Foto/ANA RODRIGUEZ-SOTO | FC
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(Archdiocese of Miami/Ana Rodriguez-Soto - Florida Catholic) MIAMI — A planeload of non-perishable food items — about 8,500 pounds — is on its way to the hard-hit Archdiocese of Santiago de Cuba to help the Catholic Church there feed the people affected by the ravages of Hurricane Sandy.

“This is an initial response to the devastation wrought by the hurricane in Cuba,” said Archbishop Thomas Wenski during a press conference at Miami International Airport Nov. 19, an hour before the 10 a.m. flight took off. “This will allow the Church in Cuba to minister to the people that were most severely affected by the storm.”

The food — cans of tuna, Vienna sausages, Parmalat milk, rice, beans and other non-perishable staples — was collected by various groups in South Florida, including the Friends of Caritas Cuba, the LaSallistas (alumni of schools run by the De LaSalle Brothers in Cuba), the Municipios de Santiago en el Exilio (exile group composed of former residents of the various towns in the province of Santiago de Cuba), and the Daughters of Charity of St. Vincent de Paul, who have convents throughout the island.

The Archdiocese of Miami also took up a collection over the past two weekends at all its parishes to raise funds to provide aid to those hit by Hurricane Sandy not only in Cuba but also in Haiti and the northeastern U.S.

“We purchased the remaining food products so we could have the plane take off at capacity,” Archbishop Wenski said.

Miami Air Cargo donated the airplane and the pilots donated their time, he noted. The shipment would be received in Santiago by Santiago Archbishop Dionisio Garcia and representatives of Caritas Cuba.
Within the Archdiocese of Santiago, 100,000 dwellings were destroyed along with 13 church buildings.

“It’s a disaster that touches the heart,” Archbishop Wenski said, and a “tremendous challenge for the Church over there.”

He noted, however, that the Church in Cuba “has always sought to help its people from within its own poverty.”

“This is an opportunity for us to express our solidarity with the Church in Cuba,” he said.

He added that the archdiocese hopes to send more supplies at a later date, possibly by sea, which allows a greater quantity of items to be shipped at a lower cost.

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Monday, November 19, 2012

Fragmento de la novela "La sangre del tequila" (por Félix Luis Viera)

Nota del blog:  Los lunes de este mes de noviembre Félix Luis Viera publicará cuatro nuevos fragmentos de  "La sangre del tequila", novela en proceso de creación. En el mes de agosto Viera presentó, en este mismo espacio, cuatro fragmentos correspondientes al plano Verónica

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por Félix Luis Viera

Lucía Luévano vivió segura de que el “tronido” que le había hecho sentir El Sombras en todo resquicio de su cuerpo —el físico y el otro, el que sueña—, que luego ningún otro varón, animal, planta, flor, atardecer, noche o cosa le habían hecho sentir, aquel erizamiento de esa primera vez que El Sombras le tomara las manos, el fuetazo en el bajo vientre cuando él la acariciara desde la primera hasta la última vez... Eran el recuerdo de lo irrepetible que moriría con ella... 

El Sombras sería para ella la huella del Amor y del Odio, la bestia que la infectara de algo que la arrimó a morir por mano propia al sobrestimar la pegada de la trichomoniasis cuando comenzara a brotar por su sexo el derrame amarillento, maloliente, espumoso; la vulva le ardiera, le picara, le picara, le ardiera, le picara todo un día y la noche de ese día y el otro día todo, y le punzara, con intermitencia y saña, algún estilete en la parte baja del vientre.

No encontró una manera de suicidio que le resultase llevadera. La que mejor le pareció fue la de la barranca. Desde párvula, sabía de personas que para morir se lanzaban hacia la barranca que se hallaba al fondo de la colonia. Comprendió que tenía miedo de matarse. Cada variante suicida que se le ocurría se la imaginaba demasiado dolorosa; el ahorcamiento: debería ser excesivamente angustioso sentir la cuerda partiendo el cuello, la nuca, esos huesitos; el envenenamiento con detergente, con tinta de lustrar zapatos: estimaba, por lo que había escuchado, que llevaba a dolores espantosos en el estómago y metía hacia la boca espumarajos horrorosos, no, no era muerte que ella quisiera, que pudiese resistir. Un cuchillo en el abdomen sería un buen trámite, rápido, vaciándose la sangre del cuerpo; pero se figuró su mano indecisa antes de clavarse el cuchillo, el primer miedo, y luego, el segundo miedo, la hoja partiendo sus tripas, el hígado tal vez, y en fin todo lo que había explicado la maestra de Anatomía que había allá dentro.

“Tan joven que era”, exclamaban los curiosos esa mañana en que entre cuatro o cinco personas traían al suicida de la barranca. Era un muchacho quizás de la edad que ella tenía ahora; solo vio parte del cuerpo, el tronco, la cabeza; estaba magullado, sucio de cara, de ropas; grisáceo todo lo que pudo ver del muerto.

“Tan joven que era”, podrían decir, dirían de ella cuando la trajeran de la barranca, muerta, con su sexo quizás aún destilando ese flujo amarillento, ese olor.

Finalmente comprendió que, si bien no tenía valor para matarse, que temía a la diligencia dolorosa, sucedía también que se amaba, amaba a su cuerpo, no quería dañarlo.

“Se me está amolando el bizcochito”, le dijo a la Madre, entre sollozos. Había salido del baño dando ayes, gritando para todos y para sí; había comprendido que se encontraba entre dos barajas: la muerte rápida por suicidio a la cual tanto temía, y la lenta, cuando su sexo, el bizcochito, fuera infectando todo su cuerpo, llenándolo de dolores, de mal olor, de secreciones, hasta llegar a sus ojos, de modo que ella ni siquiera podría ver cómo su cuerpo se corrompía día tras día; solo sentir que se iba desintegrando, convirtiéndose en agua sucia. 

La Madre, que entonces se dedicaba a acopiar, clasificar, “reparar” las frutas y legumbres para las ventas del Abuelo, vería la foto de su sexo en el sexo de la hija: también ella había sufrido lo mismo cuando aquel, El Maese, el padre que Lucía Luévano no había visto jamás ni en fotografías, la contagiara. Lucía seguía llorando allí en la sala abrazada a la Madre y no aceptaba que la solución, como le aseguraba la Madre, fuera tan simple como tomar unas tabletas y aplicarse unas curaciones que le indicaría el médico de Salubridad. Entonces la Madre le contó a la hija, a la otra Lucía, a la otra Lucía Luévano, sus propias vivencias, su misma desesperación, su propósito de suicidarse por igual causa años atrás, hasta que le confió al Abuelo que su “bizcochito” estaba muriéndose y el Abuelo, siempre el Abuelo, cargó con ella para urgencias de Salubridad y ambos, la Madre y el Abuelo, dejaron de llorar cuando el médico les dijo que no había nada mortal en el caso, mientras salía del cubículo de reconocimiento amparándose la nariz con un pañuelo perfumado. 

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Félix Luis Viera (Santa Clara, Cuba, 1945). Poeta, cuentista y novelista. Ha publicado los poemarios: Una melodía sin ton ni son bajo la lluvia (Premio David de Poesía de la Uneac*, 1976, Ediciones Unión, Cuba), Prefiero los que cantan (1988, Ediciones Unión, Cuba), Cada día muero 24 horas (1990, Editorial Letras Cubanas), Y me han dolido los cuchillos (1991, Editorial Capiro, Cuba), Poemas de amor y de olvido (1994, Editorial Capiro, Cuba) y La patria es una naranja (Ediciones Iduna, Miami, EE UU, 2010, Ediciones Il Flogio, Italia, 2011); los libros de cuento: Las llamas en el cielo (1983, Ediciones Unión, Cuba), En el nombre del hijo (Premio de la Crítica 1983. Editorial Letras Cubanas. Reedición 1986) y Precio del amor (1990, Editorial Letras Cubanas); las novelas Con tu vestido blanco (Premio Nacional de Novela de la UNEAC 1987 y Premio de la Crítica 1988. Ediciones Unión, Cuba), Serás comunista, pero te quiero (1995, Ediciones Unión, Cuba), Un ciervo herido (Editorial Plaza Mayor, Puerto Rico, 2002, Editorial L´ Ancora del Mediterraneo, Italia, 2005), la noveleta Inglaterra Hernández (Ediciones Universidad Veracruzana, 1997. Reediciones 2003 y 2005) y El corazón del Rey (2010, Editorial Lagares, México). Su libro de cuentos Las llamas en el cielo es considerado un clásico de la literatura de su país. Sus creaciones han sido traducidas a diversos idiomas y forman parte de antologías publicadas en Cuba y en el extranjero. En su país natal recibió varias distinciones por su labor en favor de la cultura. Fue director de la revista Signos, de proyección internacional y dedicada a las tradiciones de la cultura. En México, donde reside desde 1995, ha colaborado en distintos periódicos con artículos de crítica literaria, de contenido cultural en general y de opinión social y política. Asimismo, ha impartido talleres literarios y conferencias, y se ha desempeñado como asesor de variadas publicaciones.

Saturday, November 17, 2012

Oikos

 
 
 
Sección Oikos, con fotos de Juan Carlos Agüero. Dedicada a mostrar la
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Gaspar, El Lugareño. Las fotos de Juan Carlos en el website Anhinga Wildlife

Friday, November 16, 2012

"Pas de deux", literatura desde el prisma femenino


PRÓLOGO
por Chely Lima

Toda lectura, todo enlace entre el lector que se adentra en el mundo —la música esencial— que propone un escritor, ejecuta con este un pas de deux, ese dúo en el que los pasos de ballet son ejecutados conjuntamente por dos personas.

El escritor o poeta propone, establece las reglas que soñó antes de plasmarlas, con la voluntad del explorador que dibuja un mapa en tanto se adentra en la espesura del continente nunca antes hollado. Su propio continente, el que fundó a partir de fragmentos muy íntimos de su ser. Una vez que han quedado abiertos los caminos, el lector sigue los pasos de aquel o aquella que le precedió inventando paisajes a medida que los describía, y es entonces que da inicio la danza en la que el lector se deja llevar y se compromete con personajes y cadencias que enriquecen su universo personal.

En ciertas dichosas ocasiones, para el lector su partenaire se vuelve tan cercano como si hubieran crecido juntos. Y la danza —el libro bien amado— se convierte en mucho más que una historia interesante o unos versos que se repiten en silencio, paladeando la melodía. El libro muta en obsesión y ladrillo de la pared de carga del espíritu, y ahí es que el pas de deux florece en formas que jamás nos hubiéramos atrevido a esperar. 

En esta antología que tiene el encanto de lo que nunca ha visto antes la luz, cuatro voces trazan en castellano, ese idioma por completo mágico que heredamos de nuestros antepasados, su propia senda, la tonalidad que llevará a cada lector a sumarse a cuatro estilos diferentes de concebir el pas de deux, ya sea en forma de narraciones breves o de poemas.

Los cuatro autores viven, o han vivido alguna vez, en Miami, así que de algún modo comparten, más allá de sus hermosas variantes, una misma condición a la hora de percibir cuanto les rodea. Sin embargo, por haber nacido en sitios ahora lejanos, tanto en el tiempo como en el mapamundi, llevan consigo experiencias distintas y sintaxis peculiares que se entretejen para conformar la polifonía bajo la que se ejecuta el ballet.

Cuatro ritmos, cuatro miradas, cuatro sistemas solares girando en un solo libro es una medida apetecible.

Sean ustedes bienvenidos a la danza.

Nota: El libro se puede adquirir en la Feria del Libro de Miami 2012, en la sección E en el espacio de la Asociación Internacional de Arte y Cultura Hispana en Miami (AIPEH Miami).

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Selección de poemas de Lizette Espinosa


A DESTIEMPO

De la piedad renace este
día de infinito sobresalto.
La compuerta se abre y
no atino a moverme,
mis pies han olvidado andar
sin el peso de los miedos.
La levedad asusta,
y el júbilo humedece de
temores a unos labios
resecos de silencio.
Es preciso que el sauce
llore sobre mis hombros
los secretos del mundo,
y el duende me confíe
la llave de los tiempos.
Para encontrar a aquella
que yo era, antes que
anocheciera.


LA HABANA

La Habana es hembra
de ventanas abiertas
que seducen al viento.
Es girasol cargado de
plegarias a una Oshun
que danza entre lamentos.
La Habana es negra
del ocaso impuesto.
Es balcón insinuante.
Es sol en el mechero.
Es la sal en los labios
aliñando el recuerdo.
Es el álbum de fotos.
Es adiós y amuleto.
Es pila de bautismo.

Es donde duermen,
padre, tus huesos.


DESCALZA

Descalza.
Para sentir del prado la
humedad de su lágrima.
Y mojarme los pies en el
frío alarido de la tierra,
recorriendo despacio sus
senderos de duelos y postigos.

Descalza.
Con la virginidad apaciguada
en sus misterios, en sus grutas
con verdes cortinas de miedo.
Sembrando en cada pena
una canción desnuda.
Un beso de mis pasos
embarrados de alas de cometa.

Descalza.
A la deriva, al viento, cuesta abajo.
Rodando sobre el lomo de su vasta
espesura de historias y cruzadas.
Vertiendo en la acritud de su angostura,
el tibio amanecer de mi naufragio.


METAMORFOSIS

Todo está como ayer, sin embargo
parece que han partido muchos trenes,
que han caído diluvios,
que ha habido un cataclismo,
o han bajado del cielo luciferes
mordiendo el tiempo
cubriéndolo de hondas
cicatrices azules, marcas crueles.

Quiero correr el velo de esta hora
y ver las viejas películas silentes,
en el sillón de mi antigua adolescencia
donde las horas yacen, no se mueven.

Quiero creer que estas alas tan rotas
no son el triste anuncio de una muerte
sino la voraz metamorfosis
de lo que pudo ser, a lo que fuere.

Todo está como ayer, sin embargo...


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Lizette Espinosa. La Habana, Cuba, 1969. Actualmente reside en Miami, Florida.Ha desarrollado su vida profesional en el campo del diseño aplicado a la arquitectura y la ingeniería. Poemas y relatos suyos han aparecido en publicaciones periódicas en Estados Unidos, Colombia, Argentina y España. Su primer poemario, titulado Despertares, se encuentra en proceso de terminación. Es integrante de Asociación Internacional de Arte y Cultura Hispana en Miami (AIPEH Miami) y colabora en el periódico digital Globatium.  

Ver entrevista a Lizette Espinosa en Payo Libre

Cubanos premiados en los "Latin Grammy 2012"

  • Arturo Sandoval 
  1. Mejor Album de Jazz Latino, por Dear Diz (Every Day I Think Of You) 
  2. MejorAlbum de Tango, por Tango como yo te siento
  3. Mejor Ingeniería de Sonido, por Dear Diz (Every Day I Think Of You)

  • Eliades Ochoa
  1. Mejor Album Tropical Tradicional, por Un bolero para ti

  • Yalil Guerra 
  1. Mejor Composición Clásica Contemporánea, por Seducción

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 Ver lista completa de premiados http://www.latingrammy.com/en/winners/122



Arturo Sandoval  
Dear Diz (Every Day I Think Of You)

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Eliades Ochoa 
Un bolero para ti

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Yalil Guerra
Seducción
Performed by Elizabeth Rebozo

(Miami) "Imagine Liberation" by Miguel Rodez


Saturday, November 17, 2012
7:00 p.m. - 10:00 p.m.

Miguel Rodez Art Project Space
 4229 SW 75 Ave, 2nd Floor
Miami FL 33155

(Miami) Matías Montes Huidobro presenta su libro "Un bronceado hawaiano"

A la venta en la Feria del Libro de Miami, Ediciones Universal, Editorial Aduana Vieja. Para cualquier información, contactar al autor mmhuidobro@aol.com

La novela Un bronceado hawaiano, de Matías Montes Huidobro, será presentada el domingo 18 de noviembre, durante la Feria Internacional del Libro de Miami



A Hawái le sienta el negro


por Luis Agüero, Miami


Lo primero a destacar en Un bronceado hawaiano, el más reciente título publicado por el poeta, narrador, dramaturgo e investigador Matías Montes Huidobro, es que posee una virtud que a mí se me antoja indispensable en cualquier novela: se lee de un tirón. El libro, de 357 páginas, cuenta una historia que se mueve a sobresaltos, aunque sin perder jamás el ritmo, entre el realismo áspero de los llamados “duros de pelar” (Chandler, Hammett y Cía), algunas situaciones que de un modo u otro remiten al código del absurdo y pasajes de un erotismo tan brutal que lindan con la pornografía; todo ello aderezado con disquisiciones, que transitan de lo lírico a lo filosófico sin ningún pesar, acerca del arte y el sexo, los celos, las relaciones profesionales, el asesinato como una de las bellas artes y todo lo humano y lo divino, incluyendo “la inmortalidad del cangrejo”, según el propio autor. A primera vista parecería que, en una supuesta novela negra, semejante mezcla, al igual que la lingüística y las matemáticas, como diría Ionesco, deben conducir siempre a lo peor; sin embargo, Montes Huidobro se las ha arreglado, gracias a su pericia como prestidigitador literario, para componer una obra que esconde al lector mucho más de lo que muestra. Los ingleses aseguran que el paquete es la mitad del regalo, y en este caso el atractivo paquete que supone la anécdota criminal oculta el regalo de un insólito rastreo por las veleidades del alma humana. Cuando uno termina de leer el libro está consciente de que se ha entretenido, de que la ha pasado muy bien, pero al mismo tiempo empieza a dudar si debe reiniciar la lectura de inmediato, y con mucho más atención, para descubrir de qué trata realmente esta narración que podría ser, como asegura uno de sus personajes, un rompecabezas al que le falta la pieza clave, a pesar de que si lograras encontrarla vas a darte cuenta enseguida que resulta en lo absoluto prescindible. Desde la misma portada, donde aparece como un reclamo publicitario el subtítulo Un film noir, se hace presente el interés del autor por dejar pistas falsas, pretendiendo hacer pasar por una película lo que debería ser un libro.

Si el subtítulo citado antes se acepta como uno de las vías para desentrañar cada escondrijo de esta novela, resulta obvio que Un bronceado hawaiano es ante todo un homenaje en tono de parodia —alguien dijo que toda parodia es en el fondo un homenaje— al cine negro norteamericano, y de paso a la literatura que le dio origen. Montes Huidobro se refiere con frecuencia casi maníaca a actrices, actores y directores de las películas más notables de este género, o sub género, o como quiera llamársele, así como a los autores de las novelas en que muchas de ellas se inspiraron; es más, sin temor alguno remite al lector en sus dos personajes femeninos protagónicos (Doris y Janet) a patrones de la femineidad que establecieron dos grandes estrellas de la pantalla (Lana Turner y Katherine Hepburn, respectivamente), e incluso crea un detective chino al que llama Chan, igual que el célebre Míster Chan del cine, llegando al colmo de hacerlo decir en determinado momento que es necesario tener “paciencia, muuuchaaa pacienciiiaaa…”, frase que hizo popular el personaje radial Chan Li Po creado por Félix B. Caignet, el mismo autor de El derecho de nacer, la madre de todas las telenovelas. Haciendo uso una vez más del juego de las muchas identidades, el autor no se conforma con la copia sino que se esmera también en dejar constancia de la copia de la copia.

Esta suerte de calistenia lúdica, que por lo general tiene carácter de humorada, de simple broma, a ratos se trasmuta en consideraciones de mayor peso, sacando a flote por ejemplo las miserias humanas de un estrato social que podría aparentar estar bien lejos de tal estigma: el mundillo intelectual académico en USA. La “locación” —para usar un término cinematográfico— de la novela se sitúa, además, en Hawái, una especie de paraíso terrenal, paisaje que no resulta precisamente el más apropiado, al menos desde el punto de vista literario más ortodoxo, para contar la historia de un asesinato. De principio a fin de la novela, Matías Montes Huidobro hace uso de encontronazos semejantes, lo cual le otorga a la narración un aire muy particular, una respiración como de pez vuelto al agua después de librarse del anzuelo que lo mantenía en el aire a punto de ahogarse.

Creo que uno de los aspectos más llamativos de la novela es el Narrador, así con mayúscula, como si fuera, y de hecho creo que lo es, otro personaje del libro, tal vez el único realmente protagónico, pues en última instancia es el que se ocupa en definitiva de hacer avanzar la acción. Transitado de una exposición más o menos convencional en tercera persona del singular hasta una insólita primera persona del plural, Matías Montes Huidobro cuenta esta imbricada historia desde muy diversos puntos de vista, apelando a veces al observador objetivo, otras al narrador omnisciente que todo lo sabe e incluso llegando al extremo de dialogar con el lector para confesarle que no tiene la menor idea de lo que le pasa por la cabeza a sus personajes. Una vez más el juego de mientras más parezco enseñar es que de verdad más escondo.

Un bronceado hawaiano es, como la pintura inútil, repetitiva y alucinada de Bob Harrison, su personaje clave, un libro que puede compararse con una cebolla de múltiples y disímiles capas, a las que es necesario ir penetrando hasta encontrar su desolador meollo. También, como señalé al inicio, es un libro que resulta muy agradable de leer, tal vez porque está repleto de sorpresas. A mí, en particular, me llegó la mayor de las sorpresas casi al final de la lectura, cuando se hace el minucioso inventario de la biblioteca de Chan, y me enteré, sin el menor asomo de duda, que entre una edición príncipe de Los miserables y las novelas de Agatha Christie y Mike Hammer, estaba una novela negra firmada por mí y que es probable que alguna vez haya escrito y a lo mejor hasta que fuera publicada, aunque de lo que sí creo estar seguro, no lo sé a ciencia cierta, es que jamás ganó ningún premio literario.

La presentación de Un bronceado hawaiano de Matías Montes Huidobro en Miami, tendrá lugar en la Feria Internacional del Libro el día 18 de noviembre (domingo) a las cuatro de la tarde (building 8), dentro del marco de un panel sobre “la novela negra”, donde también participarán Rodolfo Pérez Valero e Ignacio Cárdenas Acuña

Editorial Betania celebra aniversario 25 de su fundación

Tuesday, November 13, 2012

(Santiago de Cuba) Daños en la Iglesia de San Francisco ocasionados por el huracán Sandy

Texto y fotos por P. Valentín Sanz



1- El presbiterio, como se puede ver (restaurado hace 9 años) no tuvo daño alguno. La capilla del Santísimo Sacramento tampoco tuvo serios problemas, pero lo "milagroso" -se puede decir- fue que la imagen de la Virgen de la Caridad que con motivo del Jubileo Mariano tenemos en este lugar (fuera de su altar) QUEDÓ EN SU PUESTO, siendo una imagen ligera como es ("de vestir") que debía haberse caído por la fuerza del viento que entró (véanse el ventilador y otras cosas en el suelo).

2- Parte del muro que da para el callejón de Capdevila, derrumbado por el huracán, con lo que el patio queda a merced de los elementos (de la naturaleza humana). Hemos tenido que recoger todas las tejas diseminadas por el patio para evitar que la gente se las lleve.

Ya hemos comenzado a reconstruir el muro, poniendo 2 columnas de sostén repartidas para darle consistencia.



3- Así quedó el órgano. Es (era) un órgano alemán de 1923. Encima tenía una fila de tubos que cayeron abajo. Hace unos años se había restaurado parcialmente con un proyecto de la República Checa ($7,500 USD). 

Vinieron dos técnicos y estuvieron 15 días trabajando intensamente. Al final, uno de ellos, también organista excelente dio un concierto para
re-estrenarlo.

4- Dos fotos de los techos de casa y templo. En la del techo de la casa, ya se ve alrededor de la cuarta parte reparado (las tejas puestas de nuevo en su lugar), aunque ha quedado una parte sin cubrir por la cantidad de tejas rotas (provisionalmente se han puesto unas de zinc). Abajo queda el cielo-raso destruido y muchas de las cosas -muebles, etc. - que se mojaron con la lluvia (sobre todo del domingo antes pasado).

La del techo es una "panorámica" hecha en la computadora (a base de tres fotos tomadas desde el campanario). Este es un techo -tejas de zinc recubiertas de un plástico- que se puso "provisionalmente" hace como 12 años en esta parte del templo (el presbiterio, que no se ve aquí, porque está detrás, caído completamente 2 años antes de eso, restaurado hace ya unos 9 años -todo de cedro y tejas "criollas"- no sufrió casi nada). La reparación es más complicada, por la altura y porque faltan también tablas -debajo de las tejas- que se perdieron al ser arrancadas junto con las tejas, sobre todo en las naves laterales que estaban en bastante buen estado. Debajo de este techo, en la nave central hay como un "falso techo" que se conserva bastante bien.

5- Así quedó la mitad de la puerta central, de un tamaño y peso enorme (Las tres puertas del frente se abrieron por la fuerza del viento, pero el mismo día pude arreglarlas para poder cerrarlas), desprendida con su marco. De hecho, esta puerta central nunca se abría y estaba clavada o clausurada. Lo interesante es que la forma como cayó al suelo: el viento la empujo verticalmente, caminando unos seis o siete metros y luego cayó hacia el frente, es decir, la parte más cercana a la puerta ES LA PARTE DE ARRIBA, en lugar de caer tal como estaba. Se ha puesto un "parabán" para impedir el paso. La puerta de la casa o convento también fue tirada por el viento.

Todavía no se ha podido arreglar, aunque hemos puesto la misma puerta, tejas de zinc y otros objetos para impedir el acceso.

Monday, November 12, 2012

Fragmento de la novela "La sangre del tequila" (por Félix Luis Viera)

Nota del blog:  Los lunes de este mes de noviembre Félix Luis Viera estará publicando cuatro nuevos fragmentos de  "La sangre del tequila", novela en proceso de creación. En el mes de agosto Viera presentó, en este mismo espacio, cuatro fragmentos correspondientes al plano Verónica.  

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Solo tres veces en la vida Lucía Luévano, la nieta, la mujer policía, intentaría el amor, o el sexo, o ambas cosas a la vez (nadie sabe); las tres, sería un perfume — el Perfume—lo que la llevaría abrirse en primera instancia de pecho, y de piernas en segunda. 

Pero debemos suponer, en este caso, que el Primer Perfume no se olvida: el de El Sombras, que, debemos suponer también, debió ser una colonia barata. Fue el olor que trajo El Sombras una de aquellas tardes en que ayudó al Abuelo a carretillar con la venta, lo que hizo que Lucía Luévano, la Niña, se abriera de pecho; entonces vio ella en El Sombras —que tenía 34 años de edad, 18 más que ella, que tenía 16—, al hombre perfumado, al Hombre. 

Tampoco debemos reprocharle al Abuelo que no supiese que cuando la sangre Jala, hay que darle cuerda, no jalar en contra; si bien el jalón lo haya sentido, lo esté padeciendo —víctima es— alguien, la Niña, tan ofensiva como podría ser un colibrí, herido. Injustos seríamos si le reprocháramos al Abuelo desconocer que nadie es —ni aquella Niña, Lucía Luévano— con las personas que ama, como en realidad es; que ignorara que a quienes se ama se les oculta el lado del cobre, el frágil, el propenso al derrumbe. Y eso hizo Lucía Luévano.

Fue la Madre quien, con la cabeza gacha, le dijo al Abuelo que la Niña estaba embarazada, de El Sombras. Y más, que padecía esa extrañeza: esa comezón, ese olor en su bizcochito, seguramente contagiado a la Niña desde los fondos de El Sombras, le había asegurado el médico. Y más: El Sombras había desaparecido, no lo hallaban ni en las cuevas.

Unos meses después arribó a la colonia Gran Norte, desde el hospital materno, Rafita, el hijo de Lucía Luévano que unos años más tarde la Madre se llevaría al Parque en la noche, para que yo pudiera estar a solas con la Hija.

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En mi última conversación con mi amiga farmacéutica Mercedes Giménez allí, en una de las bancas de aquel parque habanero cercano a la Manzana de Gómez, ella, quien ya he dicho antes, me demostrara que una mujer —sobre todo una mujer ya de alta edad, y sensata, sin duda—podría ser la gran amiga de un varón; ella, digo, con el pudor que la caracterizaba y que seguramente en esos momentos estaría pugnando contra su intención didáctica, contra su afán de hacer el bien mediante la materia que quizás dominaba mejor que la farmacología: la mujer como receptora de la acción sexual, trató conmigo en extenso los pormenores, en este caso, de la mujer como receptora del sexo oral.

A partir de aquella suerte de conferencia que Mercedes me impartiera esa tarde que, como decía, tristemente fue la última en que nos vimos, pude comprender perfectamente, o casi perfectamente, lo que podría sentir una mujer al recibir el sexo oral. Deduje que las mujeres, según lo dicho por mi amiga, en el momento clímax de esta recepción sentían algo así como un fibrilar que, cual espiral invertida, horadaba hasta llegarles aun a la boca mientras percibían un espasmo en los pezones —más aún las de pezones sensibles—y precisamente allí, en la boca, soportaban una especie de puño de agua que de inmediato se desintegraba—era un aviso—para dar paso al orgasmo clitoral. 

Con su hablar suave, siempre reflexivo —nunca la vi apasionarse en ningún momento de nuestras conversaciones, ni siquiera cuando, en mi opinión, lo dicho exigiera indiscutiblemente el énfasis—, no diría yo que me informó a la micra, sino que me demostró por medio, sobre todo, de su gran capacidad para ejemplificar gracias a una metafórica sencilla y rotunda, la adicción de la que podría ser víctima una mujer cuando el sexo oral le era suministrado con la adecuada maestría, la cual debía incluir todas las fases de cocción lenta y rápida, así como la debida personalización y temporización de cada territorio —labios de la vulva, interior de esta y clítoris—sin olvidar que la utilización de la lengua, tanto del extremo, el frente y el dorso de ella, solo es válida con la justeza que cada fase exige; con la justeza que cada fase exige, y no otra, enfatizaría yo a partir de lo explicado minuciosamente por la amiga farmacéutica. Un detalle en el que ella hizo hincapié en esta charla fue la succión; la succión resultaba, según sus palabras, un recurso que era preciso utilizar con total precisión y justa tasa. La succión del clítoris, de los labios exteriores e interiores, del túnel vaginal todo, sería, tal vez, el equivalente al estoque en el toreo: constituía una inconsecuencia utilizarla antes o después de entrar a matar. Con la diferencia de que en el toreo se entra a matar solamente una vez, y en el sexo oral de hombre para mujer, varias.

No pocos consejos y prospectivas me había dado la farmacéutica en los suficientes años de amistad que tuvimos, desde que nos conocimos e intimamos ipso facto aquel mediodía en que fui a su farmacia a comprar unos condones, pero, precisamente al llegar mi turno en la cola, se terminaron. “Se te ve en la transparencia de tu mirada, hijo, que andas en busca de los condones por amor, no por desfachatez”. Me dijo luego de indicarme con un gesto que la esperara en una esquina del mostrador, para venderme luego, en clandestino, el paquete de condones cuando ya la farmacia estuvo libre de la chusma colera y compradora. Desde entonces fuimos amigos y casi de inmediato pasamos al tema que, lo comprobé enseguida, la obsesionaba como a mí: el sexo, o más bien dicho La Mujer y el Sexo. (Pues resulta que eso que suelen llamar las almas gemelas, a veces, en esta vida, solo a veces, se encuentran.)

Todas las recomendaciones y avisos que me hizo llegar Mercedes durante nuestra perdurable amistad, funcionaron en excelencia. Lo cual me hizo salir indemne en infinidad de situaciones escabrosas con sus cimas y simas en cuanto a mujeres se refiere, algo tan propio de un hombre como yo: errátil, veleidoso, inconsistente en fin en este asunto. Con ella —ya ven, más que con un amigo, un amigo hombre digo— me tecnifiqué en el sexo; antes me regía sobre todo por los instintos.

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Félix Luis Viera (Santa Clara, Cuba, 1945). Poeta, cuentista y novelista. Ha publicado los poemarios: Una melodía sin ton ni son bajo la lluvia (Premio David de Poesía de la Uneac*, 1976, Ediciones Unión, Cuba), Prefiero los que cantan (1988, Ediciones Unión, Cuba), Cada día muero 24 horas (1990, Editorial Letras Cubanas), Y me han dolido los cuchillos (1991, Editorial Capiro, Cuba), Poemas de amor y de olvido (1994, Editorial Capiro, Cuba) y La patria es una naranja (Ediciones Iduna, Miami, EE UU, 2010, Ediciones Il Flogio, Italia, 2011); los libros de cuento: Las llamas en el cielo (1983, Ediciones Unión, Cuba), En el nombre del hijo (Premio de la Crítica 1983. Editorial Letras Cubanas. Reedición 1986) y Precio del amor (1990, Editorial Letras Cubanas); las novelas Con tu vestido blanco (Premio Nacional de Novela de la UNEAC 1987 y Premio de la Crítica 1988. Ediciones Unión, Cuba), Serás comunista, pero te quiero (1995, Ediciones Unión, Cuba), Un ciervo herido (Editorial Plaza Mayor, Puerto Rico, 2002, Editorial L´ Ancora del Mediterraneo, Italia, 2005), la noveleta Inglaterra Hernández (Ediciones Universidad Veracruzana, 1997. Reediciones 2003 y 2005) y El corazón del Rey (2010, Editorial Lagares, México). Su libro de cuentos Las llamas en el cielo es considerado un clásico de la literatura de su país. Sus creaciones han sido traducidas a diversos idiomas y forman parte de antologías publicadas en Cuba y en el extranjero. En su país natal recibió varias distinciones por su labor en favor de la cultura. Fue director de la revista Signos, de proyección internacional y dedicada a las tradiciones de la cultura. En México, donde reside desde 1995, ha colaborado en distintos periódicos con artículos de crítica literaria, de contenido cultural en general y de opinión social y política. Asimismo, ha impartido talleres literarios y conferencias, y se ha desempeñado como asesor de variadas publicaciones.

(Miami) Carlos Pintado en la Feria del Libro

ver website de la Feria del Libro de Miami

Saturday, November 10, 2012

(Miami) Calendario de la Semana Alternativa de Literatura


Oikos

 
 
Sección Oikos, con fotos de Juan Carlos Agüero. Dedicada a mostrar la
wildlife del Sur de la Florida, es el espacio green (cada semana) del blog
Gaspar, El Lugareño. Las fotos de Juan Carlos en el website Anhinga Wildlife

de la Cuba de hoy ...



(Redacción de Hablemos Press) La Habana, 9 de Noviembre.- Varios disidentes fueron detenidos el jueves, entre ellos la bloguera Yoani Sánchez, el escritor Ángel Santiesteban, el fotógrafo Claudio Fuentes, Eugenio Leal y los activistas Arabel Villafuente, José Díaz Silva, Mario Alberto Hernández y otros, que protestaban frente a la Unidad policial de Acosta en el municipio 10 de octubre de La Habana, por el arresto arbitrario de Antonio Rodiles, quien se encontraba en esta unidad.

Estas imágenes fueron tomadas por el foto reportero de Hablemos Press, Gerardo Younel, antes de abandonar el lugar.

Ángel Moya Acosta, Librado Linares García, Eduardo Díaz Fleitas, Félix Navarro, Iván Hernández Carrillo, Julio Aleaga Pesant y Guillermo Fariña Hernández, también resultaron detenidos en este mismo lugar.

En el video se puede ver a los agentes de la Seguridad del Estado golpeando a Yoani y a Ángel Santiesteban

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más información en Cubanet, Diario de Cuba, Cubaencuentro, Noticias Martí ...
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Gaspar, El Lugareño Headline Animator

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