Nota del blog: Cada lunes, en Gaspar, El Lugareño, Félix
Luis Viera publica un poema de su libro "La Patria es una Naranja"
(Ediciones Iduna, Miami, EE UU, 2010, Ediciones Il Flogio, Italia,
2011). Cada texto está acompañado de su traducción al italiano
realizada por Gordiano Lupi.
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En ese edificio que parece una mancha de churre en tercera dimensión, inserta
en otra mancha igual, pero más vasta.
En ese edificio lóbrego de la colonia Doctores, lóbrego
como un cementerio abandonado, como esos cementerios, digo,
en donde ya no entierran a nadie,
vive un amigo.
¿Quién habrá construido este edificio –adonde ahora voy entrando–
hace ya tanto, cuando la brisa de la Ciudad estaba apta
para que las azucenas no sintieran pavor?
Cuántas fiestas, cuántos días de paz, de fe, de porvenir (algo, que ya lo sabemos, no existe) habrán sido derrochados en sus apartamentos
que hoy se parecen a las tumbas de los cementerios abandonados.
Si las ratas pensaran, sufrirían por vivir en este sitio.
Ya ellas, las ratas, ni me miran cuando llego, o quizás algunas –sí, me he dado cuenta–
me miran como se mira a las ratas.
Subo por las escaleras de baldosas desconchadas, cubiertas
de una pátina negra irreversible.
Toco con los nudillos en la puerta del amigo
(podría decir que toco el timbre, para embellecer al poema, pero
donde alguna vez hubo un timbre, hay ahora algo así como el ojo
de una calavera).
Entro,
me doy la mano
con el muerto, aun
sonreímos al saludarnos con la sonrisa de dos muertos.
Somos dos muertos en este cementerio abandonado.
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In un edificio che pare una macchia di sporco in tre dimensioni,
inserita
in un’altra macchia uguale, ma più ampia.
In un edificio lugubre della colonia Doctores, lugubre
come un cimitero abbandonato, come certi cimiteri, dico,
dove ormai non sotterrano nessuno,
vive un amico.
Chi avrà costruito questo edificio - dove adesso sto entrando -
un po’ di tempo fa, quando la brezza della Città era idonea
perché i gigli non provassero timore?
Quante feste, quanti giorni di pace, di fede, di futuro (qualcosa,
che ormai lo sappiamo, non esiste) saranno stati sprecati
nei suoi appartamenti
che oggi ricordano le tombe dei cimiteri abbandonati?
Se i topi pensassero, soffrirebbero per dover vivere in questo
[posto.
Adesso loro, i topi, non mi guardano quando arrivo, o forse alcuni
- sì, me ne sono reso conto -
mi guardano come si guardano i topi.
Salgo per le scale di piastrelle scalcinate, coperte
di una patina nera indelebilee.
Busso con le nocche alla porta dell’amico
(potrei dire che suono il campanello, per abbellire la poesia, ma
dove un tempo c’era un campanello, adesso c’è qualcosa di simile
all’occhio di un teschio).
Entro,
stringo la mano
al morto, adesso
sorridiamo, salutandoci con il sorriso di due morti.
Siamo due morti in questo cimitero abbandonato.
(Traducción de Gordiano Lupi)
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Félix Luis Viera (Santa Clara, Cuba, 1945). Poeta, cuentista y novelista. Ha publicado los poemarios: Una melodía sin ton ni son bajo la lluvia (Premio David de Poesía de la Uneac*, 1976, Ediciones Unión, Cuba), Prefiero los que cantan (1988, Ediciones Unión, Cuba), Cada día muero 24 horas (1990, Editorial Letras Cubanas), Y me han dolido los cuchillos (1991, Editorial Capiro, Cuba), Poemas de amor y de olvido (1994, Editorial Capiro, Cuba) y La patria es una naranja (Ediciones Iduna, Miami, EE UU, 2010, Ediciones Il Flogio, Italia, 2011); los libros de cuento: Las llamas en el cielo (1983, Ediciones Unión, Cuba), En el nombre del hijo (Premio de la Crítica 1983. Editorial Letras Cubanas. Reedición 1986) y Precio del amor (1990, Editorial Letras Cubanas); las novelas Con tu vestido blanco (Premio Nacional de Novela de la UNEAC 1987 y Premio de la Crítica 1988. Ediciones Unión, Cuba), Serás comunista, pero te quiero (1995, Ediciones Unión, Cuba), Un ciervo herido (Editorial Plaza Mayor, Puerto Rico, 2002, Editorial L´ Ancora del Mediterraneo, Italia, 2005), la noveleta Inglaterra Hernández (Ediciones Universidad Veracruzana, 1997. Reediciones 2003 y 2005) y El corazón del Rey (2010, Editorial Lagares, México). Su libro de cuentos Las llamas en el cielo
es considerado un clásico de la literatura
de su país. Sus creaciones han sido
traducidas a diversos idiomas y forman parte de
antologías publicadas en Cuba y en el extranjero. En
su país natal recibió varias distinciones por
su labor en favor de la cultura. Fue director de
la revista Signos, de proyección internacional y
dedicada a las tradiciones de la cultura. En
México, donde reside desde 1995, ha colaborado en
distintos periódicos con artículos de crítica
literaria, de contenido cultural en general y de
opinión social y política. Asimismo, ha impartido
talleres literarios y conferencias, y se ha
desempeñado como asesor de variadas publicaciones.