Tuesday, August 14, 2018

Crónica: Ulises y su Itaca fotográfica (por Waldo González López)


D’abord, ante todo, me confieso fan del expresionismo (1905-1910), primero de los movimientos [ismos] que, durante los inicios del siglo pasado, abarcaría las artes (en particular, el cine), la música y las letras, cautivando en consecuencia la creación de los primeros años del siglo XX, cuando los artistas y escritores ignoraban que pocos años después acontecería la primera conflagración que daría al traste con el orden europeo y, más allá, internacional hasta la fecha.


Como el dadaísmo y el surrealismo, el expresionismo fue una corriente comprometida con la sociedad de aquel momento, distinta a la de la centuria decimonónica, y no menos en lo estético. En consecuencia, los exponentes del nuevo arte se enfrentarían a la realidad con la que estaban en desacuerdo, tal acontecería poco después con los siguientes movimientos vanguardistas apuntados, los expresionistas se opondrían al empleo de formas y espacios tradicionales, luchando por buscar un distinto y distante acercamiento con la realidad que se diferenciaba de la del siglo anterior.

Bien, pero el ciberlector se preguntará: ¿A qué viene este apunte sobre la conocida corriente cenital que tuvo grandes adeptos como Wassily Kandinsky y Paul Klee? Pues la causa, de algún modo, la sugiero en el título de mi crónica.

El  Clímax de Ulises Regueiro


El fotógrafo cubano Ulises Regueiro inauguraría, ¡por fin!, el pasado viernes su primera expo cuyo título, como sus fotos, ya denotan su cariz expresionista: Clímax, lo que de algún modo él explicara, según lo reseña en la nota de la muestra, mi colegamigo Luis de la Paz:
Mi ojo intenta retratar a la gente por dentro, me interesa que la cámara capte el sentimiento de una expresión, algo que me gusta llamar la semilla de la esencia, porque lo que siempre vemos es la cáscara, yo busco la semilla. Mis fotos son un viaje profundo al interior del objetivo.
Note el ciberlector las dos palabras que subrayo en negrita: expresión y esencia: tales conceptos/atributos/manifestaciones definen su arte fotográfico, tal comprobé cuando, atónito, visioné, pocos años atrás, al conocerlo y descubrir asombrado sus esenciales y expresivas imágenes nietzscheanas, cuyos predilectos objetivos «humanos, demasiado humanos» (casi invariablemente: actrices y actores de teatro, aunque en ocasiones son como él poetas y escritores) los enfrenta con los deslumbrados veedores que asisten al mágico acto de visionaje, obligándolos a penetrar el misterio de tales rostros y el porqué de sus goces o sufrimientos.


Y he aquí otros rasgos definitorios de sus fotos en blanco y negro, y nunca en «color que es una distracción», tal aseveró la noche del viernes. De ahí que Ulises siempre capte, en primer plano, los rostros, sus rasgos y peculiaridades, como instándonos a mirar aun más hondo, en fin, y desentrañar esos semblantes: el por qué ríen o sufren, disfrutan sus goces o gritan su padecer; exigiéndonos que nos digan, por fin, qué angeles los iluminan o qué demonios los acosan, en este apócrifo/freudiano viaje introspectivo a su alter ego, a su yo más íntimo y secreto.

Los Bergmanianos rostros de Ulises


Pienso que, por su definitoria impronta, Ingmar Bergman —uno de los clásicos realizadores de cine, entre mis preferidos del excelente cuarteto integrado por los italianos Federico Fellini y Luchino Visconti, el español Luis Buñuel y, por supuesto, el asimismo brillante director escénico Ingmar Bergman— debe influir, alguna manera, en el imaginario uliseano, tal constato en sus veintitantos rostros que, desde el pasado viernes, se exponen (y asombran al espectador, por su expresionismo) en la Galería y, a un tiempo sala teatral Artefactus, ubicada en 12302 SW, 133rd CT. Miami, Fl. 33186.


Entre las casi imágenes de actrices caribeñas, figuran en su mayoría las cubanas, en puestas donde corroboran su calidad. De tal suerte, se distinguen, entre otras, la notable intérprete y profesora de actuación Teresa María Rojas: «Señoras» (2013), como las destacadas Susana Pérez: «Tengamos el sexo en paz» (2014), Daisy Fontao y Roxana Montenegro: «El príncipe y el mar» (2014), Belkis Proenza «Las cenizas de Yasmina» y «Mañana es una palabra» (ambas de 2117), Ana Lidia Méndez: «Francisca y Clotilde» (2102), María Arencibia Anderson: «Conversación en tiempo de bolero» (2014), Mabel Leyva: «Perras o diosas» (2012) y Jessica Mesa: «Carne» (2016), así como la relevante actriz mexicana Lourdes (Lulú) Ávila: «Teresa Panza» (2014).

Confesiones


Para definir/perfilar aun más la expresión de los rostros, y otorgarle al máximo la alegría o la gravedad buscadas, el también actor y poeta reveló —durante la entrevista realizada por el dramaturgo y narrador Jorge Carrigan en la inauguración de la muestra— que suele eliminar los elementos accesorios de su objetivo: la escenografía que rodea al intérprete en la escena, con el fin de reflejar mejor la sique de los actores que están «en situación», pues son ellos quienes entregan con mayor hondura y realismo las sicologías de sus personajes, incluso mejor que otras personas con diversos oficios al ser fotografiadas, pues los genuinos intérpretes, como sabemos, incorporan con verismo y calidad los caracteres de sus criaturas.

Ademas, Ulises escoge el momento idóneo: la catarsis actoral, cuando la intensidad de los intérpretes mueve y conmueve a los espectadores y al propio artista, a quien su praxis dual de actor y fotógrafo le permite profundizar más que otros colegas del lente que no poseen esta doble cualidad, adquirida durante años.


Amistosamente obligado por Carrigan, debió dejar su habitual modestia y responder las preguntas de los asistentes, todos amigos y admiradores, y revelar aspectos de su experiencia actoral iniciada en la adolescencia: a los 13 años se «estrenó» con imitaciones de artistas y, poco después, ya integraba el primer grupo de guiñol de su natal Pinar del Río, para más tarde pasar al colectivo La Edad de Oro y, ya en 1965, formar parte del Grupo Dramático provincial, en cuyos salones de ensayo habitara: tal era su pasion por la actuación.

Durante su estancia en este grupo, tiene de colega a la actriz Miriam Bermúdez, quien asistió a la muestra, evidenciando su cariño al colega con un abrazo, durante la entrevista de Carrigan y el conversatorio/intercambio entre artista y público, constatacion del afecto y reconocimiento hacia este hombre, «en el buen sentido de la palabra, bueno», para decirlo con un clásico verso del sencillo y grande Antonio Machado.

Y justo sobre sus artes preferidas: la interpretación y la fotografia, confesaría a su entrevistador: «Cuando veo por el ojo de la cámara a los actores destacándose y convenciendo por su calidad, los admiro, me compenetro con ellos y me emocionan hasta las lágrimas».

Otra pregunta impactaría al fraternal auditorio que, atento, esperaba su breve respuesta sotto voce, tal excusándose por estar en el escenario de la acogedora Artefactus ante tantos amigos, colegas y admiradores: al preguntarle Carrigan quiénes habían sido sus guías en la fotografía, la respuesta llegaría sin dilación: Mario (Mayito) García Joya e Iván Cañas, a la que añadiría: «con las fotografía, alcanzo la misma pasión que con la actuación».


Ya casi al final, exhortado por varios colegas poetas a que publicara sus valiosos versos, reapareció el alter ego aguafiestas del ultrasencillo Ulises, quien enfatizó no creer tan valiosos los suyos para imprimirlos, a pesar de antes haber reafirmado su vocación poética: «Siempre he necesitado expresarme con la poesía».

Sin duda, fue un distintivo regalo de sus amigos —organizado y entregado por el dramaturgo, director y escritor Eddy Díaz Souza— el de Artefactus a este Ulises siempre en pos de su particular Ítaca en hermosas imágenes.

La muestra se mantiene abierta hasta el 30 de septiembre, en 12302 SW, 133rd CT. Miami, Fl. 33186.





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Waldo González López (Las Tunas, Cuba, 1946) Poeta, ensayista crítico teatral y literario, periodista cultural. Graduado en la Escuela Nacional de Teatro (ENAT) y Licenciado en Literatura Hispanoamericana (Universidad de La Habana). Autor de 20 poemarios, 6 libros de ensayo y crítica literaria, varias antologías de poesía y teatro. Desde su arribo a Miami (2011), ha sido ponente y jurado en eventos teatrales y literarios internacionales. Merecedor de 3er. Premio de Poesía en el X Concurso “Lincoln-Martí” 2012. Colaborador de las webs: teatroenmiami.com (Miami) y Encuentro de la Cultura Cubana (España), Boletín de la Academia Norteamericana de la Lengua Española (New York), y los blogs OtroLunes (Alemania), Palabra Abierta (California), Gaspar. El Lugareño, y el diario digital El Correo de Cuba (ambos en Miami).

Mons. Wilfredo Pino: ¡Se salvarán de la muerte muchos inocentes!


9 de agosto de 2018



S.E. Mons. Pedro M. Laxague
Obispo de Zárate-Campana
Presidente de la Comisión Episcopal
para el Apostolado de los Laicos y Pastoral Familiar
Argentina



Querido hermano:

Muy temprano en la mañana de hoy, jueves 9 de agosto, conocimos la grata noticia de que el Senado de su país, luego de un largo debate, no aprobó la ley del aborto libre.

Queremos expresarles por estas líneas nuestra felicitación y nuestra cercanía por tal acontecimiento.

¡Ha ganado la vida! ¡Se salvarán de la muerte muchos inocentes!

Nos corresponderá a todos ayudar a las madres solteras, solas o sin recursos.

¡Ellas tendrán que seguir sintiendo la cercanía y el apoyo de todos!

Como bien ustedes han expresado en estos días: ¡Tenemos que salvar las dos vidas!

Rezamos para que Dios acompañe a todas las familias argentinas.

Cuenten con la seguridad de nuestras oraciones.


Mons. Wilfredo Pino Estévez
Arzobispo de Camagüey
Presidente de la Comisión Nacional de Pastoral familiar

(Website de la C.OCC)

Monday, August 13, 2018

(Miami) Festival Internacional de la Escena LGBTQ , 2018


La Casa del TÉatro, en colaboración con Artefactus Cultural Project, bajo el patrocino de Miami Cultural Affair, presenta el 4to Festival Internacional de la Escena LGBTQ - FIE LGBTQ, Miami 2018, del 17 de agosto al 30 de septiembre. Este festival es una iniciativa de La casa del TÉatro, bajo la dirección de Belkis Proenza.


La 4ta edición del FIE LGBTQ 2018, traerá a la escena de Miami nueve importantes producciones teatrales y por primera vez, un evento de artes plásticas como parte de la noche inaugural, con 31 artistas locales, (cortesía de la galería “El Bunker”) con la condución de Nitsy Grau y Leopoldo Morales, además de la presentación de la Revista "Caribe" (Revista de Cultura y Literatura) en esta ocasión presenta un dossier dedicado al teatro LGBTQ. Charla con Amaury Gutiérrez y Wilfredo Ramos Vázquez.


El Festival, de carácter competitivo, es un espacio para adentrarse al universo LGBTQ; una vitrina en la que se muestran sus aportes, sus luchas y conquistas; un escenario para compartir la creación artística y educar sobre los temas inherentes de esta comunidad, a través del arte y la literatura.

El jurado en esta ocasión estará compuesto por el director de cine Juan Carlos Cremata Malberti, el periodista Luis de la Paz, el director de teatro Leopoldo Morales, la escritora Dotty Vásquez Montero y la actriz Abigail Pereira, líder mundial de la comunidad LGBTQ. Juntos tendrán la responsabilidad de seleccionar los premiados en las categorías: Mejor actuación femenina y masculina, y mejor puesta en escena.

El 4to Festival Internacional de la Escena LGBTQ, Miami 2018 será formalmente inaugurado la noche del Viernes, 17 de agosto, a las 8:00 p.m., en la sala Artefactus. Los organizadores contarán con la presencia de patrocinadores, agrupaciones participantes, miembros del jurado, medios de prensa, artistas y público en general. El cierre y premiación del festival ha sido pautado para el domingo 30 de septiembre, a las 7:30 p.m.

El 4to Festival Internacional de la Escena LGBTQ - FIE LGBTQ, Miami 2018 se llevará a cabo en la sala Artefactus, ubicada en el 12302 SW 133rd CT., Miami FL. 33186. Las funciones están programadas los Viernes y Sábados 8:30 pm y domingos, 3:00 y 6:30 p.m. Entrada general: $20.00

Para información y reservaciones: (786) 286-4400 / (786) 704-5715.



Manic Monday (by The Bangles)


Sunday, August 12, 2018

Una noche de encuentro con parte de la historia danzaria mexicana (por Wilfredo A. Ramos Vázquez)


Dentro de la actividades a que convoca esta XXIII edición del Festival Internacional de Ballet de Miami, se realizó el viernes 10 de Agosto, en la sede del Miami Hispanic Cultural Arts Center la presentación del libro “Victoria Ellis, bailarina cósmica”, texto de la autoría de Patricia Aulestia y Michell Snow. La actividad tuvo como presentador al conocido crítico de danza cubano Orlando Taquechel, el cual asumió la entrevista a Patricia Aulestia, quien como ya es habitual nos visita para participar en el evento danzario miamense.

Este texto dedicado a mostrarnos la vida de la bailarina norteamericana Victoria Ellis, quien hiciera carrera en México, hace un recorrido a través de su vida, desde su infancia en New York, su larga y fructífera estancia en el país azteca, hasta su fallecimiento en un convento en la ciudad de Tijuana, California, en el 2006, a los 98 años. La Ellis por quien corría tanto sangre inglesa por parte de madre como de negros esclavos, por parte de padre (algo que siempre trataron de mantener oculto en la familia), comenzó sus estudios de ballet en su ciudad de nacimiento, los cuales debido a problemas financieros familiares tuvo que abandonar, obligados a viajar hacia México en busca de restaurar un millonario negocio establecido por su padre y que se viniera abajo ante los hechos de la revolución mexicana. De como retomó sus clases de ballet en la que sería la famosa academia de Miss Carroll, (norteamericana también), como inició sus primeras apariciones en los diversos escenarios (centros fabriles, clubs nocturnos, cines, teatros), hasta como llega a ser una indespensable figura de los escenarios y el cine azteca de la época, trata este importante libro. Sin duda este texto posee un valor agregado al de ser una detallada biografía, el de convertirse en un fiel retrato de una época en donde el país se debatía por reafirmar su identidad, de ahí , su doble valor documental.

Para la realización de este hermoso texto, los autores contaron con la suerte de poder recolectar información de primera mano ofrecida por la propia Ellis, así como la detallada colección de fotos, recortes de prensa y notas pertenecientes a la biografiada, un lujo para todo investigador que se adentre en su trabajo, hecho que les permitió una reconstrucción de época, momentos y situaciones de gran veracidad y exactitud, pudiendo permitirse la excelente recreación de datos que se ofrecen.

Hay que dar las gracias, sin duda, al riguroso trabajo que viene realizando el Centro Nacional de Investigación, Documentación e Información de la Danza, CENIDI Danza “José Limón” en México desde su fundación, en la rigurosa recolección de información sobre el amplio quehacer danzario del país, y obviamente, reconocer la labor que ha desarrollado Patricia Aulestia, ecuatoriana de nacimiento, pero mexicana por derecho propio, al haber vivido por más de cuatro décadas en esas tierras y haber desarrollado una amplia carrera dentro del mundo danzario mexicano como promotora, autora de libros, siendo también coordinadora y directora de la Compañía Nacional de Danza del Instituto Nacional de Bellas Artes, investigadora titular y fundadora del CENIDI, así como Presidenta de Honor del Comité Nacional e Internacional de Danza del ITI-UNESCO, Miembro del Consejo de Fomento y Desarrollo Cultural de la Ciudad de México y extendiendo su trabajo fuera de sus fronteras como asesora del Festival Internacional de Ballet de Miami, así como coordinando la creación de Centros de Documentación e Investigación de la Danza en todo las naciones del continente.

Textos como este, que ahora nos llega a las manos, son extremadamente necesarios en el ámbito danzario, no solo para mantener vivo el recuerdo de un pasado, sino para documentar a las nuevas generaciones de los antecedentes de un arte, que como toda manifestación escénica, es efímera, permitiéndoles conocer el origen y evolución del difícil y arduo camino escogido: el arte del movimiento.

Damos gracias a los organizadores del Festival, es especial a su nuevo director Eriberto Jimenez, por la posibilidad de encuentros como estos, de poder continuar con labor de Pedro Pablo Peña en la promoción y creación de un entorno que viva y disfrute la danza en todos sus estilos, porque un pueblo que no ama la danza, no vive.




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Del autor en el blog

Un requiem por la danza (por Wilfredo A. Ramos)
“El Cuarto de al lado...”, un teatro de verdad (Wilfredo A. Ramos Vázquez)

Friday, August 10, 2018

XXIII Festival Internacional de Ballet de Miami 2018 (por Baltasar Santiago Martín)


El XXIII Festival Internacional de Ballet de Miami 2018, considerado el más importante de los Estados Unidos, comenzó el sábado 28 de julio, con el develado del cartel del festival, creado por el artista cubano Javier Dubrocq, y la presentación de la estatuilla, creada por el artista mexicano Davis Camorlinga, del Premio “Una vida por la danza”, que este año estará dedicado al fundador del festival, el maestro Pedro Pablo Peña, recientemente fallecido; así como la inauguración de la exposición “Bailando entre lienzos”, del propio Javier Dubrocq.

El Festival incluye una variedad de actividades relacionadas con el magno evento en varios lugares del condado Miami-Dade, con la participación de varias de las mejores compañías de ballet del mundo, tanto clásicas como modernas y contemporáneas, de Europa, Sudamérica, México y los Estados Unidos, representadas por sus estrellas.

De hecho, ya tuvo lugar la Gala de las Estrellas del Futuro (Programa I), celebrada el sábado 4 de agosto en el Teatro Lehman del Campus Norte del Miami Dade College, que como ya es tradición presenta a jóvenes bailarines que han sido ganadores de medallas en competencias nacionales e internacionales (la tarde previa, hubo una función gratuita para los estudiantes del Miami Dade College).


El programa dancístico profesional comenzará con la Gala Contemporánea (The Contemporary Performance), un programa de danza vanguardista, con la actuación de compañías invitadas de danza moderna y contemporánea, tanto nacionales como internacionales; una mezcla excitante y ecléctica de estilos de baile, con 5 grupos diferentes de Italia, México y los Estados Unidos: Lyric Dance Company (Italia), Compañía Cuerpo Etéreo (México), Arts Ballet Theatre of Florida (con el estreno mundial del dueto “La posesión”, del ballet en progreso Vértigo), el Cuban Classical Ballet of Miami y Grace Arts Florida; gala que tendrá dos funciones: la primera (Programa II), en el Teatro Manuel Artime, el sábado 3 de agosto, a las 8:00 p.m., y la segunda (Programa III), el domingo 12 de agosto, a las 5:00 p.m., en el Teatro Amaturo, de Fort Lauderdale.

A su vez, la Gran Gala Clásica de las Estrellas (Etoiles Classical Grand Gala Performance, Program IV) –en la que se presentará el Premio “Una vida por la danza”, dedicado este año al inovidable maestro Pedro Pablo Peña–, se realizará el sábado 18 de agosto, a las 8:00 p.m., en el Teatro Jackie Gleason, del Fillmore de Miami Beach; mientras que en la Gran Gala de Clausura (Programa V), a celebrarse en el Miami Dade County Auditorium, el domingo 19 de Agosto, a las 5:00 p.m., se hará entrega del Premio “Crítica y Cultura del Ballet” a la renombrada revista especializada Dance Magazine, que será recibido por Jennifer Stahl, su jefa editorial.
Las compañías de ballet participantes en esta XXIII Eedición del festival son:

Vienna State Opera Ballet (Austria)
Compañía Colombiana de Ballet (Colombia)
Ballet Nacional Dominicano (República Dominicana)
Birmingham Royal Ballet (Inglaterra)
Ballet del Teatro di San Carlo (Italia)
Compañía Nacional de Danza (México)
Ballet Manila (Filipinas)
Ballet Nacional Sodre (Uruguay)
Arts Ballet Theatre of Florida (USA)
Cuban Classical Ballet of Miami (USA)
Dimensions Dance Theatre of Miami (USA)
Miami City Ballet (USA)
Milwaukee Ballet (USA)
Washington Ballet (USA)


Dentro de las actividades colaterales del Festival, siempre tiene un lugar muy especial la presentación de revistas y libros relacionados con la danza, cuyos autores son presentados y entrevistados por el reconocido crítico Orlando Taquechel:

I- En colaboración con la Fundación Apogeo, presentación de la edición de julio/agosto de la revista CARITATE, dedicada al Festival, evento que tuvo su espacio en el Centro Cultural Hispano para las Artes (Miami Hispanic Cultural Arts Center), el viernes 3 de agosto, a las 8:00 p.m.

II- El libro Victoria Ellis, ballerina cósmica, escrito por Patricia Aulestia y Michell Snow, también en el Centro Cultural Hispano para las Artes (Miami Hispanic Cultural Arts Center), el viernes 10 de agosto, a las 8:00 p.m.

III- Danza en Miami, de la autoría del reconocido crítico Orlando Taquechel, quien será entrevistado por Roger Salas, el muy prestigioso crítico de danza del periódico El País, de España, el viernes 17 de agosto, a las 8:00 p.m., en el Centro Cultural Hispano para las Artes (Miami Hispanic Cultural Arts Center).

También, como ya es costumbre, en el Festival se lleva a cabo la proyección de filmes relacionados con el ballet y la danza en general, en colaboración con la Cinemathèque de la Danse de París y la Dance Film Association, de New York:

I- Restless Creature, un documental sobre la vida y la brillante carrera de la Prima Ballerina Wendy Whelen, del New York City Ballet, dirigido por Linda Saffire y Adam Schlesinger.

II- An Extraordinary Journey, documental sobre la brillante carrera de Fernando Bujones, quien fuera bailarín principal del American Ballet Theatre; y luego, hasta su fallecimiento, Director artístico del Ballet de Orlando; film dirigido por Israel Rodríguez.

Programa I: Julio 30 y 31 / 11:00 a.m. (sin costo para estudiantes). Miami Dade College North Campus

Program II: Agosto 3 / 8:00 p.m. (abierto al público sin costo)
Venue: Miami Hispanic Cultural Arts Center

Program III: Agosto 4 / 5:00 p.m. & Agosto 5 / 4:00 p.m. (abierto al público sin costo). Miami Beach Cinematheque.


Por un instante (un poema de Thelma Delgado)

Nota: Cada viernes un poema de Thelma Delgado. Puedes leer sus textos en el blog, en este enlace.



Por un instante

Apareciste en mi firmamento sin esperarte.

Cruzaste por la noche de mi vida como una estrella fugaz
Llenándola con un resplandor fantástico de luces radiantes
Y acaso por un instante me hiciste olvidar mi oscuridad.
Tus soles miraron mi luna y se hizo un eclipse breve, pero inolvidable.
Rociando polvo de estrellas sobre mí me hiciste caer en un
Encantamiento que me hizo ser tuya, solo tuya, toda tuya, solo por un instante.

Y después desapareciste en la lejanía.

Hoy mi cielo vuelve a su oscuridad habitual.
Contemplo las estrellas en la quietud de mi noche;
A veces cierro mis ojos para revivir aquel mágico momento
Un instante a la vez.



Wednesday, August 8, 2018

El puente de la Zambrana en los tiempos del tranvía (por Carlos A. Peón Casas)


La instantánea tiene su propia sustancia. El fotógrafo anónimo no sólo buscó un ángulo lo suficientemente favorable para que su retratado luciera todas sus costuras, sino que nos legó un minuto ya inexistente en la memoria citadina, y casi una remembranza que muy pocos pueden atestiguar: el paso de los añosos tranvías por las calles de la ciudad.

La foto de marras que data presumiblemente de los finales de los años cuarenta o comienzos de los cincuenta, un poco antes que dejaran definitivamente de circular aquellos ancestrales tranvías nuestros que recorrían la cuadrícula citadina de norte a sur y de este a oeste, como el presagio de un metro que jamás conocimos, y del que los ómnibus dieron su propia cuenta con su irrupción definitiva en 1952.

Los que fueron sus usuarios en los recorridos clásicos ya citados: uno desde la Plaza de Méndez a la de la Caridad, y el otro desde la Plaza del Cristo hasta la barriada de la Zambrana; recuerdan los asientos de pajilla, los troles que se conectaban a las líneas eléctricas, y que era preciso desconectar cuando había tormentas, y los conductores siempre solícitos con el pasaje.

La imagen que hoy recreamos, nos muestra a uno de aquellos típicos coches de la Camaguey Electric Company, en su recorrido de regreso desde la Zambrana, línea que fuera abierta según nos acota Allen Morrison, en 1921.

El puente por su parte, reconformado después en una estructura monolítica de hormigón, como hoy lo conocemos, muestra una sección metálica que unía ambos bordes y por donde discurrían las líneas paralelas que aseguraban el paso del tranvía en una u otra dirección. 

Un grupo de chiquillos, en el extremo izquierdo del fotograma, miran curiosos al río Hatibonico, de proverbial mansa y nada cristalina corriente, atisbando quizás alguna hoy inexistente biajaca, a las que han depredado las temibles clarias actuales.

Una foto sin dudas singular de aquel Camagüey que para muchos sólo pervive en alguna añosa imagen captada al vuelo allá y hace definitivamente, mucho tiempo.

El cuarto de al lado, donde el vibrador es el pretexto (por Baltasar Santiago Martín)



El domingo 5 de agosto de 2018, fresco aún el buen sabor de boca que me dejó En ningún lugar del mundo, la obra de teatro de Abel González Melo, dirigida por Mario Ernesto Sánchez, asistí al Miami Dade County Auditorium para ver El cuarto de al lado o una historia sobre el vibrador, original de Sarah Ruhl, con la mano maestra de Larry Villanueva en la dirección, para ARCA Images.

Confieso que fui un poco predispuesto a verla debido al tema “tan poco serio” –más bien “relajiento”, pensé–, y que cuando concluyó el primer acto, todavía seguía algo perplejo, pero, según fue desarrollándose el segundo, la pieza me empezó a cautivar. 


Primero, por lo bien construidos –y dirigidos– que están todos los personajes –cada quien dentro de su clase social y de su conflicto personal–, y porque entendí que el vibrador es solo el pretexto para abordar temas mucho más relevantes y profundos, que, aunque la obra se desarrolla a finales del siglo XIX, todavía siguen siendo asignaturas pendientes para muchas parejas y personas desparejadas, como por ejemplo, la autosatisfacción sexual – el onanismo– y la dicotomía amor/sexo.

En cuanto a la obra en sí, “gugulié” a la autora para entender mejor sus circunstancias personales y las motivaciones que la llevaron a llevar al teatro un tema tan poco convencional y “atrevido”, y encontré lo siguiente:
En esos escasos minutos de silencio en los que su hija de tres años y sus mellizos recién nacidos dormían la siesta, Sarah Ruhl escribió En el cuarto de al lado (In the Next Room, or the vibrator play), la pieza que fue nominada al Pulitzer, primero, y al Tony luego, como la mejor obra de 2010. Ruhl se inspiró en el libro La tecnología del orgasmo, sobre la observación que llevó a cabo un físico en el siglo XIX, quien aseguraba que tres cuartos de las mujeres que trataba podían curarse a través de la utilización del vibrador. Luego comenzó una extensa investigación y el resultado fue esta comedia que está recorriendo el mundo.
Especulo que Sarah, abrumada por su labor de madre de tres niños pequeños, tenía su vida sexual totalmente descuidada, tanto por ella misma como por su pareja, lo que la debe haber llevado a un autoanálisis, extensivo también a todas esas mujeres que, como ella, son madres y esposas a jornada completa, sin tiempo para el sexo, aunque su pareja las ame (sí, tal y como hay sexo sin amor, desgraciadamente también existe el amor sin sexo, por el estrés y el desgaste de la líbido por la costumbre y la vida rutinaria cotidiana).

Sigo con Google:
Ambientada en Connecticut, a finales del siglo XIX (1880), En el cuarto de al lado está anclada en una sociedad víctima de una gran represión, pero también en un momento de inmensos cambios, en los que la ciencia se arrodilla ante Thomas Alva Edison, el inventor de la electricidad (la corriente directa, para ser exactos, porque la alterna la inventó Nicolás Tesla). A partir de esta tecnología revolucionaria, la vida de sus contemporáneos cambió de modo radical. El vibrador fue inventado entonces, no como modo de lograr el placer femenino, sino como un dispositivo eficaz para tratar la histeria en las mujeres. Freud y sus teorías sacudían la medicina y nuevas palabras comenzaban a pronunciarse en la sociedad.

Un médico británico llamado Joseph Mortimer Granville, cansado de masajear a sus pacientes manualmente, patentó en 1870 el primer vibrador electro-mecánico con forma fálica. Su invento, aunque poco higiénico y de un tamaño evidentemente desproporcionado, fue todo un éxito ya que lograba “aliviar” a sus pacientes “enfermas” en menos de diez minutos. (fin del “guguleo”).
Como es de mal gusto contar el argumento de una obra todavia en cartelera, pasaré a comentar solamente la puesta de Arca Images, bajo la producción general de Alexa Kuve, y la rigurosa y muy cuidada dirección de Larry Villanueva.

Lo primero que salta a la vista es la exquisita escenografía y vestuario de Jorge Noa y Pedro Balmaseda (que cuando en Hollywood se enteren de su existencia, los perderemos para el teatro miamense); luego, mientras la obra transcurre sin aburrirnos, el diseño de luces del experimentado Carlos Repilado (no olvidemos que la luz eléctrica es casi un personaje de la obra), y los temas operáticos que conforman la bien escogida banda sonora, para acentuar algunos momentos claves de determinados personajes.

Y ya en el terreno de las actuaciones, comenzaré por la “Annie” de Ana Sobero, porque la de ella es un muy buen ejemplo de que no hay papeles pequeños cuando la actriz y el actor son grandes.

Ana logra tal apropiación del personaje, que hasta con sus silencios comunica el drama que vive debido a la seducción –correspondida, por cierto– de que es objeto (¿por parte de quién?: ¡vayan a ver la obra!). Precisa, sobria y segura, la “Annie” de Anna Sobero sigue impresa en mi retina tres días después de haber visto la obra.

Juan David Ferrer –“nuestro Liam Neeson cubano y miamense”– es otro excelente ejemplo de que no hay papel pequeño cuando hay talento de sobra. Como el señor Daldry, Juan David da una clase magistral de actuación pese a lo secundario de su papel, pues tal parece que una máquina del tiempo lo transportó al Connecticut de 1880, por su empaque, su aparente contención “victoriana”, y su intempestivo beso a… (¡a comprar el boleto!).

A su vez, Yani Martín, en la misma zaga de Anna y de Juan David, hace un personaje completamente diferente de los que le hemos visto anteriormente. Su “nodriza Elizabeth” marca distancia todo el tiempo de los señores de la casa, presa de las diferencias de clase imperantes en la época, y su tristeza y sequedad son las adecuadas para una madre que ha visto morir a su pequeño. Su parlamento sobre lo que piensa mientras amamanta a la niña fue a mi juicio uno de los momentos más emotivos de la pieza.

El “Leo” de Héctor Medina, además de ser un espectáculo sumamente agradable a la vista (¡qué tipo más bello, coño!), fue una bocanada de aire fresco en la enrarecida atmósfera de la consulta. Artista al fin, su personaje reivindica al hombre sensible, deprimido por la pérdida de un amor, que también puede experimentar otra variante de su sexualidad sin dejar de sentirse atraído por una mujer. Héctor lo bordó, lo atrapó, y lo poseyó.

Reina Ivis Canosa, como la señora Daldry –esa mujer histérica por excelencia para la que se inventó el vibrador–, transitó de un modo muy convincente del retraimiento y la sicosis, a la euforia y al atrevimiento; una evolución que tuvo su clímax en el autodescubrimiento de su atracción por… (la obra se repone cuatro días más; ver la cartelera teatral).

Como habrán podido darse cuenta, he ido de atrás para alante: de los personajes secundarios a los protagónicos.

La actriz Jennifer Rodríguez, como la señora Givings, tuvo bajo su piel al personaje que considero el alter ego de la autora de la obra, por su reciente maternidad y la imposibilidad de amamantar a su hija, que la hacen una especie de neurótica parlanchina e insatisfecha, que Jennifer interpretó con suma credibilidad (no me consta que Sarah tuviera que contratar a una nodriza, aunque los mellizos sí la deben haber vuelto loca).


Y por último, le tocó al multifacético actor Ariel Texidó encarnar al doctor Givings, “ese médico con ínfulas de científico loco que idea un armatoste eléctrico parecido al torno de un dentista, cuya extremidad vibratoria es aplicada en la entrepierna de sus pacientes para tratarlas contra un mal de la época: la histeria”; un personaje totalmente opuesto a la personalidad de Ariel, de ahí el gran reto de actuarlo, pues debe ser frío, distante y poco cariñoso; más bien distraído y ajeno a las necesidades afectivas y sexuales de su esposa. Y es que Catherine, su esposa, padece los mismos síntomas que sus pacientes, y él no lo ve o prefiere no verlo.

Ariel, no obstante, lo humaniza, y a mi modo de ver, lo universaliza y lo hace creíble hasta para nuestra época, en que tanto estrés y el ritmo vertiginoso de la vida atentan contra la necesaria comunicación y satisfacción de los amantes.

Alta comedia, bien actuada y mejor dirigida, arropada además por una escenografía, vestuario e iluminación de lujo, esta puesta miamense de En el cuarto de al lado no cae en la vulgaridad ni en el facilismo, sino que, ligera y profunda a la vez, enfoca sus reflectores sobre la vida conyugal y el placer sexual, que ahora, como antaño, hace mucha falta “para vivir” (si pensaron en la hermosa y genial canción de Pablo Milanés, yo también).


Hialeah, 7 de agosto de 2018


(Miami) Muestra fotográfica: Clímax, de Ulises Regueiro


Viernes, 10 de agosto a las 8. 00 p.m.

ARTEFACTUS Cultural Project
12302 SW 133rd Ct
Miami, FL 33186

(Miami) Manuel Sosa presenta "Última Instancia"


El viernes 10 de Agosto a las 7 30 p.m.,  Manuel Sosa presenta Última Instancia, antología de  sus poemas, en la librería Altamira (219 Miracle Mile, Coral Gables)

El evento contará con la participación del poeta y ensayista Manuel Vázquez Portal, actualmente en la ciudad de Miami, y de Santiago Méndez Alpízar, coordinador y editor de la Colección Atocha de Literatura Hispanoamericana.

Tuesday, August 7, 2018

“El Cuarto de al lado...”, un teatro de verdad (Wilfredo A. Ramos Vázquez)


En los últimos tiempos la escena de Miami disfruta de una variada e interesante propuesta teatral, que demuestra el interés y empeño de los creadores en poder mostrar al público su capacidad creativa. El escenario del Miami Dade County Auditorium ha sido testigo de este afán, con el estreno de “El Cuarto de al lado o una historia sobre el vibrador”, de la autora norteamericana Sarah Ruhl, actualmente profesora de la Escuela de Drama de Yale. Esta obra fue nominada en el 2010 al renombrado Premio Pulitzer y a tres Premios Tony, habiendo sido representada a través de todo el país, así como en escenarios de diversas partes del mundo.

Larry Villanueva, conocido como uno de los talentosos directores de esta ciudad, es el encargado de llevar a escena y darle vida a los personajes de esta obra, que nos traerá un tema desconocido por muchos: de como un “artefacto” (el vibrador), creado como un dispositivo clínico para calmar los estados de histeria femenina, se convierte en un elemento de placer, al provocar el orgasmo, algo que durante mucho tiempo fue tema tabú y desconocido para la mujer, estando dirigido el acto sexual solo a la procreación por parte de las damas, pero si al disfrute por parte de los caballeros. Claro, que dicho “tratamiento” es posible gracias al descubrimiento de la electricidad, el cual revolucionaría sin duda la vida del hombre en su momento. Así las cosas, el texto dramático nos va llevando por el mundo de las insatisfacciones femeninas, los problemas que conlleva la maternidad, como la lactancia y el fallecimiento de los hijos, pero también los celos y la infidelidad, así como con la obsesión científica.

Villanueva se nos ha mostrado como un artífice en el delicado e importante trabajo de la dirección de actores, algo que hemos podido constatar a través de sus numerosas y frecuentes puestas en escena, en las cuales disfrutamos de esa detallada labor que se refleja en el desenvolvimiento de los actores sobre las tablas. Detrás de un buen desempeño actoral siempre estará la mano precisa de aquel director que cuida de una inflexión de la voz, de un gesto de una mano, de un rictus de los labios, de una mirada, de una pose, de un movimiento, de un silencio, y este es sin duda ese director. Esta labor, a pesar de su importancia, no es muy abundante entre muchos directores de escena lamentablemente.

El elenco de “El Cuarto de al Lado”, está formado por un grupo de talentosos actores, unos con más caminos recorridos que otros, pero todos con excelentes resultados en sus trayectorias.

La única actriz no cubana del elenco, la mexicana Anna Sobero, encarna a Annie, la ayudante del doctor en las “terapias relajantes” con la sobriedad idónea que reclama su personaje, el cual no resulta menor al ser portadora de un difícil tema a tratar en ese mundo del siglo XIX: la insatisfacción femenina, producto de las inclinaciones lésbicas. Un muy buen trabajo de voz y de contención escénica en la muestra de sus emociones, lo que repercute en una creíble representación de su personaje.

Yani Martín, en su rol de Elizabeth, la nodriza, crea un personaje encerrado en el dolor de la perdida de un hijo recién nacido, sobria, callada, “felizmente casada”, madre de otros dos hijos y complacida en su vida matrimonial según da a entender en un breve dialogo con la Sra. Givings y la Sra. Daldry. La actriz posee una buena dicción y un buen entrenamiento corporal que le permite darle vida a este personaje escueto en gestos y reacciones escénicas, pero debe cuidar del exceso de energía en ciertos parlamentos que necesitan más de la contención y el control de las emociones. Esto, aunque no demerita en lo absoluto su trabajo, sin duda redundaría en un acabado más completo de su trabajo escénico. Como complemento, podemos decir que la belleza y placidez de su rostro nos entrega una imagen de “santa madonna” muy efectiva para su personaje.

Juan David Ferrer, un reconocido actor en su ya larga trayectoria en televisión y teatro, se enfrenta a un Sr. Daldry con todas las armas que sabe desplegar en su trabajo actoral. Actor de amplios recursos técnicos-expresivos, conocedor de las posibilidades de su cuerpo entrenado, poseedor de una efectiva dicción y de un inteligente conocimiento a la hora de construir sus personajes, el actor nos regala una vez más un personaje creíble, que se mueve entre la naturalidad y lo farsesco, dándole la medida exacta a cada timbre del mismo. Ver cada trabajo de este actor es un disfrute, no importa el peso que pueda o no tener en la puesta en escena.

En el personaje del Dr. Givings, el científico inventor del “aparato” destinado a curar la supuesta histeria femenina, el actor Ariel Texidó, también conocido en el mundo televisivo y teatral de la ciudad, nos ofrece un personaje sumido en su mundo de descubrimientos de tratamientos médicos, casado, padre de familia, pero que en su afán de aprovechar el descubrimiento de ese milagro que es la corriente eléctrica, desatiende afectívamente a su joven esposa, la cual le reclamará constantemente ante la incomprensión del atareado galeno. El actor construye su personaje con eficacia, con la responsabilidad que le exige el rol central de la obra, ofreciendo un personaje algo ingenuo, centrado mas en sus inventos y tratamientos, que en su relación afectiva conyugal, cayendo él mismo en las trampas de las consecuencias producidas por las tales enfermedades o desequilibrios que trata de curar. Texidó es un actor conocedor de su oficio, creíble en escena, de fácil movimiento y gestos apropiados, con una voz redonda, con buena dicción y proyección, pero que debe cuidar un poco más la construcción de sus personajes para que estos no se parezcan un tanto unos a los otros. Considero que el actor debe de alejarse algo de su ya bien aprendida manera de encarar sus personajes, para dejar de ser él , el actor, y poder entrar más en la piel de los seres humanos que interpreta. No obstante, su personaje es creíble y convincente, pues base sólida posee.

Para el rol de la Sra. Givings, el director escogió a la joven actriz Jennifer Rodríguez, quien posee una corta pero destacada carrera sobre los escenarios. Su personaje, en contraparte al de su marido, el doctor-científico, es extrovertido, curioso, con el trauma de no poseer la leche en sus pechos adecuada para amamantar a su hijo recién nacido, que ejemplifica a la esposa que considera vivir en un feliz matrimonio, pero que se va dando cuenta de lo insatisfecha que está dentro del mismo, llegando a descubrir otras pasiones llevada por la curiosidad de lo que ocurre con los pacientes de su marido en “el cuarto de al lado”. Este personaje es portador de tres temas importantes dentro de la obra: la maternidad, la insatisfacción y la infidelidad, mucha responsabilidad actoral, y es aquí en donde el personaje queda flojo, pues aunque la joven actriz trata de encontrar los mecanismos precisos para enfrentar los diferentes estados de ánimo, no lo logra y vemos un personaje todo el tiempo demasiado infantil, con poca personalidad de mujer joven que ha formado un hogar. Su trabajo no nos resulta consistente en ningún momento, sonando falso y poco creíble. Sobre que cuerda se construyó el mismo? Otro problema que lastró su trabajo en la función que presenciamos fue el tropiezo recurrente con el texto...nervios? Quizás! A pesar de estas situaciones, su trabajo fue disfrutable, aunque considero que no era la actriz adecuada para el personaje.

Otro joven actor en este proyecto es Héctor Medina, el cual asume la responsabilidad de ser el artista atormentado por un amor perdido, que acude a la consulta del doctor en busca de ayuda ante su presente crisis existencial (algo que no queda claro en el texto es como llega a la consulta de este galeno que a todas luces trata mayoritariamente a mujeres). Este actor nos entrega un trabajo orgánico de principio a fin, con un decir fluido y con excelente proyección de voz. Su joven artista enamorado es convincente, proyecta cierta ingenuidad que al unísono va cargada también de certeza en lo que cree, ofreciéndonos un personaje entero y que es muy bien muy bien recibido. Sin duda uno de los mejores trabajos de la puesta.

...y por fin llegamos a Reina Ivis Canosa, actriz de larga trayectoria en la tablas, la cual da vida al personaje de la Sra. Daldry, quien es la encargada de mostrar los resultados del misterioso “tratamiento experimental” del obsesionado galeno. La actriz asume su trabajo con gran seguridad, excelente dicción, gestualidad elocuente y adecuada, sobre todo jugando con un tema que en otras manos hubiera podido resultar soez, pero que en su concepción la actriz nos entrega con la gracia exacta. Su personalidad en la escena es todo el tiempo abrumadora, llegando incluso en las escenas que se realizan al unísono, a acaparar la atención en detrimento de la otra escena. Sin duda alguna que estamos frente a una excelente actriz con un arsenal técnico impresionante que la hacen merecedora de nuestro aplauso.

No podemos terminar sin hacer un aparte muy especial para hablar de la producción de esta puesta a cargo de ARCA Images y felicitar a Alexa Kuve, su presidenta, por el majestuoso trabajo realizado. Pocas veces los escenarios de Miami, pueden presumir de una escenografía y vestuarios de tan alta calidad, lo que convierte a esta obra en un espectáculo “redondo”, en un trabajo en donde se encuentran todos los componentes del Gran Teatro, al nivel de las mejores agrupaciones teatrales del mundo. Claro, que esto es posible gracias al gran gusto de dos talentosos artistas que se han destacado en esta ciudad por sus diversos trabajos para las tablas: Pedro Balmaseda y Jorge Noa, dos artífices en la creación de ambientes y vestuarios, para ellos nuestras felicitaciones.....pero, muchas veces hay un pero, a pesar de lo anteriormente expresado, nos parece que debido a que el espacio escénico se encuentra muy cerca del público, la escenografía se traga en algo el movimiento de los actores. Son detalles que hay que cuidar en el escenario.

Finalmente, deseo felicitar a todos los involucrados en esta representación de “El Cuarto de al Lado o una historia sobre el vibrador” y en especial a su director Larry Villanueva, por entregarnos esta obra de gran comedia de salón, que mantiene el encanto de una época en el trabajo actoral, cuidando los detalles de la misma para ofrecer un producto artístico de alta calidad, como merece la escena de una ciudad que lucha desesperadamente por elevar el nivel de su teatro al de otros centros mundiales del mismo.


Óleo de Mujer sin Sombrero (un poema de Nuvia Estévez)

Nota: Cada martes un poema de Nuvia Estévez. Puedes leer sus textos en el blog, en este enlace.


Óleo de Mujer sin Sombrero


Aquí estoy    con el sombrero
tendido     vendo mis ojos
los cambio por sueños rojos
por la piedra     por un fiero
crepitar     al pordiosero
le regalo la pestaña
dormida     vendo la huraña
nariz que flota en la reja
de otra faz    cambio la ceja
que bordó una musa extraña

Señores     vendo mi boca
paguen caro por la lengua
-esa serpiente que mengua
que se esparce y se disloca-
Vendo mis uñas     la roca
de mi cálido pezón
la rodilla y el muñón
profundo como un ombligo
Vendo mi piel -ese abrigo
que azotara mi armazón-

Vendo mi sexo rapado
como pájaro proscrito
Vendo sus plumas     su grito
lo vendo crucificado
Y aquí solo    amortajado
agoniza fantasmal
huérfano de luz y sal
de encrucijadas con precio
El corazón     hombre necio
que no aprende de metal.



———————————————
Nuvia Estévez nació en Puerto Padre, Cuba, 1971. Ha publicado, entre otros, los poemarios “Últimas piedras contra María Magdalena”, “Penancolía”, “Maniquí desnudo entre Escombros”, “Misterio de Clepsidras” y “Las muñecas, las putas, las estatuas”. Su obra aparece en varias antologías y en estudios sobre poesía cubana. Actualmente reside en el Sur de La Florida.

Crónica: Una increíble pero cierta noche: La de Tomás "Tommy" Rodríguez (por Waldo González López)


Sin duda, muy exitosa fue la apertura, el pasado viernes, 3 de ade la expo increíble por insólita, pero tan cierta como que, desde entonces, se puede visionar: la «Tommy's Catalogue Raisonne», muestra del multiartista cubano Tomás ‘Tommy’ Rodríguez, quien, además de plástico (pintor, dibujante, escultor…), es músico, escritor, guionista radial…

Con las tres salas llenas de telas, cuadros, piezas y esculturas, la repleta Galería no daba abasto con tantos colegas, amigos e invitados, que fueron a compartir la noche con el querido y talentoso artista, por lo que este fraterno encuentro resultó un genuino jubileo.

De tal suerte, los asistentes festejamos su exuberante creación con el artista, quien —tal un Da Vinci tropical— combina, sugiere, transforma y reinterpreta, provocando el máximo disfrute con su vastísima impronta que revisa y revive, con sus trazos increíbles, pero ciertos, en torno al arte universal de distintas y distantes etapas, como épocas nada épicas que nos retrotraen décadas o siglos atrás, o nos lanzan premonitoriamente al futuro por el goce visual, imaginativo y estético causado en el público con su múltiple arte expresivo, genérico, de total riqueza, virtud, capacidad y magia de su entrega que muestra y demuestra sus creaciones algunas de las que, desde el pasado viernes, ocupan la nada chica Art Emporium Gallery.

Como la Alice in Wonderland, Tommy se introduce en un tiempo, sin tiempo: épocas, estilos y tendencias, deleitándose y deleitándonos con sus particulares versiones y personales visiones del arte a través de los movimientos artísticos, de tal suerte que traza, con pluma, plumilla y pinceles, figuras elaboradas por artistas de diversas escuelas pictóricas, como, entre otras, clasicismo, naïf, simbolismo, impresionismo, op, pop…, ofreciendo una suerte de antihagiografía del vasto mundo que hoy ya no es tan ajeno por los seres nada santos que este innato creador imagina y redibuja armado de su inimaginable imaginario, poseído por el demonio de la creación davinciana.

No lo dude: visite y disfrute la expo «Tommy's Catalogue Raisonne», que concluirá a finales de agosto. Le aseguro que me agradecerá mi sugerencia. Si ama el genuino arte, no lo piense ni un momento, y asista cualquier noche, desde las 8 de la noche, a Art Emporium Gallery, que se ubica en el corazón de La Pequeña Habana: 710 SW, 13 Ave., e/e las calles 7 y 8, Miami 33135.


Para conocer más al multicreador cubano: Monólogo de "Tommy"



Bueno, Waldo, ya que me lo pides, te hablaré un poco de mí. ¿Que cómo soy? Mira, desde siempre, fui, soy y seré enemigo del cigarro y las drogas. Tengo el hábito —bueno o malo, me da igual— de tomarme uno o dos traguitos de wiski diarios, mientras pinto. A veces, son dos o tres, pero muy raramente me paso de mi “dosis”, pues soy un bebedor que no soporta a los borrachos.

¿Qué pienso de la libertad y el comunismo? Mi mente es muy liberal. Creo que cada uno debe hacer lo que le guste. No soporto las limitaciones que algunos quieren imponer, mientras practican lo que prohíben. Soy un anticomunista convencido, odio el racismo y los abusos.

¿El sexo? Ah, mira, el 90% de mis pensamientos son sexuales. Mi primera experiencia sexual fue cuando tenía cuatro años, en el campo, con una vecinita y una mujer de 22 me violó cuando yo solo tenía 7.

¿Cantantes y grupos preferidos? Soy un confeso fanático de Elvis Presley y los Beatles. Siempre digo, que si le hubiera consagrado a la medicina, el tiempo que les he dedicado a ellos, a su música y a sus letras, me habría graduado hace mucho tiempo de médico o de físico nuclear. Tanto amo a los Beatles, que, aunque siempre fui enemigo de los tatuajes, me hice uno en el hombro izquierdo: ‘The Beatles Forever’ y pienso hacerme otro que solo diga Elvis.

¿Lo que más disfruto y odio en la vida? Disfruto conocer países y nuevos restaurantes. Soy un adorador extremo de los animales. Al propio tiempo, creo que a mi edad: 71 años, no odio, pero si evito al ser humano, pues estoy convencido que la maldad, la envidia y otros defectos, son parte de la mayoría de la gente. Por eso, tengo pocos, pero muy buenos amigos. Me dijeron que no debía hablar de política, pero no puedo evitarlo. Yo soy muy claro en eso y en todo: no me gusta mentir.

¿Que cómo y cuándo surge mi interés por la pintura y la escultura? Bien, comencé a pintar y a esculpir, en la escuela pública # 82 de la calle Estrada Palma, en la barriada de Santos Suárez, en La Habana. Tenía una libreta de hojas sin rayas y la llenaba de algo que siempre me encanto mucho: las negras africanas y las máscaras. Con tizas, hacía rostros y les ponía unos pelos de cuanto alambre me encontraba. En la casa, mi papá que era el mejor carpintero, no tenía las herramientas ideales para tallar madera, pero él me fabricaba diferentes cuchillas y llegué a hacer muchas caras y cuerpos, con maderas duras. Allá era muy fácil conseguir dagame, ébano, baria y otras. Un día vi en la revista Correo de la Unesco, unas tallas de estilo Maconde: nudos en los que la madera pasaba dando vueltas, dentro de ella misma, y eso fue lo más difícil, pero era lo que más me gustaba hacer. Tallé 60 rostros para la casa Bacardí y, en la Catedral de La Habana, tenía los sábados mi espacio para vender mis tallas. Siempre digo con orgullo que ese tiempo fue cuando más dinero ganaba. Fue una etapa mágica. Desde entonces, nunca dejé de pintar y tallar mientras estaba en el teatro. Después en Nuevo Vedado, ya trabajando en el ICAIC, volví a la pintura. En ese tiempo, pinté murales: originales míos y de Amelia Peláez, Portocarrero y otros. Empecé a trabajar como rotulista y pintor en el departamento de publicidad del ICAIC, con diseñadores tan buenos como René Azcuy, Ñico, Muñoz Bach, Luis Vega, Antonio Reboiro y otros. También me llamaron para trabajar en dos películas: El Desertor, del Manuel Pérez y Maluala, de Sergio Giral, quien, por cierto, reside en Miami.

¿Amores, acontecimientos importantes en mi vida…? A los 20, me casé por primera vez. Luego, en 1980, volví a casarme, esta vez con una ciudadana americana, y en septiembre 28 de ese año, salí de Cuba a EE.UU. Primero viví en Puerto Rico hasta 1982, cuando vine a Miami, donde vivo desde entonces. Aquí trabajé en la compañía de carteles A1A, hasta que pude hacerlo solo.

En el 2007, sufrí un stroke, que me paralizó el lado derecho. En el hospital, una enfermera me preguntó qué yo hacía y cuando le respondí que pintar, me dijo que ya no podría hacerlo más, pues tenía la mano derecha incapacitada, pero, tambien me dijo: “Bueno, empieza a pintar con la izquierda”. Me trajo una cartulina y unos lápices de colores. Le pinté un cuadro que a ella y a mí nos gustó mucho. Se lo regalé, pero conservo una copia. Desde ese día, claro, no puedo tocar tumbadora ni drums, ni tallar madera, pero sigo pintando como siempre. Muchos amigos me dicen que me alegre del strock, porque ahora, segun ellos, pinto mejor.


¿Mi estilo? Déjame pensar… Creo que no tengo o quizás no quiero tener estilo. Yo siempre he pintado, con los materiales que tenga en ese momento. Óleo, acuarela, fango, sangre, remolacha, acrílico, bolígrafo, lápiz, marcador, en fin, con lo que tenga a mano. A veces estoy pintando un patio andaluz y, de momento, veo un búcaro que me llama la atención, y el patio se tiene que poner en la cola, por ahora, pues el búcaro es lo primero. Después veo un rostro, y el búcaro se pone también en la cola, y así hasta que al poco tiempo, veo el patio andaluz sin terminar y lo concluyo. Con esa locura en mi mente, he pintado siempre, amigo Waldo. No tengo horario. Muchas veces empiezo a pintar a las 3:00 am, pero al rato descubro que tengo mucha hambre o sed, y descubro que son las 2 o las 3 de la tarde, pues el tiempo pasa tan rápido, que no lo siento.

¿Televisión, teatro? Mi hermana menor tenía de novio al actor David Fernández, quien interpretaba un personaje llamado Jackie el Pecoso y, en el teatro Las Máscaras, estaban haciendo un casting para la obra La vida con papá. Hice la prueba y para suerte mía, me escogieron. En la obra, mis padres eran Antonia Rey y Osvaldo Calvo. Además actuaban: Ramonín Valenzuela (del que fuiste amigo, como de su esposa, la dramaturga y compositora María Álvarez Ríos), los luego tan populares Julito Martínez y René de la Cruz (con los que, tal me has contado, amistaste en Teatro Estudio) Alejandro Iglesias y otros. Fue tremendo éxito esa obra. Fuimos de gira al teatro Oriente, de Santiago de Cuba y la pusimos en otras salas capitalinas. Después actué en La oscuridad al final de la escalera, con Antonia Rey, Enrique Almirante, Carlos Rafat, Charito Sirgo y otros. En ese tiempo, actué también en La Taberna de Pedro y estaban preparando un programa que se llamaría El mundo de los niños, conmigo y Sarita Malberti, pero se llegó a nada.

¿Guionista, narrador? Sí, Waldo, pasé un curso de escritor para radio y televisión en el ICRT. Para comenzar, debía escribir un cuento, y me gustó tanto, que a mi poco tiempo de descanso, llegó un nuevo vicio: escribir. En fin, mis días eran, tallar, leer, pintar, escribir, en la noche, al teatro y escribir. Por cierto, ahora estoy sacando mis 22 cuentos del baúl de los recuerdos y te confieso que los reviso y paso a mi computadora a ver si los publico.

En fin, Waldo: ¿qué te parece mi complicada vida llena de situaciones, cambios y otras locuras, pero en la que siempre el arte llega para salvarme?



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Waldo González López (Las Tunas, Cuba, 1946) Poeta, ensayista crítico teatral y literario, periodista cultural. Graduado en la Escuela Nacional de Teatro (ENAT) y Licenciado en Literatura Hispanoamericana (Universidad de La Habana). Autor de 20 poemarios, 6 libros de ensayo y crítica literaria, varias antologías de poesía y teatro. Desde su arribo a Miami (2011), ha sido ponente y jurado en eventos teatrales y literarios internacionales. Merecedor de 3er. Premio de Poesía en el X Concurso “Lincoln-Martí” 2012. Colaborador de las webs: teatroenmiami.com (Miami) y Encuentro de la Cultura Cubana (España), Boletín de la Academia Norteamericana de la Lengua Española (New York), y los blogs OtroLunes (Alemania), Palabra Abierta (California), Gaspar. El Lugareño, y el diario digital El Correo de Cuba (ambos en Miami).

International Ballet Festival of Miami, 2018

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Gaspar, El Lugareño Headline Animator

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