El Festival Internacional de Ballet de Miami, se ha convertido a través de estos 23 años de existencia en una cita obligada de la ciudad con la danza mundial y no solo con el género del ballet, sino con todos los que abarcan el mundo danzario, por eso no es de extrañar que en cada edición de este evento se ofrezca una gala contemporánea, en donde se presentan agrupaciones danzarias de los más diversos estilos, mostrando así el caudal inagotable de esta manifestación artística.
En esta ocasión, dicha gala, que se realizó los pasados días 11 y 12, convocó a la agrupación mexicana Cuerpos Etéreos, la italiana Lyric Dance Company, así como al Cuban Classical Ballet of Miami, el Grace Arts Florida y Arts Ballet Theatre of Florida, estas tres últimas del país anfitrión.
Las presentaciones se realizaron en diferentes sedes, permitiendo con esto un mayor alcance de público, objetivo fundamental de este evento desde su creación. El Manuel Artimes Theater, el sábado 11 a las 8:00 de la noche y el Amaturo Theater at Broward Center for the Performings Arts, el domingo 12 a las 5:00 de la tarde, fueron los escenarios en donde se pudo apreciar el trabajo de estas cinco agrupaciones danzarias, cada una presentando diferentes estilos de baile, los cuales fueron desde la más ortodoxa danza moderna, pasando por el neoclasicismo, el baile español en mezcla con lo contemporáneo, hasta llegar al ballet clásico propiamente dicho. Dos de las cinco compañías, las provenientes de México e Italia, presentaron dos obras en cada una de las funciones. La por mi presenciada fue la que se efectuó en la sala Manuel Artimes, de la Pequeña Habana.
Grace Arts Florida, presentó la obra, “Encuentros”, un solo en un algo extraño trabajo que intentaba mezclar el baile flamenco con ciertos y muy desdibujados elementos de danza contemporánea, si es que así pudiéramos llamarle. Esta obra contó con música en vivo ejecutada por los guitarristas Alberto Puerto y José Luis de la Paz, mientras que la coreografía e interpretación corrió a cargo de la bailaora Niurka Marquez. Como ya apuntamos antes, este trabajo nos desconcertó totalmente, ya que si bien la artista domina el género del flamenco, no nos parece que la danza moderna sea su fuerte. Consideramos que cuando se va a realizar una fusión de estilos, estos tienen que estar bien definidos y no quedarse a medio camino, porque entonces no habrá una claridad en el lenguaje danzario utilizado y lamentablemente esto fue lo que percibimos con esta obra: un llegar a ningún lugar.
Arts Ballet Theatre of Florida, compañía dirigida por Vladimir Issaev, presento el pas de deux “Possession”, en estreno mundial e interpretado por las bailarinas Mary Carmen Catoya y Lusian Hernández. Este trabajo forma parte de una obra más grande en proceso de montaje, que cuenta con coreografia del propio Issaev y libreto de Baltazar Santiago, basada en el conocido film “Vértigo”, de Alfred Hitchcock . Lo que vimos en el escenario, por su brevedad, solo nos permite decir que disfrutamos de dos buenas intérpretes ejecutando una coreografía sin grandes retos técnicos e interpretativos, dentro del más puro estilo “clásico”...dentro de una gala contemporánea.
El Cuban Classical Ballet of Miami, dirigido en la actualidad por Eriberto Jimenez, nos trajo “Clash”, un muy interesante pas de deux, en donde la técnica clásica fue el perfecto soporte para regalarnos un excelente trabajo de danza moderna, en el cual el equilibrado uso de la energía, tanto en su desbordada manifestación, como en su contención, nos entregó un trabajo vibrante, intenso, dramático, en donde ambos bailarines, Dayron Parra y Dayanis Mondeja, quienes además son los coreógrafos, mostraron una gran complicidad interpretativa. Sin duda uno de los trabajos que más atrajo la atención de la noche.
Desde Italia llegó Lyric Dance Company, bajo la dirección artística y coreográfica de Alberto Canestro, quienes presentaron dos movimientos de una pieza de toda una noche, la cual lleva por título “Caravaggio, amor vincit omnia”, en homenaje al gran pintor italiano, pero en donde la relación danza-pintor no se ve por lado alguno. Esta es una obra de grupo, en donde se baila tanto en puntas como en medias puntas, con un lenguaje neoclásico, algo no muy usual de ver en nuevas coreografías actualmente. De lo visto, nos quedamos con los pas de deux y algún que otro pas de trois que se realizan en algunos momentos de la obra, el resto del trabajo en grupo adolece de un pobre y reiterativo lenguaje coreográfico, algo que atenta en contra del disfrute del mismo. A esto se suma el que la música de Enrico Fabio Cortese, ayuda a esa sensación de monotonía de que sufre la obra. Algo inaceptable, fue ver sobre el escenario a un bailarín el cual no parecía esforzarce, que no tuvo a bien estirar sus piernas ni una sola vez, que caminaba por la escena como lo hace por la calle, en fin que demostraba no poseer la técnica ni el interés para estar ahí. En los fragmentos presentados en Miami, el trabajo femenino se queda muy por debajo del de los hombres, el cual es el que resulta interesante en realidad. Consideramos que no fue una buena idea de la dirección de la agrupación danzaria traer estos fragmentos de obra y menos presentarlos por separados en cada una de las partes del programa de la noche, un evento de esta naturaleza requiere atrapar a la audiencia, crear una buena imagen, pero este no fue el caso.
Para el final hemos dejado a la compañía mexicana Cuerpo Etéreo, la cual bajo la dirección de Jaime Sierra y con coreografia del propio Sierra y Brisa Escobedo, fueron los encargados de hacer valer el nombre de “contemporánea” de la gala, al presentar dos obras, “Eclosión de un Arte” y “Draft, el espacio vacío”, sobre todo la segunda, con un marcado estilo dentro de la danza moderna actual. Si bien el primero de los dos trabajos es más contenido a la hora de expresar el lenguaje de la danza moderna, manteniendo una rara pero bienvenida simbiosis con algunos elementos de la técnica y la esencia de la danza clásica, la segunda si se desborda en el uso de códigos y signos que aborda esta forma danzaria. Bailarines entrenados en ambas técnicas, clásica y moderna, se nos muestran cómodos en el complejo quehacer de este estilo, el cual requiere un eficaz uso de la energía, de la contención, de los reflejos, de la limpieza de movimientos, del saber justificar cada acción en el complicado vocabulario de este género. Perfectamente podemos decir que esta compañía continua con el gran legado de la danza moderna mexicana, que ha sido reconocida mundialmente por su propia esencia, por su propia creatividad y que ha dado a los escenarios una diferente manera de acercarse a un género danzario iniciado en las danzas de una Duncan y enriquecido por una Graham, un Cunningham, un Limón.
La inclusión de estas galas dentro del Festival Internacional de Ballet de Miami, dedicadas a otros estilos además de la danza clásica, sin duda que enriquecen el disfrute y conocimiento del complejo y vivificante arte del movimiento, permitiendo atraer a un publico más amplio, el cual no siempre es amante del ballet. Solo nos resta esperar que en futuras ediciones lo “contemporáneo” cuente con más y mejores representantes de este importante género.
(Fotos/Adrián Marrero)
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