Monday, May 11, 2020

Thoreau, el pensador (por Teresa Fernández Soneira)


Thoreau, el pensador(1)


por Teresa Fernández Soneira



“Quise vivir profundamente y desechar todo aquello que no fuera vida... para no darme cuenta, en el momento de morir, que no había vivido”. Henry David Thoreau


El gran escritor norteamericano, Henry David Thoreau había nacido en Concord, Massachussetts en 1817 en una familia de franceses protestantes. En esa época están llegando a Estados Unidos los inmigrantes irlandeses, se descubre el oro en California, pasa la ley de los esclavos fugitivos y la nación está envuelta en la ola tumultuosa de la industrialización. Años después estallan dos guerras: una con los nativos americanos, y otra con México, y aunque ya para estas fechas Thoreau tiene edad suficiente para alistarse, no lo hace. Está comprometido a luchar en otras guerras: las guerras contra el materialismo, el conformismo, la hipocresía, la injusticia y la esclavitud.

Thoreau era un trascendentalista que formaba parte de un movimiento filosófico, político y literario que floreció en los Estados Unidos entre 1836 y 1860 que dirigía su amigo, el famoso escritor Ralph Waldo Emerson(2). Los trascendentalistas sostenían que el alma de cada individuo es idéntica al alma del mundo y contiene lo que el mundo contiene. Los afiliados a este movimiento fueron críticos de la sociedad de entonces por su conformidad irreflexiva, y urgieron a que cada individuo buscara «una relación original con el universo».


Un día Thoreau decidió retirarse a una cabaña de pino que el mismo había construido junto al lago Walden en Massachusetts, a pocas millas de la ciudad de Concord. Allí permanecería dos años conviviendo con la naturaleza, sembrando sus propios vegetales, y cultivando papas, frijoles, trigo y maíz. También en Walden llegaría a escribir algunas de sus mejores páginas inspirado por la paz y la belleza de aquellos parajes. Le gustaba dar grandes caminatas por el bosque y llevaba consigo una vieja libreta de música en la que prensaba hojas y flores, y en el bolsillo de su chaqueta un telescopio para observar las aves. Su poder de observación era como un octavo sentido, y su memoria como la de una cámara fotográfica que lo registraba todo.

Había decidido apartarse de la civilización no porque fuera un ermitaño ni porque quisiera escapar de la realidad de la vida. No, no era eso lo que perseguía ya que regresaba a menudo al pueblo a ver a sus amigos y los amigos lo iban a visitar a el, como un joven leñador al que Thoreau identificaba como el hombre ideal, de vida simple y solitaria, o un esclavo fugitivo a quien Thoreau ayuda a huir a Canadá para lograr su libertad. Entonces, ¿por qué apartarse del mundo? Esta vida en Walden era solamente un experimento de Thoreau para probarle a la sociedad que vivir con la naturaleza era la verdadera vida del hombre libre que lo redimía de las esclavitudes de la sociedad industrial. También sostenía el argumento de que para el hombre esta forma de vivir era una manera de comprender los recursos de la naturaleza, sus reglas y recompensas.


Thoreau se dio a la tarea de escribir un diario que luego se convirtió en su famoso libro Walden o La vida en los bosques (Walden or Life in the Woods)(3). En este libro vemos como Thoreau está siempre consciente de su entorno, percibe los sonidos del bosque: las campanas de la iglesia, los pájaros que llaman a su cría; el ulular de los búhos o el canto de los gallos. También estudia los fenómenos naturales como la profundidad del estanque, los efectos ópticos del hielo, y el ecosistema de la flora. Se niega a cazar animales salvajes o a consumir carne; es vegetariano. Sin saberlo, Thoreau era un ecologista.

Oía hablar a Dios a través de la naturaleza. El 18 de febrero de 1852 escribía en su diario: “tengo un libro para datos y otro para poesía, pero encuentro dificultad en distinguir entre los dos ya que aquí en el bosque los datos más interesantes y hermosos se vuelven poesía, como transportados del cielo a la tierra”. Se quejaba de lo poco que el ser humano disfrutaba de la obra de Dios y lo alejado que estaba de la felicidad. “Este mundo se ha convertido en lugar de negocios. Todo es ruido. No hay descanso. ¿Por qué vivir con tanta prisa malgastando tanto la vida?”.


Fue maestro, carpintero, activista político, naturalista, escritor, pensador y filósofo, y también reformador del hombre. “No importa cuan simple sea tu vida, acéptala y vívela”, decía Thoreau. Y sobre el respeto y la convivencia con el hermano, escribió con gran sabiduría: “Si un hombre no puede ir al mismo paso que sus compañeros, quizá es porque está oyendo la música de otro tambor. Dejémoslo que vaya al son de la música que escucha por muy lenta o distante que sea”.


Además de Walden, Thoreau también escribió “Una semana en los ríos Concord y Merrimack", que fue su primer éxito literario; Desobediencia civil, Todo lo bueno es libre y salvaje, Cartas a un buscador de si mismo, Un paseo invernal y El arte de caminar. Henry David Thoreau dejó plasmado su amor por la vida y la naturaleza en sus obras cuando dentro de sí ardía una llama y palpitaba su corazón por lo místico y espiritual. Inspiró a líderes como Gandhi y Martin Luther King, y todavía hoy sus palabras encienden y estimulan nuestras mentes. Leamos su obra que es un mensaje que sigue teniendo actualidad sobre todo en estos momentos en que se está creando conciencia del respeto por la naturaleza. Que Henry David Thoreau nos ayude a apreciar mejor la creación de Dios y a realizarnos como seres humanos.


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1. Artículo publicado originalmente en La Voz Católica, periódico oficial de la Arquidiócesis de Miami, el 21 de enero 1994.

2. Ralph Waldo Emerson (Boston, Massachusetts,1803 – Concord, Massachusetts, 1882) fue un escritor, filósofo y poeta estadounidense, líder del movimiento del trascendentalismo a principios del siglo XIX y amigo de Henry David Thoreau.

3. Henry David Thoreau: Walden: Life in the Woods, Ticknor and Fields, Boston, 1854.



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Teresa Fernández Soneira (La Habana 1947), es una historiadora y escritora cubana radicada en Miami desde 1961. Ha hecho importantes aportes a la historia de Cuba con escritos y libros de temática cubana, entre ellos, CUBA: Historia de la educación católica 1582-1961, Ediciones Universal, Miami, 1997, Con la Estrella y la Cruz: Historia de las Juventudes de Acción Católica Cubana, Ediciones Universal, Miami, 2002. En los últimos años ha estado enfrascada en su obra Mujeres de la Patria, contribución de la mujer a la independencia de Cuba, (Ediciones Universal, Miami 2014 y 2018). El volumen I dedicado a la mujer en las conspiraciones y la Guerra de los Diez Años, y el volumen 2, de reciente publicación, trata sobre la mujer en la Guerra de Independencia. En estos dos volúmenes la autora ha rescatado la historia de más de 1,300 mujeres cubanas y su quehacer durante nuestras luchas independentistas.

Salvador Dalí "nace todos los años trisiestos de un huevo"





Saturday, May 9, 2020

Los zapatos del Primer Presidente (por Joaquín Estrada-Montalván)


Se apróxima el 20 de mayo, día que Cuba celebra su nacimiento como República. Tomás Estrada Palma, primer presidente.

La Habana, desde 1959, le rinde homenaje únicamente a sus zapatos.

Monumento a Tomás Estrada Palma, obra del artista italiano Giovanni Nicolini, ubicado en calle G (Avenida de los Presidentes) y Calzada, en el barrio habanero del Vedado. La inauguración tuvo lugar en el año 1921.

En 1959, tras la toma del poder por parte de Fidel Castro, fue destruido a mandarriazos por una turba afín al nuevo régimen.

Los zapatos del primer presidente permanecen sobre el pedestal. 

(Revista Social. Mayo 1921) El Consejo de Gobierno de la República de Cuba. Dibujos en los campos de Cuba por A. Menocal. Septiembre 1895


(Revista Social. Junio 1921) José Raúl Capablanca


(Revista Social. Junio 1921) "A Don José Raúl Capablanca y Graupera, por haberle quitado el codiciado título de Campeón Mundial de Ajedrez a Don Emmanuel Lasker, de Alemania; y porque ha demostrado que los cubanos sirven para algo más que torcer tabaco, sembrar caña, hacer guerritas, y tomarlo todo a broma". (Foto de Blez, especial para Social)

Friday, May 8, 2020

A las Madres (un poema de Thelma Delgado)


Las manos de una madre
Merecen un galardón
Manos de ángel que sabe curar heridas
Lo mismo de una rodilla que de un roto corazón.

El amor de una madre
Es fuerte como un trueno y dulce como la miel
Enviada fue a la tierra desde el cielo
Su misión, ser madre, y a ella es siempre fiel.

Para el que la tiene aun con vida
Para ella, mi cariño y admiración
Y para el que ya la ha perdido
Para ella una vela, una flor y una oración.




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Ver
Página de Thelma Delgado en el website del Cultural Council of Palm Beach County

(Revista Social. Ediciones de Mayo y Junio, 1925) El Quinto Presidente

 

Thursday, May 7, 2020

Calles y callejones de Camagüey: Calle del Santo Cristo, Alfonso XII, Ignacio Agramonte (por Marcos A. Tamames-Henderson)


Nota del blog: Cada jueves se publica en el blog, gracias a la cortesía de Marcos Antonio Tamames-Henderson, una selección de su libro Calles y callejones de Camagüey. Entre la leyenda y la historia.   



Nace en la calle de la Mayor y en su recorrido ofrece cierre al callejón del Templador o de Pedro Bruno (I) para luego traspasar de la Carnicería o Contaduría, San Antonio, Nuestra Señora de Loreto o del Hospital y San Pedro Alcántara u Honda; dar inicio a Santa Catalina (I), cortar San Ildefonso y culminar en del Desengaño o de la Cruz. 

Particular definición le ofrece la construcción de la ermita del Santo Cristo en 1723 por gestión del presbítero don Emeterio de Arrieta. En 1777 es un eje en el que se destaca el templo como referente para el nombre de la calle, según indica una nota del acta capitular de la sesión del 20 de marzo en la que se indica que el señor Domingo José Correas es dueño de la casa no. 31, “situada en la calle que corre de la Parroquial Mayor a la iglesia del Santo Cristo, donde funciona una pulpería a cargo de Patricio Vázquez”. Lasqueti para argumentar la razón de su nombre opina: “porque va directamente al Santo Cristo”. 

Su primer rebautizo está vinculado con la incidencia de la Ilustración decimonónica en el Príncipe, hecho que coloca a este eje en la vanguardia de entonces. Del Santo Cristo fue uno de los primeros ejes en modificar su imagen bajo un proyecto integral cuando en 1874, en plena Guerra de Independencia, el brigadier Juan Ampudia se empeña en empotrar las ventanas voladas predominantes en sus edificaciones y colocar una acera corrida en toda su trayectoria. Para darle a la calle un cierre digno se empeñó el militar en construir un parque en la plaza del Cristo, en la que coloca sobre pedestales unos leones como símbolo del dominio español. Ante esta modernización propone el brigadier al Ayuntamiento colocar a esta calle el nombre de Alfonso XII, quien ocupaba el trono español por aquel entonces.

Recién finalizada la Guerra del 95, se propone el 23 de enero de 1899 cambiar el nombre de Alfonso XII por el de Martí. La respuesta de sus concejales es rica en matices de conveniencia a la hora de renombrar las calles de Camagüey y, al mismo tiempo, permite reflexionar acerca de la funcionalidad y permanencia de los nombres establecidos desde el catolicismo. El acuerdo del 13 de febrero aprueba el cambio de otros ejes principales de la ciudad: “con excepción de la de Alfonso XII que volverá a tener su antigua denominación de Cristo, en atención esto último a manifestación de algunos señores concejales que estiman poco adecuado esa calle para llevar el nombre del señor Martí, proponiendo que más bien se le pusiera a la calle de San Diego”. 

Nuevos cambios se auguran en su nombre el 9 de marzo de 1923, cuando en sesión del Ayuntamiento, el concejal Ramón Espineta solicita se acuerde variarle el nombre por el del comandante Gustavo Caballero, propuesta que recibió el rechazo de los vecinos mediante carta enviada al Cabildo con más de 80 firmas:
Camagüey, marzo 12 de 1923 // Sr. Presidente del Ayuntamiento y Sres. Concejales // Ciudad // Sres.: // Los que suscribimos, propietarios y vecinos de la calle Del Cristo en esta ciudad, exponen: // Que protestan de la moción presentada al Ayuntamiento, por el concejal Sr. Espineta, en la que solicita cambiar el nombre de la Del Cristo, que ostenta desde remotos tiempos, por el del general Gustavo Caballero, cuya memoria puede perpetuarse en otra forma, o en alguna de las nuevas calles que aún no lo tienen. // Desde tiempos muy antiguos ese era el nombre que esta calle ostentaba, el que en tiempos de España fue cambiado por el de Alfonso Doce y al constituirse la República siendo alcalde de esta Ciudad el Sr. Pedro Mendoza Guerra fue sustituido por el que primitivamente tenía y ha seguido teniendo, respetado por todos los Ayuntamientos constituidos desde esa fecha y a pesar de haberse cambiado los nombres antiguos de casi todas las calles de la ciudad. // En tal virtud suplicamos que teniendo en cuanta la solicitud que presentamos a ese honorable Ayuntamiento se tenga en cuenta al someterse a la consideración de esa Cámara la moción a que nos referimos. // Respetuosamente Pbro. Pablo Gonfaus // Eugenio Sarduy P.
Dos días después, en reunión del 14 de marzo se somete a votación el asunto quedando sin aprobación la propuesta por mayoría de votos. Estuvieron a favor de su permanencia los concejales Salvador Paisán N de la Cabada, Jesús María Arango Tan, Dr. Isidro de la Herrán Varona, José Amado López, Dr. Antonio Mesa Martínez, Juan Pérez Cristía, Ramón Puig Arará, Agustín Tomé Varona y el presidente, Abelardo Chapellí; los cuatro que se opusieron serían Francisco Herrero Ortiz Marató, Dr. Manuel Tomé Varona, Rafael Zayas Bazán Villanueva y Ángel Ortiz Álvarez. 

Por la posición que ocupa en la defensa del PC, mayor significación merecen las palabras del presidente del Ayuntamiento quien “entendía que debía respetarse la tradición al igual que interpretar los sentimientos de este pueblo del cual un gran número de vecinos se habían dirigido por escrito a él pidiendo no se llevase a cabo dicho cambio de nombre, en cuanto a la calle Del Cristo se refiere”. Para suerte de la membresía a esta sesión no asistió Ramón Espineta, concejal interesado en perpetuar en del Cristo la memoria de Gustavo Caballero. En el futuro se buscaría otro eje de la ciudad para ello.

El centenario del natalicio de Ignacio Agramonte, el 23 de diciembre de 1941, trajo al topónimo de esta calle nuevos desafíos. Ante la toma de acuerdo del Ayuntamiento de nombrar a la calle del Cristo con el nombre del Mayor, protesta la Logia Camagüey el 19 de diciembre; Osvaldo Agramonte el 20, quien además propone que para rendir homenaje a Ignacio Agramonte se tome la calle Independencia, postura que secunda al día siguiente la Delegación de la Asociación de Veteranos de la Independencia, con sede en Lugareño no. 417, y los socios de la Orden Caballeros de Colón. El día 22, apenas a un día de la celebración, el Club Rotario de Camagüey informa: “Que la calle Cristo, por su nombre divino y piadoso entiende el Club que es imposible de sustituir, además de indicar la tradición profundamente religiosa de este pueblo, que debe ser considerada, para mantener en lo posible, todo lo que aun atesoramos de legendario”. Solicitud con la que coincide el alcalde municipal el 24 de diciembre de 1941. 

De modo que, si oficialmente la calle lleva el nombre de Ignacio Agramonte, es usual se reconozca por Cristo. Todas sus cuadras pertenecen al CH y al área declarada PCH, las limitadas por las calles de la Mayor y Nuestra Señora de Loreto o del Hospital. 


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Marcos Antonio Tamames-Henderson (Jamaica, Guantánamo, 1961). Lic. Historia del Arte (1997), MSc. en Historia del Arte y en Conservación y Rehabilitación de Centros Históricos (2007). Miembro de la Uneac, Unaic, Unhic. La Editorial Ácana ha publicado sus libros De la Plaza de Armas al Parque Agramonte. Iconografía, símbolos y significados (2001, 2da ed. 2003); Tras las huellas del patrimonio (2004); La ciudad como texto cultural. Camagüey 1514-1837 (2005); Una ciudad en el laberinto de la ilustración (2009) y La cofradía de los signos urbanos (2012). Premio Especial Roberto Balmaceda (Uneac, 2002), Juan Marinello (2006), Juan Torres Lasqueti (2005, 2010, 2011 y 2012), Ensayo Histórico Enfoque (2007), Crítica Histórica José Luciano Franco (2005), Publicaciones, teoría y crítica en el V Salón de Arquitectura (2005) y Jorge Enrique Mendoza (2004), entre otros.

6 facts about U.S. moms


American motherhood has changed in many ways since Mother’s Day was first celebrated more than 100 years ago. Today’s moms are more educated than ever before. A majority of women with a young child are in the labor force, and more mothers are serving as their family’s sole or primary “breadwinner.” At the same time, the share of mothers who are stay-at-home moms has held steady in recent decades after falling precipitously in the 1970s and 1980s.

Read some key findings about American mothers and motherhood at Pew Research Center's website

Wednesday, May 6, 2020

El Hotel Europa de Peón y Riestra (por Carlos A. Peón-Casas)


El Hotel Europa de Peón y Riestra
 (ca. 1945-1956)


por Carlos A. Peón-Casas



Sin dudas fue el orgullo de mi abuelo Nicolás Peón, y el emprendimiento más importante de su vida como comerciante, desde que siendo un niño de solo 9 años empezó como ayudante de su padre, el bisabuelo Don José, asturiano de pura cepa, en la bodega de aquel en el poblado de Piedrecitas.

La siguiente parada, fue el poblado de Vertientes, donde el abuelo se avecinó apenas cumplida la veintena, y allí tuvo a su cargo un próspero puesto de frutas tropicales, ubicado en la calle Línea de aquel movido poblado agro azucarero.

Ya casado y con sus dos primeros vástagos fruto de aquella unión para toda la vida con la dulce abuela Emilia, vio el filón del negocio del Europa, y principió aquella nueva empresa en sociedad con Riestra, por la próxima década en la ciudad agramontina donde muy pronto puso su casa


El Hotel Europa se ubicaba en la calle Van Horne, compartiendo edificio con el Hotel Plaza. Sus modestas proporciones no eran óbice para que gozara de una gran preferencia entre los viajeros , que desembarcaban por la Estación de Trenes, que tenía por único frente.

El establecimiento con no más de una docena de habitaciones, estaba dotado igualmente de un salón comedor y un bar muy bien puesto, como testimonian algunas fotos de la época.

En una de las entradas, eran cinco las puertas a la calle Van Horne, se ubicaba un estanquillo de prensa diaria, espacio que presumiblemente rentaba su dueño conocido por todos como Gonzalillo.

Ya dentro del salón comedor se alineaban unas muy bien surtidas vidrieras para expendio de cigarros, frutas y otras muchas menudencias.

Entre aquellas, unas muy populares dosis de mantequilla Guarina, envasadas en unos atractivos tinajoncitos de barro, y los deliciosos quesitos Patagrás, con sus rojas cubiertas de cera, que se llevaban muy orgullosos los no pocos viajeros de tránsito en los trenes de paso, cuando hacían parada obligatoria en la flamante estación de Camagüey.

La cocina del Europa era igualmente reconocida. El abuelo Peón fue siempre un excelente cocinero, y bajo su atenta mirada, el staff a su cargo, confeccionaba atractivos y bien degustados menús.

Para el año de 1949, en el Directorio Social de Camagüey, encontramos no una alusión directa al hotel, pero sí toda una página promocional de la Asociación de Comerciantes y Propietarios de las calles República y Van Horne, de la que el abuelo y su socio eran miembros.

De tales establecimientos en sucesión al Europa, se ubicaban en la propia acera: un bar no identificado, El Fénix, dedicado al expendio de los dulces de la firma Pérez Sosa, la Manzana Roja, para la venta de aquellas y otras frutas exóticas, y haciendo esquina con República, el emblemático bar y cafetería El Capitolio.

Para 1956, el abuelo liquidó su parte del negocio, y comenzó un nuevo emprendimiento esta vez como único propietario del bar San Antonio, localizado en el muy popular Mercado de Abastos de la Caridad. El sitio se mantuvo activo hasta que le fuera finalmente intervenido en el año 1963. El curioso lector podrá encontrar en este blog, otras particulares alusiones.



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Ver en el blog

"Claudia". Fragmento de "Un mariachi viejo", novela de Félix Luis Viera, en proceso de creación

Nota: Cada miércoles un fragmento de Un mariachi viejo, novela de Félix Luis Viera, en proceso de creación.

Puedes leer todos sus textos, publicados en el blog, en este enlace.



Claudia

I

La primera mujer morena de mis bendiciones aquí. Entre clara y oscura —las gradaciones de la piel morena en esta ciudad son infinitas—, pero más encimándose a lo segundo.

[Acá suelen decirles Clau a las Claudia.
Mas yo siempre le dije Claudia. Completo].

Su voz tiene el sabor de la piña. Entre las mujeres abundan los timbres de voz primorosos.

En cuanto me sea posible indagaré si antes, cuándo, se han soltado en esta ciudad de un solo varillazo una primavera-verano-otoño-medioinvierno, metidos en tanto frío, llovizna, lluvia. Grises de no pocos tonos. Mis primeros nueve meses aquí. Desde entonces comenzó mi batalla con los paraguas.

Son las siete y quince minutos de la mañana, estará a punto de terminar los ciento y tantos metros que separan su puerta de la mía.

En una columna de prosa poética erótica que cubro en un periódico, publiqué un texto sobre sus pezones. Lo titulé "Cerezas negras".

Pasajes o pasillos o callejuelas. Les llaman andadores. El que pasa entre el fondo de mi apartamento y el edificio siguiente es el Cántaro.

En la medianoche me sacaba de la lectura un taconear que, por el Cántaro y llegando desde el rumbo de la avenida, se iba perdiendo en la dirección contraria. Un taconear sin dudas de mujer si consideraba sus intervalos, lo agudo del sonido. Y por si quedaran dudas, en dos o tres ocasiones su voz al toser.

Descorría las cortinas, pero las luces no eran suficientes como para determinar rasgos ostensibles de ella.

No te asustes, le pedí cerca de la una de la mañana —esa noche en que me había quedado esperando su taconear a la hora de costumbre— en el arranque del Cántaro desde la avenida. Tranquila, por favor —le dije hablando suave, intentando mostrarle una sonrisa que acaso no podría observar en la penumbra—, no soy un ladrón ni un violador.

Temblando de modo evidente, murmuró que por mi acento yo parecía cubano, ¿acaso lo era? (Aquella isla de mierda me sale por doquier). Asentí y dejó ir un suspiro que al parecer la devolvía a tierra.

Aún temblando, si bien menos, y después de un hilar interminable de reparos, consintió en que la acompañara unos doscientos metros; hasta el punto del Cántaro frente a la ventana posterior de mi cuarto —del cuarto si vamos a ver donde la conocí mediante sus pasos, su andar, sus tacones.

Hasta el mismo sitio estuvimos llegando como diez noches consecutivas, a la misma hora, cuando ella regresaba de sus recorridos de labor. Yo la esperaba en la avenida.

La noche antepenúltima o quizás penúltima, me brindó cobijarme bajo su paraguas. Yo me contenía para no temblar de frío delante de ella, junto a ella.

Su piel morena es fina y brillante.

II

“Nunca me habían hecho esto”, declaró la primera mañana que estuvimos en mi cama, más bien como si lo proclamara, en voz baja, ante el mundo. Se refería al sexo oral. La miré entonces y vi en sus ojos de intenso negror, vastos, algún velo de lágrimas. El corazón se me contrajo.

Ella solo puede venir en las mañanas, cuarenta, cincuenta minutos, antes de partir a romperse el ánima —vende a domicilio cosméticos para mujeres— en busca de la subsistencia en la interminable ciudad. A su regreso tiene el tiempo contado: desde dejarlos en la escuela hasta la medianoche, una vecina le cuida sus dos hijos de lunes a viernes “a precio económico”.

Está a punto de llegar, por última vez.

En el Cántaro, en la acera pueden escucharse, amanecido, quince o veinte pares de tacones, pero yo reconozco los de ella; por el sonido, y porque los huelo.

Por la ventana del frente, atisbo mediante la cortina levemente corrida. Ella viene envolviendo al frío; no lo contrario. La puerta se halla entreabierta al mínimo. Ella empuja. Viene con el temor acumulado por más de quinientos años de atavismos: sus grandes ojos negros parecen palpitar.

Su cabellera es negra, lisa, larga, pesada.

En la dicha columna de prosa poética erótica, publiqué un texto sobre sus senos; en él dice: “Sus senos debieron ser esculpidos por aquel que supo sembrar el néctar en la piedra”.

Se ha quitado el sobretodo, lo ha dejado sobre el sofá y ha ido hacia el cuarto. Según acordamos, hoy ha salido de su casa una hora antes; para nuestro último encuentro —una hora de plus.

La siento desvistiéndose allá en el cuarto. Me he sentado en el sofá, junto a su sobretodo.

La escucho sacarse los zapatos, el pantalón, las medias a la cintura, el suéter, el blúmer, el sostén, liberarse la cabellera negra que le encuadra la cara, le cubre hasta casi la mitad de la espalda.

No está a la vista, pero la estoy viendo. Se halla desnuda bocarriba en la cama; bajo la colcha (cobija) azul, densa. Hasta acá llega el vigoroso olor de su vagina.

Sus manos sobre los senos. La derecha para el izquierdo, la izquierda para el derecho.

¿Por qué demoro?, su voz —el sabor de la piña—, con un dejo de angustia, desde el cuarto.

Sentado en el borde de la cama me sacaré la ropa de dormir, gris, gruesa.

El exmarido la espera en una ciudad lejana, Tampico —adonde él se ha ido a vivir.

Desde entonces fui enterándome: en esta ciudad tantos hombres, aun separados, divorciados de la mujer, la siguen considerando su propiedad. Y una parte de ellas —¿memoria genética?—, actúa en consecuencia.

Ahora, antes de acostarme junto a ella, le aconsejaré: “Claudia, esto es más importante de lo que alguien podría suponer: pídele que con constancia abreve en tu vulva”.




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Félix Luis Viera, poeta, cuentista y novelista, nació en Santa Clara, Cuba, el 19 de agosto de 1945. Ha publicado, entre otros libros, siete poemarios, tres volúmenes de cuento y siete novelas.

Entre los premios que recibiera en su país natal, se cuentan el David de Poesía, en 1976; el Premio Nacional de Novela, en 1987, por Con tu vestido blanco, que recibiera al año siguiente el Premio de la Crítica, galardón que ya le había sido otorgado a este autor, en 1983, por su libro de cuento En el nombre del hijo.

En 2019 recibió el Premio Nacional de Literatura Independiente “Gastón Baquero”, otorgado por Neo Club Press, Vista Larga Foundation y otras instituciones culturales cubanas en el exilio.

Es ciudadano mexicano.

Monday, May 4, 2020

Saboreando mi café (por Joaquín Estrada-Montalván)


Mientras disfruto mi café, me envía video de su café y en FB comentan del café.

Recuerdo el olor y el humo del chícharo que tostaba mi abuela para convertirlo en "café". Algunas veces tostaba café real. Luego mezclaba ambos, con el "café mezclado" de la "cuota" y todo eso con la mitad de la medida rellena con la "borras" de coladas pasadas, para que quedara "fuerte" decía.

Saboreo un sorbo, agradezco a Dios por este sabor de hoy. 

Sunday, May 3, 2020

Recordando al P. Pepito García (Febrero 3, 1929- Mayo 3, 2012)


Holguinero de nacimiento, también de Puerto Padre, de Camagüey y de Miami. Querido y admirado en cada lugar que llevó la Palabra, la Alegría y la Esperanza de Dios.



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Foto de su Primera Misa. Tomada de La Voz Católica.


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Ver



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Father Jose ‘Pepito’ Garcia Way
Bird Road, from 117th to 127th Avenues.

Saturday, May 2, 2020

Orlando "Maraca" Valle (entrevista por Alaima González)



Orlando "Maraca" Valle, flautista cubano, presentó en su entrevista virtual con Alaima González algunos adelantos de su nuevo álbum "Esa flauta", tributo a los principales flautistas cubanos. El material discográfico estará disponible en formato CD y en las plataformas digitales este próximo 8 de mayo.

Orlando Valle ha integrado entre otras agrupaciones "Irakere", "Mezcla", y muchas otras agrupaciones cubanas y extranjeras. Entre sus premios menciono  el Grammy Latino 2018 (categoría “Mejor album tropical tradicional“) CD “A mi que:Tributo a los clasicos cubanos“ del “Septeto Santiaguero“ y José Alberto “El Canario“. Ver su website 

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Alaima González, cubana y flautista,  forma parte de la Sinfónica Nacional de República Dominicana, del Dúo Guloya junto al flautista colombiano Rafael Rodríguez; y desarrolla el "Alaima González Nymph Project",
Ver su website


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¿Cómo enfrentar el sufrimiento en medio de la pandemia? (por Orlanda Torres)

Nota del blog: Sección semanal en el blog Gaspar, El Lugareño, gracias a la cortesía de la psicóloga Orlanda Torres, quien ha aceptado la invitación a compartir con los lectores sus consejos y reflexiones sobre los conflictos cotidianos.


Cuando el sufrimiento hace su aparición en escena, realmente no sabemos si será bueno o malo para nuestra evolución. Considero que cualquiera que fuese su objetivo en nuestra vida, siempre nos dejará un aprendizaje valioso.

Todos hemos sufrido en la vida por diversas situaciones, ya sea por enfermedad, la pérdida de un ser querido, la separación con la pareja, con nuestros hijos, un medio de trabajo o la separación del lugar que nos vio crecer “nuestra patria”.

Todos ellos se consideran causas poderosas para causarnos sufrimiento, más aun cuando se trata de una pérdida irreparable, en estos casos la aceptación del hecho es la única vía que nos conducirá hacia nuevos caminos.
Debemos aceptar que el proceso de vivir tiene un límite y hay que saber asimilar que ese curso tendrá que finalizar en algún momento. Superar la muerte de cualquier ser querido siempre es un proceso doloroso, a veces desgastante, unas personas lo superan con mayor prontitud que otras, pero tarde o temprano se lo llega aceptar como un hecho ineludible.

Cuando empezamos hacer conciencia de la realidad del problema, puede uno reinsertarse nuevamente a la vida, sabiendo sortear estos vacíos y estos nuevos desafíos que nos presentan las circunstancias, para encontrar nuevamente la satisfacción que se perdió en ese paso por la vida.

La adaptación al nuevo lugar que nos tocara vivir, donde nada de lo que ahí se vive tiene un vínculo parecido a lo que se abandonó, también produce sentimiento de nostalgia a nuestro ser, que debe ser superado y aceptar que nos servirá para nuestro crecimiento.
Cabe recalcar que del dolor nadie esta exento, nosotros decidimos si debemos hospedar el sufrimiento por largo tiempo o no. Existen personas que casi nunca llegan a superar este estado permaneciendo en un duelo permanente, produciéndose en el individuo una vida llena de insatisfacciones, las cuales se le debe aconsejar a la persona, que se someta a una debida atención para que logre salir de ese estado sombrío.

Los recuerdos de la persona que vivió y compartió por largos años, la separación abrupta del lugar donde fue feliz, la partida para siempre de un ser querido, suele ser en muchos individuos un proceso difícil de superar.

Recordemos que toda tribulación que se presenta trae un aprendizaje valioso. Los acontecimientos muchas veces nos movilizan y nos despiertan para encontrar soluciones y sentido a la vida.

Darle a paso a lo nuevo es nuestra única esperanza, no pierdas las fuerzas contra un suceso que no vas a poder vencer.

Resistirse al cambio es incensario, tienes que aprender a fluir con él y entender que será necesario para seguir trascendiendo en la vida.




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Orlanda Torres: Psicóloga, Escritora, Educadora, Orientadora Motivacional.

Autora del libro "Volando en Solitario" año 2015, Guayaquil - Ecuador. (Disponible en Amazon Kindle)
-Estudió en Miami Dade College: Certificate of Florida “Child Development Associate Equivalency”. Maestra de Educación Preescolar e Infantil en la ciudad de Miami.
-Licenciada en Psicología graduada en el 02/2017 - Atlantic International University.
-Orientadora Motivacional y Conferencias pueden contactar a Orlanda Torres a través de la página que administra www.fb.com/vivencialhoy
Publicaciones en Revista Sapo - Santiago de Chile – 2016
-La Estancia en el Paraíso de los Sueños
-Relación de Pareja y su gran Desafío
-Es la Felicidad una Elección

Conferencia en Radio - Miami, Florida
-Positivo Extremo Radio: Entrevista 123 Teconte “Regreso a Clases y La Adolescencia”
-¿Como aprender a ser feliz?- Edificio Trade Building-.Innobis Coworking, Guayaquil - Ecuador
-La Inteligencia Emocional en la Relacion de Pareja- WENS Consulting Group, Guayaquil - Ecuador
Publicaciones en Revista Sapo - Santiago de Chile – 2018
- Ser Mujer
Florida National University
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Friday, May 1, 2020

"A metro, a metro" (por Joaquín Estrada-Montalván)


Estando en la mañana en 9no grado (año 82/83) y en la tarde en el grupo de los "mangueros" de "Iván el Loco", fui(mos) varias veces en "botella" y de "guerrilla" a "la playa" (Santa Lucía).

Salíamos con la fresca, "las postas": Minas, Camalote, el Entronque.

Antes del amanecer, en el Entronque, nos lanzamos de la cama de un camión. Un Sr. que estaba en el lugar esperando su "botella", al parecer nos vio aspecto de "coronavirus", se fue a la cuneta, tomó un palo y nos decía: "a metro", "a metro". Hoy le entiendo.

(Camagüey) La Gran Antilla


Foto tomada después de 1937/38 (construido el edificio) y antes de 1947 (agregado el monumento de Antonio Maceo a la plaza)
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La Gran Antilla

Plaza de Paula/Plaza Maceo

Aspecto actual, data del año 1937, por el Arq. José Bombín Campos.

Ocupa el terreno contiguo al lugar donde estuvo desde la segunda década del XVIII la ermita de San Francisco de Paula. Con frente hacia la calle Candelaria [Independencia] funcionó desde el XIX un comercio de tejidos nombrado La Gran Antilla, nombre que se mantendría al construirse el edificio biplanta. Sufrió una primera intervención en 1927 y una segunda en 1938, cuando se realizaron cambios exteriores por la calle Independencia. Su tipología de influencia ecléctica responde aledificio con viviendas en planta alta y comercio en la baja.

(Información tomada de "Guía de arquitectura y paisaje de Camagüey y Ciego de Ávila". Año 2008)

Thursday, April 30, 2020

Esperanza (un poema de Janisset Rivero)



Esperanza

Es un manojo de palabras sueltas,
inconclusas,
un espectro de luces indefensas,
una montaña de vértigos y un grito
que crepita entre sus manos ciegas…
y germina en los surcos de su alma,
para que no le venza tanta espera,
para que no se canse en el camino,
para que una sonrisa,
aunque no quiera,
le recuerde que guarda su mirada
y que puede ser siempre primavera.

Es una danza
entre hogueras impacientes,
una gaviota blanca entre las llamas,
una promesa no dicha
que quisiera escuchar eternamente…

Así eres tú esperanza,
en su delirio,
así siente tu voz, tu voz sagrada
cuando se hunde en el mar de los adioses
a llorar el dolor de la distancia.




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Janisset Rivero (Camagüey, 1969) ha publicado los libros de poesía Ausente, editorial Aduana Vieja, octubre 2008 y Testigo de la noche, Editorial Ultramar, Miami, 2014

Calles y callejones de Camagüey: Callejón de Correas, Narciso López (por Marcos A. Tamames-Henderson)


Nota del blog: Cada jueves se publica en el blog, gracias a la cortesía de Marcos Antonio Tamames-Henderson, una selección de su libro Calles y callejones de Camagüey. Entre la leyenda y la historia.   



Eje de una cuadra que conecta a de la Reina con San Juan, un callejón que tenía por nombre inicial de Correas, como consta en el registro de anotaduría desde 1850-1855 y en el padrón de fincas urbanas de 1865. Lasqueti lo señala como “De las Correas”, detalle que hace comprensible lo asocie al hecho de que sus primeras vecinas ostentaban ese apellido. ¿Teniendo en cuenta el nombre podría descartarse la posibilidad de la existencia en él de un establecimiento que trabajase los cueros para la elaboración de correas como parte de los aparejos para la cabalgadura?

Con respecto al rebautizo, este callejón guarda un cierto paralelismo con el de las Apodacas, localizado entre Santa Ana y la plazuela de Isabel II, pues como aquella se inicia el 24 de noviembre de 1921 por intervención del señor Mariano Agüero Poveda, quien muestra interés en honrar en la ciudad “la memoria del General Venezolano Narciso López y la del coronel del Ejército Libertador Fermín Valdés Domínguez”, indicando además para tal empeño los callejones de Correas y de las Apodacas, respectivamente. El 16 de diciembre se da lectura a esta moción en el seno del Ayuntamiento y se aprueba de manera inmediata. Es firmada por el alcalde municipal tres días después, el 27 de noviembre. Sin embargo, un año más tarde, el 9 de noviembre de 1922, se reitera el acuerdo, muestra de la lenta apropiación del moderno topónimo. De hecho, la memoria colectiva lo sigue reconociendo como callejón de Correas. 

La biografía de Narciso López Uriola (1798-1851) no ofrece información que lo relacione con el territorio camagüeyano; de modo que la incorporación de su nombre al sistema toponímico de la ciudad tiene como fundamento su repercusión en la historia nacional de la cual bastaría señalar que a pesar de sus intenciones anexionistas, se le debe el patriótico acto de enarbolar por primera vez la bandera tricolor con la estrella solitaria que devino luego enseña nacional cubana. De hecho, con anterioridad a esta propuesta, en sesión del 20 de abril de 1910, ya habían solicitado los vecinos de la calle Pobre que se le pusiere a ese eje el nombre de Narciso López, bajo el argumento de “ser el primero que enarboló victoriosamente el año de 1850, la bandera libertadora, que más tarde nos dio una patria libre e independiente”. 

Aunque es uno de los callejones que se integran a la definición de la traza irregular de Camagüey, y forma parte del área declarada MN desde 1878, dista considerablemente de la zona PCH. 


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Marcos Antonio Tamames-Henderson (Jamaica, Guantánamo, 1961). Lic. Historia del Arte (1997), MSc. en Historia del Arte y en Conservación y Rehabilitación de Centros Históricos (2007). Miembro de la Uneac, Unaic, Unhic. La Editorial Ácana ha publicado sus libros De la Plaza de Armas al Parque Agramonte. Iconografía, símbolos y significados (2001, 2da ed. 2003); Tras las huellas del patrimonio (2004); La ciudad como texto cultural. Camagüey 1514-1837 (2005); Una ciudad en el laberinto de la ilustración (2009) y La cofradía de los signos urbanos (2012). Premio Especial Roberto Balmaceda (Uneac, 2002), Juan Marinello (2006), Juan Torres Lasqueti (2005, 2010, 2011 y 2012), Ensayo Histórico Enfoque (2007), Crítica Histórica José Luciano Franco (2005), Publicaciones, teoría y crítica en el V Salón de Arquitectura (2005) y Jorge Enrique Mendoza (2004), entre otros.
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