Conocí al Hno. Victorino De La Salle en Cuba cuando era una niña y por la gran amistad que lo unía a mis padres quienes se habían conocido y casado en las filas de la Acción Católica Cubana, mi padre en el grupo San Luis Gonzaga de la iglesia del Espíritu Santo, y mi madre en el grupo del colegio Apostolado del Vedado donde era alumna. Luego volví a ver al Hermano ya en el exilio, en Miami. Estaba ya muy mayor y mis padres me dijeron que estaba deprimido por el problema cubano. Poco tiempo después nos enteramos que el Hno. Victorino había fallecido en Puerto Rico. Nos había dejado físicamente pero no espiritualmente, como advertí después por el trato con antiguos federados. Pero hagamos un poco de historia.
Nymphas Victorin Arnaud Pagés había nacido el 7 de marzo de 1885 en el poblado de Onzillon, en el alto Loira, en Francia. A los 11 años comenzó sus estudios con los Hermanos de las Escuelas Cristianas, y el 27 de octubre de 1901 entró en el Noviciado recibiendo el hábito religioso con el nuevo nombre de Nymphas Victorino. Aunque el 5 de julio de 1903 obtuvo el diploma de la enseñanza, debido a las leyes de supresión de las congregaciones religiosas en Francia(1), Victorino, así como otros hermanos, escogió viajar a Canadá. Salió de Le Havre en febrero de 1904 y fue a residir por un año a Quebec. No pensando quedarse en ese país tomó clases de lengua española pues desde joven había leído en los periódicos franceses sobre la lucha de los cubanos por la independencia de Cuba, y siempre le había atraído la idea de trabajar en aquella isla. El 23 de agosto de 1905 junto a un grupo de 15 hermanos, Victorino se trasladó a Cuba llegando a La Habana el 10 de septiembre de ese mismo año. Desde su llegada en 1905 hasta 1961 en que los religiosos y religiosas fueron expulsados de Cuba, el Hno. Victorino se dedicó a trabajar con y para la juventud cubana a la que llegó a querer con pasión, y los jóvenes cubanos a su vez lo amaron por su sencillez, piedad, bondad y espíritu de entrega.
Junto a la bandera de la Federación de la Acción Católica Cubana, un grupo de alumnas del colegio del Apostolado del Vedado circa 1940. Entre ellas aparecen: Josefina Zaragoza, Presidenta Nacional de la Acción Católica Cubana Femenina; Teresa Soneira González, presidenta del grupo de Acción Católica del Apostolado del Vedado: Teté Castañeda, Rosa Etchegoyen, Isabel del Rey y otras alumnas del Apostolado. Foto de la colección de la autora. Todos los derechos reservados. ©
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En su afán por construir una Cuba creyente, además de ejercer el magisterio en las escuelas lasallistas, Victorino realiza un fecundo apostolado. Una de sus principales obras es la fundación de la Federación de las Juventudes de Acción Católica Cubana, establecida en La Habana el 11 de febrero de 1928. Con el tiempo irían surgiendo, aparte de la JAC (Juventud de Acción Católica), las otras ramas: la JEC (Juventud Estudiantil), la JOC (Juventud Obrera), y la JUC (Juventud Universitaria)(2). La labor se fue extendiendo por toda la isla en donde se establecieron 1,080 grupos de Acción Católica en colegios y parroquias; en universidades y centros laborales, y hasta en los más humildes bateyes, llegando a tener la institución 32,000 miembros en 1956(3). Así las notas del himno de la Federación se escuchaban ya por toda Cuba: “Juventud porvenir de la Patria; Juventud porvenir de la fe… Con la Estrella y la Cruz como emblema… ¡Viva Cuba, creyente y dichosa!”
Grupo de matrimonios fundadores del Movimiento Familiar Cristiano con sus hijos. En la foto los equipos de matrimonios celebrando el Día de la Sagrada Familia en el Colegio de La Salle del Vedado, circa 1950. El Hno. Victorino aparece de pie, el cuarto de la derecha. Yo estoy de pie agarrada por mi mamá, la primera de la primera fila abajo a la izquierda. Foto en la colección del Cuban Heritage Collection, Universidad de Miami.
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Además de la Federación de Acción Católica Cubana, el Hno. Victorino concibió la idea de establecer el Hogar Católico Universitario en La Habana para facilitar a los universitarios del interior de la Isla un lugar donde hospedarse mientras estudiaban en la capital. Luego creó el Movimiento Familiar Cristiano compuesto por equipos de matrimonios jóvenes que se habían casado dentro de las filas de la Acción Católica, y cuyo fin era perpetuar el ideal federado en las familias cubanas legándolo así a sus hijos. Es indiscutible que el Hermano Victorino fue un adelantado a su tiempo ya que todas estas ideas eran sumamente innovadoras para la época que se vivía, mucho antes de la renovación del Concilio Vaticano II. Pero con la llegada de la revolución comunista a Cuba y la confiscación y nacionalización de colegios y universidades católicas de todo el país en 1961, los sacerdotes, religiosos y religiosas, tuvieron que exiliarse o fueron expulsados. El Hno. Victorino lo hizo primero a Miami, luego a Nueva York, Montreal, Santo Domingo, estableciéndose finalmente en Bayamón, Puerto Rico en 1962 donde viviría los últimos años de su vida. El 16 de abril de 1966, luego de haber estado sufriendo y añorando con toda su alma poder regresar a Cuba, fallece de insuficiencia respiratoria. Fue sepultado en el panteón de los Hermanos De La Salle del Cementerio de Porta Coeli en Bayamón.
En 1985 y con motivo del centenario de su nacimiento, muchos antiguos miembros de la Acción Católica así como antiguos alumnos de los colegios De La Salle de Cuba, solicitaron la apertura de un proceso de beatificación para el hermano Victorino. Ellos decían que siempre lo habían considerado un santo; un hombre de Dios, lleno de piedad, humildad, y entrega. “Aquel hombre de gesto suave, de habla cálida y de presencia tímida, que revolucionó a la juventud llenándola de ideales cristianos,”(4) merecía que fuera elevado a los altares. Su dedicación a Cristo, a la juventud y a la Iglesia cubana eran su mejor testimonio por lo que había que intentar aquel proceso, decían ellos, para que su figura sirviera de modelo a los cubanos y a la Iglesia Universal.
El arzobispo de Puerto Rico, Cardenal Luis Aponte Martínez, comenzó el proceso ya que allí había fallecido Victorino, y era en ese lugar donde debían comenzar las gestiones. La petición fue remitida a la Congregación para las Causas de los Santos el 15 de marzo de 1999. La investigación continuó ante las autoridades competentes de la Iglesia con los pasos requeridos para los permisos necesarios. El Tribunal comenzó a escuchar declaraciones y revisar textos en Miami, en San Juan de Puerto Rico, Chicago, La Habana y otros lugares. El 1 de febrero de 2003(5) el caso pasó a la redacción y preparación de la Positio(6) por el entonces Relator General. Los documentos enviados a Roma recibieron el decreto de validez jurídica el 6 de mayo de 2005, y la presentación de la Positio se llevó a cabo en Roma el sábado, 21 de noviembre del 2015. El Hermano ya era Siervo de Dios. Con gran alegría el Hno. Rodolfo Meoli DLS, Postulador de las Causas de los Santos de la familia lasallista, comunicó la noticia.
Siguieron los trámites, y luego de varios años de estudio y de reuniones, el 6 de abril de 2019 y para regocijo de todos los federados y antiguos alumnos De La Salle, el Santo Padre firmó en el Vaticano el Decreto de Virtudes Heroicas del Siervo de Dios, Hermano Victorino de la Salle que había sido aprobado por unanimidad por la Congregación para la Causa de los Santos, documento que le otorgaba la condición de Venerable. ¡Cuánta alegría ha causado a todos la noticia! El Venerable Hno. Victorino de La Salle se encuentra ahora a las puertas de la beatificación. Luego de más de 40 años desde que comenzó todo el proceso, solo falta un milagro para que lo declaren santo. Es deber de todos seguir orando para que ocurra el milagro de manera repentina, duradera y permanente en favor de nuestro querido Hermano Victorino. Mientras tanto, damos gracias a Dios por esta gran noticia. ¡Cuba ya tiene otro Venerable! Como afirma un amigo periodista, “su santidad pertenece a la Iglesia que peregrina en Cuba, por eso es Victorino de Cuba”(7). ¡Que viva el Hermano Victorino!, y que ¡Viva Cristo Monarca Ideal!
Nota: Se ruega a quien obtenga favores o gracias por intersección del Venerable Hermano Victorino De La Salle, lo comuniquen en un breve mensaje dirigido a: Victorino@saintly.com.
Oración: Señor Dios, que has prometido ensalzar a los humildes y que brillaran como estrellas en perpetuas eternidades los que enseñaren a muchos la justicia, dígnate glorificar al Venerable Hno. Victorino de La Salle, trabajador incansable en la parcela de la niñez y de la juventud, desde el Cielo, en los trabajos y aflicciones de esta vida, ayudándonos a conseguir la bienaventuranza eterna. Amén. Se rezan un Padre Nuestro, Ave María y Gloria.
Monumento en homenaje al Venerable Hno. Victorino de la Salle.
Fundador de la Acción Católica Cubana. Actualmente
rumbo a los altares. Ermita de la Caridad. Miami.
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1 Con la Tercera República se implanta la laicización del Estado francés. En 1901 todas las congregaciones religiosas existentes en Francia son prohibidas, excepto cinco que no se dedicaban a la enseñanza. Miles de colegios católicos fueron cerrados.
2 Teresa Fernández Soneira: Con la Estrella y la Cruz, historia de la Federación de las Juventudes de Acción Católica Cubana, Ediciones
Universal, Miami, 2002.
3 Alberto Salas Mestre: “Venerable Hermano Victorino de La Salle, Causa de Beatificación”, febrero 13, 2018,
4 Testimonio del Hno. Pedro Acevedo DLS, Santiago de los Caballeros, República Dominicana.
5 Exactamente a los 80 años de fundarse la Federación de las Juventudes de Acción Católica Cubana en La Habana.
6 La Positio es un documento que puede llegar a contar hasta con unas mil páginas que recoge los resultados de la encuesta que se realizó en Miami, en Cuba y en Puerto Rico, con las deposiciones de numerosos testigos. Contiene documentos publicados en periódicos de la época, y un
estudio grafológico de los escritos del Hermano para conocer su personalidad con mayores detalles.
7 Manuel Bonet: “Victorino de Cuba” en Bajo la sombra de las Palmas cubanas, 25 octubre, 2014.
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Teresa Fernández Soneira (La Habana 1947), es una historiadora y escritora cubana radicada en Miami desde 1961. Ha hecho importantes aportes a la historia de Cuba con escritos y libros de temática cubana, entre ellos, CUBA: Historia de la educación católica 1582-1961, Ediciones Universal, Miami, 1997, Con la Estrella y la Cruz: Historia de las Juventudes de Acción Católica Cubana, Ediciones Universal, Miami, 2002. En los últimos años ha estado enfrascada en su obra Mujeres de la Patria, contribución de la mujer a la independencia de Cuba, (Ediciones Universal, Miami 2014 y 2018). El volumen I dedicado a la mujer en las conspiraciones y la Guerra de los Diez Años, y el volumen 2, de reciente publicación, trata sobre la mujer en la Guerra de Independencia. En estos dos volúmenes la autora ha rescatado la historia de más de 1,300 mujeres cubanas y su quehacer durante nuestras luchas independentistas.
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Texto publicado originalmente en Maris Stella, publicación de la Asociación de Antiguas Alumas del Apostolado de Cuba, en el verano de 2019.