La historia de las publicaciones católicas en la diócesis camagüeyana es de larga data. Se remonta justo al mismo comienzo de su erección en el tiempo, que recién ha alcanzado la centuria. Tal accionar tuvo, desde sus inicios, una imparable continuidad, con la publicación de un sinnúmero de materiales impresos que fueron desde los Boletines, las Cartas Pastorales, las Comunicaciones oficiales de los Obispos, hasta la existencia de un periódico (Prensa Federada).
Pero con el decursar del tiempo, son pocas las personas que entre nosotros guardan un recuerdo lo suficientemente lúcido de tal accionar. Desempolvar toda esa memoria de connotaciones tangibles, pero signada igual por el valor de un imaginario que nos viene legado desde el accionar de quienes fueron sus cultores en el tiempo vital, es una tarea imprescindible para bien de un patrimonio que es obligatorio preservar.
Por ende, este trabajo constituye una mirada en una primigenia instancia a las publicaciones católicas, o de tal inspiración, en nuestra diócesis en su decursar ya centenario, y pudiera funcionar como un inventario primario de tales publicaciones, que en fases posteriores de investigación, daría mucho más fruto al estudiarlas con detalles, y que sólo hoy nos conformamos, con desempolvar y hacer visibles, tras largas década.
Esta primera cercanía priorizará la época republicana en sus diversas fases, desde 1912, con la erección de la diócesis de Camagüey, hasta la entrada de la década del sesenta de se propio siglo veinte. Un registro de tal magnitud, en un período de por sí prolongado, y tres gobiernos obispales, requeriría como ya hemos apuntado, un arduo trabajo de búsqueda documental de muy larga data, que en esta primera incursión, por razones de tiempo, es imposible acometer.
Se trata entonces de una primera cercanía a los registros documentales de la época y que se han podido allegar gracias a ese espíritu de resguardar la memoria, y salvaguardarla para toda posteridad, primordialmente los que se atesora en los fondos del Arzobispado(1), el Museo Arquidiocesano, y la Biblioteca Diocesana, y algunos muy exiguos y francamente dispersos, conservados en la Biblioteca Provincial Julio A. Mella.
En otros casos hemos podido contar con los provenientes de manos privadas, que nos han facilitado su fichaje para esta primera, y muy parcial mirada a tan interesante y rememorativo empeño bibliográfico.
Una sucinta mirada a la prensa católica cubana en la época republicana
La proximidad a publicaciones católicas de la Cuba republicana en sus diversas etapas, nos abre un camino de sugerencias inestimables a la hora de valorar la presencia, real y tangible, de una producción de tal signo en el periodismo escrito de tal época. Junto al detalle de la novedad investigativa, subyace igualmente el deseo de echar luz en este hic et nunc, a aquellas realidades tan sugerentes de nuestro catolicismo, enmarcado en sus entornos, definido en el tiempo por luces y sombras, pero ante todo y después de todo, fluyendo indetenible de las fuentes prístinas de nuestra fe cristiana, en su andadura siempre vital por esta tierra nuestra(2).
El mundo del pensamiento católico de la época, propugnaba con razón por la necesidad de fundar, al decir de Mons. Suárez Polcari de “un buen periódico católico”, un hecho que no cristalizaría en ese minuto. Las alusiones del investigador dan cuentan que:
En el año 1909, la Iglesia en Cuba contaba con el semanario El Católico de Santiago de Cuba; la revista mensual de Cienfuegos Libertas, y el semanario El Heraldo de Pinar del Río. Entre los tres no pasaban de 2000 ejemplares. En La Habana se publicó El Amigo de la Verdad pero dejó de tirarse por falta de apoyo(3).
Ante la pregunta de por qué acontecía de tal modo, Mons. Suárez Polcari enfatiza en un hecho, que podemos suscribir plenamente: la existencia de un diario cuya directiva era modelo seguro de la “catolicidad” del momento: el Diario de la Marina.
Dos plumas de reconocida y probada catolicidad como León Ichaso y José E. Entralgo, por sólo citar dos nombres de prominentes católicos y periodistas de la época, eran entonces responsables de la edición de otra revista católica de notable preeminencia en esa época: El Debate.
El semanario, según acota Mons. Suárez Polcari en su ya citada investigación, tenía el objetivo de “contrarrestar a la Política Cómica, de marcado anticlericalismo”.
Sin dudas, se les contestaba a los críticos a ultranza del catolicismo, que también podían ser los del periódico El Día o El Mundo, usando un estilo agudo, y devolviendo golpe por golpe.
La postura del semanario y de su director, el Sr. Ichaso, conllevaba una actitud que el mismo explicitaba acuando dice:
Es este un semanario de seglares que ya con el látigo, ya con la risa, ya con la razón, ha salido a la palestra espontáneamente en pro de los “obscurantistas retrógrados y sacristanescos(4)
Lo anterior nos lleva de la mano a otro muy interesante detalle que tiene este semanario, y es el emblema(5) de la publicación:
El emblema de El Debate lleva una mano que azota con el látigo a una manada de gansos. Son los ignorantes fatuos. Los que sin más conocimientos (…) hablan de todo y discuten sobre todo y dan su fallo sobre todo, con petulancia insoportable. Son los gansos del periodismo. Los que mal aprendido el epítome, leídas revistas y novelas francesas de color subido, y poemas decadentes, han logrado entrar en la redacción de algún periódico mediante alguna información escandalosa o alguna recomendación política y desde allí peroran sobre todo lo que nos saben, vuelcan vaciedades y sandeces, truenan contra lo vetusto y arcaico y desprecian a Calderón, a Lope, a Fray Luis de León, a Granada, a Quevedo, y hasta el mismo Cervantes como antiguallas(6).
De la misma época tenían igual relevancia otras publicaciones que recoge Mons. Suárez Polcari, en su Historia de la Iglesia Católica en Cuba ya citada, entre aquellas: Juventud, editada por el Colegio de los Padres Paúles en Matanzas, que tenía por perfil lo temas científicos, literarios y sociales. En la misma lista se suman El Amigo de la Verdad; La Revista Social; La Ilustración católica, El Amor de los amores, Boletín de la Anunciata, El apostolado de Belén, San Antonio y El Rosal Dominicano, entre otras.
Libertas, la ya citada publicación de la diócesis cienfueguera nos merece un necesario aparte en su condición de publicación diocesana desde los primeros tiempos de la fundación de la Diócesis cienfueguera, y que fungía además como su Boletín Eclesiástico desde presumiblemente 1909.
Sus contenidos incluían espacio para lo referente a los temas apologéticos pero también a los concernientes a la libertad política, la ciencia y la educación.
Pero igualmente, se constituía en una publicación de amplio espectro, recreando en sus páginas, las temáticas más diversas y actuales para su época.
Esta especial edición(7) salva para la posteridad estos contenidos de esos años, y constituye una valiosa fuente documental que nos devela las sustanciales coordenadas de la historia eclesial cienfueguera pero que entronca igualmente con las coordenadas de nuestra diócesis camagueyanenis, erigida en 1912.
Un ejemplar suelto de la revista correspondiente al mes de agosto de 1916. perteneciente al año VII, y al Tomo VII, corresponde al momento en que Mons.. Zubizarreta había asumido los destinos de la diócesis cienfueguera como Administrador Apostólico, pues el número aclara en su portada que la revista es el Órgano Oficial del Obispado de Cienfuegos y Camagüey.
Desde el año 1915, la diócesis camagüeyana regentada por Mons Zubizarreta tenía en circulación El Boletín Eclesiástico de la Diócesis de Camagüey, que veía la luz en 1915, al que ya hemos dedicado un trabajo anterior, pero sobre el que retornaremos en un minuto posterior, y que al parecer tuvo corta vida si entendemos que Libertas era ya el agosto de 1916, la publicación oficial de ambas Diócesis.
Desde tal época, y hasta 1961, con la intervención de todos los colegios católicos y las publicaciones que la iglesia cubana regentaba igualmente, proliferaron en Cuba un sinnúmero de aquellas.
En una interesante relación aparecida en el Boletín de las Provincias Eclesiásticas de la República de Cuba, que data del año 1955, sumaban en ese minuto más de ochenta. Entre los más relevantes destacaban: La Quincena, de los padres Franciscanos, Aromas del Carmelo, publicada por los padres Carmelitas, Cine Guía, editada por el Centro Católico de Orientación Cinematográfica de la Acción Católica Cubana, Noverim, revista publicada por el Departamento de Relaciones Culturales de la Universidad Santo Tomás de Villanueva, entre otras, y que presentamos como necesaria evidencia en lista completa en los anexos de este trabajo.
Las publicaciones católicas en la diócesis camagüeyana.
Un poco después que Mons. Valentín Zubizarreta asumiera sus obligaciones como primer obispo diocesano, tuvo a bien fundar el Boletín Eclesiástico de la Diócesis de Camagüey(8), al que ya hemos aludido en la presentación de nuestro trabajo y de los que conserva algunos ejemplares el Fondo de Libros Raros y Valiosos de nuestra Biblioteca Diocesana.
La dedicatoria de aquel primer número, iba dedicado al Santísimo Padre el Papa Benedicto XV, y a continuación, se incluía una nota Al Benévolo Lector, donde el obispo apuntaba sobre:
la necesidad de comunicarse con los Sres. Sacerdotes y con los fieles de su diócesis y transmitir todas las disposiciones de la Santa Sede Apostólica(…) y por tanto “ha parecido conveniente empezar la publicación de este boletín eclesiástico en la forma que verá el lector"(9)
La estructura más o menos regular de aquel Boletín, en los escasos números que conocemos estaba tal y como el obispo lo habría advertido en el primero, dividida en tres secciones: una Canónica, una segunda Oficial y una tercera Doctrinal, junto a una de Variedades. Tal parece que fue esta, la distribución definitiva del Boletín, al menos hasta donde sabemos, y que se mantuvo en los números subsiguientes que tenemos a mano.
La duración en el tiempo, de aquella publicación parece haber sido efímera, por el hecho que acotábamos antes, que ya para el año 1916, Libertas, la precitada revista de la diócesis cienfueguera fungía como órgano oficial de ambas diócesis.
Pero desde un poco antes, circulaba en la ciudad una revista de claro signo católico, aunque no fuera oficiosamente promovida por la Iglesia: Religión y Patria, bajo la dirección literaria del entonces presbítero Dr. Manuel Artega; quien fungiera además desde 1912, año de su llegada a la diócesis desde Venezuela, como cura párroco y Capellán propietario del Santuario de La Caridad, e igualmente como Provisor y Vicario General del Obispado desde 1915, y hasta su partida a la diócesis habanera en 1916.
La publicación tenía como Director Artístico a Juan Acosta. El único ejemplar que se conserva de esta revista, data de enero de 1914. Suponemos pues que su circulación fue breve, dado que como se acotaba más arriba, el futuro primer cardenal de la grey católica cubana, marcharía a ejercer funciones sacerdotales en la capital en 1916. No hemos podido pues datar convenientemente las fechas de inicio y cierre de esta publicación, una labor que nos queda pendiente para futuras incursiones sobre este tema.
Sus contenidos eran variados, teniendo en cuenta los destinatarios de aquel semanario que se anunciaba “para las familias”. En el número que reseñamos, se incluía una Conferencia con el tema de la confesión a cargo del padre escolapio Vicente Sancho.
Igualmente los temas cívicos y por ende con coordenadas patrióticas eran tratados en sus páginas. En la portada de aquel número se presentaba a título de editorial el tema del patriotismo en las cámaras de comercio. Las páginas interiores de aquel número aludía a una excursión de algunas familias de suscriptores, a la cercana comarca de Nuevitas.
Incluía a la par entre sus contenidos información de interés para los católicos de la ciudad, con los horarios de misas en cada una de las parroquias, y con notas alusivas a distintas celebraciones litúrgicas, con lo que ciertamente funcionaba como un oportuno boletín, que acaso complementaba al que se venía editando desde Cienfuegos, y que fungía como publicación oficial para ambas diócesis hasta que Mons. Pérez Serantes fuera nombrado obispo titular de Camagüey en 1920.
No sería hasta mucho después, en el gobierno pastoral de Mons. Riu Anglés (1949-1961), que la diócesis contaría, con otra publicación del tipo del Boletín antes reseñado (Hoja Diocesana del Obispado de Camagüey). En el interín, y bajo el gobierno de Mons. Pérez Serantes(1922-1948), no existiría, hasta dónde hemos podido rastrear, otra publicación con ese carácter.
De tal período, subsisten empero muchas Comunicaciones y Cartas Pastorales, principiando por una interesante declaración del obispo a sus diocesanos con motivo de la toma de posesión en su cargo. “Sus pastorales con motivo de la revolución de los años 30, son de valiente testimonio y antología”(10).
De la ya citada Hoja Diocesana del Obispado de Camagüey existen al menos un par de ejemplares, correspondientes a los años 1952 y 1954. Sus contenidos son esencialmente referentes a comunicaciones del obispo con sus diocesanos, y alguna que otra noticia ad usum.
Pero la verdadera joya de la corona, de entre aquellas publicaciones de claro signo católico lo constituye el periódico Prensa Federada, órgano oficial del Consejo Diocesano de la Acción Católica Camagüeyana, que circulaba con tirada quincenal, y tenía sus oficinas en la casa marcada con el número 16 de la calle Martí.
La publicación de la que se archivan varios números en excelente estado de conservación, corresponden a dos períodos, uno entre los años 1951 y 1954, y un segundo momento, correspondiente a los años 1954 y 1957. No tenemos detalles del comienzo y cierre de la publicación de este periódico, aunque su inicio es siempre posterior al año 1943 cuando se fundan los primeros tres grupos que conformaron el primer Consejo en la diócesis(11).
Por el machón de la publicación, conocemos que en la primera etapa ya mentada fungía como su director el Sr. Romárico Estrada Martínez, como administrador: Humberto Soñora, y era su Tesorero: José Ramón Cossío Martínez. Se encargaba en aquel minuto de la Circulación, el Sr. Daniel Rivas Rodríguez, y el Jefe de Información era Miguel Barceló Doval.
En la segunda etapa hasta el año 1957, habría asumido ya la dirección el ya mentado Rivas Rodríguez. No tenemos tampoco más referentes del diario a partir del triunfo revolucionario del 1ero de enero de 1959. Suponemos sería clausurado, como tantos otras publicaciones católicas y programas radiales y televisivos, en el entorno de finales de los años 60’s(12).
El periódico, impreso en los talleres del Colegio Salesiano, era por su porte tan voluminoso como El Camagüeyano(13), y por sus amplios contenidos no tenía que envidiarle a ninguno de su tipo.
Reseñaba a pie juntillas todas la informaciones concernientes a las actividades de la Federación. Como botón de muestra reseñamos algunas de las ocurridas en el año 1956, y que se leen en sus páginas como la celebración de un cursillo en el Colegio Artes y Oficios de los Padres Salesianos, y afines de enero se le tributa homenaje a José Martí por su natalicio.
Para el aniversario de la Federación, el 11 de febrero de ese propio año, “se llevan a cabo programas radiales en los cuales se expone la historia del movimiento en la provincia y sus fines y proyecciones”(14)
Otros suceso de los que se hacía eco el diario acaecía en septiembre de aquel año en ocasión del Día de la Juventud Católica, una celebración:
que consiste en una misa oficiada por el Mons. Carlos Riú y Anglés, Obispo de Camagüey, seguida de un acto en el monumento a los mártires de 1851 donde habla el presidente, Fernando Rivero. Por la tarde se hacen visitas a asilos y hospitales a los que se llevan obsequios y en la noche, en el Salón de Actos de los Caballeros de Colón, tiene lugar una velada a la que asiste como orador invitado el Dr. José Lavastida, presidente de la Liga de la Decencia. Al día siguiente se efectúa en el teatro Casablanca una función de cine organizada por los Consejos Diocesanos(15).
Para el mes de noviembre de aquel 1956, se organiza una masiva excursión a la Habana, en el que participan 1000 personas, y de la que deja constancia el diario al reseñar el hecho y publicar una foto de los excursionistas abordando el tren en la otrora estación de ferrocarril de la ciudad.
Otras publicaciones de la época
Una muestra interesante de otras publicaciones no seriadas y conmemorativas(16) ocupan este aparte. Resultan igualmente un material digno de mención en este inventario primario de aquellas publicaciones.
Como botón de muestra, vayan dos de tales materiales que se conservan en el Fondo de Libros Raros y Valiosos de la Biblioteca Diocesana de Camagüey.
La primera es la Memoria de la Santa Misión acaecida en la ciudad agramontina entre el 18 y el 29 de enero de 1951. El material impreso en la conocida técnica del retrograbado, muy al uso en aquella la época, revela tanto por sus contenidos como por sus fotos aquel suceso misional de tanta recordación en la ciudad que principió con un Gran recibimiento(17) a los predicadores, un acto de afirmación mariano en el Parque Agramonte, una gran concentración, en recordación de los difuntos en el cementerio local (acaeció en horas de la noche), un Via-Crucis penitencial en la Plaza de la Caridad, y finalmente cerraba con broche de oro con una Misa de Comunión General en el atrio del Santuario de Nuestra Señora de la Caridad.
Misiones especiales fueron las dedicadas a los profesionales, los estudiantes, los empleados y obreros, los militares y los empleados del servicio doméstico, y los enfermos y los presos.
Los textos recogidos en este interesante material provienen en su mayoría de las crónicas publicadas para la ocasión por el diario El Camagüeyano, donde puntualmente se reseñaron todas las actividades de aquella memorable misión. Otro importante diario de la época el muy reputado Diario de la Marina, tuvo igualmente a bien resaltar el acontecimiento(18).
La segunda publicación corresponde a un Album alusivo a las Bodas de Plata del Consejo Santa María de los Caballeros de Colón, suceso que acaecía en el año 1948.
Del ya citado documento conmemorativo salvamos hoy los interesantes detalles de la época, que nos llegan en sucesión de acontecimientos varios, en formato de viejas fotos y textos, vívidos en la plenitud de un pasado imposible de reeditar, inasible por donde quiera que se le mire.
En aquel lejano año 1948, la membrecía del Consejo sobrepasaba los 200 inscriptos(19), contrastando con la de los iniciáticos fundadores del año 1923, que no llegaban a la centena(20). Presidía la Directiva aquel año el Gran Caballero Sr, Gabriel Cadenas, era su capellán el P. José Borotau, y su Tesorero el Sr. Francisco Bango. Otros cargos eran detentados por el Sr. Daniel Rivas (Conferencista); el Dr. Antonio Martínez (Gran Caballero Delegado); Aquilino González (Canciller) y el Sr. Jesús Centeno (Director General de Actividades), entre otros. El Consejo realizaba Actividades Religiosas, Patrióticas y Educativas. Entre todas aquellas se contaban como botón de muestra, el reparto de víveres y juguetes en el Asilo S. J. Nepomuceno, la fiesta anual de la Comunión Pascual o las sesiones teatrales que uno de los hermanos ofrecía en la propia sede social del Consejo. De todas ellas dan testimonio las fotos escaneadas que acompañan a este necesario trabajo de rescate de tan singular memoria.
Otra interesante fuente documental de las publicaciones que venimos reseñando se producían con toda probabilidad en los colegios católicos de la ciudad, barruntamos que en la mayoría de ellos se editaran algún tipo de estos materiales alusivo, pero no hemos podido localizar hasta este minuto más que un par de publicaciones a saber: algunos Albumes del Colegio de los HH. Maristas, donde se reseñaban en cada curso escolar los sucesos más relevantes , junto a las fotos de todos sus alumnos, y una muy singular publicación del Colegio Salesiano de La Vigía, una hojita mimeografiada con el título de Chispita, donde se plasmaban noticias y comentarios, preparadas por las propias alumnas.
Last but not least, reseñamos al cierre una publicación que editaban mensualmente los grupos de Acción Católica de la Parroquia de San José(21). Con el título de “Loyola-Javier”. Se trataba de un material mimeografiado, y que incluía fotos, reproducidas por igual técnica.
El ejemplar al que referimos es un Número Especial, publicado en Septiembre de 1958, y que reseña muy especialmente el primer año de labor de los PP. Agustinos a cargo de la parroquia. Dirigía la publicación el Sr. Julio García. Entre sus colaboradores se contaban José M. Suarez, a cargo de los anuncios; los dibujantes: Orlando Frías y Antonio González. El dibujo de la portada era de la autoría de José M. Pérez.
El cuerpo de la publicación, lo constituyen una secuencia de actividades generadas por los grupos parroquiales de la Acción Católica, durante los años 1957 y 1958. Destacan entre las más relevantes de aquel último año una Tanda de Ejercicios Espirituales, efectuada en la Casa de Ejercicios Loyola- Javier, la inauguración de la Escuela Parroquial San Fernando, y la entrega de juguetes por parte de los Federados a los niños de la Catequesis del poblado de Cromo. Otro hecho singular sería la conmemoración de las Bodas de Perlas de la Federación en la parroquia, en febrero de aquel año.
No tenemos otras evidencias de la duración en el tiempo de esta publicación, pero suponemos igualmente que dejaría de editarse como otras ya aludidas a raíz de las inevitables circunstancias que conllevaron la disolución de estos grupos de la Acción Católica a principios de loas años sesenta.
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Citas y Notas
- Es de agradecer el esmerado y celoso trabajo de rescate y conservación de tales archivos que allí acomete la cuidadora de esos fondos, la Sra. Amparo Fernández Galera, historiadora e investigadora de la historia local, especializada en estos temas eclesiales, sin cuyos auxilios, se haría muy difícil este empeño.
- Ese espíritu vital de nuestra andadura como católicos en Cuba queda plasmado brillante y bellamente en el párrafo conclusivo del Discurso Inaugural del ENEC pronunciado por nuestro inolvidable Mons.. Adolfo Rodríguez, en nombre de los obispos cubanos, cuando decía: “Tenemos una esperanza y queremos dar palabras de esperanza a los que las pidan, a los que han fijado su miras sólo en lo terreno como límite a sus aspiraciones humanas y sienten que les falta algo. No tenemos ni la primera ni la última palabra de todo, pero creemos que existe una primera y una última palabra de todo y esperamos en Aquel que la tiene, el Señor. En el miramos con serena confianza el futuro siempre incierto, porque sabemos que mañana, antes que salga el sol, habrá salido sobre Cuba y sobre el mundo entero la Providencia de Dios” En ENEC. Documento Final e Instrucción Pastoral de los Obispos. 1987. p.12.
- Historia de la Iglesia Católica en Cuba. Mons.. Ramón Suárez Polcari: T-2, p.292
- El Debate. Por Columnas y Regatas en El Debate, 4 de agosto de 1917, p.7
- Véase el anexo que corresponde a una portada de dicha revista
- El Debate. Lacras y Plagas. 11 de agosto de 1917. p.3
- Véase mi anterior trabajo El Boletín Eclesiástico de la Diócesis de Camagüey. Una oportunidad de re-visitar la historia diocesana desde su andadura centenaria.
- Boletín Eclesiástico de la Diócesis de Camagüey- Año I. Camagüey, 1915. P.1
- Episcopologio. Reinerio Lebroc. Ed Hispanoamerican Books. p.40
- Ver Con la Estrella y con la Cruz. Historia de la Federación de las Juventudes de Acción Católica Cubana. Vol 1 y 2. Teresa Fernández Soneira. Edic. Universal., Miami, Fl, 2002. Para 1944, las ramas masculinas y femeninas en la diócesisi camagüeyana sumaban ya 67 grupos y 1868 afiliados. p. 288. Sin embargo, esta obra no recoge ninguna alusión a la precitada publicación camagüeyana
- Para septiembre de 1960 “fueron clausurados los programas de radio y televisión católicos y se creó la organización Con la Cruz y con la Patria, que pretendió la creación de una iglesia nacional, la cual no tuvo eco ninguno en los sacerdotes con antecedentes en la lucha revolucionaria.(…)”. La revista La Quincena fue la última en ser clausurada hecho que ocurrió el 17 de abril de 1961 En Con la Estrella y la Cruz op cit. p.458 y 465.
- Diario de la ciudad agramontina que desde 1906 se editaba en la ciudad luego de cambiar su nombre original: El Liberal. Se le consideraba como el más importante de la ciudad por “por su circulación, popularidad y resortes informativos” En Camagüey y su Historia. Secc. Inv. Históricas CP del PCC en Camagüey. p.105
- Con la Estrella y la Cruz. Op. cit. p.391
- Ibíd. p.391
- En el fondo de la Biblioteca Diocesana se conserva igualmente la Memoria del Congreso Eucarístico Diocesana acaecido en la diócesis en 1941. Un material del que pretendemos una recreación posterior y que por ahora sólo hacemos oportuna mención en este primario inventario
- El acto dio comienzo en la Iglesia de Santa Ana, desde donde salieron en procesión con la banda de música a la cabeza, seguidos de los fieles de las distintas parroquias con una cruz y ciriales, cerraban la marcha los sacerdotes misioneros venidos de distintas partes del país, acompañados por los caballeros de la distintas agrupaciones católicas de la ciudad. “Todas las calles del recorrido, que fueron las de General Gómez, Cisneros y Luaces, se encontraban colmadas de público.(…) Se calcula en más de 10.000 personas las que integraban la manifestación.” Al final del recorrido frente al Colegio de los PP. Escolapios, se sucedieron los discursos del obispo diocesano y otros sacerdiotes misioneros. El acto fue transmitido íntegramente por la estación Radio Progreso. De El Camagüeyano. En Memoria de la Santa Misión. p. 9
- Así resaltaba el suceso: “La misión de Camagüey no es una misión más. Abre época época en la historia de las misiones populares de Cuba. Se trata de misiones parroquiales en doce centros simultáneamente; pero lo específico es que la misión se da con unidad de mando y con actos comunes de imponentes concentraciones de fe católica y mariana”. En Memoria de la Santa Misión. Op. Cit. p.24
- De entre tanto nombres de antiguos miembros del Consejo, distingo enseguida el de mi abuelo Nicolás Peón, por entonces un próspero comerciante, dueño a dos manos de un modesto pero bien ubicado hotel de la ciudad: El Europa, localizado entonces frente a la muy movida entonces Estación del Ferrocarril, en la calle Van Horne. Abuelo fue miembro por unos años, justo por esa época de mediados de los años cuarenta, y hasta principios de la década del 50.
- Entre los fundadores figuraban Mons. Pérez Serantes, obispo de Camagüey por entonces, el también Monseñor Antonio Salas y los Padres Elías de la Sagrada Familia y Eusebio del Niño Jesús (Ovidio Fernández Arenillas O.C.D), este último mártir de la Guerra Civil Española, recientemente beatificado.
- Los grupos eran dos, uno de la rama femenina: San Ignacio de Loyola, y otro de la masculina: San Francisco Javier. Otros grupos como el san Luis Gonzaga de la Parroquia de La Soledad, promovían sus propias actividades dejando constancia, en una interesante Invitación que data de Julio de 1941, en ocasión de los actos en honor al Patrón de la Juventud.