Como era de esperar después de tan largo impasse de los escenarios, huérfanos de actores y de espectáculos, debido a esta larga y sospechosa situación mundial de salud que nos ha paralizado las vidas y hasta las ganas de vivir ante tanta noticia tremebunda, variante y caprichosa, el gremio teatral se lanza poco a poco a recobrar el espacio que es suyo por derecho propio y vamos viendo con sumo agrado como al menos los pequeños espacios de representación – porque los grandes continúan congelados en el miedo y en el cierre – han iniciado su oferta teatral, con puestas que van subiendo a las tablas por algunos puntos de esta ciudad de Miami.
Uno de esos lugares, que se ha lanzado a abrir sus puertas, es el muy conocido Centro Cultural Español, el cual ha anunciado una programación al aire libre en su patio, que lleva por nombre “AL FRESCO”, comenzando la misma este pasado viernes 16 de Abril y hasta el 30 del mismo mes. Dicha programación a través de tres fines de semana, incluye teatro (16 y 17), música latinoamericana (23 y 24) y música tradicional y contemporánea flamenca y latina (30). Un variado programa que invita al público a regresar a las siempre bien recibidas noches artísticas de esa institución cultural.
Para este primer fin de semana dedicado a las artes escénicas se presentó el espectáculo “Perdido Cabaret” a cargo de la compañía SensoDrama, dirigido por la multifacética actriz española Eugenia Sancho, quien estuvo acompañada en el escenario por la actriz Catalina Arenas y la pianista Evita Garrucho, así como con la adaptación musical de Julio Montalvo, el único representante masculino, en este muy femenino trabajo, donde a través de poco más de una hora se ofrece un espectáculo musical cargado de picaresca sensualidad y de llamados de atención sobre el rol de la mujer en la tan complicada sociedad que vivimos por estos tiempos.
Lo que sube a las tablas es una evocación al cabaret, es un trabajo donde se recogen diversos géneros de las artes escénicas, como la música, el canto, las artes circenses y el mimo, manteniendo en todo momento una fuerte interrelación actor-público, lo que aumenta la empatía hacia el mismo. Pero no estaríamos siendo justos si no acotáramos, que lo visto en escena va más allá del simple cabaret, ya que en realidad estamos en presencia de un excelente espectáculo de “burlesque”, subgénero del teatro musical donde lo sensual y erótico marcan el tiempo y la acción del mismo.
Es en ese punto donde “Perdido Cabaret” atrapa al público, a pesar de ser un sencillo espectáculo, debido a la bien pensada dramaturgia del mismo, que va derrochando doble sentido y sensualidad dosificados, sorprendiendo y haciendo las delicias de los espectadores.
Eugenia Sancho, quien se ha declarado públicamente una amante de los españolísimos géneros del cuplé y la copla, una vez más hace gala de la gracia, el salero y la picardía necesaria para interpretar conocidos números como “La Pulga” o “La bien pagá”, en los cuales esta actriz-cantante vuelca todo su temperamento y dotes histriónicas, entregándonos verdaderos momentos del arte de la Madre Patria...si, aunque a algunos le moleste el término.
El espectáculo comienza con Catalina Arenas declamando el conocido poema de Sor Juana Inés de la Cruz “Hombres necios que acusais”, con un atuendo en que mezcla la sacralidad del hábito monacal con lo bufo del clown, para ir construyendo “algo” con unos globos que a la vez va inflandos y que realistamente va acrecentando el significado del decir. Finalizado el poema y al volverse de espalda al público para retirarse de escena, se puede comprobar que el sobrio traje de monja carece de parte trasera, dejándonos disfrutar de su excelente figura en un diminuto hilo dental. Toda una “santa” provocación.
Es a partir de ese inicio, que el espectáculo se lanza a través de diferentes números muy bien escogidos, por una senda de derroche de humor, reflexión y picarezca, que se nos hace breve cuando se anuncia su fin.
Si bien la Sancho hace derroche de sus recursos y arte, la participación de Catalina Arenas como Miss Balloon, no es menor. Esta actriz colombiana con una fuerte formación en las artes circenses, hace entrega de su amplio diapasón de habilidades a través de su faceta como clown, en sus malabares con fuego o con un excelente trabajo de pantomima, el cual realiza con suma limpieza y gracia, sin dejar de lado en ningún momento la parte sensual que rige el espectáculo. Su entrega es para algunos un sorpresivo descubrimiento, mientras para otros es nuevamente recibida después de algún tiempo sin disfrutar de su excelente desempeño, ante el cierre de los escenarios.
La tercera integrante de este show es la pianista cubana Evita Garrucho, graduada del Instituto de Arte de la Habana, quien ataviada como Sor-Rita, no solo domina su instrumento, sino que se entrega a participar en la acción de la escena, con el mismo sentido de humor y sensualidad, entusiasmando al público cuando inesperadamente abandona su piano para sentarse a tocar el cajón acompañando a la Sancho en su interpretación del conocido y muy jocoso número de La Martirio, “Las mil calorías”, donde hace gala de profesionalismo y sentido del humor.
Si bien ya hemos hablado en otros artículos sobre la formación profesional de Eugenia Sancho, no está de más volverlo a mencionar para comprender mejor de donde ha bebido los conocimientos que la han convertido en la artista que es hoy en día. Graduada de la ESAD de Valencia y formada además en los talleres de la prestigiosa Fundación Shakespeare de España, que tiene su sede en la propia ciudad de Valencia, la cual dirige el actor, director, profesor y traductor de la obra del Bardo Ingles, Manuel Angel Conejero Dionis-Bayer, la Sancho es una actriz que cuando sube a las tablas lo hace con tal desparpajo, insolencia y arrogancia que deja con al boca abierta al público, el cual inmediatamente comprende que está en presencia de una ACTRIZ – si, con mayúsculas – de las que sale al ruedo a defender el hecho artístico con todas sus armas – y mira que está armada!
Si bien el teatro musical es uno de los géneros mas difíciles, que requiere una mayor formación y dedicación para su satisfactoria realización, la Sancho demuestra en cada entrega el dominio que posee sobre el mismo, así como el interés de ofrecerlo en los escenarios miamenses donde es tan escasa su presencia, lo que se le agradece mucho.
Si algo tuviéramos que señalarle a “Perdido Cabaret”, es que resulta un espectáculo muy austero, con pocas pretensiones, limitado por una magra producción y presentado en un pobre y poco acogedor escenario al aire libre, pero que se transforma en grande ante nuestros ojos gracias a la acertada concepción y realización del mismo por parte de sus intérpretes, las cuales se crecen para entregarnos una propuesta artística que atrapa desde su inicio y nos deja con el dulce deseo de más.
Ojalá en un futuro cercano, trabajos como este podamos disfrutarlos desde el tan necesario y acogedor escenario de un teatro, donde se pueda irradiar toda la magia que envuelve al gran musical, para que artistas y públicos puedan encontrar su pleno espacio.
Texto y fotos de Wilfredo A. Ramos
Abril 20, 2021