Listen to the words of Jeremiah the prophet: “Woe to me if I do not care for my people and listen to their cry.”
These words speak to us in this hour of need.
Even more, “let my tongue cleave to my palate,” says the psalmist if I don’t shout “FREEDOM, ”freedom for my people in Cuba.
The hour has come to say, “ENOUGH.”
Our people, the Cuban people, helpless as they are, are being massacred by the tyranny of the Cuban regime. Today we say “enough is enough” to that genocide.
We need to break the silence and be heard.
In our hearts, there is a grief that cannot be spoken. There is a pain that goes on and on as we scream for freedom, and freedom does not yet come.
For us Cubans, both here and in our motherland, there is the sense of abandonment, as our brothers and sisters in Cuba are raising their voices loudly and clearly: “Patria y Vida, queremos libertad. Homeland and life we want freedom!!!”
The blood of the innocents shed in the streets of Cuba cries to the heavens for justice, and we cannot be deaf to that voice.
Dice el profeta Isaías: Por mucho tiempo me quedé callado y guardé silencio; pero no mas, ahora voy a gritar, gritar con mi pueblo Cubano que gime y pide: Patria, Vida y Libertad.
Nuestro pueblo cubano, que ha tenido la heroicidad de tomar las calles, para hacer sus reclamos justos, en una actitud no violenta y sin embargo, han sido reprimidos con la peor violencia, hemos de comunicarles que no estan solos.
Estamos aquí hoy para contrarrestar la indefensión en que nuestro pueblo ha quedado. Todos los seres humanos nancen libres e iguales en dignidad y derechos!
Así nos ha creado Dios y eso es lo que queremos que también vivan nuestros hermanos. Por lo tanto oigan esto: Al ser humano se le puede reprimir, Al ser humano se le puede amenazar y al ser humano se le pude aterrorizar que es lo que sufre en carne viva el pueblo cubano; pero la libertad está inscrita en nuestros genes. Pueden pasar años, pasar generaciones padeciendo los mismos maltratos, pero llega un momento en el cual, el alma se rebela y dice: “¡Basta!” ante la opresión.
Ya Cuba no puede vivir más en la esclavitud.
El domingo, 11 de julio, ha sido un nuevo grito del pueblo cubano al igual que el histórico grito de Yara! Quedará para siempre inscrito en la historia cubana.
En medio de esta realidad existe en el corazón cubano un dolor, una pena, que no se puede describir. Ustedes, yo y todo el pueblo comparte el mismo dolor.
Nuestro pueblo esta siendo masacrado y al grito de libertad lo tratan de silenciar.
Necesitamos hoy más que nunca que este clamor sea escuchado en el mundo entero como un nuevo redoblar de las campanas de la Demajagua.
Hoy no podemos callar ni abandonar a la madre que tiene a sus hijos encarcelados.
Hoy no podemos callar, ni abandonar a las familias que delante de sus propios ojos han presenciado el asesinato de sus seres queridos.
Hoy no podemos callar, ni abandonar, a los jóvenes que son arrastrados de sus hogares.
Hoy, este mismo día, la iglesia universal ha escuchado en las escrituras que Jesús tuvo compasión por su pueblo que sufre.
Esta es la compasión que nosotros, pastores, predicamos en tiempos buenos y en tiempos malos. Así como Jesús curó a quienes le seguían, Jesús sana hoy nuestras heridas.
Nosotros, cristianos, católicos, que caminamos en los pasos de Jesús, tenemos la obligación de ser compasivos y abrazar el clamor del pueblo de Cuba.
¿Qué sucede en Cuba hoy?: atrocidades, persecución, y muchos desaparecidos.
Hay sufrimiento y dolor.
Las cárceles están inundadas de gente inocente, que solamente piden lo que les pertenece: Libertad!!!
Pero el pueblo cubano no dará marcha atrás.
Sí, estaremos cansados, agobiados, pero jamás seremos aplastados!!! con una fé firme, siguiremos luchando por las calles de nuestras ciudades y por las calles virtuales, por la libertad de nuestra amada patria.
¿Quiénes somos nosotros, los cubanos aquí en los Estados Unidos? Somos refugiados y nada más.
LLegamos a estas tierras en busca de libertad, la misma libertad que nuestros hermanos reclaman!!
Ahora que hemos saboreado y tenemos en nuestro paladar el gusto de la libertad, como vamos a abandonar a nuestros hermanos de allá.
Hoy nuestro grito es universal. Tenemos que tocar, tenemos que unirnos con el corazón de este pueblo herido, y acoger su reclamo como nuestro!
Con las palabras de San Juan de la Cruz decimos: El amor ni cansa ni se cansa.
Nunca nos cansaremos de amar a nuestra patria y de anhelar su libertad.
Bishop Manuel A. Cruz, D.D., auxiliary bishop of Newark – July 18, 2021
(Texto tomado del website de la arquidiócesis de Newark)
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