Wednesday, September 8, 2021

Misa en honor a la Virgen de la Caridad del Cobre. Ermita de la Caridad. Miami. Septiembre 8, 2021. (Video completo y los textos de la Homilía de Mons. Felipe Estévez, obispo de San Agustín, Fl y de las palabras de Mons. Wenski, arzobispo de Miami)

 

Ver misa en vivo, en este link
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Homilía de Mons. Felipe Estévez, obispo de San Agustín, Fl. 


Nos reunimos hoy, como hermanos y creyentes, aquí en Miami tropical en esta Ermita de la Caridad signo imborrable del gigantesco esfuerzo de este padre-Obispo tan querido por todos, Monseñor Agustín Aleido Román de tan feliz memoria. En verdad la Ermita es la casa espiritual de todos los cubanos y de todos los hijos de Dios que aquí peregrinan y dejan a los pies de la Virgen sus oraciones, sus más sentidos gemidos y esperanzas, expresión del pueblo peregrino de Dios siempre en marcha.

Hoy vengo desde la Diócesis Madre de San Agustín de la Florida, allí donde aquel que nos enseñó primero a pensar, el Venerable y siervo de Dios, el Padre Félix Varela, al que el prócer Jose Martí llamara “el santo cubano”, el Padre Varela que es recordado como el que nos enseñó a pensar primero. Hoy pedimos por nuestras familias, por nuestros ancianos, por nuestros jóvenes y niños, la dulce esperanza de la Patria, como expresa el Padre Varela en sus Cartas a Elpidio. Muchos ignoran que nuestro Santo Cubano, era devoto de la Virgen de la Caridad del Cobre, recibida de sus mayores. Durante su exilio norteamericano el Padre Varela publicó un libro sobre la Vida de la Virgen, para que sus fieles, los pobres irlandeses y norteamericanos que asistían a su parroquia, pudieran conocer y amar a la Virgen Madre de Dios y Madre nuestra. En ese libro incluía una Novena, redactada por el mismo, para que todos sus hijos pudiésemos orarle a la Madre y pedir su intercesión.

Esta noche vengo invitado por nuestro Arzobispo de Miami, Thomas Wenski, para celebrar esta fiesta de la Natividad de nuestra Madre Santísima de la Caridad ... la Reina de Cuba. Dicho en otras palabras, venimos a la casa de nuestros padres, a celebrar el cumpleaños de nuestra Madre. Aunque es nuestra madre es también y sobre todo la Madre de Nuestro Señor Jesucristo, tal como lo dice tan bien San Pablo hablando de Jesucristo, el Verbo encarnado, a los cristianos de Galacia: “nacido de mujer” para que nosotros lleguemos a ser hijos de Dios, quien es nuestro papá del Cielo (Abba), y esta dignidad de ser hijos de Dios es tal que no podemos conformarnos nunca en ser esclavos de nadie ni de ningún sistema alguno, ya que somos todos hijos libres con una gran herencia y esperanza: la vida eterna. Somos agraciados de escuchar la Palabra viva de Dios tal como nos enseña San Pablo a nosotros en esta inolvidable noche.

Nuestra Madre Santísima, la Madre de Jesús, tiene para nosotros los cubanos un nombre muy propio, Virgen de la Caridad del Cobre; lo que para otros pueblos es Guadalupe, Inmaculada, de la Providencia, de Coromoto, del Pilar o del Carmen, para nosotros es Caridad del Cobre. En nuestra propia forma de hablar “a lo cubano”, con nuestra confianza y cercanía, la llamamos cariñosamente Cachita, y en ello no hay ninguna falta de respeto, pues el achicamiento del nombre es una práctica común del cubano, confianzudo, dicharachero, pícaro y zalamero. Nuestras madres carnales nos llaman igual, achicando nuestro nombre con mucho cariño, haciéndonos sentir que siempre seremos sus hijos, sus bebés, aunque ya seamos adultos crecidos y con muchos años.

Pero nuestra madre al ser encontrada por Juan Moreno, muchacho negro, y dos hermanos de pura sangre india en las aguas de la Bahía de Nipe en 1612 por los llamados “tres juanes” y esta imagen encontrada flotando sobre una tabla donde podía leerse la frase de “Yo soy la Virgen de la Caridad”, nombre muy significativo y providencial — en verdad ese nombre expresa lo más profundo de su ser, el amor, un amor que como el de su divino hijo, nuestro hermano mayor: Jesús, habla de un amor incondicional, sacrificial y eucarístico, generoso, entrañable, porque el corazón es parte de nuestras entrañas, es el órgano que asociamos a ese sentimiento tan puro que es el amor. Y al de Caridad, se asocia el calificativo del Cobre, que nos recuerda aquel lugar oriental donde se hallaban las Minas del Cobre del rey, donde trabajaban los más pobres entre los pobres: indios, negros, mestizos, blancos, que fueron ejemplo de rebeldía temprana en nuestra historia colonial. Es de notar que desde los inicios la Virgen de la Caridad acompaña la gesta de libertad de su pueblo.

El nombre de Caridad nos remite a la idea más profunda de la tercera virtud teologal, aquella de la que San Pablo dijera, que de las tres, Fe, Esperanza y Caridad, Caridad era la mayor, la más importante, la mejor, pues sin amor nada tenía sentido, ni la inteligencia, ni la generosidad, ni el poder ... en fin nada. La Caridad nos habla de amor, más exactamente de misericordia, recordando que la palabra Misericordia hace referencia al cordis = corazón pues viene al encuentro de nuestra condición real, nuestra miseria (miser/cordia) ya que somos criaturas y pecadores necesitados siempre de mucha misericordia divina. El mismo San Pablo en su hermosísima Primera Carta a los Corintios, nos habla del amor con mayúsculas, al decir que este amor del corazón de Cristo es paciente, humilde, sufrido, benigno, sin envidia, sin jactancia, sin vanidad, sin egoísmo, sin ira, respetuoso del otro, veraz, creyente, que todo lo perdona.

Al Arzobispo Wenski convocarnos todos a venir a felicitar y celebrar el nacimiento de nuestra Madre Celestial en este terrible año de la pandemia global con su devastadora vertiente Delta, hacemos como todos los hijos, que queremos traerle a nuestra mamá un regalo: flores, bombones, frutas, algo que exprese nuestro amor por ella. Pero ella, nuestra Madre, nos conoce mejor que lo que nosotros mismos creemos, pues ella con solo mirarnos sabe si hay algo que nos preocupa, que nos roba la paz, que nos entristece, que nos turba y no nos deja ser felices. Y más que fijarse en el regalo que le traemos, ella quiere vernos felices pues ese es el mejor regalo que podemos hacerle a una madre. Y ella sabe lo que hoy nos preocupa a todos los cubanos y que ha causado tantas manifestaciones verdaderamente sorprendentes. Ella sabe que con nosotros traemos el dolor, la frustración, el temor, las penas de todo un pueblo que desde hace más de 62 años sufre por falta de libertad, de derechos, de paz, de dignidad, con necesidades sin cubrir, sin presente, sin un futuro mejor, sin esperanza ... Y ella conoce, por qué los cubanos de alta y de aquí, le ofrecemos en nuestras oraciones todo eso. Ella conoce lo que pasa en Cuba por las madres que han perdido a sus hijos en el mar o en las fronteras de países extraños, reprimidos en las calles y barrios de Cuba; ella conoce de los jóvenes desaparecidos, presos, maltratados, torturados ...

Ella conoce el dolor de los hijos, niños y jóvenes que hoy están separados de sus padres, porque están presos, desaparecidos o lejos de su casa, porque no se les permite regresar a su país. Ella conoce el dolor de las familias que ven a los niños crecer sujetos a un adoctrinamiento que les impide pensar con cabeza propia y expresarse con marchas y canciones, a unos jóvenes que no pueden realizar sus proyectos de futuro y crecimiento profesional para vivir honestamente de su trabajo, de los padres de familia que ven a sus hijos emigrar porque no hay otra posibilidad para ellos, de los que envejecen sin seguridad, sin una alimentación adecuada ni las medicinas que necesitan para enfrentar una epidemia y los achaques de la edad. Tal es nuestro vino y nuestro vino es en realidad muy amargo. Virgen de la Caridad, patrona nuestra no olvides a tu pueblo cubano.

Todo eso lo conoce nuestra madre Cachita, y al venir a su presencia hoy, ella quiere que junto a las ofrendas y regalos que presentamos en esta Eucaristía al aire libre frente al mar tan cerca de la Isla en agonía, ella quiere que le presentemos sin miedo nuestros dolores y penas, nuestros proyectos y sueños, para ella guiarnos por el buen camino como hacen todas las madres por sus hijos. Diciéndonos como Jesús le diría tantas veces a sus discípulos, no tengan miedo, y como el Santo Padre Juan Pablo II repetía incesantemente por el mundo entero, no tengan miedo: Y ella hoy nos repite una vez más lo que dijo en Caná de Galilea en una boda: “Hagan lo que Él les diga” y nos señala siempre hacia Jesús que es el Camino, la Verdad y la Vida. Nosotros hoy escuchamos su Palabra que nos guía y nos enseña el camino a seguir. Un camino en el que solo la verdad nos hará libres. En el que amándonos unos a los otros podamos todos trabajar en un proyecto común para reconstruir la “casa Cuba”, nuestra casa familiar desde nuestra verdadera identidad tan bien expresada con el dicho martiano “con todos y para el bien de todos” ... los de adentro y los de afuera porque somos todos hermanos sin exclusión alguna.

Ese es el camino en el que necesitamos encontrar y vivir la misericordia fundada en el perdón de las ofensas lo que pedimos día a día con los labios de Jesús en el Padre Nuestro, que no significa ni olvido ni “borrón y cuenta nueva” sino justicia y responsabilidad. Porque muchos creen erróneamente que perdón y reconciliación son la misma cosa, y no es así. Para perdonar no necesitamos que el que nos ha herido o hecho daño lo reconozca, al perdonar nosotros no le hacemos un favor a nadie más que a nosotros mismos. Perdonar al otro aun si es mi enemigo es decidir que queremos en nuestro corazón un cambio que da vida, en el que queremos paz duradera, amor, alegría y gozo. Pues un corazón donde se alberga el rencor, el odio, el resentimiento y el deseo de venganza es un corazón sucio e impuro, y en ese corazón el amor de Dios, el amor de Jesús crucificado no tiene espacio, es como el aceite y el vinagre que no se pueden mezclar. Si tenemos el corazón lleno de esos sentimientos negativos, allí no hay espacio para el amor ni para Dios y Jesús no puede habitar en él. Por eso este pueblo cubano tan dividido por “las enemistades y discordias” necesitamos todos y cada uno perdonar, empezando por acoger el perdón para nosotros mismos recibiendo humildemente el perdón de Dios por nuestros errores y pecados. Qué bien lo expresa la plegaria eucarística: “con tu acción eficaz consigues Señor que el amor venza al odio, la venganza deja paso a la indulgencia, y la discordia se convierta en amor mutuo”.

Al igual como tan bien nos enseña el pueblo hebreo, perdonar no es olvidar, no es “borrón y cuenta nueva”. Sabemos lo que ha pasado y no debemos olvidar. Es tan dolorosamente lamentable que hay aún hoy quienes se empeñan en acumular abuso sobre abuso y crímenes sobre crímenes, y siguen reprimiendo, abusando, cometiendo injusticias, olvidándose del pueblo al que dicen servir pero que en el fondo desprecian su dignidad humana y de hijos de Dios. Por eso, aunque perdonemos no hay que olvidar y podemos aun esperar que un día se haga justicia tanto en la tierra y si no, ciertamente en el Cielo y los que han abusado, torturado, asesinado a las víctimas indefensas donde quiera que se encuentren llegará el día en que tendrán que enfrentar la justicia en un juicio justo y civilizado.

En cambio, la reconciliación, que también necesitamos para construir la nueva Cuba, para realizarse necesita de las dos partes, la herida y la hiriente. La reconciliación es la que se nos hace un poco más difícil de lograr y por eso siempre debemos implorar la asistencia del Espíritu de Dios, pero con el sabio dicho “a Dios rogando y con el mazo dando” ... Para ello debemos y necesitamos seguir trabajando, porque sabemos que los poderosos son arrogantes y se creen impunes, para ellos la única verdad es la que les permite mantenerse en el poder y creer que ellos únicamente saben lo que es mejor para el pueblo. Estemos atentos a lo que nos dice hoy la Virgen María en su Magnificat profético, que el Dios de la historia “dispersa a los soberbios en sus planes, y derriba del trono a los poderosos y eleva a los humildes”. Por eso ese pueblo cubano que sufre 62 años de abusos, de crímenes, de injusticias y de iniquidades ... en el fondo del alma ese pueblo se pregunta: ¿cuándo los poderosos reconocerán sus errores y sus pecados? ... Por eso se hace difícil la reconciliación nacional, pero no es imposible. Hay que darle punto final al status quo con un verdadero y efectivo exorcismo, sacando de nuestros corazones el odio y la venganza, para que nunca más exista en la nación cubana la violencia física y verbal, el abuso, la humillación, las ofensas, los sufrimientos innecesarios, tanta indignidad. Eso no es amor, el nombre mismo de nuestra Madre es caridad ... y como tan bien lo dijeron los Obispos Cubanos en la reflexión de 1993, “el amor todo lo puede!” Aun relevante hoy ya que no podemos permitir “que la vida se nos vaya en un suspiro” y porque nada es imposible para Dios, porque en verdad la Virgen Madre nos dice que “él derriba del trono a los poderosos y eleva a los humildes”.

En esta gran Eucaristía celebramos la comunión queriendo ser como los primeros cristianos, “todos Unidos”, “celebrando la reconciliación que Cristo nos trajo, que hace desaparecer toda enemistad entre nosotros en la esperanza del banquete de la unidad eterna en los cielos y en la tierra nueva, donde brille la plenitud de la paz” en el amor eucarístico de Jesús que nos amó hasta el extremo.



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Palabras de Mons. Wenski, arzobispo de Miami, al finalizar la misa.


Gracias, Monseñor Estévez, por su homilía esta noche. Gracias por esas palabras de aliento y esperanza.

Una vez más pedimos a la Patrona de Cuba que interceda ante su hijo Jesucristo por todo un pueblo que ha decidido reclamar sus derechos y que ha puesto la proa de su destino rumbo a la libertad. Un pueblo que se ha cansado de vivir en cadenas, que es vivir, como nos recuerda el Himno Nacional de Cuba, en afrenta y oprobios sumidos. Un pueblo noble y emprendedor que quiere vivir sin miedos ni vigilancias, en una nación donde no se persiga el pensamiento ni se ahoguen los sueños. Es ese mismo pueblo el que sigue siendo hostigado, reprimido y encarcelado como nunca, por exigir la justicia con valentía, negarse a repetir consignas de muerte, y gritar al mundo con todas sus fuerzas: Libertad; Patria y Vida.

Hoy recordamos como llegó la Virgen de la Caridad a estas tierras del sur de la Florida como peregrina de Dios, como una exiliada más, en las manos de un refugiado político, justo a tiempo para aquella gran Eucaristía del 8 de septiembre de 1961 junto a más de 30,000 de sus hijos. A lo largo de estos 60 años, aquí se quedó, en la Ermita junto al mar, para prodigar amor y consuelo a todos, para acoger al recién llegado; al que está en problemas, al que sufre la enfermedad o la nostalgia, al que quiere dar gracias por tantas alegrías y regalos

Por la poderosa intercesión de la Virgen Mambisa, queremos pedirle al Señor de la Historia que ayude al pueblo de Cuba que ya ha sufrido demasiado, que merece el derecho a elegir su destino para poder construir, como soñó el Apóstol de su independencia, José Martí, “una patria con todos y para el bien de todos”. Como también recordaba el Papa San Juan Pablo II durante su visita a Cuba en 1998, “los cubanos son y deben ser los protagonistas de su propia historia personal y nacional”.

Recordemos todos las palabras del Padre Félix Varela: “A los jóvenes…Diles que ellos son la dulce esperanza de la patria, y que no hay patria sin virtud, ni virtud con impiedad”.

Que, con esta premisa y la ayuda de Dios, llegue cuanto antes para Cuba la hora de la libertad, del derecho, y de la verdadera reconciliación que brota de la verdad y la justicia.


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Textos tomados del website de la Arquidiócesis de Miami

Estampa del Congreso Eucarístico Diocesano y Coronación de la Imagen de la Virgen de la Caridad, por el arzobispo Mons. Valentín Zubizarreta. Santiago de Cuba, 1936

 

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Ver en el blog

Grabado de la Virgen de la Caridad del Cobre como Patrona del 4o. Batallón de Voluntarios de La Habana, 1859.

 

Grabado de la Virgen de la Caridad del Cobre como Patrona del 4o. Batallón de Voluntarios de La Habana, 1859. 


Tomado de "La Caridad del Cobre, huellas sobre el papel".

Iglesia de la Caridad del Cobre, en Santa Cruz de Aragua. Venezuela. (Fotos de Roberto Alvarez)

 
Fotos/Blog Gaspar, El Lugareño
by Roberto Alvarez. Septiembre 8, 2021



La Madre de la Caridad vela con cariño sobre la llanura principeña. Pequeña crónica poética. (por Carlos A. Peón-Casas)




I

Con olas por estandarte/llegaste a la patria mía/para fundar aquel día/un lugar donde quedarte/pudo el pueblo así adorarte/con su fe sencilla y pura/remontándose a la hondura/del Amor que en ti nos salva/desde el ocaso hasta el alba/desde el llano hasta la altura.


Pequeña y morena, presides sobre la planicie principeña, te vistes de verde y ocre, con el paisaje donde pareces flotar, como en el calmado mar de tu bendita aparición. En este mismo océano mediterráneo donde un día se levantó esta bienaventurada comarca, que tú también has elegido habitar y bendecir. Eres la Madre de todos, y te haces presente en estos particulares llanos, que recorre la geografía del Camagüey una y otra vez legendario, al que el poeta llamara de “pastores y sombreros”. La Madre con muchos nombres: Caridad, Cachita, la Mambisa, la del Cobre... todos a uno hablando del Amor que es Uno… que nos salva y resucita…


II

Presides nuestro destino/ como Madre singular/que a sus hijos sabe dar/aliento para el camino/por ti se hace peregrino el que busca la verdad/y confiado en tu bondad/el que sufre y el que llora/te ofrece su amarga hora/y en ti funda su heredad.


Contigo van todos tus hijos, pues para ti, como Madre impar, todos valen lo mismo; y los arropas con tu mirada consoladora, y les das paz en medio de la tribulación y el dolor. Contigo van, a ti suplican, cantan, lloran y ríen a un tiempo. Se arroban delante de tu pequeña imagen, como tantos otros, los que moran en lejanas playas, y anhelan tu consuelo y sueñan con volver a tu lado para amarte, y hacer florecer esta bendita comarca. Todos a un tiempo son tus hijos, todos a una, los preciados retoños que dispersos por el mundo plural, cuidas con desvelo, y por los que imploras al Padre de todo consuelo, desde tu inabarcable corazón maternal.


III

Madre del pueblo cubano/danos hoy tu bendición/ y acepta en tu corazón/al que te tiende su mano/ten compasión del hermano/que en ti pone su confianza/ se mar de dulce bonaza/para el que busca tu amparo/ y en la borrasca sé el faro/que alumbre nuestra esperanza.(1)


La oración de tus hijos sube como el incienso, mientras recorres la llanura, y en cada tramo de tu lento pero gracioso caminar, las manos se alzan al Cielo, y se confunden con el azul infinito que habla de lo Eterno, lo inclaudicable, lo imperecedero… La llanura es vasta y a lo lejos se pierde en sobrada lontananza. Tus pasos breves pero firmes, siguen recorriendo el corazón de esta tu tierra, que reverdece con tu presencia, desde el espíritu sediento de amor de tus retoños, que claman a ti desde lo hondo, y te ofrecen a tu paso singular, lo mejor y más tierno de sus sueños, desvelos y esperanzas.





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(Miami. Septiembre 8, 1961) Exilio cubano recibe la imagen de la Virgen de la Caridad

El 8 de septiembre de 1961, en el Miami Stadium, unos 30,000 exiliados cubanos se congregaron para recibir la imagen de la Virgen de la Caridad, que llegó ese mismo día desde la Isla.

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Para conocer los detalles de la manera que trasladaron la imagen de la Virgen de la Caridad, desde La Habana a Miami, en el Diario Las Américas


 

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Ver
La devoción a la Virgen de la Caridad en Miami (por Mons. Agust­ín Román)

Canto a la Caridad (autor José de Jesús Llanes)

Obra de Joel Jover
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Por el camino viejo del Cobre
Marcha un buen hombre
Buscando a la Caridad.

Qué bueno es peregrinar
Por un camino divino
Que nos conduce a un destino
Lleno de amor y de paz
Convoca la Virgen buena
A todo el pueblo cubano
Que marcha unido de mano
Por el camino del Cobre
Virgen buena, llegaré
Para darte muchas gracias
Todo lo que te pedí
Lo has puesto en mi corazón
El odio no cabe en mí
Ahora puedo perdonar
Qué bueno es poder amar
Sin prejuicios ni rencores.

Con este ramo de flores
Virgen de mi devoción
Amarillos girasoles
Virgen de la Caridad
En nombre de mi familia
En nombre de mi mamá
Muchas gracias, Virgencita
De la Caridad del Cobre.
Me retiro, Virgen buena
Pero no me marcho sólo
Tu imagen vive en mis ojos
Y la fe en mi corazón.


Monday, September 6, 2021

EPD Rvdo. Ramón Castro


La cancillería de la Diócesis de Ciego de Ávila, por medio de una nota informativa, dio a conocer en el día de ayer el fallecimiento del Rvdo. Ramón Castro, quién ejerció por muchos años el diaconado en la S. I. Catedral San Eugenio de la Palma. 

Nota Informativa

Con profundo pesar hemos conocido que en el día de hoy ha partido a la casa del Padre el Rvdo. Ramón Castro, diácono permanente de esta diócesis de Ciego de Ávila que desde hace algunos años residía en la ciudad de Madrid en España junto a sus hijos.

Han sido muchos los frutos de su labor pastoral en esta diócesis y específicamente en la S. I. Catedral de San Eugenio de Ciego de Ávila. No es posible olvidar su servicio en las comunidades que atendió, los sacramentos del bautismo y el matrimonio celebrados, su total disponibilidad para asistir a los enfermos en el hospital, su trabajo, junto a su esposa Elena Expósito, en la pastoral familiar y su entrega a todo aquello que durante su ministerio le fue encomendado.

Roguemos al Señor que reciba en su descanso eterno a nuestro hermano Ramón Castro, que premie con abundancia su entrega a la Iglesia y a su familia y que le conceda a su familia el consuelo y la fuerza para enfrentar el dolor de su partida, con la confianza de que, como el siervo bueno y fiel, ha de encontrarse disfrutando de la gloria de su Señor.

Que el Señor le conceda el descanso eterno y la luz perpetua brille para él. Que Descanse en Paz.


Dado en Ciego de Ávila, a los 5 días del mes de septiembre de 2021.

Randol Pineda, Canciller.

(Lyceum. Habana. Marzo-Abril 1958) "Nuevas iglesias cubanas". Dibujo de Portocarrero.

 

Mensaje radial de Mons. Wilfredo Pino, arzobispo de Camagüey, con motivo de la Fiesta de la Virgen de la Caridad, el 8 de septiembre de 2021.

Procesión de la Virgen de la Caridad
Camagüey. Septiembre 8, 2019.
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Queridos hijos e hijas: ¡Qué bueno poder tener nuevamente esta oportunidad de dirigirles unas palabras cuando faltan solo dos días para la fiesta de la Virgen de la Caridad, pasado mañana miércoles, 8 de septiembre.

Todo hijo debe ser agradecido con su madre, porque la acusación más grande que se le puede hacer a un hijo es llamarlo ingrato. Un hijo mal agradecido, que no da gracias por todo lo que su madre hace por él, es un mal hijo, un ingrato. Y nosotros no quisiéramos que la Virgen de la Caridad, nuestra Madre, pensara así de sus hijos, los cubanos. Ante su bendita imagen en el Santuario del Cobre rezamos los cubanos de cualquier época, raza, clase, ideología, mujeres y hombres, jóvenes y viejos, de una provincia o de otra, sanos y enfermos, obreros y profesionales, artistas y deportistas… ¿Habrá algún cubano que no haya oído o dicho alguna vez en su vida: “Virgencita de la Caridad”? Ella se ha vuelto tan cubana como nuestra esbelta palma real, nuestro tocororo blanco, rojo  y azul, y nuestra perfumada flor de la mariposa.

Cercano ya el día de su fiesta, al pensar qué mensaje de saludo y aliento compartir con ustedes hoy, recordé algo que me sucedió, hace unos 30 años, celebrando la Misa del domingo en Santa Cruz del Sur. Mientras predicaba me di cuenta que mis palabras no estaban llegando a los que me oían. Parecía que tenían la mente en otro lugar. Su preocupación era otra. Ciertamente, yo les hablaba de algo importante para sus vidas pero que no era lo que ellos necesitaban y querían escuchar en ese momento. Fue, al llegar a la iglesia de Macareño para la siguiente Misa, que supe la razón. Encontré a las personas conversando sobre las dificultades que se anunciaban porque se decía que iba a comenzar el “Período Especial” y hablaban de las limitaciones que vendrían. Cada uno de los presentes añadía un nuevo dato con algo que se había enterado. Y los demás, al escuchar, sentían que la tierra se abría bajo sus pies. ¿Qué mensaje trasmitirle, entonces, a esa pequeña comunidad en mi predicación? La respuesta me la dio el mismo Señor en la Oración Colecta de la Misa de ese día, que ahora les comparto:

¡Oh Dios! que unes los corazones de tus fieles en un mismo deseo: inspira a tu pueblo el amor a tus enseñanzas y la esperanza en tus promesas, para que, en medio de las vicisitudes del mundo, nuestros corazones estén firmes en la verdadera alegría. Te lo pedimos por Cristo, nuestro Señor. Amén.

“En medio de las vicisitudes del mundo”, o sea, en medio de las cosas de este mundo que hoy son, tal vez mañana no sean o quizás pasado mañana vuelvan a ser… Sencillamente: todos los presentes, los fieles y yo, vimos retratada en esa frase la situación por la que se decía que empezábamos a pasar. Varias décadas después, podría ser lo mismo que nos sucede ahora. De momento hemos sentido que perdimos la paz. Los acontecimientos vividos hace unas semanas han provocado una sucesión de hechos que han generado angustia y preocupación: manifestaciones, golpes con palos, pedradas, jóvenes presos, cubanos ofendiéndose unos a otros, etc. Todo esto unido a la preocupación permanente por los enfermos y sus medicinas, las colas de cada día, los familiares que fallecen, los niños encerrados en sus casas, la vuelta de los apagones, la angustia que genera el no saber cuándo acabará esta epidemia, las noticias falsas, etc. 

¿Qué debemos hacer nosotros en vicisitudes como éstas? Hacer lo que sí no va a cambiar, o sea, lo que nos pide la oración mencionada: “Amar las enseñanzas de Dios y la esperanza en sus promesas”. Es una buena advertencia porque podría ser que estemos más preocupados por las cosas de este mundo que por seguir las enseñanzas de Dios cumpliendo sus mandamientos. Y podríamos tener una fe con anemia que ha conseguido que olvidemos lo prometido por Jesucristo: “Yo estaré con ustedes todos los días hasta el fin de los tiempos” (Mt 18, 26-20). Y por haber olvidado esto hemos perdido la esperanza.

En medio de todas estas vicisitudes que pasamos como pueblo, la oración nos invita a tener “nuestros corazones firmes en la verdadera alegría”. Para ello nos viene bien recordar, entonces, como dichas a nosotros, las palabras que San Pablo dirigió a los cristianos de Tesalónica (1ra 5, 12-22) desde una cárcel romana: “Estén siempre alegres en el Señor… amonesten a los que viven desconcertados… sostengan a los débiles…que nadie devuelva mal por mal… vivan en paz unos con otros… esfuércense por hacer siempre el bien entre ustedes y con todo el mundo…oren sin cesar… den gracias a Dios en toda ocasión… sean pacientes con todos… cuídense del mal en todas sus formas… examínenlo todo y quédense con lo bueno”. 

No debemos olvidar que Jesucristo pasó por situaciones difíciles y rezó, en su pasión, el salmo 22 que es una de las más extraordinarias súplicas de todos los salmos de la Biblia, por la forma en que el salmista relata su angustiado dolor y por la apasionada plegaria que eleva el Señor. Se trata de un hombre que sufre corporal y espiritualmente y que, además, se siente despreciado por la gente y abandonado por Dios, y que mantiene, sin embargo, una inquebrantable confianza en el Señor y sabe que llegará su salvación definitiva.  Entre muchas súplicas, el salmo dice: “Dios mío, ¿por qué me has abandonado? ¿Por qué estás lejos de mi clamor y mis gemidos? Te invoco de día y no respondes, de noche, y no encuentro descanso; y sin embargo, tú eres el Santo. En ti confiaron nuestros padres: confiaron, y tú los libraste; clamaron a ti y fueron salvados, confiaron en ti y no fueron defraudados. Tú, Señor, no te quedes lejos; tú que eres mi fuerza, ven pronto a socorrerme, tú que no te olvidas de los pobres ni de cuantos te buscan. Y todos los confines de la tierra se acordarán y volverán al Señor; todas las familias de los pueblos se postrarán en su presencia.”

A todos nos debe consolar saber que en Camagüey, y en otras partes de Cuba, hay personas que, en estos largos meses de epidemia, se dedican a levantar el alma de los demás utilizando las redes sociales y el teléfono para alegrar a los tristes, resolver medicinas gratis, consolar a los afligidos y animar a los que se sienten sin fuerzas. Gratitud también para con las Iglesias, instituciones y países que nos están ayudando en nuestras necesidades.

Mirando otras páginas de la Biblia (Jn. 2, 1-11), podemos leer que, en una boda que se celebraba en el pueblo de Caná de Galilea, estaba presente la Virgen María con Jesucristo y sus discípulos. Allí ella se dio cuenta de la necesidad urgente que se le presentó a aquel joven matrimonio, e intercedió para que Jesucristo, su Hijo, hiciera el milagro. Los cubanos necesitamos imitar la caridad de la Virgen y crecer en el amor. Recemos por nuestra Patria a la Patrona de Cuba. El deseo de cambiar muchas cosas que deben ser cambiadas está en la mente y el corazón de muchísimos cubanos. Pidamos que todo esto se sepa hacer bien, sin amenazas, sin tener que asustar a la gente, sin tener que expulsar a nadie de ningún lugar sino contando con todos. Recemos para que los primeros en cambiar sus actitudes seamos todos nosotros porque también somos pecadores y nadie tiene derecho a tirar “la primera piedra” o a llevar un palo en la mano para defender su verdad.

Recemos también a la Virgen de la Caridad por nuestra Iglesia cubana para que sea la misma de siempre. Que siga siendo y haciendo lo que hasta ahora es y hace: la Iglesia siempre idéntica. Probada por años en la paciencia. Reconciliadora y sanadora de memorias enfermas. Llamando al amor y a la esperanza. Una Iglesia que no se ha cansado en estos últimos 60 años de llamar al diálogo entre todos porque “hablando, la gente se entiende”. Una Iglesia que conversa con unos y con otros, con los de aquí y los de allá. Que enseña el respeto, la tolerancia y a ponerse en el lugar del otro. Una Iglesia que quiere recordar a todos que “la violencia engendra violencia”. Una Iglesia que, junto con el Pan de Dios en cada Misa, se esfuerza en ayudar a muchos a encontrar el pan de cada día, la medicina de cada día, la ropa de cada día, la esperanza de cada día, el aliento de cada día. Una Iglesia pobre, necesitada, pero que no se cansa de multiplicar sus “cinco panes y dos peces” (Mc. 6, 41). 

Pidámosle a la Virgen que sepamos preocuparnos más por los problemas de los demás que por nuestros propios problemas, porque, lamentablemente, desde hace años muchos cubanos buscan resolver solamente “su problema”, no los problemas de Cuba y de los demás. Tratemos de vencer nuestro egoísmo. Eso es algo difícil pero no imposible. Recemos la conocida oración de Santa Teresa: “Nada te turbe, nada te espante, todo se pasa, Dios no se muda, la paciencia todo lo alcanza, quien a Dios tiene nada le falta. Solo Dios basta”.

Termino dándoles a todos la bendición de Dios, deseando que vaya sobre los que están enfermos de la Covid en sus casas, hospitales o Centros de Aislamiento, los presos, los minusválidos, los que viven solos, los que están lejos de su familia y de su tierra cubana, los abuelitos de los Hogares de Ancianos, los que sufren, los matrimonios sin hijos o con hijos difíciles, los que se sienten tristes, los que lamentan la muerte reciente de un ser querido y sufren por no haber podido enterrarlo como hubiesen querido. Bendición que llegue también a los que han perdido la alegría que nace de la virtud de la esperanza, y a todo el personal de Salud que, desde hace meses, da lo mejor de sí ayudando sin descanso a vencer la epidemia. Reciban la bendición de Dios y, al recibirla, hagan sobre su cuerpo la señal de los cristianos, la señal de la cruz. 

Jesucristo, el Señor, esté siempre a su lado para defenderlos. Que él vaya delante de ustedes para guiarlos, y detrás de ustedes para protegerlos. Que él vele por ustedes y los sostenga. Y que la bendición de Dios Todopoderoso: Padre, Hijo y Espíritu Santo descienda sobre todos ustedes y los acompañe hoy y siempre. AMÉN. 




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Aviso de Mons. Wilfredo Pino, arzobispo de Camagüey.

Agradezco a nuestra Emisora Provincial poder trasmitir a la población este importante aviso:

Como seguramente conocen, en este año, y por motivos de la epidemia, no tendremos las procesiones acostumbradas en honor de la Virgen de la Caridad. La razón es conocida por todos: una reunión de tantas personas resulta algo peligroso por la posible propagación de la epidemia. Les he pedido a todos los sacerdotes celebrar la novena de la Virgen en sus comunidades, grandes y pequeñas, así como tener abiertas sus iglesias el día 8 para facilitar la asistencia de los fieles. En la iglesia de la Caridad de Camagüey se celebrarán ese miércoles, día 8, cuatro misas en la mañana con el siguiente horario: 6, 8, 10 y 12 del día. Los peregrinos que solo dispongan de tiempo para dejar sus flores o encender una vela, lo podrán hacer en la entrada principal del Santuario, que cerrará sus puertas, por las restricciones de la pandemia, a las 2 de la tarde. Todos no deberán olvidar llevar su nasobuco y guardar, ya dentro del Santuario, la distancia requerida. Las autoridades de Salud recomiendan que, debido al número de personas presentes, no se lleve a los niños para evitarles un posible contagio. Gracias por su comprensión. Que Dios los bendiga a todos.

Nunca al fin (un poema de Félix Luis Viera)

Nota: Cada lunes la poesía de Félix Luis Viera. Puedes leer todos sus textos, publicados en el blog, en este enlace. Traducción al italiano de Gordiano Lupi.




Nunca al fin


Afirmo que hay una casa pequeña en un
   claro de bosque,
flores alrededor, pajarillos
que cantan desde los ramajes todo el día.
Va hacia la casa un camino que se abre
   entre el follaje.
La luz trasciende los verdores, toca tierra
y es como si floreciera la luz desde la
   propia luz.
La pequeña casa dentro del pequeño pai-
   saje es azul pálido, blancas
sus puertas y ventanas.
Y en la puerta una mujer se asoma
   al final de la tarde
esperando
al hombre que a esa hora regresa
   diariamente.

Afirmo que es mentira.
No hay casa ni flores ni pajarillos ni
   bosque
ni camino.
Ni luz ni ventanas blancas.
Afirmo que es mentira,
nunca al fin hubo nada de esto
ni lo habrá.
Afirmo que es mentira,
yo nunca regresaré al atardecer
y tú nunca me esperarás en puerta alguna.

Febrero de 1981



Mai alla fine


Affermo che c’è una casa piccola in un
   arioso bosco,
fiori intorno, uccellini
che cantano dai rami tutto il giorno.
Va verso la casa un sentiero che si apre
   tra le fronde.
La luce esalta la vegetazione, tocca terra
ed è come se fiorisse la luce dalla
   stessa luce.
La piccola casa dentro il piccolo
   paesaggio è azzurra, bianche
le sue porte e finestre.
E sulla porta una donna si affaccia
   alla fine della sera
attendendo
l’uomo che a quell’ora ritorna
   quotidianamente.

Affermo che è una menzogna.
Non ci sono fiori né uccellini né
   bosco
né sentiero.
Né luce né finestre bianche.
Affermo che è una menzogna,
mai alla fine ci fu niente di questo
né ci sarà.
Affermo che è una menzogna,
io mai ritornerò al tramonto
e tu mai mi attenderai davanti a qualche porta.

Febbraio 1981



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Félix Luis Viera, poeta, cuentista y novelista, nació en Santa Clara, Cuba, el 19 de agosto de 1945. Ha publicado, entre otros libros, siete poemarios, tres volúmenes de cuento y siete novelas.

Entre los premios que recibiera en su país natal, se cuentan el David de Poesía, en 1976; el Premio Nacional de Novela, en 1987, por Con tu vestido blanco, que recibiera al año siguiente el Premio de la Crítica, galardón que ya le había sido otorgado a este autor, en 1983, por su libro de cuento En el nombre del hijo.

En 2019 recibió el Premio Nacional de Literatura Independiente “Gastón Baquero”, otorgado por Neo Club Press, Vista Larga Foundation y otras instituciones culturales cubanas en el exilio.

Es ciudadano mexicano por naturalización. Reside en Miami.

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Gordiano Lupi, periodista, escritor y traductor, nació en Piombino, Italia, en 1960. Fundador, en 1999, junto con Maurizio y Andrea Maggioni Panerini de la editorial La Gaceta Literaria, ha traducido del español a varios autores cubanos, como Alejandro Torreguitart Ruiz, Guillermo Cabrera Infante, Félix Luis Viera y Virgilio Piñera, entre otros. Cuenta en su haber con un amplio trabajo sobre figuras del cine, entre ellas Federico Fellini, Joe D´Amato y Enzo G. Castellari. Ha publicado más de una decena de libros que abarcan diversos géneros, como Nero tropicale, Cuba magica, Orrore, ertorismo e ponorgrafia secondo Joe d´Aamto y Fidel Castro – biografia non autorizzata.

Gordiano Lupi es un luchador por la democracia para Cuba y un promotor de las artes y la cultura de la Isla.

(USA) The History of Labor Day


The first Labor Day holiday was celebrated on Tuesday, September 5, 1882, in New York City, in accordance with the plans of the Central Labor Union. The Central Labor Union held its second Labor Day holiday just a year later, on September 5, 1883.

In 1884 the first Monday in September was selected as the holiday, as originally proposed, and the Central Labor Union urged similar organizations in other cities to follow the example of New York and celebrate a "workingmen's holiday" on that date. The idea spread with the growth of labor organizations, and in 1885 Labor Day was celebrated in many industrial centers of the country. (read full text at U.S. Department of Labor's website)

y si vas al Cobre... (por Trío Matamoros)



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Ver en el blog: La Virgen de la Caridad del Cobre en nuestra música popular (por P. Jorge Catasús)

Saturday, September 4, 2021

Iglesia de la Soledad. Camagüey. Foto del año 1905.

 

El sargento Fulgencio Batista, el 4 de septiembre de 1933, según Bohemia


"El sargento Fulgencio Batista, figura máxima del movimiento revolucionario integrado por clases y alistados de todas las fuerzas armadas de la Nación, que determinó el derrocamiento del gobierno de Céspedes y la institución de la Junta Revolucionaria que rige actualmente los destinos de la República en representación de las verdaderas aspiraciones e ideales de nuestro pueblo - es un hombre conscientemente preparado, de carácter integro y afable, que ha sabido interpretar con amplia comprensión patriótica la  gravedad de nuestro momento histórico. Fulgencio Batista colabora con eficiente actividad, con los hombres que tienen ahora sobre su conciencia la responsabilidad del desenvolvimiento republicano.

En esta página hemos recogido varios aspectos gráficos de su actuación en las primeras horas de la constitución del nuevo gobierno.

Al cierre de esta edición se ha firmado un decreto ascendiendo a Coronel al Sargento Batista, asumiendo acto continuo la Jefatura del Ejército." (Bohemia. Septiembre 10, 1933)

Friday, September 3, 2021

El barrio de la Caridad en 1889


"... hallamos el Barrio de la Caridad, delicioso caserío puesto en comunicación con el grandioso Pueblo, por medio del sólido puente que le da su nombre.

Habíamos recorrido un largo paseo habitado en sus flancos, y poblado en su centro de frondosas mangiferas; cuando hallamos una inmensa plaza, en cuyo centro se eleva majestuoso el más respetable de los templos. Es un albergue sagrado que contiene en su recinto el más precioso de los tesoros, la más veneranda de las imágenes, la protectora de los Camagüeyanos.

Guarda Príncipe, guarda este augusto Santuario; guarda las bellas tradiciones de tus antepasados; guarda el sentimiento religioso que tanto te enaltece; guarda la esperanza firme en esa Reina de los Angeles, en esa Virgen de la Caridad."


"El Camagüey. Viajes pintorescos por el interior de Cuba y por sus costas". P. Antonio Perpiñá, escolapio. 1889.




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Ver
Iglesia de la Caridad, de Camagüey

La Alameda de la Caridad

El Baratillo un establecimiento comercial de Guáimaro. Historia y actualidad. (por Desiderio Borroto Jr.)

Nota del blog: Sección semanal en el blog Gaspar, El Lugareño, dedicada a Guáimaro, a cargo del historiador Desiderio Borroto Jr.



Mientras avanzaba la segunda década del siglo XX, en la calle de la Concepción (hoy Benito Morell) esquina Avenida de la Libertad, junto cerrando el paseo de esa avenida, se levantó un establecimiento comercial, el propietario inicial del mismo fue Manolo López Fernández y el nombre del amplio piso comercial fue El Baratillo, en él se reunían una bodega, panadería y una tienda de ropas y tejidos. El dueño original cedió mediante arrendamiento, una parte a Amancio Raigada, en esta sección fue donde se instaló una tienda de ropa llamada específicamente El Baratillo que se anunciaba con el slogan: El palacio de las telas anchas y los preciso estrechos… Amancio Raigada se casó con una maestra camagüeyana que vino a dar clases a Guáimaro a la Escuela Pública No 1 “Salvador Cisneros Betancourt”, ella se llamó Alicia Santelices e impartía el Quinto grado en dicha escuela, luego de levantar fortuna en Guáimaro, Amancio Raigada adquirió la tienda La Gran Antilla en el entorno de la Plaza Maceo de Camagüey.


La otra parte del edificio original quedó en las manos de la familia Sedeño que echaron a andar allí la panadería La Palma y una bodega para víveres. En las postrimerías de la década de los años setenta se echó abajo la construcción antigua para levantar un edificio de corte racionalista de dos niveles con el objetivo de que, en la planta baja estableciera un bodega de pre despacho y en la segunda planta una tienda de ropas, tejidos y la llamada Tienda de los Novios donde las parejas que se iban a casar tenían derechos a comprar determinados artículos para emprender la vida matrimonial.

Finalmente en la planta baja se mantiene la bodega pero no con el sentido inicial, se montó una panadería y también un comedor comunitario, la segunda planta después de una restauración es sede de la centro universitario de ciencias médicas del municipio y de la Asociación de Economistas de Cuba además ha servido como centro de aislamiento para pacientes sospechosos de dengue.




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Desiderio Borroto Jr. (Guáimaro 1961) Licenciado en Historia por la Universidad de Oriente y Master en Cultura Latinoamericana por la Universidad de las Artes en Cuba. Historiador, escritor, guionista radial y curador. Ha obtenido varios Premios y reconocimientos por su obra como investigador histórico y escritor.

Tiene publicado varios libros, entre ellos Abrazado sobre la Tierra (1996), El Guajiro Barba (2001), Historia de Guáimaro: Época colonial (2003), Historia de Guáimaro: República y Revolución (2005), La Vista Gorda (2007), ensayos, entrevistas y artículos han aparecido en colecciones y antologías como: Cien años con Soler Puig (2016), Calixto García la nobleza de servir a la Patria (2018), Cuando la luz del mundo crece: Sesquicentenario de la Asamblea de Guáimaro (1869-2019) (2019). También publicaciones suyas ocupan páginas de los Cuadernos Principeños, Revista Antena, Revista Santiago, Revista Viña Joven. Además de antologías y revistas de España, Uruguay e Israel.

Espérame (un poema de Thelma Delgado)



Espérame


Espérame
En el ultimo rayo del sol
Que despide al verano
Tomaré tu mano y entonces sabrás
Que la espera no fue en vano.
Cruzaremos juntos el umbral
Hacia un nuevo mundo,
Y entenderás que mi amor es por ti
Como el mar
Vasto, incomparable y profundo.
No dudes, no temas
Déjate llevar y confía en el futuro
Que el amor por nosotros espera
Con paciencia y sin apuro.





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Ver

ARTMONIA presenta "Frida Mia" y "La cantina del despecho".



 

EPD Enrique Molina (Octubre 31, 1943 - Septiembre 3, 2021)

 

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Thursday, September 2, 2021

Cuando conocí a Tiburón Morales (por Joaquín Estrada-Montalván)


En los años 1984 - 1987, más menos, en los Carnavales usaba una camisa (o camisona) de flores (que solo era para los carnavales).

Una noche sanjuanera iba con mi camisa, el tabaco (cervezas mediante), por la calle República, de pronto se me acerca alguien conocido (de la TV).

- ¿Esa camisa es de Panamá?

- Si, de allá me la trajeron.

- Porque tengo una igual y allá la compré.

Nos saludamos y despedimos, con gigante afecto, como miembros de la secta de la "camisa de flores de Panamá".

Era Tiburón Morales. Cada vez que escucho Son 14, o de Son 14 escucho, recuerdo ese día y lo grande que es Tiburón Morales, al ser tan sencillo y cercano.

¿Cámbios de mentalidad en Santiago de Cuba? (por Rafael Duharte Jiménez)



Una revisión de las primeras medidas tomadas por el alcalde Emilio Bacardi, ofrece una perspectiva interesante sobre el concepto de civilización que se abría paso en Santiago de Cuba en los umbrales del nuevo siglo.

El 15 de enero de 1902, un bando de la alcaldía dio un plazo de 15 días a las mujeres de mal vivir para desalojar el callejón de Escudero. En la prensa local se afirmaba que “la opinión publica aplaudía esta medida moralizadora”.

Un decreto del 22 de marzo puso fin a la antigua costumbre de los barrios populares de situar mesitas para vender dulces, cenas y refrescos en las puertas de las casas; la prohibición se basaba en que dicha practica “pugnaba con la cultura y las buenas costumbres de toda sociedad civilizada”.

El carnaval sufrió recortes que se anunciaron de la siguiente manera: “Se ha limitado el periodo carnavalesco, despojándolo del exceso de ridiculez”. ¿Cual seria la ridiculez? Quizás se refería a los bailes de los cabildos de nación o incluso a las congas. Lo real es que en febrero del año siguiente apareció un nuevo carnaval que se caracterizaba por las batallas de serpentinas y confetis, desde los coches y balcones y tenia sus principales escenarios en el Parque Céspedes y la Calle San Tadeo alta (Aguilera).

¡Este fue sin lugar a dudas un episodio de la antigua disputa entre África y España por dominar esta fiesta popular¡

Para algunos las regulaciones del carnaval e incluso la alternativa invernal del mismo ocultaba prejuicios raciales, lo cual no hubiera tenido nada de extraño, estando la abolición de la esclavitud a menos de dos décadas de haberse producido. Pero cuando Bacardi prohibió también las tradicionales procesiones católicas, no pocos comprendieron que la Alcaldía desarrollaba una cruzada contra una serie de prácticas tradicionales que a la luz de la nueva mentalidad resultaban incivilizadas.

En 1908 el alcalde Ambrosio Grillo, probablemente bajo presión de la iglesia católica, autorizó una procesión, provocando una airada protesta de la cual se hizo eco el periódico El Cubano Libre, este en una nota editorial titulada ¿Hacia Atrás? se preguntaba “¿A que volver ahora con procesiones que el buen gusto y la civilización desterraron y con lo que todo el mundo estaba ya conforme.”

Una ojeada a las Ordenanzas Municipales vigentes en aquel año nos permite aproximarnos al concepto de decencia que se imponía en el Santiago de la época:

-Se prohíben las conversaciones deshonestas en voz alta, los cantos, gritos y excitaciones obscenas por las calles, plazas y paseos.

-No se podrá salir a la calle en desnudez ni en traje poco decoroso, ni ejecutar en público actos inmorales o movimientos indecorosos e indecentes.

-Los dependientes no podrán estar en camisetas

-Las meretrices no pueden ocupar coches llevando el fuelle bajo.

En los primeros lustros del siglo, los mambises en el poder, sometieron a crítica la moral de la época colonial, prohibieron antiguas costumbres como las mesitas en las puertas de las casas, las procesiones católicas, las peleas de gallos y las corridas de toros; se revisó crítícamente el carnaval que en esa época tenía todavía un fuerte aliento africano y se reguló la prostitución creándose una Zona de Tolerancia aledaña al puerto.


Desde la Alcaldía y con el respaldo de la Revista Municipal, los periódicos locales y una activa sociedad civil, en cuya vanguardia se encontraban El Museo Municipal, las bibliotecas publicas y Bellas Artes, se impusieron nuevos gustos que permitieron florecer el estilo ecléctico en la arquitectura; el maquinismo que echaba a un lado los coches de caballos, dando paso al automóvil, el tren y el tranvía; así como nuevos deportes que creaba públicos en torno a la pelota y el boxeo, menoscabando la antigua popularidad de las vallas de gallos y las corridas de toros.

Simbólicamente el Teatro de La Reina cambió su nombre por el de Teatro Oriente y allí se vieron las primeras películas en cuya imágenes los santiagueros apreciaron que el mundo entero no era su aldea.


La sociedad santiaguera debió sentir la ilusoria sensación de que salía de la oscura barbarie de los tiempos de España y entraba en la modernidad. ¿Qué era la modernidad en aquel instante? La respuesta era muy simple, bastaba ver la iluminación con electricidad en La Alameda o Enramadas; los automóviles y el tranvía subiendo y bajando lomas; solo había que mirar los bellos edificios eclécticos que como el Hotel Imperial en la calle de Enramadas construyera Carlos Segrera o simplemente ir a ver una película, donde se podía “por una peseta sin moverse del Teatro Oriente, recorrer el mundo entero, con la vista y la imaginación…”

La modernidad, en la nueva mentalidad de los santiagueros, era el maravilloso mundo que emergía lleno de luces y colores de las ruinas de la sórdida ciudad colonial fundada por los españoles en el verano de 1515.





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Rafael Duharte Jiménez (Santiago de Cuba, 1947). Profesor, Historiador Ensayista y Guionista de radio y televisión. Ha publicado 12 libros, numerosos artículos y ensayos en revistas en Cuba y el extranjero y una Historia Audiovisual de Santiago de Cuba que consta de 355 audiovisuales de 12 minutos cada uno; conferencista en 28 universidades y centros de investigación en El Caribe, América Latina, Europa y Los Estados Unidos. Es miembro de la UNIHC y la UNEAC. Actualmente labora como especialista de la Oficina de la Historiadora de la Ciudad de Santiago de Cuba.

José Angel Buesa (Septiembre 2, 1910- Agosto 14, 1982)



Balada del Loco Amor

I

No, nada llega tarde, porque todas las cosas
tienen su tiempo justo, como el trigo y las rosas;
sólo que, a diferencia de la espiga y la flor,
cualquier tiempo es el tiempo de que llegue el amor.
No, amor no llegas tarde. Tu corazón y el mío
saben secretamente que no hay amor tardío.
Amor, a cualquier hora, cuando toca a una puerta,
la toca desde adentro, porque ya estaba abierta.
Y hay un amor valiente y hay un amor cobarde,
pero, de cualquier modo, ninguno llega tarde.

II

Amor, el niño loco de la loca sonrisa,
viene con pasos lentos igual que viene aprisa;
pero nadie está a salvo, nadie, si el niño loco
lanza al azar su flecha, por divertirse un poco.
Así ocurre que un niño travieso se divierte,
y un hombre, un hombre triste, queda herido de muerte.
Y más, cuando la flecha se le encona en la herida,
porque lleva el veneno de una ilusión prohibida.
Y el hombre arde en su llama de pasión, y arde, y arde,
y ni siquiera entonces el amor llega tarde.

III

No, yo no diré nunca qué noche de verano
me estremeció la fiebre de tu mano en mi mano.
No diré que esa noche que sólo a ti te digo
se me encendió en la sangre lo que soñé contigo.
No, no diré esas cosas, y, todavía menos,
la delicia culpable de contemplar tus senos.
Y no diré tampoco lo que vi en tu mirada,
que era como la llave de una puerta cerrada.
Nada más. No era el tiempo de la espiga y la flor,
y ni siquiera entonces llegó tarde el amor.


Arte Poética

Ama tu verso, y ama sabiamente tu vida,
la estrofa que más vive, siempre es la más vivida.
Un mal verso supera la más perfecta prosa,
aunque en prosa y en verso digas la misma cosa.

Así como el exceso de virtud hace el vicio,
el exceso de arte llega a ser artificio.
Escribe de tal modo que te entienda la gente,
igual si es ignorante que si es indiferente.

Cumple la ley suprema de desdeñarlas todas,
sobre el cuerpo desnudo no envejecen las modas.
Y sobre todo, en arte y vida, sé diverso,
pues sólo así tu mente revivirá en tu verso.


La sed insaciable

Decir adiós... La vida es eso.
Y yo te digo adiós, y sigo...
Volver a amar es el castigo
de los que amaron con exceso.

Amar y amar toda la vida,
y arder en esa llama.
Y no saber por qué se ama...
Y no saber por qué se olvida...

Coger las rosas una a una,
beber un vino y otro vino,
y andar y andar por un camino
que no conduce a parte alguna.

Buscar la luz que se eterniza,
la clara lumbre duradera,
y al fin saber que en una hoguera
lo que más dura es la ceniza.

Sentir más sed en cada fuente
y ver más sombra en cada abismo,
en este amor que es siempre el mismo,
pero que siempre es diferente.

Porque en sordo desacuerdo
de lo soñado y lo vivido,
siempre, del fondo del olvido,
nace la muerte de un recuerdo.

Y en esa angustia que no cesa,
que toca el alma y no la toca,
besar la sombra de otra boca
en cada boca que se besa...
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