Nota del blog: Sección semanal dedicada al Ballet y la Danza, a cargo de la la ballerina, coreógrafa y profesora Florencia Guglielmotti.
Los textos anteriores, se pueden leer en este enlace.
Serge Lifar nació el 2 de abril de 1905 en la ciudad de Kiev, Ucrania. A los 16 años ingresó en la escuela de la Ópera de Kiev y comenzó a estudiar con Bronislava Nijinska, hermana de Vaslav Nijinsky que estaba en Francia con los Ballet Russes. Así fue como, cuando en 1923 Diaghilev le solicitó a Bronislava que enviara a sus mejores cinco bailarines a Francia, Serge Lifar ingresó a la destacada compañía.
En los Ballet Russes, en un comienzo, se desempeñaba como cuerpo de baile pero por su aspecto, carácter y predisposición al trabajo, rápidamente llamó la atención de Diaghilev quien comenzó a darle roles de solista en las obras y se ocupó de su formación. Aunque Nijinska no tenía ninguna esperanza de que Lifar llegara a ser primer bailarín, una serie de sucesos terminaron poniéndolo en ese lugar. Por un lado, Anton Dolin, primer bailarín y favorito de Diaghilev, dejó la compañía; al mismo tiempo, el joven coreógrafo George Balanchine se incorpora al grupo y crea “Apollon musagète”, con música de Igor Stravinsky. Los requerimientos escénicos del personaje de Apolo resaltaban las virtudes de Lifar e intentaban disimular sus flaquezas, sobre todo técnicas. Su estreno se produjo el 12 de junio de 1928, en el Teatro Sarah Bernhardt de París, y confirmó a Serge Lifar como estrella de la danza. La dupla coreógrafo-bailarín se repitió en “El hijo pródigo”, estrenada el 2 de mayo de 1929, con música de Serguei Prokofiev, y también fue un gran éxito consolidatorio tanto para Lifar como para Balanchine.
1929 fue un año de fuertes cambios para Lifar. El 19 de agosto de ese año, en Venecia, muere Diaghilev y los Ballet Russes perdieron a su mentor y las certezas sobre su futuro. Paralelamente, Balanchine es invitado a la Ópera de París para coreografíar “Lés créatures de Promethée”, con música de Beethoven, y Lifar sería el protagonista. Al poco tiempo de llegar a París, Balanchine enfermó, Lifar tomó la posta y terminó el trabajo, estrenado la obra ese mismo año. Nuevamente público y crítica aclamaron la obra, lo que le valió a Lifar una contratación como “bailarín estrella” de la Ópera y, al año siguiente, como maestro de ballet y coreógrafo. En este triple rol, Serge Lifar mantuvo el legado de los Ballet Russes interpretando “El Espectro de la rosa” (1931) y “La siesta de un fauno” (1935), y realizando coreografías que mantenían los principios estéticos sostenidos por Diaghilev, una armoniosa relación entre movimiento, música y escenografía. Fue en este sentido que compuso “Icare” (1935), “Istar” (1941), “Suite en blanc” (1943) -una de sus obras más famosas- y “Les Mirages” (1944).
Lifar entendía a la danza como un arte de relevancia y, como tal, toda la atención debía estar centrada en ella y no en cuestiones superfluas. Es por ello que en sus funciones comenzaron a apagar las luces de la platea para focalizar la mirada en el escenario, prohibió que las bailarinas lucieran en escena sus joyas personales y que reciban a sus admiradores en el foyer del teatro. Además, programó funciones semanales únicamente dedicadas a la danza.
Durante la Segunda Guerra Mundial, en 1940, París fue ocupada por los nazis. Tanto Lifar como el director del teatro, Jean Rouché, intentaron que la Ópera no cayera bajo la administración invasora, defendiendo a los trabajadores y artistas para que no cayeran bajo sus autoritarias leyes. Al finalizar la ocupación en 1944, y por haber conseguido mantener el teatro en funcionamiento, tanto Rouché como Lifar fueron acusados de colaboracionistas y apartados de sus cargos. Como consecuencia, Lifar se trasladó a Montecarlo donde asumió la dirección del ballet de la Ópera y lo renombró como Nouveau Ballet de Montecarlo. Se desempeñó allí como director y coreógrafo hasta 1947, cuando regresó a París, ya liberado de los cargos que falsamente le imputaban y con el apoyo del nuevo director de la Ópera, Georges Hirsch, antiguo miembro de la Resistencia.
En este segundo ciclo al frente del ballet, nuevamente en un triple rol de director, coreógrafo y bailarín, continuó reponiendo y bailando obras del repertorio de los Ballet Russes, como “El pájaro de fuego” (1954), sus propias obras coreografiadas en la etapa anterior, como “Suite en blanc”, y realizando nuevas creaciones como “Les Noces fantastiques” y “Romeo y Julieta” (con música de Prokofiev) ambas de 1955. El año siguiente marcó su retiro de los escenarios, interpretando a Albrecht en el ballet “Giselle”, y en 1958 abandonó por completo sus funciones en la Ópera de París.
Además de su actividad como coreógrafo y bailarín, Lifar realizó varias publicaciones relacionadas con la danza, entre las que se destacan “El manifiesto del coreógrafo” (1935), “Diaghilev” e “Histoire des Ballets Russes” (ambas publicadas en 1939) y “Ma vie”, una suerte de autobiografía editada en 1965. Toda esta actividad le valió la inclusión en la Académie des Beaux Arts desde 1968.
Los últimos años de su vida los pasó junto a su compañera, Lillian Ahlefeldt, en Lausana, ciudad en la que falleció el 15 de diciembre de 1986. Tras su muerte, Lillian creó la Fundación Lifar con el objetivo de mantener vivo el repertorio de este magnífico creador. Hasta el día de hoy, Lifar es considerado un renovador de la danza académica francesa, con una gran influencia en varias generaciones de artistas surgidas en la segunda mitad del siglo XX.
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Florencia Guglielmotti reside en la Ciudad de Buenos Aires (Argentina). Es Profesora de Danza (titulada en la Escuela Nacional de Danzas "María Ruanova"), Licenciada y Profesora de Artes (recibida en la Universidad de Buenos Aires). Cursó estudios en la Escuela Nacional de Ballet de Cuba. Es Miembro de International Dance Council CID (UNESCO).
Actualmente se desempeña como Profesora de Danza Clásica y como Profesora Titular de Historia de la Danza en la Escuela Superior de Enseñanza Artística "Aída V. Mastrazzi". florenciagu@gmail.com/div>
Florencia Guglielmotti reside en la Ciudad de Buenos Aires (Argentina). Es Profesora de Danza (titulada en la Escuela Nacional de Danzas "María Ruanova"), Licenciada y Profesora de Artes (recibida en la Universidad de Buenos Aires). Cursó estudios en la Escuela Nacional de Ballet de Cuba. Es Miembro de International Dance Council CID (UNESCO).
Actualmente se desempeña como Profesora de Danza Clásica y como Profesora Titular de Historia de la Danza en la Escuela Superior de Enseñanza Artística "Aída V. Mastrazzi". florenciagu@gmail.com/div>