Wednesday, February 7, 2024

Virgilio Piñera revisitado. Entrevista a José Rodríguez Lastre, Nikitín. (por Carlos A. Peón-Casas)

Nota previa: La entrevista que dedicamos hoy a la consideración del amable lector fue concebida en su génesis para ser parte de un concurso periodístico. Sucedió hace ya algunos años, en el 2012, en mi natal Camagüey. El texto fue something entonces a la consideración de los respectivos jueces del afamado convite que regentaba entonces y quizás todavía, la prestigiosa revista Palabra Nueva. El texto ha permanecido inédito hasta este minuto.

La figura del retratado merecía la pena. José Rodríguez Lastre, además de su recia personalidad y sus innegables dotes como escritor y hombre del mundo teatral en la ciudad agramontina, es alguien que a mi humilde juicio forma parte de la historia del género teatral cubano, aunque de alguna forma su impronta siga mereciendo el impostergable y merecidisimo crédito que aún se le sigue debiendo.

Ojalá este intento sirva para lograrlo. Saludo desde este minuto miamense, en la acogedora impronta de Gaspar, El lugareño, la amistad y el cariño con que me honra el entrevistado.

Nikitín
Foto Facebook
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“Jamás el verdadero artista habló de una misión pues, ¿no era él mismo dicha misión?”
Virgilio Piñera. "El País del Arte". Revista Orígenes. Año IV. La Habana, 1947. Núm 16. p. 38)


José Rodríguez Lastre (Nikitín), Camagüey 1947, escritor teatral y radial, es de los pocos citadinos de esta otrora villa de pastores y sombreros, a quien se le puede atribuir, una indudable relación, desde la literatura y el teatro; pero igualmente desde las coordenadas de la amistad, con Virgilio Piñera. Nikitín, para quienes tenemos el privilegio de su amistad, pero también para su crecida audiencia radial de la ciudad de los tinajones, es de esos conversadores natos, con los que se pueden desgranar, sin esfuerzo perceptible, las muchas cuentas de una buena parrafada, cualquiera sea el tópico escogido. Su amistad con Virgilio Piñera siempre ha sido de las más reiteradas, en esas siempre apetecibles tertulias en las que nos hemos enfrascado, acogidas al buen amparo de la Biblioteca Diocesana de Camagüey. Ese es el sentido primordial de esta entrevista, en la que pretendemos que el propio entrevistado, pueda airear esas cercanías a un Virgilio, a veces tan poco conocido, con el que pudo intimar, y que sin dudas se nos hace mucho más vital y cercano a partir de esta revisitación. A cien años de su nacimiento nos proponemos echar más luz sobre las coordenadas del creador y del hombre que fue en suma, como sentido homenaje rememorativo.

Aunque, Virgilio Piñera nació en Cárdenas, habitó en algún momento esta comarca allá por los tempranos años 30. Fueron sus primeros años de juventud, y ya gestaba sus primeros trabajos literarios, con los que llegaría a La Habana. Algo se habla de sus contactos con jóvenes camagüeyanos con ciertas preocupaciones literarias y artísticas. 

¿Qué llega hasta ti de aquella temprana inmediación?

JRL. En uno de sus primeros viajes a Camagüey, después de habernos conocido, nos reunimos de tarde en casa de Carlín Galán Sariol, amigo de Virgilio desde los años treinta y pues se hablaba de todo lo imaginable. Virgilio tenía un montón de defectos con los que él jugaba con una especia de candorosa ironía, que por supuesto con el tiempo llegó a manejar muy bien, y uno de ellos era algo así como tomarle la temperatura cultural a los demás. Lo hacía con mucha frecuencia, al menos conmigo. En casa de Carlín sobre un mueble y debajo de un delicioso Víctor Manuel, frente a un Portocarrero y como que al lado de un Abela, estaba una fotografía muy bella de Emilio Ballagas, el grandioso poeta camagüeyano, el gran poeta cubano. Entre ellos hablaron con un cariño muy grande de Ballagas, y entonces Virgilio, virándose hacia mi, me dijo: “por supuesto que has leído a Ballagas… ¿no?” Yo le espeté las dos primeras estrofas de Nocturno y Elegía y lo maté. Claro me dijo, agudamente, algo así que los camagüeyanos debíamos leer a los camagüeyanos, a los poetas, y remató: pero no a todos los poetas.

Virgilio Piñera
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Luego, a mediados de los años sesenta, Virgilio vuelve a hacerse presente en la ciudad. Visita a amigos locales y discurre nuevamente por la geografía tan peculiar del Camagüey. Es entonces, cuando tienes la suerte de conocerlo. ¿Cómo discurrió aquel primer encuentro?

JRL. Yo andaba muy mal esa noche. Casi estoy seguro que era el 1 de Noviembre de 1966, y me encuentro con Carlín Galán en la calle Popular coincidimos los dos, pues íbamos a la Sala Teatro Tasende, y entramos juntos y fuimos hacia un grupo que había en el lobby y allí conocí a Virgilio, a Arrufat y a otros que no recuerdo. El asunto es que esa misma noche nos movíamos los dos por las calles de Camagüey, ya tarde… y él me preguntó sobre mí, sobre lo que hacía y mi vida cuál era…y claro, eso era como encender una radio en la cual hay alguien imparable locuteando… No llevaba mucho tiempo escribiendo y todo lo que tenía eran manuscritos. Me pidió que le llevara algo al día siguiente. Fue fantástico. Mi entrada al mundo de las letras estaba asegurada por alguien que para mí, en ese instante, era el paradigma, y aún lo es, de la escena nacional. Su aceptación fue total. Aún me asombro. Era mi primer texto teatral. El primero, como es natural no existe, se perdió.

De aquella primera vez con Virgilio, hay una anécdota muy singular y reveladora, en la que el Maestro alude a la figura de ese genial creador camagüeyano Emilio Ballagas, a quien ya citaste. ¿Te gustaría rememorarla?

JRL. No fue la primera vez, creo que te he dicho que lo fue, pero no… ahora pensando bien, no fue exactamente… Estábamos con Arrufat y fue él, Arrufat, quien sacó el tema de Ballagas… algo así como que era lo mejor, así dijo, esa frase no la olvidaré nunca: “es el cásico, Virgilio, el poeta clásico cubano.” Increíble, el rostro de Virgilio se volvió plácido y sonrió… “Emilito, dijo, tan lindo Emilito. Sí, tienes razón. Que cosa…” Yo no abrí la boca, pero bendije a Camagüey, esta ciudad que mata, la bendije…

Volvamos sobre aquel primer texto teatral, que pusiste bajo la mirada sapiente del Maestro Piñera, o más bien que tuviste la suerte de leerle tú mismo, gesto que el Maestro apreciaba. ¿Cómo fue la continuidad de aquella experiencia? 

JRL. Bueno, cuando le entrego en el lobby del Gran Hotel mi primer texto, sin título, escribo en la portada del bloc de papel amarillento, lo recuerdo muy bien: “yo no sé hacer nada”, y se lo di. Y por la noche, en el teatro… lo anterior había ocurrido en la mañana, me dijo: “estás concursando, mi vida, y el presidente del jurado soy Yo.” La cuestión era que ese gran escritor había pasado a máquina mi obra y había puesto el título: No, no se hace nada, que por demás le venía como anillo al dedo. Gané, gané uno de los tres primeros lugares. Gané. Figúrate. Por nada agarro a Dios por el cuello. No podía soñar que aún faltaba lo peor, lo peor… Lo más terrible, la nada, lo maldito, lo peor, insisto, lo peor de todo. Eran los finales de 1966. En la provincia de Camagüey, estaban los campamentos de las honorables UMAP.

Sin dudas el Maestro Piñera fue acogedor con aquel texto tuyo, y no hay que dudar que después de aquel premio, se te abrieron puertas al mundo teatral cubano, algo con lo que ni remotamente pensaste al escribirlo.

JRL. Claro, ya lo he dicho antes. Hay mucho que hablar y no tenemos tanto espacio, creo… y me dices que faltan preguntas. Solamente te voy a decir que al año siguiente en una gira del Teatro Estudio con la maravillosa Noche de los Asesinos, de José Triana, camagüeyano, ja, ja…estaba con un amigo conversando y el mismo Triana se me acercó y todo ironía él, me dijo: “ ¿Así que tú eres el geniecito del Teatro Cubano...? Carlos, tienes delante de ti al geniecito del teatro cubano… ¿Qué te parece…?” Resúmelo en la ironía de Pepe. Durante un tiempo es indudable que Virgilio me ponderó, claro, cuando aún era Virgilio. Antes de la caída. No “Después de la Caída”, como la asombrosa pieza de Arthur Miller, sino antes… antes… Virgilio no tuvo después… ¿Acaso esto es un después?

La continuidad de tu inmediación con el autor de Aire Frío, te llevan una y otra vez hasta su propio apartamento del Vedado; y al mismo tiempo, tienes la suerte de acompañarlo en sus periplos citadinos, en la temprana década del 70. ¿Qué recuerdos tienes de aquellos momentos?

JRL. Fue maravilloso: conciertos, exposiciones, teatros, él y yo por todo aquello y presentándome a todo el mundo como a una revelación. ¿De qué, Dios, de qué, que pasó? Dios, ¿qué pasó, cómo pasó?, no sé… Bueno, pasó, al carajo. Portocarrero, Raúl Milián, Servando Cabrera, Raúl Martínez, Adela Escartín, una actriz española que vivía en Cuba, y que el día que la conocí andaba con una piel de zorro al cuello, y posaba todo el tiempo…y los dos enseñaban los dientes, ella y el zorro que colgaba por su pecho…, Miriam Acevedo, la grandiosa Miriam de el Gato Tuerto, Omar Valdés, gente bella, talentosa, yo ahí sin saber a derechas que hacer. Estrenos, todo eso… ah, te digo, no podía pasar lo que pasó. Dios mío, pasó….

A partir de 1971, y de la impronta del Congreso de Educación y Cultura, la figura de Virgilio como escritor parece difuminarse de la realidad intelectual cubana; para entonces, su labor principal, o al menos la ocupación que le ganaba el sustento, era la traducción literaria; pero el Maestro seguía creando su obra impenitentemente, un poco para sí. ¿Tuviste la suerte, en alguna de tus visitas, de escuchar de su voz algunos de aquellos textos? ¿Los compartía en otros ámbitos con otros amigos?

JRL. Sí, claro que sí… Oír leer a Virgilio era un espectáculo increíble, el era sumamente teatral. El se denominaba a sí mismo “Teatral”. En su apartamento me leyó cuentos que aparecieron tras su muerte en un volumen llamado Un Fogonazo. Obras de teatro como La caja de Zapatos Vacía, El Trac, Las Escapatorias de Laura y Oscar, poemas magníficos, los leo siempre. Los Tres Poemas de Amor publicados, siempre que los leo se me convierten en tres canciones desesperadas, valga, valga bien, sí, desesperadas. Realmente él era en ese tiempo un desesperado. Creo que todo el tiempo. Su Vida Entera, y en cuanto a lo otro más vale no meneallo sólo que lo desaparecieron tanto que desapareció de verdad en Colón, en el cementerio, en Octubre del 79… dicen que había pasado el quinquenio gris. Virgilio nunca supo de esta trillada y socorrida denominación… no sé quién podría decir de qué color sería el siguiente quinquenio para él…

¿Qué te gustaría destacar de su obra creativa en general? ¿Tienes alguna especial contigüidad con alguna de sus creaciones? ¿Cómo reactualizas su literatura desde la experiencia de toda tu vida en el mediterráneo Camagüey?

JRL. Tengo una especial contigüidad con Virgilio, con él, con la letra viva que él significó y significa para mí, con sus chistes, con sus ironías, sus chismes y todos sus corre ve y diles… Eso. Ya antes de conocerlo, había leído su teatro, sus cuentos, luego leí su poesía, es lo que más leo…Curiosamente la vejez me agrada. Puedo sentarme a agradecer mi vida, a mirar mi extraordinaria existencia de provinciano ciento por ciento, no por vocación, no sino por necesidad y por no haberme podido mover por muchas razones o por una razón que no me interesa manifestar. Miro, como se dice, pasar el entierro de tanta gente buena, de mis mejores amigos… Carlos Victoria, David Lago, los que empezamos juntos y que el maldito exilio hizo lo que hizo de ellos y de mí… Vivo con el calor, otra vez, siempre, con ventilador, sí, no como Luz Marina Romaguera, el grandioso personaje de Aire Frío, esa obra que parece que se acaba de escribir. Luz Marina, ese personaje que es Cuba, Cuba, la Cuba de siempre, ansiosa y resignada a veces, o resignada siempre. Soportándose a sí misma, pobrecita, persiguiendo su azul sin encontrarlo… Ha sido fantásticamente triste, si es que esto puede ser.

Carlos Victoria y Nikitín
Foto Facebook
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Este 2012 Virgilio cumpliría su primer centenario. No han sido pocos hasta aquí, los homenajes y las rememoraciones alrededor de su vida y su quehacer. ¿Qué opinión te merece este renovado afán recordativo? ¿Cómo intuyes que hubiera sido su aceptación de tales actos?

JRL. No sé, no sé… me es inapresable… es algo que no puedo tener en mí… no sé. Pueden hacer lo que quieran… No puedo olvidar ahora su rostro la última vez que lo vi… está bien… Todo está muy bien. Aunque, en Camagüey, dicho sea de paso, estamos a mediados de año y hasta ahora, lo único que se ha hecho es un panel que se realizó cuando la Feria del Libro… Parece ser que en esta ciudad, eso de homenajear a Virgilio, no está dentro de los planes. Como si nunca hubiese vivido aquí en esta ciudad, como si en realidad, y creo eso es así para muchos, nunca hubiese existido, si mal no recuerdo, lo mismo sucedió con Emilio Ballagas en su centenario. ¿Premeditación? ¿Predestinación provincial…? ¿Predestinación?

Érika. Fragmento de "Un mariachi viejo. Una historia de amor" (Novela inédita de Félix Luis Viera)



Érika


Llevaba un pulóver azul cielo de tela más bien gruesa y mangas cortas que en ocasiones usaba para dormir y le llamó la atención cómo algunos dependientes y dependientas dejaban la vista fija por instantes en sus manos y antebrazos cuando los tenían al alcance de la mirada, debería ser por su blancor, o su tipo de blancor, pensó, y, como antes ciertos transeúntes, ahora estos dependientes y dependientas se detenían, más que a mirar, observar sus ojos por unos momentos, como si el nivel de la impresión les anulara la prudencia. Vio allí en el centro de la ciudad, por primera vez en su vida, en haces, cuánto abundaban las mujeres de culo alzado. [Su mail: “… como las cubanas, roble, pero dime si de a deveras el mío no será tan alzado, pero también tiene lo suyo en ese aspecto, y de pilón, es de líneas perfectas o casi. ¿O a poco no?”].

[En el penúltimo probador sintió de nuevo el mareo. Según su cuenta, debía ser el último si consideraba cuánto tiempo había transcurrido desde que tomara la píldora que, según me había prevenido, enfática, sería la última —“Voy a entrarle a esa novedad de los parches, cachorrito, por mucho que no te gusten, voy a entrarle, es lo menos invasivo si te pones a ver. Voy a entrarle aunque sigas con el rollo de que es el adorno más horroroso que pueda mostrar un cuerpo de mujer. Y en cuanto tenga el tiempo y la lana, voy a que me hagan la cirugía… Y ten huevos y exígeselo a la aborigen, que todavía estará soñando con tener escuincles contigo… Y ahí va de nueva cuenta, cachorrito: tu falta de vista larga: hace siglos debiste pasarte por el bisturí ya que andas de gitano metiéndola aquí y allá y buscándole broncas a una…].

[Luego de aquella tarde en que se sintió “ardorosa” conmigo, elevó el ritmo hasta lo imprevisible. Noches completas o trozos de anocheceres o de madrugadas o de amaneceres en el Hotel Revolución —conforme mis obligaciones en el periódico— desayunos, comidas, meriendas en este y otros sitios para abreviar los tiempos —doble o quizá triple gasto; aun tambaleándose sus ahorros; desechados (“por el momento”, me aclaraba), sus propósitos de apoyarme con lana para que yo me desentendiera de “la aborigen” y terminase de escribir “en su seno” Un mariachi viejo. “Y que te quede claro, papacito: si yo te ayudo para que escribas la novela, es porque amo el arte; la otra te ayuda por puta que es” ].

[Su mail: “Cachorrito, siento que las vísceras se me corren de un lado a otro, como si se estuviesen intercambiando los puestos. Híjole, ¿será el calor de esta tierra? Te lo puedo jurar... Mi panochita se me está derritiendo, manito”].

[Su mail: “Qué trabajo cuesta ser leal con la carne, cachorrito, ahora lo entiendo].

[Su mail: “O sea güey que esta noche si no tienes que ir al periódico ni jalar con la escritura de tu gran novela, Mariachi viejo, y cuando la indita esté dormida vamos a darnos otra cogida telefónica… Se me están incendiando las hormonas…, tengo aquellito con la luz roja fija”].






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Félix Luis Viera (El Condado, Santa Clara, Cuba, 19 de agosto de 1945), poeta, cuentista y novelista, es autor de una copiosa obra en los tres géneros.

En su país natal le fue otorgado el Premio David de Poesía, en 1976, por Una melodía sin ton ni son bajo la lluvia; el Premio de Novela de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba, en 1987, por Con tu vestido blanco, que recibiera al año siguiente el Premio de la Crítica, distinción que, en 1983, le fuera concedida a su libro de cuentos En el nombre del hijo.

En 2019 le fue otorgado el Premio Nacional de Literatura Independiente “Gastón Baquero”, auspiciado por varias instituciones culturales cubanas en el exilio.

Su libro de cuentos Las llamas en el cielo retoma la narrativa fantástica en su país; sus novelas Con tu vestido blanco y El corazón del rey abordan la marginalidad; la primera en la época prerrevolucionaria, la segunda en los inicios de la instauración del comunismo en Cuba.

Su novela Un ciervo herido —con varias ediciones— tiene como tema central la vida en un campamento de las UMAP (Unidades Militares de Ayuda a la Producción), campos de trabajo forzado que existieron en Cuba, de 1965 a 1968, adonde fueron enviados religiosos de diversas filiaciones, lumpen, homosexuales y otros.

En 2010 publicó el poemario La patria es una naranja, escrito durante su exilio en México —donde vivió durante 20 años, de 1995 a 2015— y que, como otros de sus libros, ha sido objeto de varias reediciones y de una crítica favorable.

Una antología de su poesía apareció en 2019 con el título Sin ton ni son.

Es ciudadano mexicano por naturalización. En la actualidad reside en Miami.

Tuesday, February 6, 2024

La invención del forastero. (un poema de Rodrigo de la Luz)



Te ataste a otro destino sin quererlo.
Fabricaste los diques
que luego te separaron del rebaño.
Safaste el nudo que te ataba a la ventana.

Ahora irrumpes estrepitoso, petulante.
Te debates entre la sumisión y la violencia.

No es demasiado tarde, la trampa está activada;
juegan las voces indagatorias con tu nombre!

Retrocede un segundo, mira desde lo alto.
La estructura ideal se desmorona,
se está gestando el fín la osadía.

Regresa, no te espongas.
El entusiasmo termina en repulsión:
Todo deslumbramiento es una estafa.

Cuando un deseo se convierte en obsesión (por Cecilia Alegría, La Dra. Amor)

Nota  del blog: Espacio semanal de  Cecilia Alegría, La Dra. Amor,  dedicado al amor de pareja.


¿Qué significa estar obsesionado? Una obsesión es una idea, palabra o imagen que se impone en la mente de una persona de forma repetitiva y con independencia de su voluntad, de forma que no se puede reprimir o evitar con facilidad. La obsesión controla a la persona, la domina. Le resta libertad. La paraliza.

El descontento es una emoción de insatisfacción y disgusto que nos resta el gozo como fruto del espíritu y la paz interior. Nuestra vida espiritual toda se ve afectada negativamente por el descontento. El hecho de que desees algo es maravilloso porque te impulsa a la acción, pero cuando ese deseo se transforma en necesidad estás a un paso de obsesionarte con la creencia de que si no lo logras serás profundamente infeliz.

La vida terrenal es finita, nada será para siempre (por lo menos no en este plano), de modo que la actitud más inteligente es disfrutar lo que tu presente te ofrece en vez de malgastar tu tiempo anhelando lo que no tienes. Agradece lo que está en tu vida porque es un milagro. Cuenta tus bendiciones. Cada vez que te asalten esos pensamientos perturbadores de insatisfacción y descontento, obsérvalos, reconócelos, pero déjalos ir; la diferencia está en quedarse, o no, pegado(a) a ellos. Reemplaza la insatisfacción con un pensamiento de luz. Reemplaza la obsesión por la libertad que sólo encuentras en tu relación con Dios.

Te sugiero meditar en los siguientes versículos bíblicos:
No es que haya pasado necesidad alguna vez, porque he aprendido a estar contento con lo que tengo. Sé vivir con casi nada o con todo lo necesario. He aprendido el secreto de vivir en cualquier situación, sea con el estómago lleno o vacío, con mucho o con poco. Pues todo lo puedo en Cristo que me fortalece. (Filipenses 4: 11-13)

El camino hacia el contento, la satisfacción y el gozo es el camino de elevación espiritual donde Dios es nuestro objetivo supremo...y mientras más lo busquemos, mayores probabilidades de que El satisfaga nuestros deseos y necesidades. Como bien reza el Salmo 37:4 "Deléitate en el Señor y El te concederá las peticiones de tu corazón".

Y una vez que hayas encontrado el camino de la verdadera felicidad basado en el gozo que solamente el Señor te puede dar, no depositarás falsas expectativas ni elevadas exigencias en tu pareja y tu relación amorosa marchará mucho mejor, para la gloria de Dios.



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Para terapia individual o de pareja contacta a La Dra. Amor a través de su website www.ladoctoraamor.com



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Cecilia Alegría, La Dra. Amor (www.ladoctoraamor.com): Consejera de Parejas, Love and Life Coach, Conferencista Internacional, Periodista y Conductora de Radio y TV. Destaca en los Latinos en Miami dando consejos sobre cómo triunfar en el terreno amoroso y ayudando a miles de parejas a resolver sus problemas. Forma parte del grupo fundador de profesores del programa Universidad de la Familia.

Ha publicado doce libros entre los que se encuentran: Comunicación Afectiva=Comunicación Afectiva (Espasa Calpe, España, 2000). 120 preguntas y respuestas para ser mejores personas (Editorial Norma, Colombia, 2004), No hay amor más grande (Editorial Aragón, USA, 2012), Amando un Día a la Vez (Ediciones Varona, U.S.A. 2015), Al rescate de tu comunicación de pareja (Ediciones Varona, USA 2017), Sexo Sagrado y Lazos del Alma (Indie Publishingnbsp, 2018), Alessia (Book Master Corp. 2019), El Poder del Amor Grape: como restaurar tu matrimonio después de una infidelidad (2021). Amanecer con Dios (2021), Del Amor Tóxico al Amor Extraordinario (2022). El continuo aprendizaje de la felicidad (Editorial El Shaddai,  2023).

Monday, February 5, 2024

A veces sufro de ataque de tos. (por Joaquín Estrada-Montalván)


Año 86, quizás 87. La conocí en el Tradicuba, una de esas noches que llegaba sin pareja, que entraba saltando una tapia por el costado del cabaret y que traía varios tragos por adelantado.

No recuerdo como fue. La memoria inicia esa madrugada, llegando a su casa, un magnífico e inmenso chalet de Montecarlo. Atravesamos con extrema cautela: sala, saleta, salita, salitica, comedor, cocina, un cuarto vacío, hasta recalar finalmente en su habitación.

Bella, de una delgadez exacta. En el instante mágico, se desata mi incontrolable y ruidoso ataque de tos, a un perro le da por ladrar. A toda prisa, de su mano, ambos con cara de pánico, desandé el hogareño camino hacia la calle, para poder continuar respirando de este lado de la vida, la terrenal.

Nunca más la vi, solo esa noche, pero me dijeron que su padre era uno de los "grandes" en esos momentos en Camagüey. Que su atuendo cotidiano incluía arma de fuego. Volví a toser. (JEM)

No es justo (un poema de Félix Luis Viera)

Nota: Cada lunes la poesía de Félix Luis Viera. Puedes leer todos sus textos, publicados en el blog, en este enlace. Traducción al italiano de Gordiano Lupi.


Del poemario Y me han dolido los cuchillos (Editorial Capiro, Cuba, 1991)


No es justo

Cursi vs. Cursi


Has hablado mal de mí, muchacha,
has dicho: “él no supo tocarme el
   corazón”.
Y eso no es justo, muchacha,
yo no podía
tocarte
lo que no tenías.


Diciembre 1988


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Non è giusto

Volgare vs. Volgare


Hai parlato male di me, ragazza,
Hai detto: “lui non ha saputo toccarmi il
   cuore”.
E questo non è giusto, ragazza,
io non potevo
toccarti
quel che non avevi.


Dicembre 1988




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Félix Luis Viera (El Condado, Santa Clara, Cuba, 19 de agosto de 1945), poeta, cuentista y novelista, es autor de una copiosa obra en los tres géneros.

En su país natal le fue otorgado el Premio David de Poesía, en 1976, por Una melodía sin ton ni son bajo la lluvia; el Premio de Novela de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba, en 1987, por Con tu vestido blanco, que recibiera al año siguiente el Premio de la Crítica, distinción que, en 1983, le fuera concedida a su libro de cuentos En el nombre del hijo.

En 2019 le fue otorgado el Premio Nacional de Literatura Independiente “Gastón Baquero”, auspiciado por varias instituciones culturales cubanas en el exilio.

Su libro de cuentos Las llamas en el cielo retoma la narrativa fantástica en su país; sus novelas Con tu vestido blanco y El corazón del rey abordan la marginalidad; la primera en la época prerrevolucionaria, la segunda en los inicios de la instauración del comunismo en Cuba.

Su novela Un ciervo herido —con varias ediciones— tiene como tema central la vida en un campamento de las UMAP (Unidades Militares de Ayuda a la Producción), campos de trabajo forzado que existieron en Cuba, de 1965 a 1968, adonde fueron enviados religiosos de diversas filiaciones, lumpen, homosexuales y otros.

En 2010 publicó el poemario La patria es una naranja, escrito durante su exilio en México —donde vivió durante 20 años, de 1995 a 2015— y que, como otros de sus libros, ha sido objeto de varias reediciones y de una crítica favorable.

Una antología de su poesía apareció en 2019 con el título Sin ton ni son.

Es ciudadano mexicano por naturalización. En la actualidad reside en Miami.

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Gordiano Lupi, periodista, escritor y traductor, nació en Piombino, Italia, en 1960. Fundador, en 1999, junto con Maurizio y Andrea Maggioni Panerini de la editorial La Gaceta Literaria, ha traducido del español a varios autores cubanos, como Alejandro Torreguitart Ruiz, Guillermo Cabrera Infante, Félix Luis Viera y Virgilio Piñera, entre otros. Cuenta en su haber con un amplio trabajo sobre figuras del cine, entre ellas Federico Fellini, Joe D´Amato y Enzo G. Castellari. Ha publicado más de una decena de libros que abarcan diversos géneros, como Nero tropicale, Cuba magica, Orrore, ertorismo e ponorgrafia secondo Joe d´Aamto y Fidel Castro – biografia non autorizzata.

Gordiano Lupi es un luchador por la democracia para Cuba y un promotor de las artes y la cultura de la Isla.

Sunday, February 4, 2024

Ballet "As Time Goes By" (por Florencia Guglielmotti)

Nota del blog: Sección semanal dedicada al Ballet y la Danza, a cargo de la la ballerina, coreógrafa y profesora Florencia Guglielmotti.


La obra “As Time Goes By” de Twyla Tharp fue estrenada el 24 de octubre de 1973 en el New York City Center. La coreógrafa utilizó los dos últimos movimiento de la Sinfonía N° 45 de Joseph Haydn, “Farewell”. El diseño de vestuario estuvo a cargo de Chester Weinberg y el de iluminación de Jennifer Tipton. La orquesta estuvo dirigida por Seymour Lipkin y el elenco estuvo conformado por miembros del Joffrey Ballet, siendo Beatriz Rodriguez y Larry Grenier los bailarines principales y el cuerpo de baile conformado por Eileen Brady, Ann Marie DeAngelo, Jan Hanniford, Nancy Ichino, Krystyna Jurkowski, Pamela Nearhoof, Christine Uchida, Adix Carman, Richard Colton, Donn Edwards, Robert Estner, Tom Fowler, Jeffrey Hughes, Burton Taylor y William Whitener.


Este ballet fue el primero que Tharp creó para una compañía que no era la propia, el Joffrey Ballet, basándose fuertemente en la técnica del ballet, lo que incluye el uso de las zapatillas de punta por parte de las bailarinas. Ese mismo año Twyla había estrenado con su compañía “Deuce Coupe”, con música de los Beach Boys, y la obra para televisión “The Bix Pieces On Camera 3”.


La estructura de la obra sigue, en alguna medida, la de la música. Comienza con un solo femenino en silencio, a medida que aparecen los instrumentos de la orquesta ingresan los bailarines hasta que los diecisiete bailarines que participan están en escena. La conformación va variando: inicia el solo que se transforma en sexteto y luego queda un trío, ingresan todos y lentamente, siguiendo el devenir de los instrumentos, los bailarines comienzan retirarse de la escena, concluyendo con un solo masculino acompañado por un dúo de violines.





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Florencia Guglielmotti reside en la Ciudad de Buenos Aires (Argentina). Es Profesora de Danza (titulada en la Escuela Nacional de Danzas "María Ruanova"), Licenciada y Profesora de Artes (recibida en la Universidad de Buenos Aires). Cursó estudios en la Escuela Nacional de Ballet de Cuba. Es Miembro de International Dance Council CID (UNESCO).

Actualmente se desempeña como Profesora de Danza Clásica y como Profesora Titular de Historia de la Danza en la Escuela Superior de Enseñanza Artística "Aída V. Mastrazzi". florenciagu@gmail.com

Saturday, February 3, 2024

"... la iglesia de la foto" (por Joaquín Estrada-Montalván)

Calle 8 y 22 ave. Miami.
Iglesia que ya no existe
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Un día (una década, hace) ibamos, enfelizaste: "es la iglesia de la foto". Me besaste.

Fugaz pero imperecedero, nuestro tiempo.

Cada vez que veía esa pequeña torre (hoy desaparecida) que a Dios y a ti me recordaban, sonreía. Regresaba tu beso.

Hoy esa iglesita linda, al igual que tú, viven en mis recuerdos.

 
En el proceso de demolición, 
en su lugar, construyeron un edificio
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No albergues el odio en tu interior (por Orlanda Torres)

Nota del blog: Sección semanal en el blog Gaspar, El Lugareño, gracias a la cortesía de la psicóloga Orlanda Torres, quien ha aceptado la invitación a compartir con los lectores sus consejos y reflexiones sobre los conflictos cotidianos.



Cuando albergamos en nuestro interior el sentimiento de odio, inconscientemente estamos destruyendo nuestro propio yo. 

Muchas veces la persona que más odia es la que tarde o temprano terminará aniquilando su propio ser. 

Este sentimiento provocará un desajuste emocional lamentable, el mismo que no será nada beneficioso para su evolución.

Toda persona que se acostumbra a odiar se auto destruye lentamente, porque eso no produce más que un desgaste psíquico lamentable. 

No olvides que el ser que odia es el que más alberga sufrimiento, debilidad e inseguridad y una profunda orfandad de espíritu. Mientras que el odiado simplemente es un espectador de un sentimiento tan repulsivo y egoísta que muchas veces se torna inexplicable. 

Los seres que hospedan este sentir viven en su interior continuamente sentimientos de ira y frustración, no logran realizarse en la vida, no se sienten aceptados en la sociedad y tienen dificultad para desenvolverse en el medio que les tocó vivir; es por eso por lo que, la única forma de descargar su enojo y descontento es haciendo sentir culpable de su desdicha a los demás, en muchas ocasiones a los seres que forman parte de su entorno.

Con este comportamiento ellos se sienten satisfechos porque están encontrando una forma de castigar a la otra persona y de esta manera ellos están mermando su ira y frustración.

Tampoco pretendas que las personas hagan lo que tú consideras, eso te traerá una gran carga emocional inapropiada. Cada cual es libre de hacer de su vida lo que considere justo y necesario. Aunque estés en desacuerdo, no somos quien para dominar la vida de nadie. Eso es un error de tu parte.

Cuando se aloja el odio en el interior del ser humano, se convierte en un ser incapacitado en todos los sentidos, se lastima y corroe su alma.

No llenes tu vida de sombras, si eso llega a suceder, posiblemente te destinarás a vivir una vida sin luz y ten la certeza de que te convertirás en un ser inmensamente infeliz. 

Aprende a trabajar tu ser interno, para que evites lastimar a los seres que te rodean y puedas asegurarte un futuro invadido de paz.







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Orlanda Torres: Psicóloga, Escritora, Educadora, Orientadora Motivacional.
Autora de los libros: "Volando en Solitario" año 2015, Guayaquil - Ecuador. (Disponible en Amazon Kindle). "Los símbolos del Amanecer" (Editorial Voces de Hoy, 2020)
-Estudió en Miami Dade College: Certificate of Florida “Child Development Associate Equivalency”. Maestra de Educación Preescolar e Infantil en la ciudad de Miami.
-Licenciada en Psicología graduada en el 02/2017 - Atlantic International University.
-Orientadora Motivacional y Conferencias pueden contactar a Orlanda Torres a través de la página que administra www.fb.com/vivencialhoy
Publicaciones en Revista Sapo - Santiago de Chile – 2016
-La Estancia en el Paraíso de los Sueños
-Relación de Pareja y su gran Desafío
-Es la Felicidad una Elección
Conferencia en Radio - Miami, Florida
-Positivo Extremo Radio: Entrevista 123Teconte “Regreso a Clases y La Adolescencia”
-¿Como aprender a ser feliz?- Edificio Trade Building-.Innobis Coworking, Guayaquil - Ecuador
-La Inteligencia Emocional en la Relacion de Pareja- WENS Consulting Group, Guayaquil - Ecuador
Publicaciones en Revista Sapo - Santiago de Chile – 2018
- Ser Mujer
Administra:
www.vivencialhoy.blogspot.comwww.facebook.com/vivencialhoyFacebook.com: Orlanda Torres
Instagram: orlanda.torres.3
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Friday, February 2, 2024

Fragmento de "Un mariachi viejo. Una historia de amor". (Novela inédita de Félix Luis Viera)


“En varias ocasiones he andado por esta cuadra y siempre la he visto desolada, sea día o noche. Ahora también. Silencio total. Retumba el eco de nuestros pasos. Sobre todo, el taconear de ella”.


Pero, en fin, los padres no comprobarán donde vivimos: jamás nos visitarían. Ellos me odiaron a partir de la segunda y última vez que estuve en su casa. Él, en la sala, comiéndose un partido de fútbol televisor mediante; ella una telenovela en el cuarto. Diserté acerca de lo dañino que resultaba para la sociedad a corto, mediano y largo plazo la adicción a la televisión tanto para mirar deportes como telenovelas o series de suspense o todo; cualquier cosa. O no cualquier cosa, rectifiqué: habría programas provechosos; solo que a estos no les prestaba atención la mayoría. La desgracia para la sociedad a corto, mediano y largo plazo tenía su surtidor en esas personas que se extasiaban durante horas frente al televisor mirando lo de tercera o cuarta o aun menos importancia.

La madre, al llamado de Cinthya, había venido hasta la sala y estaba prometiéndome un café cuando comencé el alegato, sin mirar al padre, en el sofá, ni a la madre, en el vano de la puerta ni a Cinthya junto a ella. Mi vista hacia el piso.

El padre se puso en pie con la mejor postura de desafío que podría conseguir —sacaba el pecho mientras empinaba la cabeza, esa expresión de “qué te pasa”, “qué traes” . Puse la vista en otra parte. Miré a la madre. Tenía la boca muy abierta, con la mirada en la hija.

Callados, recorremos la cuadra y pico desde el frente de Lotería Nacional hasta el cruce con la calle del fondo.

En varias ocasiones he andado por esta cuadra y siempre la he visto desolada, sea día o noche. Ahora también. Silencio total. Retumba el eco de nuestros pasos. Sobre todo, el taconear de ella.

Se siente aún más frío que hace un rato. Lo comento con ella a punto de cruzar la calle. Ella no dice nada.

Ya en la acera opuesta me pide que nos detengamos; lo hago, se sitúa de frente a mí y sin decir palabra, sube a todo dar la cremallera y el cuello de mi chamarra.

Pasamos la puerta y cruzamos la explanada —con ínfulas de estacionamiento, mas ni siquiera tiene marcadas las casillas; solo unas franjas blancas confusas en el pavimento—; hay varios automóviles que guardan un orden caótico.

Ya junto a la puerta, le pido detenernos. Hago que quedemos cara a cara. El negror de sus ojos fulgura con un halo de luz que entra en diagonal. (Esto suele ocurrir en las novelas; pero también en la vida real). Se frota las manos entre sí y me dedica una sonrisa neutral; como aquella de cuando nos conocimos o estábamos a punto de conocernos, allá en las oficinas del Seguro Social. La atraigo y deja su cabeza contra mi pecho, durante quizá treinta o cuarenta segundos, cuando la aparto suavemente y la sitúo de nuevo frente a mí. “Sí, hace más frío ahora”, murmura, y se me encima y, rápido, me besa en la mejilla. He percibido su voz quizá más húmeda que otras veces. “¿Mejor lo dejamos para otro día?”, le pregunto tomándola, leve, por los hombros. Me mira fijamente, luego hacia el cielo de la noche, después hacia el pavimento oscuro de la noche. “No, vamos ahora. Adelante”, y de nuevo aquella sonrisa neutra.

El vestíbulo es estrecho y corto. Varias butacas. Solo dos ocupadas. Una mujer morena, delgada, ocupa una; la otra, junto a ella, un hombre blanco, grueso; se advierte que han arrimado los asientos.

Tomando a la derecha, un breve pasillo; a la izquierda, a solo par de pasos, la ventanilla; el cristal, oscuro, no me deja ver al cobrador de la mitad del abdomen hacia arriba; pero sé que él puede verme totalmente; sus manos son pequeñas y parecen muy blancas. Son cien pesos por un rato.




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Félix Luis Viera (El Condado, Santa Clara, Cuba, 19 de agosto de 1945), poeta, cuentista y novelista, es autor de una copiosa obra en los tres géneros.

En su país natal le fue otorgado el Premio David de Poesía, en 1976, por Una melodía sin ton ni son bajo la lluvia; el Premio de Novela de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba, en 1987, por Con tu vestido blanco, que recibiera al año siguiente el Premio de la Crítica, distinción que, en 1983, le fuera concedida a su libro de cuentos En el nombre del hijo.

En 2019 le fue otorgado el Premio Nacional de Literatura Independiente “Gastón Baquero”, auspiciado por varias instituciones culturales cubanas en el exilio.

Su libro de cuentos Las llamas en el cielo retoma la narrativa fantástica en su país; sus novelas Con tu vestido blanco y El corazón del rey abordan la marginalidad; la primera en la época prerrevolucionaria, la segunda en los inicios de la instauración del comunismo en Cuba.

Su novela Un ciervo herido —con varias ediciones— tiene como tema central la vida en un campamento de las UMAP (Unidades Militares de Ayuda a la Producción), campos de trabajo forzado que existieron en Cuba, de 1965 a 1968, adonde fueron enviados religiosos de diversas filiaciones, lumpen, homosexuales y otros.

En 2010 publicó el poemario La patria es una naranja, escrito durante su exilio en México —donde vivió durante 20 años, de 1995 a 2015— y que, como otros de sus libros, ha sido objeto de varias reediciones y de una crítica favorable.

Una antología de su poesía apareció en 2019 con el título Sin ton ni son.

Es ciudadano mexicano por naturalización. En la actualidad reside en Miami.

Camagüey celebra su 510 cumpleaños (por Joaquín Estrada-Montalván)


La tradición local registra el 2 de febrero de 1514 como el día de la fundación de la Villa de Santa María del Puerto del Príncipe, en Punta de Guincho (luego se trasladó a la orilla del río Caonao y por último a su emplazamiento actual).


La fecha coincide con la Fiesta Católica dedicada a la Virgen de la Candelaria, Patrona de Camagüey. Esta devoción tiene su origen en Tenerife, Islas Canarias.


Por consenso esta es la fecha seleccionada para celebrar el aniversario de la Ciudad, no existe el dato exacto que permita fechar el momento real, en el que la Cruz fue plantada por estos lares.


Camagüey tierra de leyendas, no hace mucho caso a historiadores, amantes de la certeza, que insisten tenazmente en aclararnos que quizás estemos equivocados. La ciudad prefiere y disfruta la duda romántica y la nebulosa del misterio.



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Imagen tomada del website


Thursday, February 1, 2024

Virgen de la Candelaria. Patrona de Camagüey

 

Canciones dedicadas a Camagüey


La Camagüeyana
Danza de Ignacio Cervantes
Interpretada por los Hnos. Alonso
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Camagüey
 de Agustín Lara, interpretada por Javier Solís
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Son de Camagüey
letra y música anónimo;
arreglado, con música adicional, en 1988 por Stephen Hatfield.
Interpretado por NYSCAME All County Mixed Choir. 2013
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Luna en Camagüey
de  Julio Seijas y Luis Gómez-Escolar
Interpretada por la Pequeña Compañía
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Camino a Camagüey
Silvio Rodríguez
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Vertiente, Camagüey...
Benny Moré
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Qué bueno está Camagüey
Virulo
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Carnaval en Camagüey
Conjunto Casino

Un león en las calles de la Habana (por Mariem C. Gómez Chacour)


Han transcurrido ya muchos soles y muchas lunas desde que, aquella mañana por una calle habanera, caminó un león suelto como si estuviera en un paraje africano. En los setentas del siglo pasado no era la misma Habana de ahora, quizá con menos hoteles modernos, pero más tranquila y acogedora que la de hoy día... más cubana. De una u otra forma nos sentíamos protagonistas del tiempo.

En aquella Habana, donde se encuentra la sala Polivalente, frente a la terminal de ómnibus interprovinciales de la Avenida Boyeros, era un terreno abierto, sin edificaciones, donde se encontraba la Feria de la Juventud, así se le denominaba. A veces existían ventas donde se ofertaban productos de manufactura nacional en los quioscos, en otros puestos había venta de alimentos, etc. A veces levantaban una carpa del Circo Nacional y en más de una ocasión se exhibieron animales, entre ellos una jaula con su león.

A la Facultad de Psicología asistía un muchacho muy simpático y escribo su nombre: Roy, por si lee esta especie de crónica sepa que lo recuerdo con cariño como al resto de compañeros. Siempre nos hacía reír con sus anécdotas. El día del león, salió Roy de su casa para la Facultad y al ir por la calle “Diecinueve de mayo”, muy temprano en la mañana, se encontró con el león de la Feria que caminaba apaciblemente por unos portales. Contó que pasó del asombro momentáneo a un susto mortal... que instintivamente dio la vuelta y despacio se escondió en la primera entrada que encontró, una escalera de edificio.

Sintió un taconeo y vio a una muchacha caminando hacia esa dirección, muy elegante, con portafolio, sombrilla, tacones, y hasta él llegó su perfume... se contoneaba muy dueña de sí. A pesar del miedo sintió apremio por avisarle... movió los brazos y... ¡oiga no siga que hay un león! ¡oiga no siga que hay un león! Contó que la muchacha lo recriminó fuertemente... “¡es muy temprano para esa broma burda!... ¡Acomplejado!... ¡Qué maneraaa...! ¡AAAYYY! ¡AUXILIO! La vio soltar portafolio, tacones y sombrillas y correr aterrada dando gritos ... hasta que se perdió en la esquina. A los pocos minutos recogieron al león.

Se especuló mucho sobre el león de la Feria suelto y se llegó a la conclusión de que alguien dejó sin o queriendo la jaula abierta y el león salió. No hizo daño e inmediatamente lo rescataron y lo devolvieron a su jaula.

Roy no vio más a la muchacha... nunca supo si recogió sus pertenencias aquella mañana habanera con destellos africanos.

¿Cuánto permanece del Camagüey?


Esta imagen muestra el área de la ciudad de Camagüey declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, en el mes de julio de 2008.

En esa fecha el sitio web de la Oficina del Historiador de Camagüey registraba un total de "2 843 inmuebles civiles y domésticos". Desconozco cuantos quedan en pie, sin peligro de derrumbe, en este 2024, para celebrar el 510 cumpleaños de la ciudad. (JEM)


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"El núcleo más antiguo del centro histórico de la ciudad (Patrimonio de la Humanidad), abarca 54 hectáreas, está compuesto por 80 manzanas y en él residen 8 180 habitantes; posee 13 plazuelas y siete plazas, que acogen a seis templos católicos y 2 843 inmuebles civiles y domésticos.

El centro histórico camagüeyano, el mayor de Cuba, abarca en total unas 276 hectáreas." (Información tomada del website de la OHC)


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Imagen tomada del Adelante

Wednesday, January 31, 2024

Tomar un cafecito alrededor del Parque Agramonte


Tomar un cafecito alrededor del Parque Agramonte: en el Perla de Cuba, en el Parque Bar, en el Bar Agramonte, justo al lado del pequeño taller de Alfonso Sedrés. En Independencia había un cafetín con su correspondiente estanquillo de cigarros y tabacos y por supuesto la Cafetería Mozo (antigua billetería El Cambio), donde también se vendía cafecito y un poquitín más lejos en el Mogambo, por la calle Cisneros. La cafetería Mozo tenía una cafetera italiana Faema y ya salía de la vieja tradción de esas grandes cafeteras grandes, toda niqueladas que para mi mentalidad de niño resultaban unos artefactos bastante complejos de manipular. (Victor Mozo)

A la hora de la colada. Cafetería La Redonda, año 1957. (por Carlos A. Peón-Casas)


Era una cafetería de barrio como tantas en la ciudad agramontina de los años cincuenta del siglo veinte, que ya pasó. La Redonda fue su nombre comercial, un poco enigmático, pero igual de atrayente quizás por la novedad.

Un negocio bien puesto, y con clientela fija y perseverante a la hora en que la colada que se anunciaba en la calle García Roco, del reparto de Beneficencia, con un sonoro timbre. Efluvio inconfundible del Café Fariñas, producto del comerciante local que prestaba su apellido a la marca bien conocida, y de apetecible aroma y mejor bouquet.


La moderna cafetera ya con las sofisticaciones de la época, en su refulgente acabado de aluminio brillante, y con artilugios de modernidad añadidos, como aquel adminículo que con potente chorro de vapor esterilizaba las tazas antes de ser servidas, era representada y vendida por el Sr. José Guerra y González, tal y como se hacía anunciar en el propio establecimiento.

Los propietarios del local eran padre e hijo. El negocio pequeño, pero pulcro tenía un empleada fija, Evelina Mendoza, por muchos años la nana de mi tía paterna Ana María, y ya crecida aquella, empleada del prospero timbiriche de entonces. Era la cara del local, con sus atractivos ojos azules, y sus buenas maneras para con todos los marchantes.

La foto que rescata aquellos minutos de gloria del próspero emprendimiento, para seguir la usanza de los nuevos términos, deja claro que no sólo de café se nutrían sus expendios: una vistosa vitrina hacía las delicias de los más pequeños con golosinas sin cuento, refrescos bien fríos en su potente refrigerador General Electric; y cigarros y tabacos para acompañar la tacita del café humeante, de a tres centavos, con ese gesto inseparable de los parroquianos, que acto seguido del primer sorbo, prendían con deleite sus cigarrillos Trinidad y Hermanos, los Partagás de ocasión, o las brevas exquisitas de H Upman.

El gusto por aquellas coladas interminables mantenía el próspero cafetín. Su cercanía a la entonces Plaza de Santa Rosa, el mercado de exuberante variedad, la hacía paso obligado de muchos parroquianos, que se hacían asiduos, al buchito del consabido néctar.

Años después de ser nacionalizada, la conocí en mi temprana niñez. La cafetera primigenia todavía estaba en uso, pero creo muy pronto caducó o faltó el café, así que fue sustituida por una máquina expendedora de frozzen, Coppelita, creo le llamaban, que más temprano que tarde, hizo igualmente mutis por el foro. Para después el local tuvo usos y funciones diversas muy distintas a su primitiva función social. Hoy día es sólo un recuerdo apagado, otra certeza más del consabido y cierto refrán de que cualquier tiempo pasado siempre fue mejor.

Fragmento de "Un mariachi viejo. Una historia de amor" (Novela inédita de Félix Luis Viera)


“Dios y yo lo sabemos: Crucé cerca de la Gloria”.


El vestido granate de tela tenuemente gruesa. El abrigo café claro a medio muslo. Tacones que parecen erguirla todavía más. Medias igual granate, enmalladas. Los tonos de sus afeites desde este mismo color al lila suave en los pómulos. La bufanda estrecha, fina, café algo más intenso que el abrigo.

Me abraza y la aspiro lenta, intensamente. Me besa rápido en los labios; el sabor del rouge. Un perfume tenue, como de durazno, que no le conocía.

Aun en la penumbra, el azul de sus ojos reverbera.

El par de farolas a la entrada del hotel me la entregaron de cuerpo entero en la media luz: al bajar del taxi; con un paso; con dos; con tres; con cuatro quizás; hasta mí.

Dios y yo lo sabemos: Crucé cerca de la Gloria.

[“No, álamo, olvídalo: ni la primera ni la siguiente ni la última vez. Algo tan grandioso en mi vida, como lo es esto —me apunta con el índice y luego lo vuelve hacia ella— no se debe ir vertiendo en un cuarto de azotea. ¡¿Sí me explico?!”].

Erguida en toda su esbeltez —parecería redundancia— en la habitación 321 del Hotel Revolución. La cabellera corta, negra, sutilmente rizada esa noche. Erguidas igual las tetas algo más allá de la talla mediana. Los pezones sobresalientes, castaño claro; como exigiendo la libación. Estuchada en ese blancor intenso, pero enérgico. Se volvió hacia su derecha, hacia mí, y desplegó la sonrisa candorosa, la expresión de mansedumbre que acaso pareciera imposible en quien debería atesorar rencor en abundancia por el cobro que le habían destinado los conservadores durante esa etapa en que equivocara sus instintos; en quien, angustia mediante, ahora se asomaba a eso que ellos llamarían el “camino original”; con tantas cicatrices de las batallas que debió librar frente a familiares, vecinos, colegas, policías, políticos por la sola razón de no haber ejercido la razón primigenia; echada a un lado por individuos, individuas que tantas veces nos han llevado a renegar de la raza humana. A riesgo de resultar cursi, califico aquella sonrisa de angelical; y proclamo que, mientras sonreía, abrió en extremo sus ojos y, aun en medio de la semipenumbra, desbordó de azul la habitación. Sé que es cursi, pero así fue.

 







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Félix Luis Viera (El Condado, Santa Clara, Cuba, 19 de agosto de 1945), poeta, cuentista y novelista, es autor de una copiosa obra en los tres géneros.

En su país natal le fue otorgado el Premio David de Poesía, en 1976, por Una melodía sin ton ni son bajo la lluvia; el Premio de Novela de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba, en 1987, por Con tu vestido blanco, que recibiera al año siguiente el Premio de la Crítica, distinción que, en 1983, le fuera concedida a su libro de cuentos En el nombre del hijo.

En 2019 le fue otorgado el Premio Nacional de Literatura Independiente “Gastón Baquero”, auspiciado por varias instituciones culturales cubanas en el exilio.

Su libro de cuentos Las llamas en el cielo retoma la narrativa fantástica en su país; sus novelas Con tu vestido blanco y El corazón del rey abordan la marginalidad; la primera en la época prerrevolucionaria, la segunda en los inicios de la instauración del comunismo en Cuba.

Su novela Un ciervo herido —con varias ediciones— tiene como tema central la vida en un campamento de las UMAP (Unidades Militares de Ayuda a la Producción), campos de trabajo forzado que existieron en Cuba, de 1965 a 1968, adonde fueron enviados religiosos de diversas filiaciones, lumpen, homosexuales y otros.

En 2010 publicó el poemario La patria es una naranja, escrito durante su exilio en México —donde vivió durante 20 años, de 1995 a 2015— y que, como otros de sus libros, ha sido objeto de varias reediciones y de una crítica favorable.

Una antología de su poesía apareció en 2019 con el título Sin ton ni son.

Es ciudadano mexicano por naturalización. En la actualidad reside en Miami.
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Gaspar, El Lugareño Headline Animator

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