Wednesday, December 23, 2020

Noticias de las Diócesis de Camagüey y Cienfuegos. Febrero de 1917. (por Carlos A. Peón-Casas)

Iglesia de la Merced. Camagüey
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“(…) Sacerdotes sirios, armenios, etc., recorren nuestras diócesis recogiendo limosnas, y estipendios de misas…”

(Noticias de las Diócesis de Camagüey y Cienfuegos. Febrero de 1917).


por Carlos A. Peón-Casas



Se trata de una ya añosa comunicación de Monseñor Fr. Valentín Zubizarreta, entonces Obispo de Camagüey y Administrador Apostólico de Cienfuegos, emitida como Circular No. 1, y recogida en el Boletín de la Provincia Eclesiástica de la Republica de Cuba, en Febrero de 1917.

El motivo era prevenir a sus diocesanos sobre tales sacerdotes del Rito Oriental, que tenían por costumbre viajar por distintos países con preferencia en los de Europa y América, en plan de colectar fondos para las necesidades de sus propias misiones. 

Con fecha anterior, ya el Vaticano, había advertido, desde 1912, a los Obispos y Delegados Apostólicos sobre el particular, e incluso se había dirigido también a los Obispos y Ordinarios del Rito Latino para prevenirles que:
tales individuos..ni son tales sacerdotes ni, ni han sido promovidos a las Sagradas Ordenes, antes bien se ha sabido que algunos son no solo cismáticos sino hasta infieles(1)

El particular comunicado de Mons. Zubizarreta refería casuísticamente a hechos ya conocidos en las diócesis a su cuidado cuando afirmaba que:

Nos consta que algunos individuos, llamándose sacerdote sirios, armenios, etc., recorren nuestras diócesis de Camagüey y Cienfuegos, recogiendo limosnas, y estipendios de misas, y pretendiendo celebrar la Santa Misa, oír las confesiones de los fieles y ejercer otros actos del ministerio sacerdotal.

El tema se hacía cuesta arriba cuando los precitados y supuestos clérigos presentaban la supuesta documentación que los identificaba como tales resultando que:

Examinados los documentos que presentan, se ha visto que todos se reducían a relaciones consulares de diversas naciones, licencias de Obispos de las diócesis a que decían pertenecer, y a veces de alguno por cuya diócesis pasaron de tránsito (…) pero ninguno ha podido exhibir licencia de la S. Congregación de Propaganda Fide”(2)

Y aún después de conminados por el propio prelado, a cesar en sus nocivas y dañosas prácticas, aquellos, seguían reincidiendo, ante lo cual no le quedaba otro recurso que pronunciarse con enfática prohibición que dejaba saber a los presbíteros bajo su jurisdicción que:

Ningún sacerdote de las diócesis de Camagüey y Cienfuegos puede permitir a los sacerdotes del rito oriental celebrar Misa y ejercer ministerio sacerdotal en sus iglesias si los interesados no exhibían un autentico y reciente Rescripto de la Sagrada Congregación de Propaganda Fide, juntamente con Nuestra licencia para ejercer el sagrado ministerio(3)

Del hecho, solo queda hoy una memoria ya centenaria, entre aquellos anales de una historia eclesial local, todavía en plan de ser re-contada para salvaguarda necesaria de lo que fuimos, memoria singular que por obligación debemos preservar para futuras generaciones de católicos por venir.



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  1. Sagrada Congregación de Propaganda Fide para asuntos de rito oriental. Protoco. No.29642. en Boletín de la Provincia Eclesiástica de la Republica de Cuba, en Febrero de 1917. p.76
  2. Circular No. 1
  3. Ibíd

Ignacio Agramonte (por Aurelia Castillo de González)


Broncíneo el pecho, el alma diamantina,
Se levanta en los campos de la guerra
Como arcángel mortífero que aterra
Y ángel de luz que espléndido ilumina.

A su aspecto tan sólo se adivina
Cuánto de grande en el campeón se encierra.
El es de la falange que á la tierra
Viene del centro de la luz divina.

Las huestes turbulentas de los campos,
Dóciles á su voz, se tornan puras;
Y cuando muere por la patria ese hombre

La gloria le circunda con sus lampos,
Tú, amada tierra, con su luz fulguras
Y el mundo aclama delirante un nombre.


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Me parece verlo. Era alto, delgado, pálido, no con palidez enfermiza, sino más bien, así podemos pensarlo, con palidez de fuertes energías reconcentradas; su cabeza era apolínea, sus cabellos castaños, finos y lacios, sus pardos ojos velados como los de Washington; su boca pequeña y llena, como la que se ve en las representaciones de Marte y sombreada apenas por finos bigotes; su voz firme(1).

1. Pérfil de Ignacio Agramonte, por Aurelia Castillo en Vida de Ignacio Agramonte, de  Juan José Expósito Casasús, publicado por la Sociedad Camagüeyana "La Popular de Santa Cecilia", 1937.

(Bohemia. Enero 11, 1942) Herminia Agramonte Simoni, hija de Ignacio y Amalia, presidió el homenaje que le rindió Camagüey al Mayor en el centenario de su nacimiento


 

San Francisco de Asís el padre de los "nacimientos"


Como nos relata los evangelios, la ciudad de Belén estaba llena de visitantes que acudían a cumplir la orden de empadronamiento dictada por el Emperador Augusto; por ello, las posadas sólo daban albergue a aquellos que tenían dinero. Como María estaba embarazada les permitieron quedarse en un establo donde nació Jesús.

San Francisco de Asís, fundador de la orden franciscana, fue el iniciador de los nacimientos entre 1200 y 1226. Según indica la tradición, el santo recorría la campiña cercana a la pequeña población de Rieti en el invierno de 1223. La Navidad de ese año lo sorpendió en la ermita de Greccio y fue allí donde tuvo la inspiración de reproducir en vivo el misterio del nacimiento de Jesús. Construyó una casita de paja a modo de portal, puso un pesebre en su interior, trajo un buey y un asno de los vecinos del lugar e invitó a un pequeño grupo de gente a reproducir la escena de la adoración de los pastores. La tradición indica, que de manera milagrosa, en la escena aparecieron ángeles y se personificó el niño Jesús, la Santísima Virgen y San José.

La idea de reproducir el nacimiento se popularizó rápidamente en todo el mundo cristiano; y de los seres vivos, se pasó a la utilización de figuras pues los primeros misioneros en llegar a América fueron franciscanos y por supuesto siguieron la tradición de San Francisco de Asís.

Asimismo, la tradición señala que el primer nacimiento se construyó en Nápoles a fines del siglo XV y fue fabricado con figuras de barro. Carlos III ordenó que los "belenes" se extendieran y popularizaran en todo el reino itálico y español; en América, los frailes introdujeron las costumbres navideñas cristianas utilizándolas para la evangelización de los naturales, y entre ellos, los nacimientos toman un papel importante.

Las iglesias contaban con sus "belenes" que utilizaban los religiosos y los vecinos para sus solemnes procesiones de Navidad. No había familia, por humilde que fuera, que no gozara al "poner el Belén", junto al cual cantaban unidos los villancicos.

Las figuras de un "belén" pueden ser de distintos tamaños (incluso a tamaño natural) y componen las distintas escenas que recorre el nacimiento del Niño Jesús, desde la búsqueda de la posada, el nacimiento, la anunciación del Ángel a los pastores, la adoración y las ofrendas al Niño por los lugareños y la escena de los Reyes Magos guiados por una estrella hacia el portal de Belén.

El misterio de la Natividad representado en el pesebre era indispensable en todas las casas. Esta tradición ha pasado de padres a hijos, cómo la labor que realizan los artesanos que, empleando los materiales más sencillos crean una magia que no se pierde a pesar de los años. (Tomado de ACI Prensa)

Villancicos de Navidad de Juan Paris (por la Camerata Vocale Sine Nomine y la Orquesta del Instituto Superior de Arte)




Villancicos de Navidad de Juan Paris (Cataluña, ca. 1759-Santiago de Cuba, 1845).
Sellos discográficos Colibrí y La Ceiba, grabado en La Habana en 2013.

Dirección general, Miriam Escudero.
Investigación, transcripciones y conducción, Claudia Fallarero.
Intérpretes: Camerata Vocale Sine Nomine que dirige Leonor Suárez y Orquesta del Instituto Superior de Arte adjunta al Lyceum Mozartiano de La Habana. Dirección General José Antonio Méndez Padrón.


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Tuesday, December 22, 2020

Discurso pronunciado en la solemne apertura del Instituto de Aplicación de Puerto Príncipe, por Fernando Betancourt y Betancourt. Octubre 10, 1864



El Instituto de Aplicación de Puerto Príncipe inaugurado el 10 de octubre de 1864 (Instituto de Segunda Enseñanza desde 1865) tuvo su sede inicial en el lugar que actualmente ocupa el Archivo Histórico Provincial (calle Martí esq. República, nombres actuales). 


- Las sedes hasta ahora confirmadas


1. 1864 - ... Calle Martí esq. República. Actualmente Archivo Histórico Provincial.


2. ... Calle Luaces. Actualmente Arzobispado de Camagüey.


3. Fue inaugurado el 10 de octubre de 1928. 

(JEM)

(Año 1923) "Cuenta al fin Camagüey con Escuela Normal"


Hospital San Juan de Dios
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"La aspiración legítima de los camagüeyanos, se ha visto satisfecha tras animados esfuerzos realizados a ese fin por elementos valiosos de esta ciudad.

El antiguo Hospital de San Juan de Dios, que desde muy larga fecha se hallaba clausurado, fué el elegido para establecer en él la Normal. 

El primero de Noviembre quedó constituido el claustro provisional para dicho centro docente. 

La designación de Director recayó en el doctor Alberto Andino Porro, catedrático de la Escuela Normal de Santa Clara y persona muy estimada y querida en esta ciudad, donde fué hace algún tiempo Superintendente de Escuelas, Desempeñará, además, las cátedras de Gramática, Elocución y Literatura. 

Las demás cátedras serán desempeñadas en la forma siguiente: 

Sra. María Teresa Guerra de Garcini, Aritmética, Algebra y Geometría. 

Sra. Clemencia Emilia de la Torre, Geografía, Historia e Instrucción Cívica. 

Doctora Gertrudis Aguilera, Fisiología e Higiene y Educación Física. 

Señorita Blanca Suárez, auxiliar de Letras. 

Señorita María K. Fernández, enseñanza manual. 

Señor Eduardo Vega Pedagogía, Psicología 

Pedagógica e Higiene.Infantil. 

Sr. Augusto Rodríguez, Ciencias Naturales. 

Sr. Luis Aguirre, Catedrático de Música. 

Sr. José Ramón Tomé, Catedrático de Inglés. 

Felicitamos a los designados y muy especialmente, con mucho afecto, a nuestra culta compañera la señora Terina Guerra de Garcini". (Nota en la prensa de la época)




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Quinta San Zenón
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La Escuela Normal para formar maestros se fundó en Camagüey a fines de 1923. Su primera sede estuvo ubicada en el edificio del antiguo hospital San Juan de Dios. Pocos años después, tuvo su ubicación definitiva en la casona de la que se conocía como la "Quinta de San Zenón".

Actualmente
Gobierno Provincial
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Luego de la llegada en 1959 del que se cogió todo, que yo recuerde estuvo en ese edificio el Pre de San Zenôn. Actualmente radica lo que le llaman Asamblea Provincial del Poder Popular o Gobierno Provincial. (JEM) 

Flora Díaz Parrado, primera mujer cubana que ocupó un puesto diplomático


"Concurrentes al banquete ofrecido a la señorita Flora Díaz Parrado con motivo de su próximo viaje a España para ocupar el cargo de secretaria de la Embajada de Cuba. La señorita Díaz  Parrado es la primera mujer cubana que desempeña un puesto diplomático." (Carteles. Marzo 1934).



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Flora Díaz Parrado, camagüeyana, de la que poco se habla hoy día. Periodista, escritora, luchadora por los derechos de la mujer, diplomática ...


 

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El treinta y uno de octubre de 1991, falleció, en Madrid una de las más brillantes camagüeyanas y cubanas cuya meritoria labor social y literaria yace olvidada en esa parte mutilada de la historia de Cuba.

Me refiero a la Dra. Flora Díaz Parrado. Defensora del derecho de la mujer cubana al sufragio, participó en la lucha contra la dictadura de Machado, padeciendo prisión. Fue una de las mujeres que cargó en hombros el ataúd de Rafael Trejo hasta su tumba. Fue la primera mujer cubana que ocupó un cargo diplomático, desde 1934; carrera que fue interrumpida al dejarla cesante el gobierno revolucionario en 1962, cuando se quedó a vivir en Francia y no regresó más a Cuba.

En 1939 rescató de los campos de concentración franceses a centenares de cubanos, hispanoamericanos y españoles que huían de la recién concluida guerra civil española y se hallaban padeciendo enfermedad, frío y hambre. Les llevó ropa, alimentos y medicinas y les facilitó partir hacia Cuba, concediéndoles pasaporte cubano. El gobierno de Francia reconoció, a través de la prensa, su tarea heroica.

En 1951, ante el Tribunal Internacional de La Haya, defendió el Derecho de Asilo, tomando para ello el caso del político peruano Víctor Raúl Haya de la Torre. Desde su cargo diplomático en París gestionó y obtuvo de la municipalidad de París que, en esa ciudad, se dedicase una plaza a José Martí, en conmemoración del centenario de su natalicio. Periodista muy admirada en Cuba, escribió en la prensa camagüeyana así como en la de La Habana y en algunas de las principales revistas de Cuba (Social, Carteles, Antenas, Revista de la Universidad del Aire, Bohemia y otras).

Cuando ocupaba un cargo diplomático en Chile, en 1937 publicó su novela-ensayo Mis tinieblas. En 1941, en Cuba, Cinco cuentos y El velorio de Pura, además de Teatro. Conferencista, publicista, fue relevante su obra. En octubre de 1952 le fue otorgada la orden Carlos Manuel de Céspedes, con diploma y medalla de oro.

Sus últimos años los pasó totalmente olvidada de camagüeyanos y de cubanos, en general. Hoy, desde aquí, queremos exhortar a que tratemos de rescatar la memoria de tan ilustre compatriota. (Adalberto Afonso Fernández. Nota tomada del website "Camagüeyanos por el Mundo". http://www.camagueyanos.com/quienes/camagueyanos/rescate_flora.html)

Monday, December 21, 2020

(Argentina. Año 1954) Alicia Alonso aseguró sus piernas por 4 millones de pesos

Según reportó Bohemia el 12 de septiembre de 1954, around esa fecha, Alicia Alonso aseguró sus piernas en Buenos Aires, por 4 millones de pesos.


(Bohemia. Febrero 15, 1963) Alicia Alonso cuenta sus inicios en el ballet

Mamá me cosía las zapatillas, las remendaba, les ponía forro postizo. También me hacía los trajes de ballet llegó a hacerse una verdadera experta en todas esas cosas.

Y bien, así fui creciendo y bailando, creciendo y bailando.

Después, Fernando y yo nos hicimos novios. Nos casamos y más tarde fuimos a los Estados Unidos. AIIá él trabajó en una oficina y yo, que estaba en estado, hacía el oficio de ama de casa. 

Un día, mi marido estaba haciendo ejercicios en un gimnasio cuando lo vio un famoso bailarín ruso, Michel Mortkin (que había sido compañero de la Pávlova), y le animó para que formara parte del grupo de Ballet que hacía representaciones en distintos lugares de los Estados Unidos. 

Cuando Fernando llegó a casa y me habló de la proposición que le había hecho Mortkin, yo le dije: "Si tú te metes a profesional, Yo también!" 

Yo por mi parte, siempre había seguido practicando el ballet, aunque fuera sola en mi cuarto. 

Mes y medio después de dar a luz a mi hija Laura, ya estaba yo bailando junto con Fernando en unas comedias musicales. Cuando se referian a mí decían "Mrs. Alonso". Fernando rectificaba: "No, she is Martínez" (No ella es Martínez). Pero le respondían: "No, it's O. K. 

Mrs. Alonso". Y ya nunca dejaron de llamarme así. 

-¿Entonces, fue así como Alicia Martínez se convirtió en...?

- ¿Alicia Alonso? Sí.



Alicia Alonso. Giselle


(Video. Agosto 4, 1967) Carmen. Alicia Alonso y Ballet Nacional de Cuba


ParAlicia (Videoarte dirigido por Alejandro Pérez y coreografía de Tania Vergara)




ParAlicia

Videoarte dirigido por Alejandro Pérez, con música de Frank Fernandez, interpretado por Viengsay Valdés y Alicia Alonso, con coreografía de Tania Vergara. Cuba, 2015.


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La composición coreográfica de este homenaje, a cargo de Tania Vergara, es un elemento que debe destacarse. Vergara, ganadora del Premio Iberoamericano de Coreografía Alicia Alonso, no pierde su sello. Su particular forma de mirar el ballet que coquetea con lo moderno, y a la vez utiliza elementos de la danza contemporánea, se mantienen en esta pieza, donde en los primeros minutos saca un trabajo más interno de la Valdés.

Vergara, quien tiene en su haber una pieza distintiva como La muerte del hombre, no se amilana ante el reto y asume desde su propio lenguaje el homenaje a Alicia. Busca a través de los diversos estados de ánimos que puede producir la melodía de Frank Fernández hilvanar sentimientos más que discursos que van in crescendo.

Viengsay Valdés, a quien recientemente se le entregara el premio Lorna Burdsall, uno de los tantos reconocimientos que ha merecido esta bailarina, logra momentos de verdadera intimidad con la cámara de Pérez, sobre todo en los minutos iniciales del audiovisual, su trabajo con las manos deja una agradable impresión a la vez que construye un lirismo que parece expandirse en los últimos instantes de la coreografía, cuando la bailarina comienza a hacer gala del tecnicismo que la ha caracterizado y ha provocado la admiración de los públicos. (en Un videoarte para Giselle, por Mayté Madruga Hernández. Palabra Nueva)

(Octubre 1955) Homenaje nacional a Alicia Alonso


 

Sunday, December 20, 2020

(Bohemia. Diciembre 1936) Congreso Eucarístico de Cuba


El 20 de diciembre de 1936, en el Congreso Eucarístico de Cuba, tuvo lugar la coronación de la imagen de la Virgen de la Caridad, por el arzbispo Mons. Valentín Zubizarreta. 

"Piedad Gonzáles. Cubana" (Un poema de Salvador Rueda. 1857-1933)


Hay un mar en medio de ti y de mi vida, 
pero con la mente que cielos recala, 
miro tu silueta muy lejos, muy lejos, 
igual que si viera moverse una palma. 

Tú estás en América, mujer peregrina, 
en Cuba, la tierra más bella del mapa; 
yo estoy en Europa detrás del Atlántico
en el territorio divino de España. 

Viéndote distante, distante, distante, 
como un paraíso me finjo tu cara, 
con dos ojos negros y grandes, tan negros 
que para expresarlos no tengo palabras. 

Dos ojos cubanos serán tus dos ojos 
llenos de tinieblas profundas y trágicas,
ojos con vorágines como los abismos 
en donde los hombres chocando naufragan. 

Ha de ser el manto de tu cabellera 
un lienzo de sombras profusas y largas, 
tejidas en rizos rebeldes y duros 
lo mismo que viboras engarabitadas. 

Y bajo tu forma de luto y tragedia,
detrás de tu aspecto sombrío de drama,
 pienso que se esconden dulzuras de piñas,
de chumbos pajizos y cakis de grana.

Huelen á resinas, de lejos, tus manos
un sahumerio de gomas arábigas,
huelen, desde lejos, á plátanos ricos
y á las chirimoyas henchidas de savia.

De blanca corteza de coco maduro
será de tus dientes la hilera engranada, 
con brillo del nácar que críen las conchas
que por los playares rodean la Habana.

Quisiera contigo, cubana de fuego,
beber el almíbar de un casco de caña,
y que tú mordieras los áureos canutos
antes que mis labios con sed los probaran.

Quisiera, cubana de cejas de ébano, 
teniendo mi frente rendida en tu falda, 
quemar en mi boca, como un pebetero,
un negro tabaco de nube azulada. 

Pero estás muy lejos, morena hermosura, 
y sólo podemos tender con las almas, 
y un largo telégrafo que cambie divino 
los besos de Cuba, por besos de España.

Nacimiento (un poema de Salvador Rueda)



La Tierra, por llanuras y montañas, 
bella explosión de amor llama a la vida; 
y es que del Sol la cópula encendida 
sembró una primavera en sus entrañas. 

Vides y frondas, álamos y cañas, 
muestran la savia en brotes convertida, 
y es la Madre inmortal estremecida 
por convulsiones íntimas y extrañas. 

Fingen los broncos mares sus lamentos, 
sus sacudidas los furiosos vientos; 
Hora, y de flores los almendros nieva. 

Es que del mundo y su esplendor avara, 
la gran reproductora se prepara 
¡al parto inmenso de la vida nueva!

Saturday, December 19, 2020

(Camagüey. Octubre 1923) Baile de caridad organizado por los jóvenes de la "Acera de Estrada Palma"


Leyendo revistas "viejas", encuentro en una publicación camagüeyana, esta interesante nota de un baile organizado en el año 1923, por "los jóvenes de la Acera de Estrada Palma". Imagino que serían los "pepillos del comercio" o "los de la Plaza" de los 70s, 80s, que yo envejeciendo y en la distancia desconozco si en el Camagüey de ahora, existan "pepillos" con esa dedominación o alguna otra actual. (JEM)



"Fué elegida para su celebración la patriótica  fecha del 10 de octubre. 

Y tuvo efecto el gran baile en la terraza del  Hotel Camagüey. 

Fué organizado por los entusiastas jóvenes de la Acera de Estrada Palma, bajo la dirección del doctor Emilio L. Luaces, a beneficio de la noble y humanitaria institución de Siervas de María.

La poética terraza del Hotel vióse invadida por lo más distinguido de nuestra sociedad, deseosa de demostrar sus simpatías a la benemérita comunidad religiosa que tiene a su cargo, generosamente, la caritativa misión de asistir a los enfermos. 

También el comercio de la localidad secundó la filantrópica idea, regalando muchos objetos para que fueran rifados en la fiesta. 

La Banda Municipal y la Camagüey Jazz Band amenizaron el baile con las más selectas piezas hoy de moda. 

Y la Compañía Eléctrica cedió todo el alumbrado que lució esa noche tanto el hall del Hotel como el roof

Bien por los muchachos de la acera, a quienes se debe el brillante éxito de tan hermosa fiesta." (Texto tomado de una publicación camagüeyana de la época)

Friday, December 18, 2020

Fiel (un poema de Thelma Delgado)



Cuando decido navegar otros mares
Olvidarte, y de nuevo vivir
El me implora: !No me ates a nuevos 
amores,
Que solo por El yo quiero latir!

A veces me interroga, me mira, me exige
Se entristece y en silencio solloza.
Cuando le hablo de ti, porque el así lo 
elige,
Una amplia sonrisa entonces esboza

Quisiera marcharme, descubrir otros lares
Y en un nuevo horizonte ver el sol salir
Pero mi corazón, bueno, El tiene otros planes,
Se empeña en quererte y ser fiel a ti.



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Ver

(Bohemia. Febrero 1, 1953) El Ismaelillo a los 18 años de edad.


 

Thursday, December 17, 2020

Verdor recién nacido a la blancura (un poema de Miguel de Unamuno)



Verdor recién nacido a la blancura 
de flores que el azul del cielo esmaltan; 
olor a primavera y al recuerdo 
de las que fueron y serán mañana. 

Por debajo del tiempo sueño en Lázaro 
cuando soñaba, al renacer, con su alma 
y en las estrellas que a la luz del día 
me dan su luz que al corazón apaga. 

En torno la campiña sueña absorta 
la mar que sus verduras amamanta; 
la mar no sueña, duérmese y dormida 
hace soñar la vida que no acaba. 

Verdor en la azulez y la blancura; 
el ocaso se enciende, y en la calma 
el rojor de las nubes, las estrellas 
de Lázaro me anuncia y la alborada.

La novia de Lázaro (por Dulce María Loynaz)


A mi hermana Flor


y el que había estado
muerto, salió atadas las
manos y los pies con vendas
y su rostro estaba envuelto
en un sudario.
Vers. 44, Cap. 8, Evang. S. Juan.



I

Vienes por fin a mí, tal como eras, con tu emoción antigua y tu rosa intacta, Lázaro rezagado, ajeno al fuego de la espera, olvidado de desintegrarse, mientras se hacía polvo, ceniza, lo demás.

Vuelves a mí, entero y sin jadeos, con tu gran sueño inmune al frío de la tumba, cuando ya Martha y María, cansadas de esperar milagros y deshojar crepúsculos, bajaban en silencio lentamente las cuestas de todas las Bethanias.

Vienes; sin contar con más esperanza que tu propia esperanza ni más milagro que tu propio milagro. Impaciente y seguro de encontrarme uncida todavía al último beso.

Vienes todo de flor y luna nueva presto a envolverme en tus mareas contenidas, en tus nubes revueltas, en tus fragancias turbadoras que voy reconociendo una por una...

Vienes siempre tú mismo, a salvo del tiempo y la distancia, a salvo del silencio: y me traes como regalo de bodas, el ya paladeado secreto de la muerte.

Pero he aquí que como novia que vuelvo a ser, no sé si alegrarme o llorar por tu regreso, por el don sobrecogedor que me haces y hasta por la felicidad que se me vuelca de golpe. No sé si es tarde o pronto para ser feliz. De veras no sé; no recuerdo ya el color de tus ojos.

II

Tú dices que no es tarde y que la muerte no tiene más sabor que tiene el agua. Dices que fue apenas en la reciente lunada cuando te dejamos tras la terrible piedra del sepulcro y aún no segaron en la mies el trigo que estaba verde la mañana aquella en que salimos acastrar colmenas y nos besamos por la vez última...

Yo no contaba el tiempo, bien lo sabes. Sólo cuando te fuiste empecé a contarlo, empecé a morirme bajo los números y las horas y los días que en mi cuenta se hicieron infinitos como son infinitas las angustias que caben en un instante de mal sueño.

¿Por qué quieres que cuente bien ahora, que tenga prisa ahora, cuando ya con los dientes le gasté todos los filos a la prisa? Yo esperé un siglo sin esperar nada. ¿Y tú no puedes esperar un minuto esperándolo todo?

Dime, Lázaro: ¿Acaso no era más difícil resucitar que quedarte, cuando mi alma se abrazaba a la tuya forcejeando hasta desangrarse, con la muerte?

Vamos, refrena ahora los corceles de tu estrenada sangre y ven a sentarte junto a mí, ven a reconocerme.

Yo también soy ya nueva de tan vieja: de los milenios que envejecí mientras el trigo maduraba en la misma mies, mientras lo tuyo era tan sólo una siesta de niño, una siesta inocente y pasajera.

Y no te impacientes, amado mío, que yo aprendí paciencia como letra con sangre, bien entrada

III

No se me oculta no, que es la felicidad la que no espera. Hora es de ser feliz y habrá que serlo o no serlo ya nunca. Se me devuelve el bien que di por perdido, el amor, la dulzura en lontananza del hogar, de los hijos, de las veladas a la lumbre en invierno; bajo la enredadera en el estío, unas tras otras dulces, pequeñitas, alargándose hasta el confín del tiempo.

Todo eso comienza a tomar forma, a ponerse de nuevo al alcance de mi mano y de mi pequeña, femenina capacidad de imaginar la dicha.

Pero aun sabiéndolo así, no es culpa mía que esta dicha me tome de sorpresa, me encuentre desprevenida como invitados a la fiesta que llegan antes de que la casa esté arreglada.

Tiempo hubo de arreglarla y en verdad la arreglé muchas veces... Hasta que luego no la arreglé más y el polvo siguió cayendo, poseyendo la casa sin dueño.

No te empeñes, Lázaro mío, en echarme cuentas sobre el polvo: soy una novia vieja a la que habrá que perdonarle sus torpezas tanto como su piel marchita y sus ojos cerrados todavía a tal milagro.

Soy una novia vieja, y este amanecer en que vienes de donde vengas, de donde nadie vino antes, es un amanecer nuevo o demasiado viejo; es ciertamente como el primer amanecer del mundo. Toda la vida, toda la Creación, todo tú mismo están por delante.

Sólo yo quedé atrás. Todavía en las mieses de la mañana aquella, todavía en el beso perdido entre las mieses. Todavía en todo lo que ha dejado de ser, o no fue nunca.

IV

Como el primer amanecer del mundo... Eso es, y hay que ajustarse a eso. Pero mientras se ajusta el corazón, será inútil que me fatigues con premuras.

Tuve una noche larga... ¿No comprendes? Tú también la tuviste, no lo niego. Pero tú estabas muerto y yo estaba viva; tú estabas muerto y reposabas en tu propia muerte como en un lago sin orillas, como el niño antes de nacer en la remansada sangre de la madre.

En tanto yo seguía viva con unos ojos que querían taladrar tu tiniebla y unos huesos negados a tenderse y una carne mordida, asaeteada por ángeles negros rebelados contra Dios.

¡Tú estabas muerto y yo seguía viva sintiendo el paso, el peso, el poso de la noche que se me había echado encima, incapaz de morir o conmoverla!

Conmover la muerte... Eso yo pretendía. Conmover a la Inconmovible, a la Ciega, a la Sorda, a la Muda...

Fue otro quien lo hizo. Vino y la noche se hizo aurora, la muerte se hizo juego, el mundo se hizo niño.

Vino y el tiempo se detuvo, le abrió paso a su sonrisa como las aguas del Mar Rojo a nuestros antiguos Padres.

No necesitó más que eso, llorar un poco, sonreír un poco y ya todo estaba en su puesto.

Dulcemente. Sencillamente. Indolentemente.

V

Ahora tú eres su obra, el recién nacido de su palabra taumatúrgica.

Las que me digas en adelante, sólo serán el eco de la suya dominadora, vencedora de la muerte. Serán las que no supe arrancar de tu pecho vivo o muerto ni ganarle a su mano, ni beber en mi sed. Ellas caerán en mi alma horadada por la espera, como flores extrañas en un pozo.

¿Te será lícito servirte de ellas para jurarme amor en la ventana; para mimar al ternerillo enfermo, para cantar al son de la vihuela como gustabas de hacerlo al atardecer, de vuelta de las faenas campesinas?

No lo sé, ni tú mismo puedes saberlo ahora. Sé que estás aquí, pálido todavía y todavía erguido en el deslumbramiento de tu alba, devueltos a tus labios los besos que no tuviste tiempo de besar.

Pero sé también que entre tú y yo ha ocurrido algo inefable, y aunque yo estoy aquí como tú estás, yo me he quedado fuera del prodigio, ajena a lo que hacían con tus labios, con tu cuerpo, con tu alma, con todo lo que antes era mío...

Cierto, la vida apremia y no hay que pedir más milagros al Milagro: la vida apremia y tus labios están cerca, exactos en su media luna rosa.

Yo podría besarlos si quisiera y lo querré muy pronto, amado mío... Pero ¡qué miedo como lepra, qué duda para siempre de no besar en ellos lo que besaba entonces, lo que tal vez no valió la pena resucitar!

VI

Aprenderé de nuevo el vuelo de tus garzas, los diminutos ríos de tu sangre, la intimidad de tus luceros.

De la muerte rozada en punta de ala, borraremos las cicatrices mínimas, luz o sombra en tu carne rescatada.

Encontraré entre todo lo perdido, la miel que te era grata, la canción que te hacía sonreír y la que un día te ganó una lágrima. Y otra vez anudaré una cinta a mi trenza, una ilusión de novia a mi ventana.

Pero, ¿y si fueras tú quien no me hallaras? Si fueras tú quien en vano buscaras lo que dejaste tras esa ventana vanamente engalanada, y en la miel no adivinaras tus abejas, y en la ofrenda de mí misma sólo tuvieras la de mi fantasma?

Si fueras tú quien a tu vez me hablaras sorda, me besaras fría, me sacudieras rígida... Tú quien me sorprendiera muerta, muerta, sí, inexorablemente muerta hasta en la sonrisa,

liberada ya de cuanto pudiera ser gloria o tragedia en nuestro destino...

Ah, te estremeces, Lázaro, porque hasta ahora tú sólo has querido seguir siendo tú mismo y no te has preguntado si yo sigo siéndolo.

He podido morirme ante tus ojos que me ven viva todavía. He podido morirme hace un instante del encuentro contigo, del choque en esta esquina de mis huesos con tu rostro perdido... Choque de tu presencia y mi recuerdo, de tu realidad y mi sueño, de tu nueva vida efímera y la otra que ya te había dado yo en él y donde tú flotabas perfecto, maravilloso, inmutable, rabiosamente defendido...

Sí, yo soy la que ha muerto y no lo sabe nadie. Ve y dile al que pasó, que vuelva, que también me levante... Me eche a andar.

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Fue publicado por primera vez en El Diario de la Marina. Febrero 14, 1957.





San Lázaro (un documental de Csilla Szigeti. 2006)


San Lázaro
(2006, color, 15 min. 43 seg.)

Un acercamiento a la peregrinación que hacen devotos cubanos hasta el santuario de El Rincón, dedicado a San Lázaro, en La Habana. 


Directora: Csilla Szigeti. Hungría.  

Música: Cachao, Orishas y Lázaro Ross.

Wednesday, December 16, 2020

En Memoria de mis tabacos (por Joaquín Estrada-Montalván)


Revisando fotos de mis tabacos (casi fumados), me doy cuenta que hace cuatro años (noviembre 2016) dejé de disfrutar del placer del buen fumar. 

Los tabacos me acompañaron durante toda mi vida adulta (y un tin menos, porque empecé antes de los 18). 

Que recuerde solo fumé cigarro un día en la Sierra Maestra durante los tiempos del Grupo de Exploración "Juracán" en la Universidad Oriente. Ese día llovió como es frecuente en esos lares y el frío era molesto (no tenía tabaco y recurrí al cigarrete).

Fumar tabaco es placer, reflexión, es social, es romántico y aumenta el calor en los ratos de pasión. Todo eso le agradezco.

Dicen los estudios que colabora con enfermedades respiratorias y relacionadas con el cáncer. Aunque dicen también, que es menos no saludable que el cigarro. Yo no sé.

Un día (allá por el 2016) me di cuenta que fumaba de más y decidí dejarle. 

No le extraño, pero le reconozco que le debo parte de mi manera de ser ...

Como anécdota comparto que many años ago, luego del día de San Lázaro en Camagüey, el sacerdote a cargo me entregaba varias cajas de tabaco y una lista (incluido yo) para que los distribuyera. (JEM)

(Carteles. Noviembre 1928) "Oh, las modas". Caricatura by Massaguer


 

Beethoven's 5th, Salsa, Mambo & Rock




Camagüey en Severo Sarduy y viceversa (por Carlos A. Peón-Casas)



Severo Sarduy, mal que nos pese, sigue siendo asignatura pendiente para el lector de esta ciudad que lo vio nacer en 1937, y en la que habitó solo sus primeros diecinueve años. Con él como con los mejores se cumple a rajatabla la frase de Cristo: “nadie es profeta en su tierra”

Su obra, empero, debiera ser el orgullo permanente de todo camagüeyano que se precie de serlo, y no digo ya de los eruditos y doctos… 

Pero por esas omisiones siempre imperdonables y algunas otras hierbas, no se le ha publicado, ni por equivocación, en estos pagos desmemoriados para su fama de inigualable narrador. 

Una librería de la ciudad, en el colmo de los dislates, lleva hasta su nombre, pero el interesado lector no adquiere allí un libro de su autoría.

Y es una pena que así sea. Quienes lo hemos leído en esta nuestra no siempre inefable mediterraneidad, lo hemos hecho muchas veces a hurtadillas. Se habla y se discurre amablemente de su legado, generalmente entre unos pocos iniciados, pero es un diálogo como el de los sordos, con sólo señales y silencios.

Sin embargo la ciudad habita la obra del escritor. Desde las riveras del Sena parisino donde encontró acomodo su cuerpo y su espíritu creativos, y donde hubo de procrear su obra, se permea inefable, no ya como un recuerdo amable, sino mucho más que eso, como una permanente recurrencia.


Mi crónica de hoy re-visita con mirada siempre deslumbrada, su segunda novela: De Donde son los Cantantes (1965) en acto rememorativo, y el lector no quedará defraudado al descubrir pormenores de esa ciudad suya y nuestra, y de esta región legendaria.

La primera de las alusiones es a la mismísima Dolores Rondón como figura esta vez, no de la ancestral leyenda decimonónica y puertoprincipeña, sino de un sainete que, recorre en diez momentos, los mismos que contienen la famosa espinela; el epitafio para su tumba anónima en el camposanto camagüeyano, y que el autor imagina como escrito por la propia Dolores.

Son los nuevos avatares de su personaje retomado en la ficción narrativa, y enmarcada en la ciudad ya republicana, donde Dolores sigue las transformaciones de Mortal Pérez, inequívoco destinatario del poema: 
(…) un político de subrayada oratoria en sus etapas de concejal, aspirante a senador, senador y senador depuesto(1)
La historia tiene su setting narrativo en el lugar donde se guarda la memoria perpetua en forma legendaria de aquella Dolores:
-Como hace tanto calor, no nos vendría mal un paseíto por el cementerio: el mármol refresca, casi como una limonada. No hay mesitas ni traganiquel en este jardín de la piedra, pero a eso llegaremos. En este de Camagüey, en el centro de Cuba, no faltan retratos al oleo, con el muerto negro más rosado que lo que estuvo en vida, ni capiteles de dos pisos, ni lectura (…) Duro Oficio el de Dolores. Cortesana y poeta. Cortesana lo fue toda la vida. Poeta por un día (…)(2)
La recreación del personaje definida por el autor como “mulata wilfredolamesca” se enmarca en un ambiente de la ciudad de fácilmente reconocible en las décadas de los cuarenta o cincuenta del pasado siglo XX:
una calle cerca de la estación. Hoteluchos. Olor a tabaco y a mango. En el aire color limón la gorra roja de los maleteros, la risita de las espuelas. Pregones. Joyeros ambulantes, quizás el claxon de un viejo Ford(4)
Una Dolores distinta que se define por boca de Sarduy como:
“(…) bailadora fina, a otros con la rumba de cajón. Letrada, lo soy, no muy leída. Calada en santos, apuntadora de las buenas. Al fijo, al corrido. (…) Hija legítima soy de Ochún, la reina del río y del cielo. Hay que sacudirse. Hay que ir siempre adelante como los tranvías. Hay que salir de aquí”(5)
Una historia que como la de la proverbial décima, no puede tener buen final, y cuyo designio se cumple inexorable con la advenediza Dolores que lo deja todo y marcha presurosa tras su ídolo hasta la capital y más allá si es preciso:
No aguanto más esta ciudad polvosa, sin barcos, sin restaurantes chinos. Quiero Chop-suey, arroz frito, pollo con almendras, puerco azucarado. Iré a donde sea. A Peking, a Hong Kong.(…) pero llegaré a mi destino puntualmente como un tren americano. La vida es como una jabonera; el que no se cae resbala…(6)
Su vuelta es empero a la misma realidad luego que sus dotes de bailarina exótica, sus “caderas camagüeyanas”(7) sean desenmascaradas, y su Mortal venido a menos. Lo que sigue nos suena ahora mismo como un mal presagio, una ya cumplida premonición:
La cuenta se acabó. La carrera se acabó. Las vacas gordas se acabaron, están tísicas, deshidratadas, viudas de toro, hechas tierra(8)
Un exordio final es conclusivo en la voz de la propia Dolores que hace mutis inevitable, no por el foro, sino por el sendero que se cierra irrevocable:
De mi te dejo testimonio: mi vida escrita en una piedra, junto a mi tumba. No la leerán sino los mendigos, los enterradores y las viudas, no la tocarán sino los lagartos y la zarza roja…para que te acuerdes de mi, te dejo estas palabras, en diez versos mi vida, en mármol para que no lo borren ni la lluvia ni el viento:

Aquí Dolores Rondón/finalizó su carrera/ven Mortal y considera/las grandezas cuáles son/el orgullo y presunción/la grandeza y el poder/todo llega a fenecer/pues sólo se inmortaliza/el mal que se economiza/y el bien que se puede hacer.(9)

Justo en un segundo momento de la novela; La Entrada de Cristo en La Habana, el autor nos presenta otra vez a ese Mortal: “joven amante ausente que va a metaforizarse en Cristo”, en una larga peregrinación por la geografía cubana. Su paso por el Camagüey es la recreación que desde la ficción comparto ahora, con el amable lector:
(…) mal lo recibieron las de Santa María del Puerto del Príncipe. Oigan los wellcomes que le espetaron las damas camagüeyanas, parapetadas detrás de las conchas y cuerdas de sus ventanas:

Dejarás nuestras torres mudas, pero te hundirá las naves el bronce de tantas campanas. (¡Lo habían asimilado a un corsario).(…)(10)
Y después, una especial referencia con la que cierro estas alusiones, al imaginario de una ciudad que perduraría siempre en el recuerdo del narrador, el Sarduy, afincado en las lejanías parisinas, pero jamás ausente de su patria chica, su inolvidable ciudad sin murallas:
Le nublaron la cara la sombra de los dátiles, en los jardines negros de las Mercedes, la araña de los arbotantes del coro. Quiso perderse en los laberintos de los fabricantes de ángeles, entre los quioscos de orfebres y los vendedores de libros viejos. A lo largo de las márgenes del Tínima espejaban en la bruma, bajo el halo amarillo de las bujías, las vitrinas delos rastros españoles, tablas catalanas con santos decapitados (…) Cayeron las persianas todas. Los vendedores…, le tiraron la puerta en la cara. Se apagaron las luces. Doy fe que así se terminó el paseíto camagüeyano(11)



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  1. De Donde son los Cantantes. Severo Sarduy. Seix Barral. Barcelona, 1980. p.151
  2. Ibíd. p.57
  3. Ibíd. p.60
  4. Ibíd
  5. Ibíd
  6. Ibíd. p.74
  7. Ibíd. p. 77
  8. Ibíd. p. 86
  9. Ibíd. p. 83
  10. Ibíd. p. 132
  11. Ibíd. p.134

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Ver en el blog
Dos Sonetos de Severo ó algunas notas breves a un hallazgo. (por Carlos  A. Peón-Casas) 
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