Wednesday, February 10, 2021

Salvador Cisneros Betancourt, Marqués de Santa Lucía (por Frank de Varona)

 Monumento en el parque Casino Campestre 
 Camagüey 
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A pesar de haber sido dos veces presidente de la República de Cuba en Armas, luchado en las dos guerras de independencia y representado su provincia en el senado republicano, a este ilustre camagüeyano, Salvador Cisneros Betancourt, no le han dedicado extensas biografías y atención como a otros patriotas. El Marqués nos impresiona y nos enorgullece por su heroísmo, sacrificios y virtudes. Abandonó riquezas, bienestar, privilegios y a su familia en la lucha por la libertad de su patria. Nació en la villa de Santa María del Puerto del Príncipe, hoy Camagüey, el 10 de febrero de 1828 en el seno de una familia noble y muy rica. Su familia era una de las más acaudaladas de Cuba siendo propietarios de muchos esclavos, fincas, colonias de caña e ingenios azucareros.

Salvador Cisneros Betancourt fue el único hijo varón de los dos matrimonios de su padre, José Agustín Cisneros, marqués de Santa Lucía. Heredó don José Agustín el título de marqués de un tío, el Presbítero Agustín Cisneros, y se lo legó a su hijo Salvador. La primera esposa de su padre fue Catalina Betancourt y Betancourt y tuvieron tres hijas, Francisca Javiera, María del Carmen y Ciriana Eusebia. Al enviudar su padre se casó con Ángeles, hermana de su primera esposa, y nacieron Salvador, Águeda y María Caridad. Viudo por segunda vez, el padre sostuvo relaciones no legalizadas con Francisca Hernández Llanes, con la que tuvo dos hijos más, Félix e Isabel, quienes fallecieron en la infancia.

Muy joven Salvador Cisneros fue enviado a estudiar a Filadelfia, Estados Unidos por unos cinco años. Estudió ingeniería y aprendió a vivir en libertad en una democracia. Al regresar a Puerto Príncipe en 1846 a la edad de 18 años se enteró que su familia quería que se casara con Micaela Betancourt y Recio, hija de su tío Gaspar. Se rebeló contra esos planes pero en una visita a una finca vio a su prima Micaela, que tenía solamente 16 años. Como él mismo confesó años después, Micaela tenía “atractivos por su hermosura y candor, y no pudo por menos atraerme. No le fui indiferente, y en una hoja de naranja le hice mi declaración, a la que correspondió.”

Los primos se casaron el 12 de diciembre de 1850. Tuvieron siete hijos, José Agustín, Carmen, María Ángela, Gaspar Alonso, Ángela Gregoria, Clemencia Catalina y Clemencia Irene.

Desde muy temprano Cisneros Betancourt se opuso al abuso del colonialismo español y a la opresión que sufrían los cubanos. La falta de derechos de los nacidos en Cuba y la forma arrogante y despótica de gobernar a los cubanos hizo que Salvador se uniera muy pronto a los separatistas.

Según su propio testimonio estuvo involucrado en la conspiración de Joaquín de Agüero y Agüero en 1851, que terminó con el fusilamiento de Agüero y otros patriotas camagüeyanos. Tenía 23 años y unos cinco meses de casado cuando fue arrestado en su casa el 4 de mayo de 1851, encarcelado, enviado al Morro de La Habana y deportado. Al llegar a España se fue a los Estados Unidos y a pesar del peligro regresó a Puerto Príncipe. 

Fue electo alcalde de Puerto Príncipe, cargo que desempeñó con gran honestidad. Siendo rico fue generoso con todas las obras de caridad de su ciudad natal, lo que aumentó la admiración que todos le tenían. Fundó el Cuerpo de Honrados Bomberos de Puerto Príncipe y fue su comandante. Prestó servicios gratuitos de bombero hasta la época republicana. Fue presidente de la Sociedad Filarmónica de su ciudad natal, más tarde llamada Sociedad Liceo. Su espíritu progresista y emprendedor hizo que participara en las ferias ganaderas y agropecuarias. Cisneros donó los terrenos de esas ferias a Puerto Príncipe, que fueron destinados a un parque de recreo, hoy conocido como Casino Campestre. Parte de este extenso terreno fue cedido a sociedades de recreo y allí eventualmente se instalaron el Club Atlético Bernabé de Varona, el Camagüey Tennis Club y la Sociedad Maceo. De joven yo participé en actividades deportivas y eventos sociales en estos dos primeros clubes. La Sociedad Maceo se usó para personas de color. Gracias al Marqués los camagüeyanos del exilio disfrutamos de niños o de jóvenes de este enorme parque en el medio de la ciudad y los que hoy viven en Camagüey tienen para su uso uno de los parques más grandes de toda Cuba, sino el mayor.

En junio de 1866 se organizó en Puerto Príncipe una Junta Revolucionaria compuesta por el Marqués y por Manuel Ramón Silva, Carlos de Varona Torres y otros prestigiosos principeños. Al año siguiente, constituyó con Eduardo Arteaga, la logia masónica Tínima para poder conspirar contra España. Al enterarse que en Bayamo también se preparaba una revolución, Salvador Cisneros Betancourt y Carlos de Varona fueron seleccionados para reunirse con los bayameses. En la reunión los orientales le informaron su intención de levantarse en armas el 3 de agosto de 1868. El Marqués, junto con Agusto Arango, fue seleccionado para una segunda reunión con los orientales. Hizo un viaje a caballo hasta las Tunas y de ahí a San Miguel donde se reunió con Francisco Vicente Aguilera, Francisco Maceo Osorio y Pedro Figueredo. En esta reunión acordaron en aplazar la revolución hasta 1869. Salvador Cisneros partió para La Habana para informar, entre otros, a Antonio Zambrana y al conde de Pozos Dulces. 

Trabajando en La Habana para regar la semilla de la rebeldía, lo sorprendió el alzamiento de Carlos Manuel de Céspedes el 10 de octubre de 1868 en Yara. Regresó inmediatamente a Puerto Príncipe para apoyar al movimiento de independencia en Oriente. Salvador Cisneros al frente de 72 patriotas camagüeyanos se alzó el 4 de noviembre de 1868 en las márgenes del río Las Clavellinas. Ignacio Agramonte y sus amigos habaneros, como Zambrana, Sanguily y Luis Victoriano Betancourt, se unieron a los insurrectos. Algunos camagüeyanos insistieron en gestiones conciliatorias con España en una reunión en Las Minas el 26 y 27 de noviembre. Ignacio Agramonte exhortó a los patriotas a arrancarle a España, mediante la guerra, la libertad de Cuba. Salvador Cisneros también pidió por la continuación de la guerra para no permitir que los españoles concentraran todo su ejército contra los patriotas orientales.

El Marqués participó en abril de 1869 en la elaboración de la Constitución de Guáimaro y fue nombrado presidente de la Cámara de Representantes. La Constitución creó un gobierno republicano y democrático con la subordinación del poder militar a la autoridad civil. Ahí fue elegido Carlos Manuel de Céspedes presidente de la República en Armas. El Marqués participó en numerosos combates con mucha valentía y serenidad.

Al ser depuesto Carlos Manuel de Céspedes, Salvador Cisneros Betancourt fue nombrado presidente de la República en Armas el 27 de octubre de 1873, cargo que desempeñó hasta el 28 de junio de 1875. Este patriota es el único camagüeyano que ha alcanzado la presidencia de Cuba.

Como otros patriotas de la Guerra de los Diez Años, Salvador Cisneros Betancourt perdió toda su fortuna. Su extensa familia sufrió inmensamente en la guerra. Su esposa Micaela con sus hijos y muchos familiares abandonaron sus lujosas casas y comodidades y partieron a la manigua. El Marqués recordó de esta época tan difícil escribiendo “Mi familia vivía constantemente amenazada e intranquila…” Explicó “en noviembre de 1869 éramos 25 de familia…todos estaban enfermos a excepción de Micaela, mi esposa y Carmita mi hija justamente en esa misma época murieron ambas, las únicas que estaban saludables.” Su familia anduvo errante, vistiendo harapos, huyendo del ejército español y sufriendo indecibles privaciones. A la muerte de su esposa, sus hijos Gaspar, Ángela y Clemencia quedaron al cuidado de su suegra y cuñada hasta que en 1870 los adultos regresaron a la ciudad. El Marqués envió a sus hijos a la finca Hato Viejo. Por falta de alimentos su pequeña hija Clemencia murió en esa finca. Entonces el Marqués envió a su hijo Gaspar a Nueva York y a su hija Ángela a Puerto Príncipe.

A pesar de las muertes en su familia y la sangre derramada en diez años de guerra, el Marqués se opuso energicamente al pacto del Zanjón que puso fin a la Guerra de los Diez Años.

El Marqués partió hacia el exilio en Nueva York donde continuó laborando por la independencia de Cuba. En esa ciudad, viviendo en la pobreza, vendía tabacos y cigarros en un pequeño puesto para ganarse la vida.

Cuando comenzó otra vez la guerra de 1895 liderada por José Martí, Máximo Gómez y Antonio Maceo, el Marqués con 67 años volvió a pelear en la manigua. Después de la muerte de José Martí, el 19 de mayo de 1895, el Marqués fue nombrado por segunda vez presidente de la República en Armas. Desempeñó ese cargo del 13 de septiembre de 1895 al 13 de septiembre de 1897. Estuvo presente de presidente de la República en Armas cuando se redactó la Constitución en Jimaguayú. Dedicó sus esfuerzos a la formación efectiva de un gobierno civil y luchó contra la anarquía que había causado el fracaso de la Guerra de los Diez Años. Con la intervención de los Estados Unidos y secundados por el ejército mambí, España fue derrotada en 1898.

El Marqués, siendo un patriota y nacionalista, se preocupó mucho por la soberanía de Cuba. Durante la intervención de los Estados Unidos fue electo por Camagüey como delegado a la Convención Constituyente donde participó en la preparación de la primera constitución de la república. Se opuso energicamente a la Enmienda Platt diciendo “…se va en oposición de su independencia absoluta…Cuba, aún cuando le pese a alguno, tendrá su soberanía y su independencia absoluta, cumpliéndose el juramento de independencia o muerte…” Pero por un voto de 15 a 14 de los cubanos de la Asamblea incluyeron en la Constitución de 1901 la Enmienda Platt que le daba a los Estados Unidos el derecho de intervenir en los asuntos internos de Cuba. Esto se debió a la amenaza de los Estados Unidos a prolongar su intervención militar en Cuba al no ser que esta enmienda fuera incluida en la nueva constitución cubana. No sería hasta el año 1934 que Franklin Delano Roosevelt la abolió y Cuba obtuvo su soberanía completa.

Al inicio de la república, el 20 de mayo de 1902, el Marqués fue electo por su provincia de Camagüey senador sin pertenecer a ninguno de los partidos políticos. El fracaso de la república y la segunda ocupación de Estados Unidos llevó al Marqués a fundar la Junta Patriótica para agrupar a cubanos y salvar la República.

Un año antes de morir creó el Comité Pro-Abolición de la Enmienda Platt. Salvador Cisneros Betancourt fue unos de los camagüeyanos más ilustres y generosos de nuestra historia. Vivió con honor y hasta el último momento, a edad muy avanzada, defendió enérgicamente la soberanía y los intereses sagrados de la patria. Murió en La Habana el 28 de febrero de 1914, a la edad de 86 años. Dejó parte de su fortuna al Consejo Territorial de Veteranos de Camagüey y a otras obras benéficas. Su ciudad nombró una calle y un colegio en su honor y la República de Cuba imprimió un billete de 500 pesos del Banco Nacional de Cuba con su imagen. Fue un patriota de gran integridad y honestidad y es orgullo de todos los camagüeyanos.

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Frank de Varona is an educator, historian, journalist, and internationally known expert on politics, economics, foreign affairs and national security issues. He was born in Cuba and, at the age of 17, he participated on the Bay of Pigs invasion in an effort to eradicate communism in Cuba. After spending two years in prison, he returned to the United States, where he earned three college degrees. He is married and has a daughter and a grandson.
Mr. de Varona had a 36-year career in the Miami-Dade County Public Schools as a social studies teacher, principal, region superintendent, and associate superintendent of instruction. He also was an associate professor of social studies in the College of Education at Florida International Education for seven years. Currently, he is a part-time Adult Education Coordinator in the Miami-Dade County Public Schools.
He has written 20 books and many articles in newspapers and magazines. Among his books are Hispanics in U.S. History Volume 1 and Volume 2 (1989), Hispanic Presence in the United States (1993), Latino Literacy: The Complete Guide to Our Hispanic History and Culture (1996) and Presencia hispana en los Estados Unidos: Quinto Centenario (2013). Mr. de Varona is the only Hispanic in the nation who has written three books in Spanish about Barack Obama: ¿Obama o McCain? (2008), El verdadero Obama (2010) and ¿Obama o Romney? (2012).

(Camagüey) Monumento a Salvador Cisneros Betancourt


Monumento a Salvador Cisneros Betancourt, ubicado en el Casino Campestre de Camagüey. Inaugurado el 10 de febrero de 1928 en el centenario de su nacimiento. (Foto fechada 14 de febrero de 1928)
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Luego del paso del Huracán Ike, 
por la ciudad de Camagüey. Septiembre 2008.

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Foto actual
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 El Proyecto en mármol.


"El Marqués de Santa Lucía.

Estatua de mármol, obra del escultor italiano Arturo Dazzi, que será inaugurada próximamente en Camagüey, la ciudad natal del venerable patriota y revolucionario, prócer de nuestras guerras libertadoras." (Foto J. Pennino. Social, julio 1926)

Tuesday, February 9, 2021

Las huellas de Francisco López Segrera en Santiago de Cuba (por Rafael Duharte Jiménez)



A fines de la década del sesenta, del siglo pasado, ingresé en la Escuela de Historia de la Universidad de Oriente, en esa época las vacas sagradas del claustro eran Francisco Prat y Felipe Martínez Arango y las estrellas en ascenso: María N. Trincado, Olga Portuondo, Sonia Moro, Hebert Pérez, Julián Mateo y Francisco López Segrera.

Recuerdo que cuando comenzaron las clases, el profesor de sociología no apareció y nos dijeron que había ganado un premio y estaba de viaje por Alemania; cuando finalmente llegó, se convirtió inmediatamente en nuestro ídolo, pues nos parecía brillante e irreverente, combinación muy rara en aquellos tiempos grises.

En particular para Joel James y para mi, Paquito como le decían sus colegas y amigos, llegó a ser un Maestro en el sentido en que usaron este término los griegos antiguos. Una vez nos dio clases mientras subíamos a pie a la Gran Piedra; al llegar arriba, después de varias horas de esfuerzo físico y sabios comentarios, Paquito encendió un tabaco e hizo una serie de profundas reflexiones; ahí terminó la clase, porque la bajada de regreso fue particularmente agotadora y creo que fuimos en silencio hasta Santiago.

Pienso que la influencia de Paquito fue cardinal para desarrollar cierta imaginación sociológica que nos distanció, al menos a Joel y a mí, de una visión de una historia reseca y descriptiva, que predominaba, con escasas excepciones, en la carrera; él nos enseñó también la importancia del ensayo como vehículo idóneo para expresar ideas. Estoy seguro de que todo lo que publicamos Joel y yo en el campo del ensayo histórico, tiene las huellas de nuestro Maestro Francisco López Segrera.

Ahora me viene a la mente una pequeña anécdota de aquéllos años duros. Nos daba una conferencia un historiador soviético, que fue presentado como una figura importante de la Academia de la Historia de la URSS, al terminar el individuo amablemente solicitó al público preguntas y comentarios; creo que hubo varias. Yo que por aquellos días estaba fascinado con la obra del sociólogo norteamericano Charles Write Mills (La Imaginación Sociológica y La Elite del Poder), le pregunté su opinión sobre la obra de Mills. El ruso hizo un silencio de piedra y puso una cara como si tuviera un cólico, luego habló en ruso con su traductor un par de minutos, hasta que éste con un gesto violento, dio un puñetazo en la mesa y así de forma muy deslucida, terminó la conferencia.

Nosotros estábamos asombrados y especulábamos en el sentido de que el traductor quizás era un agente de la KGB y por eso había humillado en público al académico; luego Paquito muerto de risa nos dijo que los soviéticos desde hacia varios años habían dejado de estudiar la sociología por considerarla una ciencia burguesa y que obviamente el académico no había oído hablar de Mills…

Un día Paco se fue para La Habana y luego para la UNESCO y lo perdimos de vista. Algunos años más tarde desde la UNESCO en Caracas nos envió una plata para apoyar el coloquio del Festival del Caribe que nosotros organizábamos y que por ese entonces era un espacio teórico importante en la región del Caribe. Recuerdo que el dinero nos permitió invitar a dos figuras notables de los estudios, caribeños, uno de ellos Teotonio Dos Santos.

Durante los últimos años, ya retirado de la UNESCO, cada vez que viene a La Habana me llama por teléfono desde su choza de la Quinta Avenida, recuerdo que una vez que le hablé de venir a Santiago, me dijo que en la Habana se sentía como dentro de una botella de creolina, entonces no le insistí más; ese es el gran Paco, un tipo genial, cosmopolita y con un gran sentido del humor.

Ayer escuché a algunos viejos colegas hablando de nuestros tiempos de estudiantes en la Escuela de Historia y me percaté de que algunos no recordaban a Paquito, por eso cuando llegué a mi casa, sin quitarme el polvo del camino, escribí esta nota que meteré en una botella y voy a tirar mañana al mar en la boca del Morro.


Rafael Duharte Jiménez, 7 de febrero de 2021

El 9 de febrero y los Beatles

El 9 de febrero...


... de 1961, primer concierto de los Beatles, John Lennon, Paul McCartney, George Harrison y Pete Best, en el club The Cavern, Liverpool.
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... de 1964, primera presentación de los Beatles, en la televisión de USA, en "The Ed Sullivan Show".

El cambio radical comienza por uno mismo (por Cecilia Alegría, La Dra. Amor)

Nota del blog: Espacio semanal de Cecilia Alegría, La Dra. Amor, dedicado al amor de pareja.


El columnista y ministro cristiano George Crane cuenta la historia de una esposa que le solicitó su consejo sobre cómo convivir con un esposo por el que se sentía llena de rencor y odio. "Lo único que quiero es deshacerme de él; cobrarme la revancha y herirlo tanto o más de lo que él me ha herido antes de divorciarme", comentó la resentida dama. El consejo de Crane empezó de una manera totalmente ilógica e inesperada: "Vaya a su casa y comienza a actuar tal y como si lo amara de verdad. Dígale diariamente por cada cosa que le da gracias, por más pequeña que ésta sea. Elogie todo lo que él haga bien, inclusive las más mínimas cosas (como sacar la basura, por ejemplo). Haga un esfuerzo sobrehumano por ser considerada, amable, dulce y generosa. Complázcalo en todo y finja que disfruta de su compañía... Entonces, cuando él se haya acostumbrado a un trato digno de un rey y sienta que usted lo ama, entonces suelte la bomba: Dígale que se va a divorciar de él inmediatamente. Ya verá cómo eso le dolerá más que ninguna otra cosa", concluyó Crane.

La mujer sonrió con ojos vengativos: "¡Excelente, magnífica idea... Después de hacerle cree que lo amo... va a sufrir más cuando lo deje!"... De regreso a su casa, la esposa empezó a hacer y decir todo al pie de la letra lo que Crane le había sugerido y por los dos meses que él le había recomendado. Al cabo de ese lapso, la señora regresó a la oficina del pastor, quien le preguntó si seguía convencida de que el divorcio era la única solución posible. "En lo más mínimo… Jamás", respondió emocionada. "He descubierto que en realidad lo amo!".

¿Qué había sucedido? Sus acciones habían cambiado sus sentimientos. Su decisión de "hacer algo" (aunque las razones no fueran auténticas) transformó la realidad de un matrimonio que parecía destinado al fracaso. La acción desencadenó la emoción. La habilidad o capacidad de amar dependió de actos repetitivos que fueron confirmando la promesa original de amor eterna que ella había hecho al casarse. ¡Y el marido cambió por añadidura! Porque basta con que uno de los dos cambie para bien, para que la dinámica de la relación cambie favorablemente.

Es maravilloso constatar lo que pasa en los corazones y las mentes de la gente cuando comienzan a tratar a otros como Preciosos y Dignos de Honra, sobre todo si se trata de la persona que debería ser la más importante en nuestras vidas después de Dios: nuestro cónyuge.






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Cecilia Alegría, La Dra. Amor (www.ladoctoraamor.com): Consejera de Parejas, Love and Life Coach, Conferencista Internacional, Periodista y Conductora de Radio y TV. Destaca en los Medios Latinos en Miami dando consejos sobre cómo triunfar en el terreno amoroso y ayudando a miles de parejas a resolver sus problemas. Forma parte del grupo fundador de profesores del programa Universidad de la Familia.

Ha publicado doce libros entre los que se encuentran: Comunicación Afectiva=Comunicación Afectiva (Espasa Calpe, España, 2000). 120 preguntas y respuestas para ser mejores personas (Editorial Norma, Colombia, 2004), No hay amor más grande (Editorial Aragón, USA, 2012), Amando un Día a la Vez (Ediciones Varona, U.S.A. 2015), Al rescate de tu comunicación de pareja (Ediciones Varona, USA 2017), Sexo Sagrado y Lazos del Alma (Indie Publishingnbsp, 2018), Alessia (Book Master Corp. 2019), El Poder del Amor Ágape: como restaurar tu matrimonio después de una infidelidad (2021)

Srta. Juana de Póo y Pierra (por Luis T. de Lipa)


Es cual bella mariposa
Que, sin pesares ni duelo,
Emprende rauda su vuelo
A la celeste región;
Es dulce y tierna poetisa
De frase rica y galana,
Y es, en fin, una cubana
De sin igual corazón.


1881



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Juana de Póo y Pierra. La Habana. Febrero 5, 1863 - Febrero, 1924.

Fernando Figueredo Socarrás (por Frank de Varona)

Un camagüeyano que hizo valiosas contribuciones tanto en Cuba como en los Estados Unidos, fue Fernando Figueredo Socarrás quien nació en Puerto Príncipe el 9 de febrero de 1846 y falleció en La Habana el 13 de abril 1929. Su padre Bernardo Figueredo y Téllez era de Bayamo y su madre Tomasa Socarrás de Varona de Camagüey. Nació en la casa de sus abuelos maternos como era común en aquella época.

Estudió en Bayamo y en La Habana y a los 18 años pasó a estudiar en la Escuela de Ingeniería de Troy en el estado de Nueva York. Allí hizo amistad con Teddy Roosevelt que le llamaba cariñosamente “Figue.” Informado por su padre de la situación en Cuba regresó a Bayamo en 1868 incorporándose a las tropas de Carlos Manuel de Céspedes quien lo nombró Ayudante-Secretario. Participó en el primer y en el último combate de la Guerra de los Diez Años. Fue testigo presencial de todos los eventos más importantes de la guerra. Estuvo presente en el combate y la toma de Bayamo al igual que en su defensa e incendio. Acompañó al Padre a la Convención de Guáimaro donde Céspedes fue electo Presidente de la República en Armas. Participó en el ataque a Las Tunas. Ascendido a capitán estuvo presente en Bijagual cuando Céspedes fue depuesto de la presidencia por la Cámara de Representantes. Posteriormente Figueredo fue nombrado Jefe de Estado Mayor de la División del Mayor General Manuel Calvar que operaba en Oriente. Después de la muerte de Céspedes en San Lorenzo, Figueredo visitó el lugar del suceso y vio las ruinas de la casa del Padre de la Patria y el lugar donde fue asesinado por los españoles.

Tomás Estrada Palma lo nombró Canciller y Secretario del Consejo de Gobierno de la República en Armas. En 1875 y 1876 Figueredo fue electo a la Cámara de Representantes de la República en Armas. Participó con el General Antonio Maceo en la entrevista con el Capitán General Arsenio Martínez Campos el 15 de marzo de 1878 en los Mangos de Bataguá. Con el General Maceo y el General Calvar continuó la lucha hasta una segunda entrevista con el Capitán General Martínez Campos en la Torre de Barigua el 28 de mayo de 1878. Al terminar la Guerra de los Diez Años, Fernando Figueredo, que ya era coronel del Ejército Libertador, parte con su esposa de la manigua, Juanita Antúnez, y su hijo para Puerto Plata, República Dominicana. Con su esposa, con la que tuvo nueve hijos, contrajo matrimonio tres veces, el primero fue un matrimonio civil bajo las leyes de la República en Armas, después por un ministro protestante y finalmente por un sacerdote católico. En Puerto Plata continuó trabajando por la libertad de Cuba y debido a la protesta del Cónsul de España, el gobierno dominicano le pidió que cesara sus actividades políticas. Entonces decidió mudarse a Cayo Hueso (Key West) en 1881.

En el Cayo Figueredo dictó una serie de conferencias sobre la Guerra de los Diez Años debido a que él como nadie había participado en todos los sucesos más importantes de esta guerra. Estas conferencias en Cayo Hueso se efectuaron de 1882 a 1885 y años después fueron publicadas en un libro llamado La Revolución de Yara en La Habana en 1902. Dice en su introducción al libro que “estuve en el primero y en último combate de la Guerra de los Diez Años; escuché el primero y último tiro de ese gran esfuerzo que por romper sus cadenas realizó durante diez años una parte del noble pueblo de Cuba.”

En Cayo Hueso, Fernando Figueredo continuó luchando por la independencia de Cuba. Con otros patriotas cubanos creó la Convención Cubana una organización para unir todas las agrupaciones patrióticas de Cayo Hueso. Junto con José Francisco Lamadrid, José Dolores Poyo recibió a José Martí en el muelle del Cayo y se convirtió en uno de sus mejores colaboradores. Era precisamente en casa de Figuereos donde se quedaba Martí cuando visitaba Cayo Hueso. Una mañana al bajar Martí para el desayuno la hija de Figueredo, Tomasa, de siete años le regaló unas flores a Martí y éste le dedicó a la niña unos lindos versos.

Fernando Figueredo además de su trabajo por la independencia de su patria también participó en la vida pública de la Florida como ciudadano de los Estados Unidos. En 1885 se convirtió en el primer cubano electo Representante a la Legislatura de la Florida representando Cayo Hueso. Más tarde fue nombrado superintendente de escuelas del Condado Monroe. Con miles de cubanos Figueredo se trasladó al área de Tampa y fundó la ciudad de West Tampa siendo Figueredo electo su primer alcalde el 5 de junio de 1895.

Durante la Guerra de 1895 en Cuba el Coronel Figueredo quiso regresar a pelear a la manigua pero le pidieron que aceptara el puesto de Sub-Delegado del Partido Revolucionario Cubano. Figueredo preparó a jóvenes de la Florida para ir a pelear a Cuba y fue encargado de recaudar dinero para la revolución en Tampa y Cayo Hueso. Con gran honestidad Figueredo recaudaba entre $30 y $50 mil dólares al mes que enviaba a Tomás Estrada Palma, quien después de la muerte de José Martí, lo sustituyó como Delegado del Partido Revolucionario Cubano en Nueva York. Después del triunfo de la guerra de independencia, Figueredo renunció a su puesto en la alcaldía de West Tampa el 12 de enero de 1899 y regresó a Cuba donde ocupó altísimos puestos en varios gobiernos.

Leonardo Word, gobernador de Cuba durante la primera intervención militar estadounidense, lo escogió para Secretario de Estado y Gobernación. El primer presidente de Cuba, Tomás Estrada Palma, lo nombró en 1902 Director General de Comunicaciones y dos años después Intendente General de la República. Charles E. Magno, gobernador de Cuba, durante la segunda intervención de Estados Unidos, lo nombró Tesorero General de la República cargo que ocupó por unos 15 años. A pesar de estos puestos importantes murió pobre sin mancha de peculado conservando su gran reputación de honestidad. Participó en la Academia de la Historia de Cuba y aparte de la Revolución de Yara escribió los siguientes libros: La Toma de Bayazo publicada en Tampa en 1894 y biografías de edro (Perucho) Figueredo y del General José Miró Argentes. Murió en su casa del Vedado el 13 de abril de 1929.

Néstor Carbonell publicó un trabajo llamado Elogio del Coronel Fernando Figueredo Socarrás en 1935 donde dice que Figueredo due “el compañero de Céspedes en los primeros días de la estupenda década; de Maceo, cuando la protesta de Baraguá y de Martí cuando la organización del Partido Revolucionario Cubano. Fue un hombre útil y bueno en alto grado, leal al deber y al honor a la familia y a la patria…”Fernando Figuerdo Socarrás fue un gran patriota camagüeyano que no sólo participó en las guerras de independencia de Cuba y en gobiernos de la República sino también contribuyó al mejoramiento de Cayo Hueso y West Tampa y a la Florida en general. Sus descendientes hoy en día viven en Miami.

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Frank de Varona is an educator, historian, journalist, and internationally known expert on politics, economics, foreign affairs and national security issues. He was born in Cuba and, at the age of 17, he participated on the Bay of Pigs invasion in an effort to eradicate communism in Cuba. After spending two years in prison, he returned to the United States, where he earned three college degrees. He is married and has a daughter and a grandson.
Mr. de Varona had a 36-year career in the Miami-Dade County Public Schools as a social studies teacher, principal, region superintendent, and associate superintendent of instruction. He also was an associate professor of social studies in the College of Education at Florida International Education for seven years. Currently, he is a part-time Adult Education Coordinator in the Miami-Dade County Public Schools.
He has written 20 books and many articles in newspapers and magazines. Among his books are Hispanics in U.S. History Volume 1 and Volume 2 (1989), Hispanic Presence in the United States (1993), Latino Literacy: The Complete Guide to Our Hispanic History and Culture (1996) and Presencia hispana en los Estados Unidos: Quinto Centenario (2013). Mr. de Varona is the only Hispanic in the nation who has written three books in Spanish about Barack Obama: ¿Obama o McCain? (2008), El verdadero Obama (2010) and ¿Obama o Romney? (2012).

Sunday, February 7, 2021

"Trabuco", el bravucón prudente


Cuando era niño, en la casa vivía "Trabuco", un perrito sato bravucón, de muy "malas pulgas". Trabuco, desde una prudente distancia, ladraba a carros y bicicletas.

El "aguatero", parqueaba el camión, viraba el guacal, se echaba el botellón al hombro y entraba hasta donde la tinaja.

Trabuco ladraba al llegar el camión y acto seguido se desprendía a correr a refugiarse debajo de alguna cama, mientras el "aguatero" en la casa. Una vez que este se marchaba, salía nuevamente "desprendío", a ladrar desde la puerta de la calle, hasta que el camión desaparecía. (JEM)

George Gé (por Florencia Guglielmotti)

Nota del blog: Sección semanal dedicada al Ballet y la Danza, a cargo de la la ballerina, coreógrafa y profesora Florencia Guglielmotti.



George Herman Karl Grönfeldt, luego conocido simplemente como George Gé, nació el 26 de junio de 1893 en San Petersburgo. Su padre era el empresario Ernst Grönfeldt y su madre, Amelie Söderberg, era ama de casa; además, tenía dos hermanos, Julia y Nikolai. Inició sus estudios de danza bajo la tutela de Nikolai Legart, bailarín del Ballet Imperial, en el Conservatorio de San Petersburgo, donde también estudió música. Aunque laboralmente incursionó como empleado de banco, su pasión siempre fueron la danza y la música. 


Entre 1917 y 1920 estuvo contratado como bailarín en el Teatro Mikhailovski (de su ciudad natal), al tiempo que se desempeñaba como pianista acompañante en varias escuelas de ballet. En 1921 se traslada a Finlandia, donde obtuvo el puesto de bailarín y maestro de ballet en el naciente Ballet Nacional Finlandés (Finnish National Ballet), con sede en la ciudad de Helsinki, siendo su primera producción “El lago de los cisnes”, en 1922.


Allí permaneció hasta 1935, cuando decidió trasladarse a Francia, donde trabajó con M. Fokine y los Ballet Ruses de Monte Carlo y, además, participó en espectáculos de revista en el Teatro Folies-Bergere. Teniendo siempre como base París, también se desempeñó como bailarín, maestro y coreógrafo invitado en varias Compañías de Europa hasta que en 1939 abandonó la “Ciudad Luz”, a causa del inicio de la Segunda Guerra Mundial, y se radicó en Suecia (que se mantuvo neutral durante el conflicto bélico).

Instalado en Estocolmo, Gé se desempeñó como maestro de ballet en el Ballet Real Sueco (Royal Swedish Ballet), de dicha ciudad, entre 1940 y 1945. Durante su estadía en Suecia, además, trabajó en el Oscarsteatern, también en Estocolmo, y en el Stora Teatern, ubicado en Gotemburgo, donde se desempeñó como maestro de ballet durante la temporada 1954/55.


Por segunda vez fue contratado como maestro de ballet del Ballet Nacional Finlandés, puesto en el que se desempeñó desde 1955 hasta sus últimos días, destacándose sus versiones coreográficas de “Petrushka” (música de I. Stravinski) y de “L'épreuve d'amour” (con música de varios compositores), ambas originales de M. Fokine, estrenadas en 1955 y 1956 respectivamente. Su valioso trabajo en Finlandia le valieron la Medalla Pro Finlandia y la Cruz Profesional de Oro de la Asociación Finlandesa de Artistas de Danza, sendos reconocimientos otorgados en 1957.

El 19 de noviembre de 1962, a los 69 años, George Gé fallece en la ciudad de Helsinki. Será recordado como un pionero de la danza masculina finlandesa y como el primer maestro que tuvo del Ballet Nacional Finlandés.




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Florencia Guglielmotti reside en la Ciudad de Buenos Aires (Argentina). Es Profesora de Danza (titulada en la Escuela Nacional de Danzas "María Ruanova"), Licenciada y Profesora de Artes (recibida en la Universidad de Buenos Aires). Cursó estudios en la Escuela Nacional de Ballet de Cuba. Es Miembro de International Dance Council CID (UNESCO).

Actualmente se desempeña como Profesora de Danza Clásica y como Profesora Titular de Historia de la Danza en la Escuela Superior de Enseñanza Artística "Aída V. Mastrazzi". Email: florenciagu@gmail.com

Here (by Kari Jobe)

Quo Vadis, Domine? (un poema de Dulce María Loynaz. Publicado en el año 1922)



En el místico rostro retratado
el gozo más ardiente y más sublime
librándose de un peso que le oprime
ante CRISTO está PEDRO arrodillado. 

¿DONDE VAS? -le pregunta trastornado
mientras llora su falta y la redime-. 
A ROMA . . . - con dulzura CRISTO gime- 
PARA SER OTRA VEZ CRUCIFICADO.

Y alumbrando su ruta santamente,
surgió el sol como un cáliz refulgente; 
las calandrias dejaron sus nidales 

por mirarlo; y las tímidas violetas
asomaron sus pétalos inquietas; 
y abrieron sus capullos los rosales . . .


1922

Saturday, February 6, 2021

Los sillones de cuero de la Biblioteca Provincial de Camagüey (por Joaquín Estrada-Montalván)


Los sillones de cuero de la Biblioteca Provincial, desde niño me fueron especiales. Al verlos percibía en ellos, un halo de misterio, diría un algo del "alma camagüeyana" que sobrevivía en esos cómodos asientos. 

Al leer por primera vez el poema "Al Camagüey" de Medardo Lafuente (1883-1939), publicado en 1940, donde los "asientos de cuero" del Liceo, tienen un lugar especial en esta maravillosa crónica poética del Camagüey, me identifiqué enseguida con lo que leía.

No obstante, cronológicamente algo no me funcionaba, me parecían muchos años el de estos sillones, teniendo en cuenta que el autor había fallecido en 1939. 

Al paso de unos pocos años encuentro la versión primigenia del texto publicada en Bohemia en 1912, donde el autor se refiere a los sillones pero de mimbre, no de cuero, lo que completó el relato en mi imaginario romántico/histórico.

El momento en el que los sillones de mimbre fueron sustituidos por los de cuero, permanece en la incognita.

Es interesante como el poema fue actualizado, y se puede constatar que aunque en sillones diferentes y de temas diferentes los "varios señores de hidalguía cierta", continuaban conversando recostados en ellos en El Liceo.

En 1912 "varios señores de hidalguía cierta/cuentan lo que esto fué en tiempos pasados", y en la versión publicada en 1940 "varios señores de hidalguía cierta/comentan el valor de los ganados." En 1912 comentaban del pasado, en la versión posterior de su presente.

He estado averiguando sobre estos sillones, que los de cuero, les recuerdo, pero me han dicho que ya no están en la Biblioteca, sino en otra institución de Cultura de la provincia. Me gustaría conocer que ha sido y que es de ellos. (JEM)


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"En sillones de mimbres recostados,
del Liceo en la acera y en la puerta,
varios señores de hidalguía cierta
cuentan lo que esto fué en tiempos pasados"

(Versión original, publicada y dedicada a Bohemia, el 17 de marzo de 1912)



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"En asientos de cuero recostados,
de "El Liceo" en la acera y en la puerta,
varios señores de hidalguía cierta
comentan el valor de los ganados."

(Versión, según aparece en "Jornadas Líricas”. Selección de poemas a Camagüey. Imprenta Ramentol 1940.)




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ver

Versión original del poema "Al Camagüey", de Medardo Lafuente

Mosqueteros superhéroes y su princesa moderna (por Baltasar Santiago Martín)


Si escribir teatro para adultos es un gran reto para cualquier dramaturgo –y si es en tono de comedia, aún más–, hacerlo para niños de cortas edades para arriba es algo de veras más riesgoso, porque, en primer lugar, la obra debe capturar –¡sí, capturar! – su atención, ser amena y hacerlos reír, algo que es bastante más difícil todavía, y ese es exactamente el logro mayor de esta obra de teatro para niños de ¡todas! las edades, pues durante las dos veces que la vi, a ningún niño de los muchos presentes hubo que obligarlo a quedarse sentado viéndola, y al final, yo diría que todos quisieron tomarse una foto con los actores, en vez de querer marcharse enseguida para sus casas.


A la actriz y novel escritora Yani Martín le corresponden los primeros lauros por esta puesta, por ser la autora del libreto y su opera prima como directora, sin desdorar –como se decía antaño– a los cuatro actores mosqueteros superhéroes y a la actriz a la que tuvieron que “rescatar” –por la fuerza– de su balcón “principesco”. Y digo “mosqueteros supehéroes”, porque me pareció excelente la idea de que cada uno de ellos tuviera el t-shirt de un superhéroe (Batman, Spiderman, Superman y Flash), ya que no solo la princesa es la moderna, sino también los mosqueteros, ajustados a los tiempos en que vivimos.


Tanto Andy Forero como Dartagnan / Flash, Joel Rod como Portos / Superman, Bruno Gatti como Batman / Athos y Rafael Farello en el rol de Spiderman / Aramís jugaron convincentemente con sus personajes como si fueran niños grandes otra vez, y la muy bella Camila Duarte se apropió de su frívola e Instagramcera Jane /Juanita de la Caridad Hernández Fernández como si fuera ella así de verdad (que no lo es, pues en la vida real es una chica “robacorazones”, en vez de carecer del suyo, amorosa y espiritual). 


No quiere decir ello que todo fuera perfecto, pues el texto necesita cortes para hacer la obra más fluida y dinámica, sobre todo uno de los dos ejercicios budistas para calmar a la princesa, así como reducir la escena de la supuesta brujería y la de la contaminación de ella con un virus; y también el “tropelaje” que arman todos con los asientos en forma de cubos de colores, que solo se justifica para armar la cámara para escanear a Jean/ Juanita y para armar la cueva del Golum.
 

A su vez, los cuatro actores –de conjunto con la escritora– deben pensar mejor las “morcillas” que se agreguen al texto original, pues un colombiano imitando el acento cubano o el mexicano debe tener mucho cuidado para que no resulte una pobre caricatura de ambas nacionalidades.


Lo que sí aplaudo es que todos mantuvieran su acento “de fábrica” y el fluido espanglish de Jane, porque así es la realidad de este Miami tan “babelizado” y “netflixado”, en que las series españolas marcan dicha feliz tendencia, con argentinos y mexicanos hablando como tales con los españoles, como nunca ocurre en Telemudo ni en Cortavisa, en que los no aztecas tienen que modificar su acento para ser aceptados.

De verdadero lujo, a su vez, la aparición de la inmensa actriz Teresa María Rojas como la Abuela de Juanita de la Caridad Hernández Fernández, corroborando que no hay papeles desdeñables, por breves que sean, cuando hay talento de sobra.


Y no menos importante, quiero agradecer el diseño escenográfico, de luces y de vestuario de Nobarte y celebrar la alegre música incidental –número de Ariana Grande incluido para la coreografía grupal–, que arropó adecuadamente la obra de principio a fin, aunque para el cierre me hubiera gustado otro baile de los cinco con una canción con música pop compuesta especialmente por Yani, quien, además de actuar, escribir y dirigir, es una estupenda cantante. 


Baltasar Santiago Martín 
Fundación APOGEO para el arte público
Hialeah, 27 de enero de 2021 

El disfraz (un poema de Fernando de Zayas. Febrero, 1904)




                                   A Prancisco Díaz Silveira.



Como un clown gracioso ríe febrero
tras los tintes chillones de su careta
y el mundo presumido y el mundo austero
suspiran por la gracia de una pirueta.

Pasa repiqueteando sus cascabeles
la juventud, cubierta de raras flores
bajo la fiebre loca de mil pinceles
que chorrearon su traje de mil colores.

Bajo el disfraz oculto, ¿quién adivina
cuál voz es un gemido, cuál carcajada,
ó si allí donde el gozo se arremolina
gime acaso una dicha despedazada?

¡Disfraz! Hay quien te lleva sólo en febrero
para atenuar impúdicas alegrías, 
y hay quien, para apoderarse del mundo entero,
se pone tu careta todos los días.

Para cambiar la mía nunca he buscado 
ni cara de aleluya ni cara fosca; 
¡aun sin usar careta sé demasiado
que no hay un sér viviente que me conozca!




Febrero de 1904

Friday, February 5, 2021

Ausencia (un poema de Thelma Delgado)



Tu ausencia me hace compañía
En mis largas noches de desvelo,
Hace tanto tiempo que está a mi lado
Que hasta me parece que ya la quiero.

Ella me acompaña en el desayuno
Y también cuando por el parque camino a solas
Pálida y callada como la luna;
Debo admitirlo, su presencia me reconforta.

No sé cuándo te vea volver
Si has de hacerlo, hazlo sin prisa
Aquí te esperamos ella y yo
Mirando el atardecer, disfrutando del mar y la brisa.




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Ver

Academia Camagüeyana de Judo et Jiu-jitsu. II. (por Víctor Mozo)

Masayuki Takahama
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Mucho se podría contar de lo que fue la Academia Camagüeyana de Judo et Jiu-jitsu, como rezaba la placa dorada fijada en la pared de la citada academia, sita entre San Isidro y la calle Cristo como bien lo menciona el ilustre amigo Carlos A. Peón Casas en su crónica publicada en las páginas del blog "Gaspar, El Lugareño" de Joaquín Estrada Montalván. Sirva pues de adenda lo que mi memoria aporta. 

Efectivamente, la academia de Judo está ligada a los hermanos Sabatés, pero no fueron ellos los únicos que pasaron por allí y dieron lustre a tan antigua disciplina en la cuna del Bayardo.

Por allá por el año 1960 o 1961 cuando se entraba en la academia había una hilera de balances para que se sentaran a ver las prácticas o competencias los familiares de los judokas o público en general. Detrás de los balances, en la pared, estaban las fotos de los judokas de Camagüey, miembros de la Federación cubana de Judo y Jiu-jitsu que habían obtenido la cinta negra entre los grados de 1ro a 3er dan. Allí estaban las fotos del Sr. Alfredo Recio, uno de los mencionados en el artículo del Sr. Peón, y también las de Ricardo Sabatés Belizón, Porrito, de Florida, Acuña, Alfredito, hijo de Alfredo el dueño de la tienda para caballeros La Piragua en la calle Independencia casi al lado de la billetería de mi abuelo El Cambio, Enrique Pérez Ablanedo, uno de los hijos del dueño de la tienda de víveres La Campana, el Dr. Justo de Varona, que vivía en el callejón del Cuerno. Había otros más, y en un lugar prominente la foto del maestro japonés Masayuki Takahama, 6to dan con su cinta con franjas rojas y blancas, cinta que muy pocos judokas llegan a alcanzar.

En esa época, todos los niños que practicábamos allí veníamos, sobre todo de colegios privados, tanto religiosos como laicos. Entrenábamos en un colchón de lona relleno de aserrín, el tatami como tal no existía en ese momento. Al llegar al colchón había que descalzarse como lo requiere la tradición y saludar con un gesto de la cabeza, ídem cuando se salía del colchón terminada la práctica. Todos, o casi todos los colegios privados tenían sus equipos de Judo y así participar en competiciones intercolegiales.

Intervenidos estos colegios y por ende eliminada la educación privada, la academia fue rescatada por Ricardo Sabatés Belizón, cinta negra 2do dan y propietario de la farmacia de su mismo nombre en la calle República. El profesor Ricardo, hombre al que nunca le faltó el entusiasmo, hizo que no muriera la academia y en poco tiempo organizaría dos grupos de alumnos los mayores y los menores. Las clases eran de 5 a 6 o a 7 pm para los menores y de 7 a 8 o a 9 pm para los mayores. En menos de nada fue tan grande el grupo que Ricardo Sabatés decidió que se derribara la pared para agrandar el colchón.

Allí practicaba también uno de los hermanos Sabatés, Mario, quien trabajaba en la joyería Sabatés. Me entero por José Sabatés, para los conocidos Pepitín, que también su tío Roberto, el optometrista, incursó en ese deporte en la antigua sociedad La Popular. Recuerdo que Mario tenía la cinta amarilla. No recuerda mi amigo Pepitín Sabatés, sin embargo, si su otro tío César practicaba judo, pero me dice que es posible. 

Dato interesante en ese momento era que la más de la mitad de los que practicábamos judo allí éramos asiduos a la Catedral, todos los monaguillos y la mayor parte del grupo de jóvenes. Los Betancourt, hijos de Ulises y Loreto, Recaredo Pérez y otros más cuyos nombres no recuerdo.

Con Ricardo Sabatés se organizaron competencias, sobre todo con judokas de Florida cuyo profesor era Porrito, cinta negra 2do dan. Florida tenía muy buenos judokas. En varias ocasiones nos visitaban cintas negras de conocida reputación como Heriberto García, cinta negra 3er dan.

Gracias al entusiasmo de Ricardo Sabatés la academia se sostuvo a flote por la módica suma de $5.00 al mes, pero el pago no era obligatorio. Se agrandó el colchón, se modificaron las duchas e incluso se instaló una pizarra eléctrica para seguir las competencias. Ricardo Sabatés abría las puertas de la academia a todo el mundo.

Esto me dice mi memoria que también me recuerda que este escribidor nunca fue ni remotamente bueno en ese deporte pero sí guarda un recuerdo inolvidable de aquellos años de sana camaradería en torno a un deporte venido de tan lejanas tierras.

Luego, el INDER se haría cargo de lo que un día había sido la academia, ya eso será otra historia.



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Gaspar, El Lugareño Headline Animator

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