Thursday, June 27, 2024

Graduación de la Escuela Profesional de Comercio "Cándido Gónzalez" de Camagüey, en el "Teatro Alcázar". Año 1959.

 

Agradezco al amigo José Caymares por compartir con los lectores del blog, esta foto de la graduación de la Escuela de Comercio de Camagüey, en la que aparece su mamá Gloria Marrero Febres. Foto publicada en el periódico Adelante, el 27 de noviembre de 1959. (JEM)

Wednesday, June 26, 2024

Un violinista desconocido del Camagüey (por Carlos A. Peón-Casas)


José Mercedes y Betancourt era su nombre, que quizás no diría nada a quienes no hayan tenido la suerte de hurgar en los pasajes poco recorridos de la respetable cultura del Puerto del Príncipe del diecinueve.

Pero, ya para cuando Francisco Calcagno, escribió su muy bien poblado Diccionario Biográfico Cubano, en 1878, aparecía registrado entre las figuras más descollantes de la cultura nacional y local.

Era mulato, pero su humilde origen no impidió que según lo sigue relatando Calcagno llegara a ser: “profesor de música y director muchos años de la orquesta de aquella ciudad, que se titulaba Santa Isabel".

Su vida fue corta, pero no fue esto óbice para que se le conociera, no solo en la Habana de su tiempo, sino acaso en otros sitios de la geografía cubana de entonces, a las que concurrió en calidad de ejecutante y director.

Para 1861, luego de ser el centro de la atención en los salones del Liceo Artístico y Literario de la Habana, publicó una importante colección de sus producciones musicales que incluían las por entonces sus muy populares danzas cubanas, pero igualmente otros géneros musicales, en los que había incursionado con igual éxito.

Bajo el título de Ecos del Tínima, aparecerían aquellas, que dedicó en su minuto a la Condesa de San Antonio, esposa del entonces Gobernador General de la Isla de Cuba, el general Serrano.

Su deceso ocurrió un poco después, en su Puerto Príncipe natal, el 22 de febrero de 1866. Calgagno que no señala su fecha de nacimiento, si aclara que murió joven, y cita a su vez, la nota necrológica, que nos sirve de cierre y, que aparecida en El Fanal de Puerto Príncipe, daba cuenta del infausto suceso:
El carácter humilde y amable de José Mercedes le había granjeado muchas simpatías ene esta ciudad, y su muerte ha sido generalmente sentida.

Tuesday, June 25, 2024

¿Por qué hay personas que no pueden estar sin pareja? (por Cecilia Alegría, La Dra. Amor)

Nota del blog: Espacio semanal de Cecilia Alegría, La Dra. Amor, dedicado al amor de pareja.


¿Las conoces? Puede que se hayan casado y divorciado varias veces ya, o por lo menos se les conoce una pareja tras otra y sus relaciones son de corta duración. La farándula está repleta de casos que son ejemplo de esto, como Jennifer López y Christian Nodal, por mencionar solamente dos.

Cada caso es diferente y son múltiples las causas, pero vamos a generalizar y plantear aquí las más comunes, las que nos permitirán entender mejor la incapacidad de algunos de estar solos.

Lo peor es que este tipo de gente no suele darse un tiempo entre una relación y otra. Parece que se toman muy a pecho el refrán que dice “Un clavo saca a otro clavo”, lo que revela su incapacidad de autoanalizarse y tomar contacto con el propio mundo interior para preguntarse: ¿no será que la responsabilidad mayor de tantas relaciones fallidas con tantas parejas distintas soy yo?

La presión social y la cultura pueden influir en que una persona tenga temor a estar sin pareja. Sin embargo, cuando este miedo se da de forma irracional y provoca daños en la vida personal, podría tratarse de un trastorno de salud mental conocido como anuptofobia. En el caso de los individuos que están dentro de relaciones amorosas abusivas, surgen problemas de codependencia que imposibilitan que la víctima decida dejar a la persona con la que está.

La anuptofobia se define entonces como el “miedo o temor irracional a quedarse soltero/a para siempre”.

Esta excesiva dependencia tiene su raíz, generalmente, en los apegos insanos generados en la primera infancia, siendo los más comunes: la sobreprotección o el abandono por parte de uno de los padres o de los dos.

Otras causas que explicarían este miedo irracional son:

El Trastorno de Ansiedad de tipo FOBIA SOCIAL, donde la persona disminuye sus miedos sociales a través de su pareja, quien la ayuda a integrarse a un grupo, y

El Trastorno de la Personalidad Limítrofe, en el que se busca otro con quien fusionarse o fundirse. No hay identidad propia. La pareja define a quien depende de ella. Se pierden los límites, no se sabe bien dónde comienza y dónde acaba uno.

Aunque la anuptofobia se puede dar a cualquier edad y en cualquier género, suele ser más común en mujeres mayores de 30 año, inmaduras y con baja autoestima, caracterizadas por su inestabilidad emocional, lo que les convierte, igualmente, en celosas y posesivas con respecto a su pareja de turno.

Si sientes que algo de esto te representa o conoces a alguien que esté pasando por la situación aquí descrita, no dudes en buscar ayuda terapéutica.





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Cecilia Alegría, La Dra. Amor (www.ladoctoraamor.com): Consejera de Parejas, Love and Life Coach, Conferencista Internacional, Periodista y Conductora de Radio y TV. Destaca en los Latinos en Miami dando consejos sobre cómo triunfar en el terreno amoroso y ayudando a miles de parejas a resolver sus problemas. Forma parte del grupo fundador de profesores del programa Universidad de la Familia.

Ha publicado doce libros entre los que se encuentran: Comunicación Afectiva=Comunicación Afectiva (Espasa Calpe, España, 2000). 120 preguntas y respuestas para ser mejores personas (Editorial Norma, Colombia, 2004), No hay amor más grande (Editorial Aragón, USA, 2012), Amando un Día a la Vez (Ediciones Varona, U.S.A. 2015), Al rescate de tu comunicación de pareja (Ediciones Varona, USA 2017), Sexo Sagrado y Lazos del Alma (Indie Publishingnbsp, 2018), Alessia (Book Master Corp. 2019), El Poder del Amor Grape: como restaurar tu matrimonio después de una infidelidad (2021). Amanecer con Dios (2021), Del Amor Tóxico al Amor Extraordinario (2022). El continuo aprendizaje de la felicidad (Editorial El Shaddai,  2023).

Monday, June 24, 2024

Sandra, no sientas miedo (un poema de Félix Luis Viera)

Nota: Cada lunes la poesía de Félix Luis Viera. Puedes leer todos sus textos, publicados en el blog, en este enlace. Traducción al italiano de Gordiano Lupi.



Sandra, no sientas miedo


Sandra, no sientas miedo
en esta noche terrible
yo no estaré
pero está contigo ese cerro que paseábamos
y el ancianito que pide limosnas en la esquina.
No tengas miedo,
las 167 estaciones del metro están de tu parte, el par
de oropéndolas
y las gardenias que nos regalara la vecina de enfrente.

Tú solo cuídate de ese tipo vil de la Narvarte que nos robó los tulipanes,
solo eso, cuídate de él,
lo dijo el poeta:
“quien es capaz de robar flores a sangre fría a dos enamorados,
es
capaz de robar almas,
de matar pajaritos y personas”,
cuídate de él.

No sientas miedo, Sandra,
yo no te dejo aunque no esté junto a ti
no olvides que te regalé mi historia y ella te acompaña,
esa pobrecita historia, esa pobrecita historia de un tipo
que se ha pasado vida y media equivocándose,
no sientas miedo
sal a la calle bajo esta noche inmensamente negra
más negra que todas las noches negras de la tierra, lo sé:
“como si se hubiesen engarzado las negruras de todas las noches negras
que en la tierra han sido”,
pero no temas
yo voy hacia el sur más hacia el sur muy hacia el sur
pero regreso
voy hacia el sur más hacia el sur hasta tu ciudad
allí
donde naciste
o creo
que te hicieron nacer,
voy más hacia el sur
pero no sientas miedo
no demoro,
espérame como siempre en la estación Viaducto.

Sandra amor mío
por favor guárdame tus pechos, no lo olvides: guárdame tus pechos y tu suéter negro
necesito de nuevo esa visión,
guárdame por favor esa visión
de ti desnuda
es decir
de ti desnuda solo con tu suéter negro
resguardando tus pechos
mientras resplandecen
tus muslos como auroras,
oh, Dios mío.

No sientas miedo Sandra yo no demoro
puede ser que me demore la vida entera pero no demoro,
recuerda
que yo también he sentido miedo
por ejemplo aquella noche
en la Olivar del Conde
cuando nos sitiaron aquellos asaltadores como fantasmas
en la madrugada
recuerda que te dije siento miedo y tú hablaste
y cuando ellos los fantasmas escucharon tu voz
cuando ellos los asaltadores fantasmas tuvieron noticias de que tu voz existía
se convirtieron en estelas blancas y tomaron vuelo,
recuerda.

No sientas miedo —niña mía, colibrí
de la madrugada—
voy hacia al sur pero regreso creo que cuando menos lo esperes,
voy hacia el sur
adonde tú diste el primer lloro
y el primer bostezo y el primer hasta luego y el primer adiós
voy
hasta más allá de Tuxtla Gutiérrez y de San Cristóbal de las Casas
voy directo a los campos
a la selva
donde te dieron a luz el quetzal, el jaguar, el jazmín azul, la
flor de mayo.

Yo no demoro
no sientas miedo
están de tu parte toda la colonia Del Valle y adyacentes
y la señora Magdalena y el relojero Augusto
y mi hermano Gonzalo.
Tú tranquila niña mía
yo demoro un poco pero regreso
beberé allá en el sur un poco del agua que bebiste a ver
si también me convierto en rima consonante y en cortés y humilde y noble y justo.

No sientas miedo
yo no estoy
pero tienes esta noche imponente de tu parte
y está de tu parte Adolfito el estanquillero quien tiene mi encomienda de cuidarte,
ampararte a distancia como él sabe.
No sientas miedo, Sandra,
sé que la noche vendrá demasiado negra
larga
pero no temas
yo no estaré
pero no sientas miedo
volveré a ti antes de que amanezca,
ve preparando por favor esa sonrisa que aún me duele y me tira y me levanta
y me salva:
aquella sonrisa de la primera vez.

Quizá yo demore cien años en regresar pero llegaré al amanecer.
No sientas miedo
yo estaré lejos
pero no estarás sola
no demoro
solamente voy hacia el sur muy hacia el sur
a la selva y más allá de la selva y dentro de la selva y en derredor de la selva
de tu selva
voy a beber en aquel manantial donde te bañaste por primera vez
a beber en aquel río donde nadaste por primer vez
solo eso y no demoro
regreso pronto
Sandra
amorcito
trino en la espesura.

Guárdame
tu dulce y tu nido
guárdame tu mina y tu cofre
en tu sagrario
guárdame tu aliento y tu voz en tu sagrario
guárdame por favor tu sagrario en tu sagrario
que yo no demoro.

No sientas miedo esta noche Sandra
esta noche de cien mil horas
casi eterna
esta noche cien mil veces oscura
pero no sientas miedo
porque si lo sintieras
hasta mí llegaría tu pavor y no hallaría entonces el camino de regreso
y sabes que necesito hallar el camino de regreso,
beber tus zumos nuevamente.

Yo solo iré muy hacia el sur a purgar mis traiciones
Sandra
a rogarles a tus santos
y a las aves que te trajeron a la tierra
que te fecundaron
que te cantaron duérmete mi niña
cuando tus ojos comenzaban a
iluminar aquella ciudad
la selva entera
cuando aquellos pájaros cantores se adiestraban con tu voz
recién nacida

Regresaré para pedirte
me perdones
y nos bebamos entre los dos esa noche interminable
nos bebamos nuestras vidas uno en el otro lentamente
y celebremos tantos días luminosos,
infinitos.

No sientas miedo de estar sola esta noche terrible, inacabable casi
Sandra
yo regresaré al amanecer
para anidarme en tu cuello
en tu entrepierna
para dormirme en tus pechos
siempre
siempre
mientras
el alba y el rocío,
agradecidos,
nos arrullan.

Ciudad de México, 2000



Sandra, non aver paura

Sandra, non aver paura
in questa notte terribile
io non ci sarò
ma resta con te quella strada che percorrevamo
e il vecchietto che chiede l’elemosina all’angolo.
Non aver paura,
sono dalla tua parte le 167 stazioni della metropolitana, la coppia
di oropendule
e le gardenie che ci regalava la vicina di fronte.

Tu guardati soltanto da quel tipo vile della Narvarte che ci ha rubato i tulipani,
solo questo, guardati da lui,
l’ha detto il poeta:
“chi è capace di rubare fiori a sangue freddo a due innamorati,
è
capace di rubare anime,
di uccidere uccelli e persone”,
guardati da lui.

Non aver paura, Sandra,
io non ti lascio anche se non sono accanto a te
non dimenticare che ti ho regalato la mia storia e lei ti accompagna,
quella povera storia, quella povera storia di un tipo
che ha passato una vita e mezzo a sbagliare,
non aver paura
esci per strada in questa notte immensamente nera
più nera di tutte le notti nere della terra, lo so:
“come se si fossero incastonate le oscurità di tutte le notti nere
che ci sono state sulla terra",
ma non temere
io vado verso sud ancora più a sud molto a sud
ma farò ritorno
io vado verso sud ancora più a sud verso la tua città

dove sei nata
o credo
che ti hanno fatta nascere,
vado ancora più a sud
ma non aver paura
non tarderò,
aspettami come sempre alla stazione Viaducto.

Sandra amor mio
ti prego conservami il tuo seno, non dimenticarlo:
conservami il tuo seno e la tua maglietta nera
ho bisogno ancora di quella visione,
conservami ti prego quella visione
di te nuda
cioè
di te nuda solo con la tua maglietta nera
che protegge il tuo seno
mentre risplendono
le tue cosce come aurore,
oh, mio Dio.

Non aver paura Sandra io non tarderò
posso impiegare tutta la vita ma non tarderò,
ricorda
che anch’io ho avuto paura
per esempio quella notte
nell’Olivar del Conde
quando ci hanno assediati certi predoni come fantasmi
nelle prime ore del mattino
ricorda che ti ho detto ho paura e tu hai parlato
e quando i fantasmi hanno udito la tua voce
quando i predoni fantasma hanno avuto sentore che la tua voce esisteva
si sono trasformati in scie bianche e hanno preso il volo,
ricorda.

Non aver paura - bambina mia, colibrì
del primo mattino -
vado a sud ma credo che tornerò quando meno te lo aspetti,
vado a sud
dove tu hai emesso il primo vagito
e il primo sbadiglio e il primo arrivederci e il primo addio
vado
ben oltre Tuxtla Gutiérrez e San Cristóbal de las Casas.
vado diretto ai campi
alla selva
dove ti hanno dato alla luce il quetzal, il giaguaro, il gelsomino blu,
il fiore di maggio.

Io non farò tardi
non aver paura
sono dalla tua parte tutta la colonia Del Valle e dintorni
e la signora Magdalena e l’orologiaio Augusto
e mio fratello Gonzalo.
Tu stai tranquilla bambina mia
io resterò un poco ma tornerò
berrò lì nel sud un po’ di quell’acqua che tu hai bevuto per vedere
se diventerò anch’io una rima canora e cortese e umile e nobile e giusto.

Non aver paura
io non ci sono
ma hai questa notte imponente dalla tua parte
ed è dalla tua parte Adolfito il tabaccaio che ho incaricato di prendersi cura di te,
di proteggerti a distanza come lui sa.
Non aver paura, Sandra,
so che la notte arriverà troppo nera
lunga
ma non temere
io non ci sarò
ma non aver paura
tornerò da te prima dell’alba,
prepara ti prego quel sorriso che ancora mi fa male e mi trascina e mi solleva
e mi salva:
quel sorriso della prima volta.

Potrei impiegare cent’anni per tornare ma arriverò all'alba.
Non aver paura
io sarò lontano
ma non sarai sola
non tarderò
solo vado a sud molto a sud
verso la selva e ben oltre la selva e dentro la selva e intorno alla selva
della tua selva
andrò a bere a quella sorgente dove ti sei bagnata per la prima volta
a bere in quel fiume dove hai nuotato per la prima volta
solo questo e non tarderò
tornerò presto
Sandra
piccolo amore
trillo nella boscaglia.

Conservami
il tuo dolce e il tuo nido
conservami la tua miniera e il tuo scrigno
nel tuo santuario
conservami il tuo respiro e la tua voce nel tuo santuario
conservami ti prego il tuo santuario nel tuo santuario
che io non tarderò.

Non aver paura questa notte Sandra
questa notte di centomila ore
quasi eterna
questa notte centomila volte oscura
ma non aver paura
perché se tu la provassi
la tua paura mi raggiungerebbe e non ritroverei la strada del ritorno
e tu sai che devo ritrovare la strada del ritorno,
per bere di nuovo i tuoi succhi.

Io solo andrò molto a sud per purificare i miei tradimenti
Sandra
per pregare i tuoi santi
e gli uccelli che ti hanno portato sulla terra
che ti hanno fecondato
che ti hanno cantato dormi bambina mia
quando i tuoi occhi cominciavano a
illuminare quella città
la selva intera
quando quegli uccelli canterini si addestravano con la tua voce
di neonata.

Tornerò per chiederti
di perdonarmi
e berremo insieme quella notte infinita
berremo le nostre vite l’una nell’altra lentamente
e festeggeremo tanti giorni luminosi,
infiniti.

Non aver paura di esser sola in questa notte terribile, quasi infinita
Sandra
io tornerò all’alba
per annidarmi nel tuo collo
nel tuo inguine
per addormentarmi sul tuo seno
sempre
sempre
mentre
l’alba e la rugiada,
riconoscenti,
ci culleranno.


Città del Messico, 2000




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Félix Luis Viera (El Condado, Santa Clara, Cuba, 1945), poeta, cuentista y novelista, es autor de una copiosa obra en los  géneros.

En su país natal recibió el Premio David de Poesía, en 1976, por Una melodía sin ton ni son bajo la lluvia; el Nacional de Novela de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba, en 1987, por Con tu vestido blanco, que recibiera al año siguiente el Premio de la Crítica, distinción que ya había recibido, en 1983, por su libro de cuento En el nombre del hijo.

En 2019 le fue otorgado el Premio Nacional de Literatura Independiente “Gastón Baquero”, auspiciado por varias instituciones culturales cubanas en el exilio y el premio Pluma de Oro de Publicaciones Entre Líneas..

Su libro de cuentos Las llamas en el cielo retoma la narrativa fantástica en su país; sus novelas Con tu vestido blanco y El corazón del rey abordan la marginalidad; la primera en la época prerrevolucionaria, la segunda en los inicios de la instauración del comunismo en Cuba.

Su novela Un ciervo herido —con varias ediciones— tiene como tema central la vida en un campamento de las UMAP (Unidades Militares de Ayuda a la Producción), campos de trabajo forzado que existieron en Cuba, de 1965 a 1968, adonde fueron enviados religiosos de diversas filiaciones, lumpen, homosexuales y otros.

En 2010 publicó el poemario La patria es una naranja, escrito durante su exilio en México —donde vivió durante 20 años, de 1995 a 2015— y que ha sido objeto de varias reediciones y de una crítica favorable.

Una antología de su poesía apareció en 2019 con el título Sin ton ni son

Es ciudadano mexicano por naturalización. En la actualidad reside en Miami.

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Gordiano Lupi, periodista, escritor y traductor, nació en Piombino, Italia, en 1960. Fundador, en 1999, junto con Maurizio y Andrea Maggioni Panerini de la editorial La Gaceta Literaria, ha traducido del español a varios autores cubanos, como Alejandro Torreguitart Ruiz, Guillermo Cabrera Infante, Félix Luis Viera y Virgilio Piñera, entre otros. Cuenta en su haber con un amplio trabajo sobre figuras del cine, entre ellas Federico Fellini, Joe D´Amato y Enzo G. Castellari. Ha publicado más de una decena de libros que abarcan diversos géneros, como Nero tropicale, Cuba magica, Orrore, ertorismo e ponorgrafia secondo Joe d´Aamto y Fidel Castro – biografia non autorizzata.

Gordiano Lupi es un luchador por la democracia para Cuba y un promotor de las artes y la cultura de la Isla.

Sunday, June 23, 2024

August Bournonville (por Florencia Guglielmotti)

Nota del blog: Sección semanal dedicada al Ballet y la Danza, a cargo de la la ballerina, coreógrafa y profesora Florencia Guglielmotti.

Los textos anteriores, se pueden leer en este enlace.


August Bournonville nació el 21 de agosto de 1805 en Copenhague, Dinamarca. Su padre, Antoine Bournonville, un reconocido bailarín formado con Jean-Georges Noverre, fue su primer maestro en la Royal Danish Ballet School, donde también estudió con el italiano Vincenzo Galeotti. Con tan solo 15 años, en 1820, se unió a la compañía, en la que permaneció hasta 1823. Entre 1824 y 1830 se instaló en París, corazón de la danza académica, concluyendo su formación con Pierre Gardel y Auguste Vestris, al tiempo que se destacaba en la Ópera de París como un bailarín elegante, de demi-caracter, liviano y ágil, bailando frecuentemente con Marie Taglioni, en quién veía a la bailarina ideal.


En 1830 retornó al Royal Theatre de Copenhague, donde se desempeñó como bailarín invitado, llevando el estilo refinado y grácil de la Escuela Francesa. Al año siguiente fue nombrado bailarín principal, puesto que sostuvo hasta su retiro, en 1848, y director de la compañía, hasta 1877. Su desempeño fue magnífico ya que llevó al Royal Danish Ballet a un alto nivel técnico, proveyéndolo de una identidad propia. Sólo dejó su puesto en la compañía en dos breves lapsos, en la temporada de 1855/56 cuando trabajó en la Viena Court Opera y los tres años (entre 1861 y 1864) que estuvo en la Ópera de Estocolmo, todo el tiempo restante de su carrera lo dedicó íntegramente al Royal Danish Ballet para el que creó alrededor de cincuenta ballets y numerosos divertimentos, muchos de los cuales todavía hoy se representan en las principales compañías del mundo. La prolífica producción y las características de los ballets, convierten al Royal Danish Ballet en la compañía con mayor cantidad de ballets románticos en el mundo. Además de “La Sílfide” (1836), encontramos ballets como “Waldemar” (1835), “Festival in Albano” (1839), “Napoli” (1842), “Le Conservatoire” (1849), “The kermesse in Bruges” (1851), “La ventana” y “A Folk Tale” (ambas de 1854) y “Festival de Flores en Genzano” (1858), entre otras. Su última creación para el Royal Danish Ballet fue “From Siberia to Moscow” (1876), inspirada en una visita a Rusia, sucedida dos años antes.


Con una fuerte base en la tradición cultural danesa de la época, Bournonville sostuvo que el arte debería ser positivo, su propósito era elevarnos y convertirnos en seres armoniosos. Esta armonía la encontramos en las historias de sus ballets, en su delicada sincronización musical y en su estilo, caracterizado por la ligereza, la precisión y la gracia.


August Bournonville falleció en su ciudad natal el 30 de noviembre de 1879, dejando consolidada una compañía que, hasta el día de hoy, se encuentra entre las más reconocidas del mundo, con un estilo propio claramente identificable.



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Florencia Guglielmotti reside en la Ciudad de Buenos Aires (Argentina). Es Profesora de Danza (titulada en la Escuela Nacional de Danzas "María Ruanova"), Licenciada y Profesora de Artes (recibida en la Universidad de Buenos Aires). Cursó estudios en la Escuela Nacional de Ballet de Cuba. Es Miembro de International Dance Council CID (UNESCO).

Actualmente se desempeña como Profesora de Danza Clásica y como Profesora Titular de Historia de la Danza en la Escuela Superior de Enseñanza Artística "Aída V. Mastrazzi". Email: florenciagu@gmail.com

Saturday, June 22, 2024

La ansiedad: síntomas y causas (por Orlanda Torres)

Nota del blog: Sección semanal en el blog Gaspar, El Lugareño, gracias a la cortesía de la psicóloga Orlanda Torres, quien ha aceptado la invitación a compartir con los lectores sus consejos y reflexiones sobre los conflictos cotidianos.










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Orlanda Torres: Psicóloga, Escritora, Educadora, Orientadora Motivacional.
Autora de los libros: "Volando en Solitario" año 2015, Guayaquil - Ecuador. (Disponible en Amazon Kindle). "Los símbolos del Amanecer" (Editorial Voces de Hoy, 2020)
-Estudió en Miami Dade College: Certificate of Florida “Child Development Associate Equivalency”. Maestra de Educación Preescolar e Infantil en la ciudad de Miami.
-Licenciada en Psicología graduada en el 02/2017 - Atlantic International University.
-Orientadora Motivacional y Conferencias pueden contactar a Orlanda Torres a través de la página que administra www.fb.com/vivencialhoy
Publicaciones en Revista Sapo - Santiago de Chile – 2016
-La Estancia en el Paraíso de los Sueños
-Relación de Pareja y su gran Desafío
-Es la Felicidad una Elección
Conferencia en Radio - Miami, Florida
-Positivo Extremo Radio: Entrevista 123Teconte “Regreso a Clases y La Adolescencia”
-¿Como aprender a ser feliz?- Edificio Trade Building-.Innobis Coworking, Guayaquil - Ecuador
-La Inteligencia Emocional en la Relacion de Pareja- WENS Consulting Group, Guayaquil - Ecuador
Publicaciones en Revista Sapo - Santiago de Chile – 2018
- Ser Mujer
Administra:
www.vivencialhoy.blogspot.comwww.facebook.com/vivencialhoyFacebook.com: Orlanda Torres
Instagram: orlanda.torres.3
orlandatq@gmail.comtorres_q@yahoo.com

Wednesday, June 19, 2024

José Lorenzo Fuentes y un relato de juventud en posibles cercanías hemingwwayanas. (por Carlos A. Peón-Casas)

Foto/Miami 2010
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En el año 1952, el nobel escritor santaclareño, con solo 24 años, era ya un exponente de la mejor narrativa cubana al ganar incuestionablemente el reconocido Premio Nacional "Hernández Catá".

El muy joven creador poseía ya talento suficiente, y aun más, y a pesar de su juventud: garra y oficio.

A no dudarlo, y en conjunción con muchísimos creadores cubanos de aquel entorno, desde la generación literaria de los años treinta y en adelante, se notaban en las obras de todos aquellos cultores influencias inevitables a otros narradores de más larga data y prosapia creativa.

Hemingway, por supuesto, junto a otros maestros norteamericanos de más o menos las mismas coordenadas temporales y creativas, acaso como Faulker, Fitzgerald y Steibeck, no era excepción.

Y de las empatías e influencias del primero mentado traemmos al curioso lector una referencia que lo conecta a un relato de quel joven José Lorenzo Fuentes: Cuando regresa el humo.

Lo curioso por su coincidencia, es el detalle que la publicación de aquel short story del cubano, apareciera compartiendo la misma edición con que la revista Carteles, en Mayo 1 de 1955, regalaba al lector cubano con un texto de impresionante calado biobibliográfico, dedicado a un Hemingway en Cuba, y firmado por el reconocido Andre Maurois, de la Academia Francesa.

El relato corto de Fuentes, se insertaba con toda intención, como referente singular a aquella ejemplar remontada de la vida y obra del ya Premio Nobel Hemingway, laureado por su impresionante obra, y en especial aludiendo a su inmortal noveleta El Viejo y el Mar con setting y argumento cubanos, aunque de alcances tan universales como se quiera entender en su trama de derrota, luchas, y esperanzas.

La insersión del relato de Fuentes era a no dudarlo un inteligente guiño del editor de aquella edición de la revista, en un aparte que dedicaba a la obra de cuentistas cubanos de aquel minuto.

Una estratgia editorial sin dudas cómplice, con aquel relato de amor, tragedia y muerte; de pasión, celos y mentiras, tejido de manera magistral con las mejores coordenadas, y la maestria de un Hemingway, un Faulkkner o un Fitzgerald, pero con más méritos para el primero mentado, por aquello del iceberg y esa técnica magistral de contar sin decir más que lo preciso, y dejar al lector con el enigma y la imaginación desbordada en un final sorpredente quizas, pero ineluctablemente inevitable.

Esa es quizás la mejor nota del relato de aquel joven narrador cubano de quien hasta donde sabemos, no habría de tener del escritor norteamericano afincado en los habaneros predios de su finca Vigía, no más referentes que haber tenido atisbos de su ejemplar obra cuentística y novelada.

Aunque como acaso hubiera podido ser, no nos resultaría extraño, si indagáramos un poco al respecto, que diéramos con el hilo y la conección posible del joven narrador, y el mismísimo Papa; como acaso sucedió con más de un creador cubano de aquella, más o menos la misma hornada creativa, a la altura de un Serpa, un Cabrera Infante, un Guillén o un Feijoo.


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Cuando regresa el humo

por José Lorenzo Fuentes



"La muerte es la corona
de lo vida", Young.


Edelmira no sabía lo del láguer en la bodega, y lo del cuento. Sobre todo lo del cuento no lo sabía. Por eso miraba sin comprender cómo la cama y el escaparate y cada trapo continuaban justamente en su sitio, y cómo el marido andaba en la cocina como siempre, con las viandas y los cacharros. Como siempre. (“Eso es lo que ella no entendía”, piensa ahora).

Así anduvo una semana, un mes... ¿Qué tiempo anduvo así, sin ella comprender, sin imaginarse apenas su desquite? ¿Y quién le diría al fin lo del láguer en la bodega, y lo del cuento? Sobre todo lo del cuento. ¿Quién se lo diría?

Cuando él la conoció, aun Martina compartía su lecho y lo despertaba en la mañana el cosquiIleo esponjoso de unos labios sobre su nuca, sobre sus mejilla sin rasurar, sobre su boca cargada de bostezos todavía. Después Martina se borró de su vida. Un día él salió y no volvió al cuarto nuevamente. Allá quedó ella un tiempo, atareada, planchando aquel pantalón, revisándole los botones a esta camisa, metiendo una bombilla en los agujereados calcetines del hombre y cruzando hilos sobre la bruñida superficie. Martina esperaba. Pero el hombre pensaba:.“Edelmira es más pulida, es más mujer Edelmira”. Y sonreía. (“Más fuerte”, piensa ahora).

Antes no era fuerte Edelmira,.sin embargo. No lo era cuando él le puso una mano en la cadera y otra en la mata de pelo y la empujó hasta hacerla caer de espaldas. Y cuando él la vió por vez primera tampoco le pareció una mujer fuerte. Tampoco.

Eso vino después, pero no fué cuestión de un día ni de dos. Fué cuando el dueño dijo la palabríta aquella, incosteabilidad o cosa así, antes de cerrar la fábrica e irse para España. Fué cuando él anduvo un mes y otro sin conseguir empleo, y ella, Edelmira, vino un día diciendo que iba a trabajar y él empezó a meterse en la cocina, a ocuparse de las viandas y los cacharros, y a tenerle preparada la comida a su mujer para cuando ella regresara del trabajo. Fué cuando sucedió todo eso, pero tampoco al principio sino mucho después, cuando ya él no se decidía a salir en busca de un empleo.

- Estoy trabajando como una perra y total na -dijo Edelmira un día-. Ni un trapo decente puedo echarme encima.

Y para poder comprarse ella.un vestido decente y unos zapatos que combinaran con el vestido decente y hasta una que otra baratija para colgarse al cuello hubo que hacer mayores economías. El presupuesto tenía que reducirse: había que cercenar un gasto cualquiera, que acogotar una erogación superflua. Y desaparecieron los cigarrillos del marido. ¿Que era poco lo que se gastaba en humo? Bien. Pero había que empezar por algo. 

Edelmira nuso su perfil en el ventanuco de la cocina, y allí, a contraluz, interceptando el resplandor del cielo mañanero, se quedó inmóvil, sin decir palabra. Y Evencio tuvo que fruncir el entrecejo y cerrar casi los ojos para que la silueta comenzara a llenársele de colores. Luego dejó de mirarla y se acercó al fogón. Con un cigarrillo estuvo escarbando en la ceniza, pacientemente, hasta que logró encenderlo en la sangre de una brasa.

- ¡Mira que quemar el dinero! Era la voz de ella, de Edelmira, la misma voz que volvió a escuchar enseguida parejamente a un taconeo de mujer; pero nítida, firme, imperiosa, muy por encima del ruido de los pies que iban hacia el cuarto:

- Yo, trabajando como una perra y tú quemando el dinero. ¡Na más que aquí se ve eso!...

El hombre estuvo en la bodega aquel día, olfateó un pedazo de tasajo, separó alguna latería, trepó al mostrador hasta meter la cabeza en la balanza (“Aunque sea fiado tienen que darme libra'de dieciséis onzas”, pensó) y regresó a su casa -a su cocina- como siempre. Y eso que ya no venían los cigarrillos en el cartucho.

A menudo el hombre daba vueltas y más vueltas en la cama, con una calentura por dentro que no era del fogón, con una fiebre que no le permitía conciliar el sueño. Entonces se acordaba de “su” mujer y le miraba el sueño reposado hasta no poder ya más. La remecía por una cadera, suavemente.

-Edelmira- musitaba tan sólo. El temblor de sus manos era una súplica que no necesitaba palabras.

- Tas loco, Evencio. Despertarme pa eso.

“Está cansada la pobrecita -reflexionaba entonces-. Está cansada y tiene que levantarse temprano”. Pero instantáneamente, pensaba en Martina... 

(“¡Martina! ¡Martina!”). Y pensaba también en Edelmira, en la Edelmira de antes, cuando él le ponía una mano en la cadera y otra en la mata de pelo, y la empujaba hasta hacerla caer de espaldas.

Cuando aquello sucedió él venía con un cartucho, de la bodega. (“No traía tampoco los cigarros aquel día”, piensa ahora»). Al entrar fué que escuchó los pasos atropellados, el ruido allá por la cocina, el corre-corre en el traspatio. (‘¿Quién sería?... Nunca he sabido quién fué. Nunca lo he sabido”). Edelmira salió a su encuentro, turbada, casi pálida.

Evencio, yo... -dijo. Y no pudo continuar.

La mujer le estaba dedicando una sonrisa que no venía al caso, o que en todo caso la delataba. ¿Qué le detuvo el brazo? ¿Qué lo dejó sin gestos, sin palabras? Estaba él mismo turbado, casi pálido. Como ella. Separó los ojos de la mujer y siguió rumbo a su cocina. (“Edelmira hubiera querido decirme que por qué no compré los cigarrillos”, piensa ahora).

Evencio no hubiera querido que "su” mujer le diera la oportunidad de los cigarrillos, pero sin embargo desde aquel momento el humo regresó a la casa en el cartucho, entre el tasajo y la latería y las libras que le obligaban a treparse en el mostrador y meter la cabeza en la balanza para que fueran de dieciséis onzas. Ella vió regresar el humo y nada dijo, pero se sintió aliviada. (Si a mano viene pensó: "Evencio se enteró y no ha pasado ni medio. ¡Qué bien!”). Se quitó la duda de encima. (A lo mejor pensó: "Evencio no es capaz ni de matar una mosca, ¿cómo yo he pensado que podía matarme a mi?”».

Pero el humo no fué lo único. Después del humo vino el láguer y vino el cuento también. El bodeguero no supo si sonreír cuando Evencio dijo la primera vez:

- Na, a cualquiera se los pegan. Usté ve a Edelmira tan tiesa como va por ahí... Pues na, no se pue dudar...

Y otro día, después del último laguer;

- Compadre, póngase a cuatro ojos cuando tenga mujer... Mírese en mi espejo...

El espejo eran sus manos en la frente, con los dedos índices apuntando hacia lo alto. Así anduvo el humo, el laguer y el cuento. ¿Que cuánto tiempo anduvo sin Edelmira comprender, sin imaginarse apenas su desquite? Eso era lo de menos. El caso fué que alguien se lo dejó caer en el oído. (“¿Quién se lo diría? ¿Acaso yo le haría el cuento en la bodega al mismo del
ruido en la cocina y el corre-corre en el traspatio?”, piensa ahora).

Esta vez el láguer nada más estaba empezado cuando empezó el cuento:

¿Usté nunca ha llegao a su casa y se ha encontrao el nío ocupao?... ¿Usté nunca...?

Evencio sintió de pronto que algo le daba en el costado, haciendolo girar y doblarse de rodillas, a tiempo que oía un ruido seco, como un tablazo sobre el piso enladrillado. (“¿O como.fogonazo?”) Y en seguida oyó a alguien, al bodeguero tal vez, que gritaba espantado.

-¡Es Edelmira! ¡Es Edelmira!

Luego no escuchó más nada. Ni nada sintió. Si acaso, un líquido corriéndole por el muslo izquierdo. (“Se me botó el láguer”, pensó). Pero, cuando, lo acostaron, se le zafó un párpado, alcanzó a abrir un ojo, pudo mirar por un momento la herida y el pantalón lleno de manchas rojas, enormes. (“No, no se me botó el láguer. Es sangre, Me han herido. Es sangre"). 

¿Dónde estaba? No sabía donde estaba. Alguien habló a sus espaldas:

- ¿Está grave, doctor? 

Y más allá, otra voz martilleaba:

—Ella hizo lo que él debió hacer mucho antes. ¿Ella? ¿Quién era ella? (“Ah, Edelmira", pensó). Sí, era de Edelmira de quien hablaban, sin duda. Pero ella no hizo lo que él debió haber hecho entonces.

El debió matarla. Y ella solamente lo había herido. (“La herida es pequeña... no es casi nada la herida”). El no debió conformarse con el regreso del humo, con el humo en el cartucho, y luego con el láguer y los cuentos, con los cuentos y el láguer en la bodega. El debió matarla. (“Lo pensé, pero no sé, nunca he sido fuerte. No he sido fuerte ... como ella”).

Se sentía Evencio bien, súbitamente mejorado. (“¿Por qué no me dicen que puedo irme?”, pensó). Sabía que apenas le pusieran un vendaje en la herida, que apenas le limpiaran la sangre allí acumulada, echaría a andar como si nada. (“Volveré a hacer el cuento en la bodega”).

- No es necesario operar- oye decir lejos, muy lejos-. Ya todo es inútil, 

¿Inútil, qué? ¿Qué podía ser inútil? (“¿Por qué va a ser inútil que yo haga el cuento en la bodega?”, pensó). Evencio se sentía muy bien. Ni siquiera trataba de incorporarse porque se sentía muy bien así. Lo único que lo molestaba era esa palabra: inútil. ¿Qué podia ser inútil? (“Y, ¿si se trata de mí, si todo es inútil porque me estoy muriendo?”)


¡Muriéndose! Ahora sí quiso incorporarse y llamar a Edelmira, a “su” mujer, para que le dijera que eso no era lo inútil, que él no se iba a morir. (“¡Edelmira! ¡Edelmira!”)

Tan sólo consiguió menear un poco la cabeza, que cayó de repente sobre su hombro derecho.

-- Martina- dijo. Y ya no dijo nada más.



Texto e ilustraciones: Carteles. Mayo 1, 1955.



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Tuesday, June 18, 2024

P. Alberto Reyes en "Voces de Cuba"

 





Director: Jeffrey Puente García

Cámara: Sergio Valens

Montaje y Post-producción: Sergio Valens

Sonido: Jeffrey Puente García

Producción Periodística: Janisset Rivero

Producción General e Idea: Jeffrey Puente García / Sergio Valens

Duración: 01:20:28


Los riesgos de un “Deseo”. (por Wilfredo A. Ramos)



“...la trama de Deseo bajo los olmos, recrea con intensa poesía incidentes trágicos de los antiguos mitos griegos...”
Eduard Albee.

“...Deseo bajo los olmos, es un drama que explora de manera profunda y simple la angustia de la desilusión...”
Alfonso Sastre.

“...Deseo bajo los olmos, trata acerca de la fuerza de la naturaleza...”
David Mamet




Como parte de una nueva edición del Queer Showcase Festival, evento organizado en esta ciudad de Miami por Artefactus Cultural Project y encaminado, según su propios presupuestos a “...celebrar la diversidad y promover la expresión artística, invitando al público a reflejar, reconocer y disfrutar de la creatividad de nuestros artistas y escritores de la comunidad LGBTQI...”, dentro del mes que por completo se le dedica a darle visibilidad a dicho grupo de personas en nuestra sociedad, se dedicaron espacios a la literatura, las artes plásticas, la música y el teatro, subiendo a escena una obra, que bajo el escueto título de “Deseo”, llegó dirigida por Erom Jimmy Cuesta, basada esta en “Deseo bajo los olmos” conocida obra del dramaturgo norteamericano, Eugene O’Neill, Premio Nobel de Literatura y ganador en cuatro ocasiones del Premio Pulitzer.

O’Neill, quien no disfrutó de una vida demasiado placentera producto a lamentables situaciones familiares y de salud marcada esta por el alcoholismo, decidió convertirse en escritor de textos teatrales como forma de alivio a dichas circunstancias, logrando el éxito sobre los escenarios de manera inmediata. Dentro de su extensa obra dramática, fue reconocido con el Premio Pulitzer por cuatro de ellas: “Más allá del horizonte” (1920), “Anna Christie” (1922), “Un extraño interludio” (1928) “Largo viaje hacia la noche” (1941), habiendo sido esta estrenada y publicada en 1956 -después de su fallecimiento acaecido en 1953- por su última esposa, desobedeciendo las instrucciones dejadas por el propio escritor de que sus obras no fueran publicadas hasta después de pasados veinticinco años de su muerte.

En el propio 1956 se produce el estreno mundial de esta última obra, el cual tuvo lugar en el teatro Dramaten, en Estocolmo, Suecia, bajo la dirección de Bengt Ekerot; teniendo su estreno en Broadway, a finales del propio año, en el Helen Hayes Theatre, contando con la dirección de José Quintero, producción la cual sería merecedora al siguiente año de un Premio Tony.

La obra dramática de O’Neill que se encuentra permeada de un fuerte realismo, característica iniciada con anterioridad por autores europeos tales como Anton Chejov, Henrik Ibsen o August Strindberg, sin embargo este autor logra construir la misma sobre la base de rasgos muy personales, en los que muestra un mundo patético, de personajes viviendo en la desesperanza y al margen de la sociedad, llegando a hurgar en las vivencias más sórdidas del ser humano.

Entre sus exitosas obras, una de las que ha disfrutado del reconocimiento del público es sin duda alguna “Deseo bajo los olmos”, escrita en 1924, la que ha tenido múltiples puestas en escena alrededor del mundo, habiendo sido incluso llevada al cine en 1958 por el director Delbert Mann, contando en su elenco con la participación de la conocida actriz italiana Sofía Loren.

Aquí, en nuestra ciudad, al parecer dicha obra no había encontrado la posibilidad de subir a los escenarios en producción alguna, ya sea en inglés o en español, por lo que ahora se presentaba esa esperada oportunidad, aunque la misma se anunciaba como una “versión” del título original.

Erom Jimmy, el director al frente de esta propuesta, es conocido en el ámbito teatral como un artista provocador, que trabaja sobre los textos originales, interviniéndolos tanto a través de su re-escritura dramática como escénica, provocando con ello en ocasiones encontradas reacciones entre el público y los especialistas que abogan por el respeto a ultranza de la obra escrita del autor.


En cuanto a la manera de proyectar el trabajo este director, podemos encontrar que el mismo se centra en la realización de una presumible lectura creativa post dramática, en donde la ilusión de lo real sobre el escenario da paso al elemento lúdico, en el cual el artificio y el proceso artístico se muestra como tal, al mismo tiempo que interviene el texto original, reescribiendo partes del mismo e incluyendo nuevos conflictos que establezcan un juego con los presentes en el texto original. Por lo mismo, este creador accede en sus puestas a la utilización de lenguajes que suelen crear diferentes tensiones dramáticas en la escena, alterando con ello incluso la propia escritura..

Para sorpresa de los que presenciamos esta propuesta de “Deseo”, en esta ocasión su director propuso alejarse de la manera en que nos ha tenido acostumbrados al enfrentar su puesta en escena, para entregarnos una propuesta, que obviamente se encuentra fuera de su zona de confort, mostrando con ello su intención de incursionar en otras formas proyección teatral y habla de su interés por ponerse a sí mismo, diferentes retos en su camino como creador.


La concepción que este director trae ahora sobre las tablas, es la de una propuesta de puesta escena ‘naturalista’, donde escenografía y vestuario serán los responsables de definir tal característica, reforzada la misma por el desempeño actoral.

Para lograr su objetivo, el director acude a una concepción naturalista la que para un espacio de las dimensiones que ofrece Artefactus Teatro, su disposición escenográfica resultó sobrecargada producto de una gran cantidad elementos que abigarraban el espacio, obstaculizaban el movimiento de los actores, incluso ensuciando este por momentos. Igualmente el vestuario, que aunque no trataba de fijar una época determinada -sugería la posibilidad de que la acción se desarrollaba entre las décadas de los 40 y los 50 del pasado siglo- no resultó del todo el adecuado, debido a la mezcla de piezas que en nada tenían coherencia unas con otras, amén de complicar la homogeneidad del concepto de vestuario pensado. Con respecto a este último elemento, hay añadir también que la cantidad de veces a que son sometidos los actores a hacer cambios de vestuario resulta innecesario, pudiendo haberse encontrado soluciones más viables para aligerar el trabajo de los mismos y no provocara ‘accidentes’ en escena.

En cuanto al trabajo con el texto dramático, para esta ocasión, el director no introdujo prácticamente cambio alguno en el mismo, respetándolo casi en su totalidad, alejándose de esta manera de su acostumbrado método de trabajo. No obstante no todo fue diferente, ya que el autor se propuso la introducción de un nuevo conflicto al ya existente en el texto, provocado este por el del cambio de identidad de uno de los personajes de la obra, específicamente el del femenino y es en este punto donde se llega a una situación que va actuar en contra del resultado de la puesta en escena en su general.

Para lograr esta nueva propuesta, el director reduce los cinco personajes de la obra original a solo tres: Ephraim Cabot, el padre de familia, hombre mayor y presunto dueño de la granja donde se desarrolla la acción, Eben Cabot, hijo del primero con su segunda esposa y Abbie Putnam, tercera esposa de Ephraim y amante de Eben, descartando así a los dos hijos mayores del primer matrimonio del jefe de familia. Sin embargo es introducido un personaje femenino de carácter simbólico, el cual hará referencia a la muerte, el cual se pasea por la escena en distintos momentos durante el transcurso de la acción, añadiendo de esta manera un carácter alegórico que permea la obra, mediante el tema de la muerte.

Para asumir estos personajes, el director acudió a los actores Christian Ocón (Ephraim), Raydel Casas (Eben), Lola Alejandra Bosch (Abbie) y Ava (la muerte), estando fijado en el elenco el centro de atención en cuanto a la incorporación de nuevos aspectos a la presentación de esta propuesta.

La dificultad con el paso anterior lo encontraremos en la utilización de una actriz transgénero incorporando el rol femenino de la obra, pero no de manera para que incorpore a una mujer, sino manteniendo su identidad trans dentro de la historia, dando esto por resultado que dicha inclusión resultara evidentemente forzada. Lo anterior provoca la creación de conflicto agregado, el cual no va a ser desarrollado como para justificar dicha transgresión dramatúrgica. Si al menos el director hubiera trasladado la acción de la obra a tiempos actuales, tal vulneración en la concepción de dicho personaje, habría producido una mayor justificación en la realización de la misma, tal vez ofreciendo un resultado más acertado y creible.

De otra parte la incorporación de una segunda actriz trans en el rol de la madre muerta del joven Eben, no altera los presupuestos de la obra, quedando únicamente como una muestra participativa de inclusión social, que permitiera la intervención de esta obra en el evento convocado. Pero si la realización de dos escenas simultáneas, donde al mismo tiempo que este simbólico personaje se da un baño, a la vez que se está produciendo otra determinante escena entre los personajes de Abbie y Eben, impide la concentración del espectador sobre lo que sucede en esta última.

Está bien señalar, que la idea de utilizar actores trans en una puesta dramática por vez primera en esta ciudad, da como resultado un aspecto a tomar en cuenta, el que pudiera resultar de interés, siempre y cuando dicha acción se integre orgánicamente al trabajo a realizar, algo que en esta caso lamentablemente no quedara bien definido.


Respecto al desenvolvimiento del elenco seleccionado, en general el mismo no convence, dejando un sabor a trabajo no terminado. Ocón en su incorporación del personaje de Ehraim, resulta una vez más sobreactuado, a la vez que torpe en muchos de sus movimientos durante diferentes momentos de su trabajo en escena. Por su parte, Casas en el rol del joven Eben, careció de organicidad en sus acciones y parlamentos, dejando sin matices su interpretación.

En el caso de Lola, en su primera incursión en los escenarios como actriz -anteriormente, en Cuba, había tenido ya una carrera como actor- no se muestra del todo cómoda ni segura en esta nueva faceta personal sobre las tablas. Con su experiencia anterior centrada en materiales audiovisuales únicamente y no en el teatro, esa falta de trayectoria sobre las tablas resultó muy evidente, mostrando inseguridades en el habla, en la proyección de la voz, en el logro de matices, pero sobre todo en su muy inadecuada proyección corporal, aspectos todos, que se interpusieron en la realización de su personaje, haciendo obvia la falta de preparación para asumir este trabajo..

Desafortunadamente se hace necesario anotar que la idea concebida por el director al proyectar este trabajo, no logra sus objetivos, debido que la introducción del transgenerismo, no contó con la adecuación apropiada, no permitiendo entender con claridad el propósito real al acudir al mismo, pues ni las personas seleccionadas para incorporar dichos personajes estaban preparadas para ello ni el tratamiento y visión de dicha cuestión al ser mostrada sobre el escenario, permiten tener una acertada visión de ella, ni su necesidad artística. En realidad, nos parece que el director no tuvo bien definida la forma de manejar dicha temática, tal vez por no saber como llevarla a cabo con claridad de presupuestos o por temor a las siempre combativas recriminaciones tan prestas a saltar desde cualquier rincón actualmente.

Desafortunadamente esta nueva propuesta de Miami Factory, sirve como muestra del cuidado que se debe tener a la hora de incorporar algún elemento ajeno al texto original, ya sea en cuanto a la dramaturgia, composición escénica o personajes, debido a que esa tan contemporánea y maltratada corriente de introducirse en la obra original en aras de provocar con ello una nueva lectura, en muchas ocasiones, más de lo que en realidad quisiéramos, conlleva a híbridas soluciones que nada tienen que ver con el trabajo del autor, desvirtuando o confundiendo su contenido.




Texto y fotos: Lic. Wilfredo A. Ramos
Miami, junio 14, 2024.
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Gaspar, El Lugareño Headline Animator

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