Arts Ballet Theatre of Florida (ABTF), dirigido por el talentoso coreógrafo y maitre Vladimir Issaev, presentó su espectáculo Dancing Prokofiev and Ravel, en el Aventura Arts & Cultural Center, los días 1 y 2 de marzo de 2025.
Antes de comenzar mi reseña propiamente dicha, necesito decir, en este difícil momento en que vive el mundo debido a la guerra de agresión de Vladimir Putin a Ucrania –ya entrando en su cuarto año–, que mi compositor absoluto preferido (ballet, ópera y conciertos) es el ruso Piotr Ilich Chaikovski (Vótkinsk, 25 de abril (jul) / 7 de mayo de 1840 (greg) - San Petersburgo, 25 de octubre (jul) / 6 de noviembre de 1893(greg), seguido de Serguéi Vasílievich Rachmáninov (Semiónovo, cerca de Stáraya Rusa, Imperio ruso; 20 de marzojul./ 1 de abril de 1873greg -Beverly Hills, 28 de marzo de 1943) y Dmitri Dmítrievich Shostakóvich (San Petersburgo, 25 de septiembre de 1906-Moscú, 9 de agosto de 1975), también rusos, aunque ambos solo como compositores de música de concierto, ya que en ópera mis ídolos son los italianos Giuseppe Verdi y Giacomo Puccini.
Considero pertinente esta disgresión porque admiro muchísimo la cultura rusa y me consta de primera mano –porque trabajé en la bellísima San Petersburgo tres meses en 1990, regresé luego en 2016 ya como turista, en que conocí también Moscú, que me encantó– que el pueblo de esa gran nación es un pueblo noble, sensible y culto, al que desgraciadamente le han dañado personajes tan terribles como Lenin, Stalin y ahora Putin, al igual que al pueblo cubano, Fidel, Raúl Castro y ahora Miguel Díaz Canel.
Confieso también que la obra del ucraniano Serguéi Prokófiev (Serguéi Serguéievich Prokófiev; Sontsovka, actual Ucrania, 1891 - Moscú, 1953) no me era tan familiar como la de los tres compositores rusos anteriormente mencionados, pues solo conocía su música para el ballet Romeo y Julieta –que me encanta y me parece genial–, así que fue un muy agradable “descubrimiento” su sorprendente y hermosa Sinfonía Clásica, escogida por mi admirado y querido Maestro ruso Vladimir Issaev para coreografiarla para su esforzada troupé de bailarines que, procedentes de “medio mundo”, han sido entrenados magistralmente por él en la técnica de la reconocida Escuela Vagánova (Agrippina Vagánova: San Petersburgo, 14 de junio de 1879(jul) – Leningrado, 5 de noviembere de 1951).
Fue precisamente la función del sábado 1ro de marzo a la que tuve el gusto de asistir, la cual comenzó justamente con la ya alabada Sinfonía Clásica de Prokófiev, de 1917.
Serguéi Prokófiev
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Comenzaré hablando de dicha “banda sonora”, de acentuado lirismo y bellas melodías –que me recordó al tan barroco Vivaldi–, en agudo contraste con la tendencia a lo grotesco, antirromántica y futurista, de sus primeras obras, disonantes y deliberadamente escandalosas, que provocaron el estupor del público, como la brutal Suite escita, de 1915 –solo dos años antes de Sinfonía
En Sinfonía Clásica, Prokófiev ratificó su enorme talento y poderío como compositor, con una asombrosa capacidad de reinvención e inagotable fantasía, que el propio Shostakóvich admiró y reconoció; por eso es que digo que me sorprendió, al “descubrirla” gracias a Issaev, acostumbrado yo a su Romeo y Julieta, completamente neoclásica y totalmente diferente.
Sinfonía Clásica, por ABTF
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Vladimir trajo a escena a 21 de sus bailarines, para lograr, con total virtuosismo y sincronización ejemplar –fruto del riguroso entrenamiento y disciplina de sus clases–, que su fluida y dinámica coreografía nos hiciera, tal y como decía el insigne coreógrafo George Balanchine: “Ver la música, escuchar la danza”, así como cumplir esa otra premisa suya de que “la danza es música hecha visible”.
Sinfonía Clásica, por ABTF
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No puedo dejar de mencionar el vestuario de los bailarines, sobre todo el andrógino de los hombres, de una sola pieza, con pantaloncitos muy cortos (shorts), sobre todo por detrás, que atribuyo a la intención del coreógrafo de darle sensualidad y un aire más juvenil a una sinfonía que data de 1917, ¡y vaya que sí lo logró!
Sinfonía Clásica, por ABTF
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A continuación, Saaya Okada y Ataru Matsuya asumieron los roles legendarios de Romeo y Julieta, para bailar el pas de deux del ballet homónimo, con coreografía del propio Maestro Vladimir Issaev sobre la de Leonid Mijailóvich Lavrrovsky, y con la ya mencionada música de Prokófiev como banda sonora.
Ataru Matsuya y Saaya Okada
en el pas de deux de Romeo y Julieta.
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Saaya Okada en el pas de deux
de Romeo y Julieta.
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He dicho “bailar” y no “interpretar”, porque a ambos le faltó la pasión que se espera de sus dos famosos personajes shakesperianos, que se inician en este pas de deux en la dulce y loca aventura del amor, a pesar de la oposición de Montescos y Capuletos, sus respectivas familias enemigas entre sí.
Después tocó el turno a Bole-Ro, coreografiado por Miao Song, con música de Maurice Ravel (Ciboure, Labort, 7 de marzo de 1875 - París, 28 de diciembre de 1937) y un precioso “agrego” al final, con música del inspirado compositor venezolano Aldemaro Romero (Valencia, Estado Carabobo, 12 de marzo de 1928 - Caracas, Venezuela, 15 de septiembre de 2007).
Maurice Ravel
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Aldemaro Romero
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Bole-Ro, por ABTF
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Todos los bailarines participantes sobresalieron en sus interpretaciones, con gran acople y musicalidad, amén de virtuosismo técnico, y como cierre, un fino trabajo grupal para la bella partitura del Maestro Aldemaro.
Bole-Ro, por ABTF,
al final con la música
del Maestro Aldemaro Romero.
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Y después de un adecuado intermedio, para ya finalizar la sobresaliente función, la compañía nos trasladó nada menos que a los Montes Urales, frontera natural entre la Rusia europea y la asiática, para ofrecer exergos del primer y tercer acto del ballet La flor de piedra, con coreografía de Issaev y música de Prokófiev, esta vez en una faceta completamente distinta a Sinfonía Clásica y a Romeo y Julieta, pues en La flor de piedra el compositor conjugó de manera genial el folclore tradicional ruso con las tendencias musicales en boga en la postguerra, entre 1948 y 1953, período de gestación de su partitura.
Al igual que Romeo y Julieta, este es un ballet con argumento cuya síntesis se ofrece a continuación:
Danil, un joven tallador de piedra de los Urales, comprometido con Katerina, sueña con tallar toda la belleza de una flor en malaquita, pero no se satisface con sus intentos.
Ve en un sueño a la Reina de la Montaña de Cobre, guardiana de un tesoro subterráneo; la única que conoce el secreto de la flor de piedra que le muestra deslumbrantemente en sus manos, por lo que Danila destruye la que había comenzado a tallar y se desmaya.
Cuando vuelve en sí, la Reina de la Montaña de Cobre aparece y desaparece ante él, como un fantasma y a veces tomando la
forma de un lagarto dorado, y otras de una hermosa joven. Lleva a Danila a su reino con maravillosas gemas, quien le ruega que le muestre la flor de piedra, la cual aparece finalmente con toda su belleza.
Katerina está preocupada porque no sabe dónde está su Danila y decide ir en su busca.
En el reino de la Reina de la Montaña de Cobre, Danila está tallando la flor extraordinaria con la que había soñado durante tsnto tiempo.
Muestra su trabajo con emoción a la Reina, quien le ruega que no la deje, pero el corazón de Danila es de Katerina. La Reina le lanza un hechizo y lo convierte en piedra.
Siguiendo a la Hija del Fuego, Katerina llega a la casa de la Reina. Su corazón le muestra dónde está Danila, quien está muy cerca, pero sordo a sus llamadas y desaparece de repente. La joven se queda sola.
La Reina, conmovida por el amor devoto de Katerina, decide liberar a Danila de su encantamiento. Le pide por última vez que se quede con ella, pero él decide regresar con Katerina a su amada aldea y trabajaren su oficio de tallador.
En una hermosa mañana de primavera, Danila y Katerina regresan a su aldea, donde son recibidos con júbilo por sus amigos y familiares.

La flor de piedra, por ABTF.
Al centro, Saaya Okada como Katerina.
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La flor de piedra, por ABTF. Al centro, Yayai Sasaki
como la Reina de la Montaña de Cobre/La Serpiente
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La flor de piedra, por ABTF. Delante, Saaya Okada como Katerina
y Yoichi Habaguchi como Danil Sasaki;
al centro, al fondo, Yayai Sasaki como
la Reina de la Montaña de Cobre/La Serpiente.
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Centralizada por Saaya Okada como Katerina, Yayai Sasaki como la Serpiente / la Reina de la Montaña de Cobre y Yoichi Habaguchi como Danila; y apoyados los tres por un cuerpo de baile de nuevo fenomenal, con un vestuario bellísimo, tanto para los aldeanos como para los protagonistas y los personajes fantásticos, no tengo dudas de que esta representación resumida de La flor de piedra –con adecuados telones pintados como escenografía– está apta para ser montada y ofrecida en cualquiera de los mejores teatros del mundo, empezando por nuestro Adrienne Arsht Performing Arts Center.
Muchas felicidades, Maestro Vladimir Issaev, por esta formidable función, y que continúen los éxitos de su relevante compañía Arts Ballet Theatre of Florida.
Baltasar Santiago Martín
Fundación APOGEO para el arte público.
Asociación de Cronistas de Espectáculos de Miami (ACEM).
Hialeah, 7 de marzo de 2025.
Fotos: Patricia Laine (cortesía de Arts Ballet Theatre of Florida)